Para funcionar, los microbios en los inoculantes de ensilado deben ser competentes en el forraje. Los fabricantes de primer nivel aseguran esto en sus variantes de inoculantes de ensilado comenzando el proceso de selección en los mismos ensilados. Existen tres consideraciones principales:
1) Las variantes bacterianas se deben filtrar y seleccionar para las propiedades deseadas
2) Hay que definir la tasa de dosificación
3) La eficacia debe demostrarse en diferentes cultivos y estructuras de almacenamiento
Los organismos beneficiosos son aquellos que producen ácido láctico rápidamente para reducir rápidamente el pH y/o producir ácido acético y/o ácido propiónico para inhibir las levaduras de descomposición y los mohos.
Estos organismos beneficiosos son principalmente bacterias del ácido láctico, que también pueden ayudar a que el ensilado sea anaeróbico. Los organismos necesitan ser filtrados y seleccionados para propiedades específicas, por ejemplo: la capacidad de crecer aeróbicamente y recoger oxígeno del cultivo ensilado; crecimiento rápido y producción de ácido láctico (no siempre están vinculados) para un rango de niveles de humedad y temperaturas. Estos programas de filtrado también eliminan variantes con propiedades negativas, como la degradación de proteínas.
Una vez que las variantes han sido identificadas y filtradas, los fabricantes deben definir y validar la tasa de dosis requerida para lograr el objetivo en el/los cultivo/s.
Finalmente, el producto prototipo debe validarse para diferentes situaciones: diferentes cultivos, diferentes estructuras de almacenamiento y para una amplia gama de condiciones ambientales.
Este proceso es necesario para que el producto funcione en “la vida real” en las granjas. Un fabricante confiable debería poder compartir su proceso e investigación científica con los productores.
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