Chabertiosis en ovinos y caprinos.

MC María Hortensia Cepeda E.
Coordinación de Ciencia Animal.
Departamento de Ciencias Médico Veterinarias
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Unidad Laguna.
Torreón, Coahuila. México.
[email protected]

MC Martín Castillo R.
Coordinación de Ciencia Animal.
Departamento de Ciencias Médico Veterinarias
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Unidad Laguna.

MVZ Fernando Ramos G.
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Unidad Laguna. Torreón, Coahuila. México.

La producción ovina y caprina representa una de las actividades ganaderas más atractivas y rentables en México, lo que ha motivado a establecer explotaciones en diferentes lugares del país. La infestación por nematodos, es una de las parasitosis más comunes en México, afectando principalmente a los ovinos, por ser una de las especies que por tradición se explotan en condiciones rusticas.

Los parásitos gastrointestinales causan pérdidas importantes en la ovino y caprinocultura, esto representa una importante limitante en la producción y salud animal, ocupando unos de los primeros lugares en frecuencia e impacto sobre el animal parasitado Ciertas condiciones ambientales, aunadas al sistema de producción extensivo, basados en el pastoreo de praderas nativas, favorecen a la presentación de parásitos gastrointestinales, esto adquiere mayor magnitud en las áreas tropicales y subtropicales de México. El parasitismo constituye un problema más serio, cuando las condiciones del medio son favorables para el desarrollo de los estadios en los cuales el parásito permanece fuera del hospedero. Estas condiciones se presentan por lo general en granjas, aunque no por ello las praderas naturales se hayan libres de parásitos. La chabertiasis se manifiesta como una enteritis intensa, que a veces puede ser de consecuencia fatal y que afecta a un grupo de animales.

Introducción

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FIGURA 1. Chabertia ovina donde se observa la boca grande, cápsula bucal, cutícula y esófago (Junquera, 2014).

Los parásitos se definen, como aquellos organismos que con el fin de alimentarse y/o completar su ciclo de vida, dependen de otra especie. Estos pueden alojarse dentro del organismo benefactor llamado huésped, siendo característico que este último sea de mayor tamaño (Gallegos, 2006).

En México, las parasitosis por nematodos, ocupan uno de los primeros lugares dentro de las causas que ocasionan efectos negativos en la producción pecuaria, especialmente en las zonas tropicales y subtropicales, debido a que cuenta con áreas geoecológicas que presentan condiciones favorables para la proliferación de la chabertiasis (Vázquez, 2004; López et al., 2013).

Las enfermedades parasitarias afectan la productividad de los ovinos y caprinos en pastoreo y son consideradas uno de los principales problemas que enfrentan estas especies en todo el mundo (González et al., 2011).

Es de suma importancia para el desarrollo económico de la ganadería, el conocimiento de problemas originados por las parasitosis gastrointestinales de los rumiantes, las cuales provocan trastornos digestivos que interfieren en la nutrición y desarrollo normal del individuo, además de favorecer la presencia de enfermedades secundarias (Cuéllar, 2008).

Importante también es considerar la edad, sexo y raza, se sabe que los cabritos y borreguitos en desarrollo, hasta aproximadamente los dos años, son muy susceptibles a la infección por nematodos, posteriormente adquieren un grado de inmunidad que los protege contra reinfecciones, sin embargo, aun animales adultos llegan a tener pequeñas cantidades de parásitos (Quiroz et al., 2011).

Los nematodos gastrointestinales son los parásitos más frecuentes de los ovinos y caprinos, especialmente en zonas templadas y húmedas donde la producción pecuaria es bajo pastoreo. Esta es una enfermedad que causa gastroenteritis, las cuales son generalmente endémicas, de curso crónico y mortalidad baja, retraso en el crecimiento, disminución en la producción y en ocasiones anemia.

Los hábitos de los ovinos, tales como consumir pasto al ras del suelo, favorecen la ingestión de las larvas, cuya presencia se debe al manejo inadecuado de las praderas. Además cabe mencionar que las larvas y huevecillos que viven en los pastos suelen fluctuar de acuerdo a la estación del año; encontrándose una mayor concentración de éstos, en la época de las lluvias (Valdez, 2006).

Causa un impacto económico en los productores, fundamentalmente porque atenta de forma directa contra los índices productivos como: retraso en el crecimiento, desnutrición, baja conversión alimenticia, pérdida de apetito, llegando incluso a causar la muerte de los animales (Dildo, 2007; Rodríguez y Cob, 2001). El orden strongylida (Nematoda) comprende ocho superfamilias de las cuales Trichostrongyloidea contiende la mayoría de los géneros más frecuentes en los ovinos y caprinos como Haemonchus, Trichostringylus, Teladorsagia y Cooperia, Molineoidea, géneros como Nematodirus y Dictyocaulus, Strongyloidea, los géneros Chabertia y Oesophagostomum y Ancylostomatoidea, el género Bunostumum (Suárez et al., 2002).

SinonimiasChabertiosis en ovinos y caprinos. Chabertiosis ovinos caprinos 6

Se le puede llamar de varias maneras: Chabertiosis o Chabertiasis, Lombriz de boca grande o Gusanos nodulares.

