Método Innovador para Manejo de la Cama Dentro y Fuera de Casetas

MAURICIO AMADOR
Geolife Swiss

Uno de los aspectos clave para el control de la productividad avícola, radica en el manejo y preparación de la cama, ya que como sabemos, hasta la semana tres empieza a ocuparse todo el espacio de la caseta.

Entonces, dependemos de los procesos de limpieza y desinfección del piso, ya que a los pocos días encontramos poblaciones microbianas de patógenos, tales como Salmonella, E. coli, Campilobacter, coccidias y algunos otros que inciden en la rentabilidad.

Esto requiere entonces de una serie de procesos que involucran, desde instrucciones de manejo, hasta medicaciones específicas, con el fin de disminuir la población de los microorganismos que generan un desequilibrio y por lo tanto un incremento de la población patógena. Este fenómeno se debe a que los patógenos crecen generalmente más rápido que los microorganismos benéficos. La presencia de materia orgánica, humedad y calor en los microambientes de 3 a 5 cm de espesor de las camas acelera este proceso.

Los metabolitos alimenticios contienen residuos ricos en aminoácidos, lípidos y carbohidratos, que combinados con la humedad generada por la propia excreta y alguna dosis de bacterias, propias del tracto digestivo, generan una biomasa propia de la especie. Contrario a lo que se piensa, no se mantiene un equilibrio, ya que al momento de descomponer algunos compuestos nitrogenados (no necesariamente el ácido úrico), proteínas o aminoácidos, ocasiona un desequilibro, que al cambio de las condiciones de pH y otros parámetros, induce la proliferación microbiana de patógenos.

Además, si la cama no es volteada con una frecuencia diaria, con el fin de mantenerla homogénea y con la menor humedad posible, se inician procesos de descomposición, aumentando las bacterias anaeróbicas y la generación de gases de composición diversa, que afectan el ambiente no sólo de las aves, sino también de los caseteros y de las poblaciones vecinas, que se acostumbran a la presencia de amoniaco, mercaptano y otros gases.

Los costos de energía para la extracción de los gases se elevan, ya que se debe evitar el incremento de amoniaco dentro de las casetas. Pocas empresas se preocupan por el control del perfil de amoniaco a lo largo del día y cómo se expresa coloquialmente, “si no se mide, no se puede controlar”; suponiendo erróneamente que los niveles están por debajo de las 15-25 ppm, cuando con frecuencia sometemos a las aves a cifras que superan las 75 ppm las 24 h/día, lo cual aunado a una alta humedad y temperatura, tales valores fácilmente se pueden duplicar.

A partir de la semana 3 ó 4, se compromete el sistema inmunológico, al disminuir o bloquear sus respuestas, así mismo el aparato digestivo presenta cambios en su función, provocando una crisis en los recursos energéticos, afectando sus funciones vitales; todo ello provocado por la presencia de amoniaco en concentraciones por encima de las 15 ppm. La GDP (Ganancia Diaria de Peso), factor que determina la eficiencia de los procesos en granja, se ve afectada por la deficiencia en el control de los factores ambientales que coartan el normal desarrollo de las aves.

Existen diversos métodos para el control de la calidad de la cama, durante el engorde, tales como procesos químicos y biológico-enzimáticos; los primeros van desde agregar cal o bisulfito, sulfato de aluminio, sal, inclusive hasta ácido sulfúrico y los biológicos proponen agregarlos en el alimento o bien tratar la cama con algunas enzimas, todo depende del grado de sofisticación que se desea obtener como producto y uso final.

La opción de tratar o no una cama, tiene incidencia en parámetros de conversión, mortalidad, mayor uso de extracción de aire, que se refleja en consumo de energía eléctrica, salud de la parvada, inclusive en el bienestar animal y humano.

Una vez que ha nacido el pollo, la cama continua la transformación desordenada de sus componentes, provocando el crecimiento de diversos microorganismos, con el consecuente incremento de liberación de amoniaco, agotando el nitrógeno. En algunos casos se comercializa para abonar cultivos, sin considerar que el verdadero aprovechamiento dependerá del grado de estabilización de la materia orgánica; por ello, habrá que elegir el mejor tratamiento que conlleve a una verdadera re-utilización sustentable. La tendencia a nivel global, es hacia el control de los componentes y su movilización, a la vez que hacia su utilización posterior.

Como método innovador, está la aplicación de un complejo de microorganismos y enzimas, clasificados como de Clase 1 por la OMS (Organización Mundial de la Salud), que en su composición contienen la microbiología necesaria en cantidad y calidad, para el estímulo de la flora nativa de la especie, con lo cual se garantiza un abatimiento de la generación de amoniaco. Mediante el proceso de inhibición competitiva, se eliminará la presencia de patógenos, disminuyendo así su efecto en la cama, con beneficios que mejoran la productividad de la parvada en los parámetros mencionados al comienzo.

Una vez se ha controlado la microbiología, se generan las condiciones ambientales para controlar la aparición de microorganismos patógenos, generando un ambiente saludable para los animales logrando un control biológico total de la flora propia de la especie. De esta forma, con esta tecnología de origen suizo, se puede producir el tan anhelado pollo libre de antibióticos, cuyo proceso ya se está implementando en varios países europeos y algunos de América.

La cama que se retira de las casetas, que contiene este complejo bactérico enzimático, conlleva una gran ventaja por la presencia de materia orgánica estabilizada, degradada y biodisponible para diversos usos; inclusive existe la posibilidad de utilizarla para la transformación por el método de composta.

CONCLUSIONES

El buen manejo de la cama es determinante en la producción avícola; cada vez que se utilice este método es recomendable seguir las instrucciones del fabricante y establecer las metas de la aplicación; es decir, definir qué beneficios económicos vamos a medir, para que vayan en línea con los requeridos por la empresa. Es recomendable que estos productos estén certificados y aprobados por organismos autorizados, con el fin de evitar un riesgo sanitario en la producción avícola.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Agosto-Septiembre 2018

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