MVZ. pMSPAS*. Marcela Valadez Noriega.
Docente en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro.
*Pasante de la Maestría en Salud y Producción Animal Sustentable.
Correo: [email protected]
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De manera natural el bovino es una especie que compite por aquellos recursos necesarios para su supervivencia como alimento, agua, espacio, sombra, compañero sexual, etc.; si bien los sistemas extensivos no siempre garantizan estos recursos, los animales tienen oportunidad de buscar el acceso a ellos; por el contrario, en condiciones de confinamiento, el ser humano restringe el acceso a estos recursos y propicia condiciones que tienen un fuerte impacto en el bienestar y productividad del ganado.
TERMORREGULACIÓN DEL GANADO
Los animales poseen mecanismos fisiológicos que les permiten regular su temperatura corporal para mantener el funcionamiento de sus procesos metabólicos vitales, dentro de la zona termo-neutral dichos mecanismos actúan a un costo energético bajo. Cuando la temperatura sobrepasa los límites de esta zona, el ganado se ve forzado a activar otros mecanismos en busca de sus intentos por adaptarse al medio, lo que tiene un mayor costo energético. La energía consumida por el ganado es desviada para satisfacer la demanda metabólica del organismo y por tanto, resulta imposible destinarla al aumento de peso del animal.
Cuando la temperatura es muy baja el ganado se enfrenta a procesos de hipotermia, mientras que temperaturas muy elevadas pueden predisponer a estrés calórico, en algunas regiones con climas muy extremosos, los mecanismos de regulación pueden fallar en su intento por mantener el equilibrio térmico y eventualmente pueden sufrir fatiga y morir.
Durante la evolución de la especie bovina, Bos taurus (ganado europeo) y Bos indicus (ganado cebú) adquirieron separadamente genes que confieren termotolerancia a nivel fisiológico y celular. El ganado cebú es capaz de regular su temperatura en respuesta al estrés por calor (Hansen et al., 2004), mientras que se asume que algunas razas de ganado europeo son más resistentes a condiciones climáticas frías (Van et al., 2014).
(Fotografía: Macitelli, 2015). Acúmulo de estiércol asociado a precipitaciones y poco espacio (6 m2) en confinamiento de bovinos en Brasil.
SITUACIONES DE CONFINAMIENTO
La finalización de ganado bovino traído del sureste mexicano es una actividad común en la región del centro del país en donde predomina el clima seco, este clima se caracteriza por la circulación de los vientos, lo cual provoca escasa nubosidad y precipitaciones de 300 a 600 mm anuales, con temperaturas en promedio de 22° a 26°C en algunas regiones, y en otras de 18° a 22°C (CONAGUA, 2010). Sin embargo, debido al cambio climático a lo largo del territorio nacional, se presentan fenómenos meteorológicos que hace algunos años no eran comunes en ciertas regiones y esto trae afecciones no sólo al ser humano, sino que afecta diferentes ecosistemas, vegetación, animales silvestres, pero también animales domésticos. El confinamiento en condiciones adecuadas y bien manejado representa una oportunidad para controlar la presión que ejercen las condiciones climáticas actuales sobre el ganado, lo que daría lugar a una producción más eficiente que permita mejores condiciones de bienestar animal.
(Fotografía: Valadez, 2013). Acúmulo de estiércol en confinamiento de bovinos en la región centro de México.
Cuando se habla de un confinamiento adecuado, se hace referencia a una serie de factores que facilitan la adaptación de los animales a las condiciones de confinamiento, entre los que se encuentra: brindar los recursos básicos de agua de calidad y alimento para los animales; instalaciones con diseños de acuerdo a la etología de la especie y sobre todo que no representen peligro para los trabajadores o el ganado; programa de medicina preventiva, manejo de desechos y asesoría veterinaria; buenas prácticas de manejo del ganado y control adecuado de densidad en el corral, en donde de acuerdo con la Organización Mundial de Salud Animal se recomienda un mínimo de 9 m2. Mientras que algunos estudios en ganado confinado en la región centro Brasil sugieren que densidades entre 12 y 24 m2 disminuyen la presentación de algunos problemas como escurrimiento nasal, escurrimiento ocular, tos, estornudos, suciedad en los animales y problemas de patas (Macitelli, 2015) y aunque el clima de esta región de Brasil puede diferir de las condiciones producción en México, cabe destacar que el ganado se enfrenta a condiciones muy similar una vez que se encuentra sometido al confinamiento.
