El siguiente texto, fue escrito por el Dr. José Antonio Quintana López, creador de la Jornada Médico Avícola del Departamento de Medicina y Zootecnia de Aves de la FMVZ-UNAM, y que fue leído por el MVZ. Néstor Ledesma, coordinador y organizador de la vigésima edición, como colofón de este importante evento que en el 2014, cumplió su XX aniversario.
Antecedentes
A finales de la década de 1980 y principios de la década de 1990 del siglo pasado, sin duda la UNAM y el mismo país estuvieron en crisis. Entonces no se daba credibilidad al personal académico, amén de tacharlos de “flojos y grillos”; Aunado a esto los bajísimos sueldos de los académicos no motivaron y desencadenó un éxodo a la industria avícola. Muchos estudiantes recién graduados se iban a la industria ganando un salario del doble y hasta del triple que en la UNAM.
Una frase que me permití comentar en público fue: “el Depto. de Aves formaba alrededor de 10 especialistas al año, y en ese mismo tiempo se iban a la industria avícola once personas anuales del Depto. de Aves”. Emigraron los grandes pilares de la academia avícola (Dr. Alejandro Cuadra, Dr. Benjamín Lucio (QEPD), Dr. Armando Antillón, Dr. Angel Mosqueda, y posteriormente Dr. Alejandro Banda, Dr. Gabriel Sentíes, Dr. Miguel A. Ceniceros, Dr. Juan Carlos Valladares, etc.
Es posible que se me escapen bastantes nombres, una disculpa; sin embargo eso era lo que pasaba en el Departamento de Aves, en otros departamentos de la Facultad también se presentaba una situación similar.
Después de un estudio a conciencia el entonces rector de nuestra máxima casa de estudio (Dr. José Sarukhan) decidió premiar con un bono de productividad (Primas al desempeño (PRIDE, por sus siglas), y someter a concurso académico el nivel de PRIDE alcanzado, el director de la FMVZ dio el anuncio oficial, y se formó una comisión PRIDE para evaluar cada tres años el desempeño académico. También hubo una gran promoción académica, ya que si el académico se inscribía en estudios de maestría y finalizaba los estudios en tiempo y forma la UNAM los contrataba como Profesores de tiempo completo.
Con esas expectativas se detuvo el éxodo y los académicos empezaron a mantenerse en sus plazas.
Al margen de eso requerimos rescatar la credibilidad de los profesionales de la industria, se inició una remodelación del Depto. de Aves y con la autorización del director de la FMVZ Dr. Leopoldo Paasch se organizó la primera Jornada Médico Avícola para febrero de 1991.
En aquel entonces se discutió el título (Jornada o Jornadas) con argumentos gramaticales de la lengua española y francesa.
Fue así que la primera Jornada Médico Avícola tuvo 5 días de duración, ese fue el primero y último año, de tantos días.
Posteriormente se tomó la decisión de hacerla sólo de 4 días, posteriormente quedó en tres. Vale el comentario que fue por adaptarse mayormente a las necesidades de la industria y de los colegas, ya que prácticamente una mayoría acudía de provincia. Hoy en día, se realizan en dos días, ya que estamos viviendo una vida más vertiginosa y prácticamente todos los eventos son en ese lapso de tiempo.
El primer objetivo que perseguimos fue rescatar la imagen del Depto. de Aves de la UNAM.
El segundo objetivo fue dar a conocer a muchos académicos jóvenes muy valiosos, para que los viera el personal de la industria.
Un tercero fue que la jornada avícola se convirtiera en el primer eslabón de la UNAM y la industria avícola, así muchos egresados de otras instituciones del país y de Centroamérica empezaron a asistir, éste motivó al posgrado en aves.
Un cuarto objetivo fue que la jornada fuera el eje para que todo el personal académico, administrativo y estudiantes participara con alguna actividad académico administrativa. Cabe hacer el comentario que en aquel entonces no existía ningún auditorio en la FMVZ y la primera jornada se realizó en uno de los institutos de actividades económicas de la UNAM ubicados cerca de UNIVERSUM. La segunda Jornada avícola la realizamos en el Auditorio de la Dra. Aline S. de Aluja en donde se encontraba el salón 1101 de nuestra Facultad; ya la tercera jornada se realizó en el recién construido auditorio Pablo Zierold Reyes.
Con los ingresos y donativos generados por las jornadas: se adquirió una camioneta, posteriormente se remodelaron los baños de académicos del Departamento de Aves, y de las unidades de aislamiento, la sala de juntas y la sala de necropsias
y el piso de las unidades de aislamiento, etc. Al principio de las primeras jornadas, los gastos superaron a los ingresos y antes de empezar el evento ya se debía cierta cantidad.
Al saber que la FMVZ de la UNAM organizaba año con año un evento en la tercera semana de febrero, varios colegas de la industria avícola empezaron a proporcionarnos donativos.
Por azares del destino hubo algunos años en que no se organizó el evento, uno de ellos fue el estigma de diez meses en donde la universidad estuvo cerrada por unos cuantos estudiantes, y otros dos fue la falta de interés en organizar un evento de esta categoría, sin considerar que el personal y ayudantes que organiza una jornada avícola está en posición para ingresar a la industria y ser socio de ANECA.
Por medio de la presente quiero agradecer una vez más el inmerecido nombre que asignaron a la Jornada Médico Avícola, estoy seguro que ésta es un labor de todo el personal académico, sin duda siempre debe haber líderes y en su oportunidad éstos colaboran. A nivel personal no es lo mismo los tres mosqueteros…, y con mi nombre en cartelera no podemos dejar de colaborar.
Es positivo dimensionar los logros de las Veinte jornadas:
En primer lugar hemos tenido más de cuatrocientos conferencistas entre académicos y personal de la industria. Hay también más de 400 presentaciones en las memorias, siempre con un material nuevo y actualizado.
Agradezco a todos los estudiantes que en su época ayudaron en la logística de la organización. A la Unión Nacional de Avicultores, porque con su decidido apoyo año con año nos han levantado la estima, y a toda la industria por su generoso apoyo.
Aunque no es bueno omitir personas, en esta ocasión sí quiero agradecer al Dr. Néstor Ledesma su gran colaboración para que se pudieran desarrollar estas jornadas, como él bien dijo, “es la número 20”.
Yo espero que haya más jornadas, quizás debamos ajustar el objetivo que perseguimos pero llámense como se llamen, como imagen de todo el personal académico del Departamento de Aves “deben de continuar”.
Mi experiencia y voluntad siempre está con todos los miembros del personal académico del Departamento de Aves
