El ensilado de alta calidad es un alimento rentable que permite una producción de leche óptima. Sin embargo, el ensilado en mal estado puede tener el efecto opuesto, afectando la producción y creando un peligro potencial para la salud del rebaño.
Una preocupación creciente es la presencia de micotoxinas, que pueden ser la fuente de varios problemas importantes que van desde una ingesta reducida de alimento hasta una respuesta inmunitaria suprimida.
Las micotoxinas se producen cuando se estimulan mohos específicos, que son imposibles de evitar por completo en el proceso de cultivo y almacenamiento de alimentos para el ganado. Cuando se alimentan al ganado, las micotoxinas también pueden causar la acumulación de ácido láctico, lo que puede dar lugar a una acidosis ruminal sub aguda (SARA).
SARA es un período sostenido con niveles de pH reducidos en el rumen. Cuando se produce SARA, la capacidad del animal para usar la ración de manera eficiente se ve afectada y puede ocasionar otros problemas de salud más graves, como la laminitis. Esto puede explicar por qué la acidosis y la laminitis también se observan comúnmente cuando las micotoxinas son un problema.1
Para reducir la exposición a micotoxinas, debemos disminuir o eliminar el crecimiento de moho en la producción de ensilado, comenzando con el cultivo en el campo. En el silo, las micotoxinas tienden a ocurrir en puntos calientes. El crecimiento adicional de moho y la producción de toxinas pueden ocurrir cuando hay aire (oxígeno) presente. Esto ocurre típicamente en capas superficiales pobremente selladas de forrajes ensilados, o en parches en el ensilado donde quedaron atrapadas bolsas de aire y el empaquetado fue inadecuado. Los cultivos dañados por el clima (inundaciones, granizo, sequía, etc.), las enfermedades o los animales también son más propensos a la infestación de moho y a la posterior producción de toxinas.
Para ayudar a minimizar el deterioro en el ensilado, use inoculantes de ensilado comprobados. Por ejemplo, el ensilado inoculado con Lactobacillus buchneri 40788 será más resistente al calentamiento y al deterioro ya que este organismo reduce los niveles de levadura, los iniciadores del deterioro. L. buchneri 40788 aplicado a 400,000 CFU por gramo de ensilado o 600.000 CFU por gramo de maíz con alto contenido de humedad (HMC), ha sido revisado de manera única por la FDA y ha logrado una mejor estabilidad aeróbica.
Si identifica un ensilado visiblemente mohoso, deséchelo. Se ha demostrado que alimentar incluso pequeñas cantidades de ensilado estropeado daña la capa de rumen2, donde se produce la degradación de la fibra en el ganado. Cuando la función del rumen se ve afectada, el ganado no puede absorber bien los nutrientes de las fuentes de alimentación.
Para obtener consejos adicionales sobre ensilado, visite www.qualitysilage.com.
1 Acidosis en el ganado lechero. Penn State Extension. Creado el 8 de septiembre de 2004. Consultado el 20 de enero de 2017. Disponible en: http://extension.psu.edu/animals/dairy/news/2004/acidosis-in-dairy-cattle.
2 Whitlock LA, Wistuba T, Siefers MK, Pope RV, Brent BE, Bolsen KK. Efecto del nivel de ensilado estropeado en la superficie sobre el valor nutritivo de las raciones a base de ensilado de maíz. Cattlemen’s Day 2000. Accedido el 21 de mayo de 2015. Disponible en: http://krex.k-state.edu/dspace/bitstream/handle/2097/4652/cattle00pg22-24.pdf?sequence=1.