PROTECCIÓN PARA EL GANADO
En algunos municipios del estado de Querétaro, con una fuerte producción de ganado en confinamientos, los productores han reportado un aumento en la precipitación pluvial y la presentación anormal de lluvias, así como un aumento marcado en la temperatura ambiente sobre todo en los meses de verano. Por esta razón, hace ya poco más de dos años que algunos productores comenzaron a buscar estrategias para reducir el impacto de estos fenómenos sobre su ganado y fue así como se adoptó el sistema de “techos tipo invernadero” que ya se había implementado en algunos corrales del Estado de México.
(Fotografía: Valadez, 2014).
Otras estrategias que han sido utilizadas desde hace algunos años son el cuidado y conservación de árboles dentro de algunas unidades de producción, los cuales funcionan como sombra natural que es aprovechada por el ganado. No obstante, son pocos los productores que aún conservan estos árboles y una desventaja es que sólo son algunos los animales que pueden beneficiarse de esta sombra, pues generalmente se encuentran dentro al alcance de pocos corrales y la cantidad de sombra que proveen es muy variable.
No sólo se observó el uso de árboles, sino que se encontraron algunos productores que consideran de gran importancia brindar algún tipo de sombra a los animales, debido a que observaron una menor eficiencia del ganado al estar expuestos constantemente a la radiación solar, por lo que han colocado malla-sombra. La colocación de este material no tiene un patrón específico, es decir, la estructura que la sostiene, la cantidad de sombra que provee, la forma en que es colocada, o la altura es muy variable de productor a productor y así como ocurre en el caso de los árboles, aún no existe literatura publicada sobre el funcionamiento de estas estrategias en esta región del país.
(Fotografía: Valadez, 2014).
SISTEMA DE TECHOS TIPO INVERNADERO
Como se mencionó anteriormente, además de los sistemas de árboles o malla-sombra utilizados en algunos municipios de Querétaro, actualmente se pueden encontrar muchas unidades de producción que están construyendo o ya han completado la construcción de los sistemas de “techos tipo invernadero”.
Este sistema de techos consiste en una estructura metal que se encuentra entre 5 y 5.5 m sobre el piso, con un diseño de arcos en la parte de encima. En la parte superior, únicamente los arcos son cubiertos con plástico difuso para invernadero, mismo material que se utiliza en los invernaderos para la producción de cultivos; el plástico puede tener diferente grado de filtración solar y una durabilidad de entre 2 y 5 años dependiendo de la preferencia del productor.
La finalidad de este tipo de techos es cubrir el 100% del área del corral, de manera que durante la temporada de lluvias el agua cae sobre los techos y es desviada hacia canaletas especiales que la dirige hacia grandes depósitos para su aprovechamiento, o bien, únicamente es llevada a drenajes lejos de los corrales, de esta forma se evita el estancamiento de aguas y estiércol húmedo dentro de los corrales.
(Fotografía: Valadez, 2014).
Hasta ahora, la información disponible sobre este tipo de sistema se encuentra en los registros productivos de las diferentes unidades de producción que han decidido implementarlos y lo poco o mucho que se conoce de su eficiencia está basado en la experiencia de los productores.
Aunque es importante mencionar que la información puede diferir grandemente de un productor por diversas causa, como por ejemplo la ubicación de estas unidades es decisiva en cuanto a la ventilación que pudiera o no recibir el ganado, así como las estructuras que las delimitan ya que van desde algunos barrotes, hasta elevadas paredes de concreto que dificultan la circulación del aire; otras situación que provocan estas diferencias en la experiencia del productor sería la composición de la dieta (más o menos energética), o el tipo de ganado que se maneja, ya que algunos se inclinan por el mercado del ganado europeo, mientras que la mayoría de los productores prefieren el ganado cebú al ser el tipo de ganado más común traído desde el sureste mexicano.
