por Lallemand Animal Nutrition
Durante el verano, la ingesta de materia seca puede disminuir, y también la producción de leche. Esta disminución en el rendimiento se puede minimizar o incluso evitar. Hay cambios simples que los productores pueden hacer para garantizar que la calidad y la cantidad de alimentos permanezcan estables durante toda la temporada, aconseja Tony Hall, MSc MSB, PAS, Servicios Técnicos – Rumiante, Lallemand Animal Nutrition.
“Las vacas bajo estrés por calor pueden expresar una serie de conductas de alimentación que cambian su equilibrio digestivo. “Todo el equipo debe trabajar en conjunto para mantener la ingesta y asegurarse de que las vacas reciban alimentos de calidad. La buena noticia es que estos cambios no son costosos y se pueden implementar rápidamente “.
Hall recomienda cinco cambios para ayudar a combatir los efectos del estrés por calor y minimizar las interrupciones en la digestión.
- No alimente ensilaje inestable. Cuando se agrega ensilaje aeróbicamente inestable, puede calentar toda la ración. El ganado simplemente no quiere comer alimento caliente en el verano. Además, el ensilado en caliente es un signo de que se han perdido nutrientes valiosos. Para minimizar el deterioro, realice una alimentación a una velocidad lo suficientemente rápida como para evitar el calentamiento y deseche todo el ensilado mohoso. Para cosechas futuras, los productores pueden usar un inoculante que contenga la dosis alta de Lactobacillus buchneri NCIMB 40788 para ayudar a mejorar la estabilidad aeróbica del ensilado si el calentamiento es un desafío constante.
- Cambie el horario de alimentación. Los productores pueden alimentar dos veces al día para ayudar a maximizar el consumo. Lo ideal sería ofrecer más de la ración mixta total (TMR) en la parte más fresca del día, alrededor de las 8 p.m. a 8 a.m.
- Protéjase contra la clasificación. Asegúrese de que el componente de forraje no se pueda separar y realice flexiones de TMR regulares para fomentar el acceso y la ingesta de alimento.
- Incrementar la disponibilidad de agua. Asegúrese de que haya agua disponible y limpia. Verifique las tasas de actualización del flujo de agua; asegurar que las vacas lactantes tengan acceso a un mínimo de tres pulgadas de espacio lineal por cabeza; y limpie los abrevaderos al menos una vez por semana.
- Ajuste la ración. Para vacas en lactancia, siempre seleccione los forrajes más digeribles y trate de maximizar la inclusión de fibra detergente neutra de forraje (NDF) dentro del límite de apetito de cada pluma. Verifique el perfil de distribución de tamaño de partícula usando un separador de partículas de forraje de Penn State para asegurarse de que la distribución esté dentro de las pautas. La adición de una levadura seca activa (ADY) probiótica, como LEVUCELL® SC, o Saccharomyces cerevisiae CNCM I-1077, puede mejorar la función del rumen y aumentar la digestión de la fibra en las vacas lecheras lactantes.
De hecho, una investigación conducida en la Universidad de Florida sobre vacas lecheras en lactancia ha demostrado que S. cerevisiae CNCM I-1077 mejoró el pH del rumen en comparación con las vacas de control durante condiciones de estrés por calor. Además, las vacas suplementadas con S. cerevisiae CNCM I-1077 tuvieron un mayor rendimiento de proteína láctea y 7.2 por ciento mejoraron la eficiencia alimenticia en comparación con las vacas que no fueron suplementadas.
Los probióticos son especialmente útiles para los productores que experimentan problemas de salud como resultado del calor u otros factores estresantes. Otra cepa probiótica, Saccharomyces cerevisiae boulardii CNCM I-1079, ha demostrado activar positivamente el sistema inmune del ganado en tiempos de estrés.
“Cuando se produce estrés por calor, el rumen normal y la función inmune se interrumpe. Esto empeora los efectos ya significativos del estrés por calor en el ganado lechero “, dice Hall. “Con cambios simples, podemos ayudar al ganado a seguir funcionando bien incluso en condiciones de estrés calórico donde el consumo de alimento disminuye”.