Después de una investigación directamente con algunos productores, en el año 2014, se decidió emprender un estudio dentro de los municipios de Ezequil Montes y Tequisquiapan, Qro., en donde se pretendía evaluar la eficiencia de este sistema mediante mediciones ambientales, así como la evaluación de la fisiología, comportamiento y productividad del ganado. Dicho estudio únicamente abarcó el final de la temporada de otoño y la temporada invernal de la región.
RESULTADOS
Con la finalidad de evaluar la eficiencia de este sistema de techos tipo invernadero, se hizo una comparación con el sistema tradicional de corrales sin ningún tipo de techo; durante este estudio fueron evaluados dos corrales con techos y dos sin techos. Gran parte de los animales involucrados en este estudio tenía características predominantes de ganado cebú y fueron evaluados a lo largo del periodo de engorda que constó de un promedio de 160 días de engorda.
(Fotografía: Valadez, 2014).
Dentro de la evaluación de parámetros ambientales, algunos de los resultados obtenidos demostraron que la temperatura fue más extrema en los corrales sin techo, enfrentando temperaturas mínimas de -2.3°C y máximas de 35.05°C, con una variación mayor a los 30°C en un sólo día. Durante el periodo comprendido de las 19:00 a las 08:00 h la temperatura para los corrales sin techos fue significativamente menor a la de los corrales con techo (P<0.0001).
Por otra parte, los corrales con techos mantuvieron una temperatura más estable durante el día, amortiguando los efectos del frío por la mañana y manteniendo una temperatura promedio mayor a lo largo de la engorda, característica que resulta positiva para el ganado exclusivamente durante el invierno, por lo que sus efectos en verano y primavera tendrían que ser evaluados.
(Fotografía: Valadez, 2014). Temperatura de la piel de los animales en c
rrales con techo cerca de las 15:00 h.
Como indicadores fisiológicos, fueron evaluadas la frecuencia respiratoria y la temperatura de la piel. Un aumento en la frecuencia respiratoria de los animales (>40 resp/ min) podría presentarse como un mecanismo de respuesta ante la exposición a estrés calórico, pero de manera general no se encontró aumento significativo en la frecuencia respiratoria del ganado, posiblemente debido a la temporada de invierno. Por otra parte, la radiación solar produjo cambios en uno de los indicadores fisiológicos evaluados, la temperatura de la piel se midió con la ayuda de fotografías de termografía infrarroja; ya que en el tratamiento con techos la radiación no entró de manera directa debido a la presencia del plástico, el rango de temperatura encontrado en la piel de los animales entre las 9:00 y las 18:00 h fue de 28.3 a 40.5°C. Mientras tanto, el ganado del tratamiento sin techo, expuesto a radiación solar directa presentó rangos de entre 21.2 y 52.9°C.
(Fotografía: Valadez, 2014). Temperatura de la piel de los animales en corrales sin techo y expuestos a radiación solar directa cerca de las 15:00 h.
La radiación solar directa también se vio reflejada en la temperatura de la superficie del suelo de los corrales, donde se observó que esta temperatura tendió a ser más elevada en los corrales sin techo, donde se reportaron temperaturas de hasta 50°C en la superficie del suelo.
La radiación solar directa también se vio reflejada en la temperatura de la superficie del suelo de los corrales, donde se observó que esta temperatura tendió a ser más elevada en los corrales sin techo, donde se reportaron temperaturas de hasta 50°C en la superficie del suelo.
Las elevadas temperaturas del suelo provocaron incomodidad en los animales, este hecho se comprobó mediante pruebas de comportamiento.
Se realizaron muestreos de barrido para observar las actividades del ganado durante el día y se observó que durante las horas más calurosas del día (12:00-14:59 h), en el corral sin techos había una mayor cantidad de ganado de pie (P<0.001); mientras que a esa misma hora, el ganado en los corrales con techos se encontraba en su mayoría echado (P=0.000) y conjuntamente la cantidad de animales rumiando también fue mayor para los corrales con techo (P<0.031).
(Fotografías: Valadez, 2014).
Dentro de los parámetros productivos, se ha observado al ganado semanalmente en busca de signos de enfermedad respiratoria siguiendo como base el protocolo de evaluación de Welfare Quality®. En esta evaluación se buscaron semanalmente animales con descarga nasal turbia (DNT) o descarga nasal clara (DNC) en el ganado y se encontró que al final de la engorda, los corrales sin techo presentaron un porcentaje mayor de animales con DNT y DNC.
EFECTO DE LOS CORRALES CON Y SIN TECHO SOBRE ALGUNOS PATRONES DE COMPORTAMIENTO DEL GANADO BOVINO DURANTE TRES PERIODOS DE OBSERVACIÓN.
Finalmente se evaluaron algunos registros presentes en una unidad de producción, con la ayuda de estos registros se generó un resumen de la productividad del ganado que se encontraba en los distintos corrales.
Se observó que el peso inicial del ganado en los corrales sin techo fue significativamente más alto, sin embargo, con un periodo similar de engorda el peso final fue mayor el ganado en corrales con techo. Si bien el consumo de materia seca (CMS) fue mayor para el tratamiento sin techos, el ganado cubierto por techos demostró ser más eficiente, obteniendo una mejor ganancia diaria de peso y conversión alimenticia.
ab: Letras diferentes en la misma fila significa una diferencia significativa entre tratamientos. *RIC, Rango Intercuartílico.
CONCLUSIONES
PORCENTAJE DE ANIMALES QUE PRESENTARON DNT O DNC AL FINAL DE LA ENGORDA (VALADEZ, 2015).
Este sistema de techos demostró ser de gran utilidad para los productores durante la época de invierno y ha demostrado ser efectivo para evitar la acumulación de agua de lluvia dentro de los corrales, sin embargo, representa una inversión muy elevada para un sistema que aún no ha sido bien estudiado durante las estaciones de primavera-verano.
PARÁMETROS PRODUCTIVOS DEL GANADO.
ab: Letras diferentes en la misma fila significa una diferencia significativa entre tratamientos. *RIC, Rango Intercuartílico.
Debido al tipo de plástico utilizado para cubrir estos techos, durante los meses más calurosos podría presentarse un “efecto invernadero” en los corrales que tuvieran este tipo de material, creando un ambiente con elevados índices de temperatura y humedad, y comprometiendo la capacidad del ganado para termorregularse, además, este efecto podría afectar en mayor parte al ganado europeo.
Es por ello, que deben realizarse más estudios sobre este tipo de sistemas, a fin de que pueda encontrarse alguna forma de mejorarlo o adaptarlo para que sea de mayor utilidad en estas regiones del país.
(Fotografías: Valadez, 2014).
BIBLIOGRAFÍA
- Hansen P.J., Dikmen S., Sakatani M., Dahl G.E., 2014. Cooling strategies during heat stress. Disponible en: http://www.extension.org/pages/63354/ cooling-strategies-during-heat-stress#.VfoplRF_ Oko. Consultado en Enero de 2014.
- Van lE., Henri MCP., Sonck B., Tuyttens FA., 2014. Importance of outdoors shelter for cattle in temperate climates. Livestock Science159 87–101.
- Comisión Nacional del Agua – Servicio Meteorológico Nacional, 2010. Disponible en: http://smn. cna.gob.mx/index.php?option=com_content&v iew=article&id=103&Itemid=80.
- Macitelli B.F., 2015. Implicações da isponibilidade de espaço no confinamento de bovinos de corte. Tesis doctoral, Universidade Estadual Paulista “Júlio De Mesquita Filho” – Faculdade de Ciências Agrárias e Veterinárias. São Paulo, Brasil.
Artículo publicado en Entorno Ganadero Diciembre-Enero 2016