Morfología general

Chabertia ovina es una larva provista de vaina delgada, de tamaño grande, morfológicamente es muy parecida a la del Oesophagostomum. Pertenece al grupo de las de cola grande (Bautista, 2010).

La infestación con Chabertia ovina forma nódulos en la pared intestinal de sus hospederos (Stffan et al., 2012; Junquera, 2014). Chabertia ovina se localizan en el intestino grueso, en el colon, de ovinos, caprinos, bovinos, corzos y otros rumiantes de todo el mundo, es uno de los nematodos de rumiantes más fácil de identificar por su tamaño, de 1 a 2 cm de largo (Quiroz, 2005; Pato, 2011).

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FIGURA 2. Extremo posteriorde la hembra de Chabertia spp (Fiel et al., 2011). FIGURA 3. Extremo posterior del macho de Chabertia ssp (Fiel et al., 2011).

Es un nematodo intestinal con una boca grande (Boaman, 2001). Es de color blanco y corpulento (Kassai, 2002). Los machos miden de 13 a 14 mm de longitud x 320 a 340 µm y tiene un esófago largo 1.1 a 1.35 mm. Las hembras tienen un tamaño de 17 a 20 mm x 500 µm; la parte posterior del cuerpo se va estrechando gradualmente y termina abruptamente en una extremidad distal corta y puntiaguda de 200 a 230 µm (Herrera, 2012).

En su extremo anterior presenta un ensanchamiento de la cutícula que forma una pequeña vesícula cefálica que puede ser lisa o estriada. Tiene una hendidura cervical y la cápsula bucal es grande, globulosa, algo alargada y sin dientes en el fondo. La abertura bucal está en posición antero-ventral, con dos coronas de dientes pequeños, triangulares y puntiagudos en su borde (Pato, 2011).

Hay un surco cervical ventral poco profundo y en su extremo anterior hay una vesícula cefálica ligeramente inflamada. La bolsa copuladora del macho está bien desarrollada, presenta papilas prebursales y sus espículas largas y delgadas miden de 1.3 a 1.7 mm de longitud con la parte terminal ligeramente aplanada (Pato, 2011).

El gubernáculo mide de 80 a 100 µm. La vulva de la hembra se sitúa a 400 a 500 µm de la punta de la cola y se abre a unos 0.4 mm del extremo posterior (Figuras 2 y 3). Los huevos son ovoides y miden de 90 a 105 x 50 a 55 micras y son eliminados con las heces del hospedador (Figura 4 ) ( Quiroz, 2005). Las hembras pueden prodicir 3,000 huevos por día a lo largo de toda su vida (Martínez, 2008).

 

Localización Geográfica

Los nematodos gastrointestinales están ampliamente distribuidos en los países tropicales y subtropicales, especialmente en aquellas regiones donde los pastos constituyen la base alimentaria de los rumiantes, y las condiciones climáticas, principalmente la temperatura y la humedad, favorece la eclosión y el desarrollo de los huevos hasta larvas infectantes durante todo el año (Sosa et al., 2005; Kassai, 2002).

Estadística a nivel internacional y nacional de Chabertia ovina

Varios estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional, coinciden con el presente artículo, en señalar altos porcentajes de infecciones por helmintos parásitos en ovinos clínicamente sanos. En Estados Unidos, revelaron un 96% de animales positivos.

En Irán, señalaron un 100% de ovinos positivos en una muestra de 250 animales. En Chile, encontraron un 93,8%. En Temuco, encontraron 98% de animales positivos.

Austria, describe un total de 3 especies en intestino grueso, siendo éstas: Trichuris skrabini (28,3%), Trichuris ovis (48,3%) y Chabertia ovina (23,3%). En Alemania, encuentran 7,7% de Chabertia ovina (Nitor, 2006).

En México, en la región del Cañón de Fernández, en Durango, la frecuencia de Chabertia ssp, es de 93,55% en caprinos y ovinos un 50%, siendo animales menores de un año de edad los más afectados (Romero, 2014).

De acuerdo a un estudio realizado en Campeche el nematodo más frecuente fue Chabertia ssp., 66,94% (Robles, 2010).

En Veracruz, en la Región de Perote, la especie identificada fue Chabertia ssp, en un 22. 72% (Vergara, 2005).

En Culiacán, Sinaloa, se reportó Chabertia ssp, en un 3, 32% (Badilla, 2012).

En el Municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo, se reportó Chabertia ovina, 71.5% (Mendoza, 2014).

Ciclo biológico

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FIGURA 4. Huevo de Chabertia ssp (Fiel et al., 2011).

Los huevos salen en las haces, en condiciones favorables de temperatura y humedad la primera larva L1, aparece en el primer día, se alimenta, muda, se forma de segunda larva L2, que se alimenta y llega al estado de tercera larva L3, en un lapso de 5 a 7 días. Conserva la muda de la segunda larva y no se alimenta. Después de la ingestión la tercera larva L3 muda en el colon y penetra a la pared intestinal en donde crece, muda y en seis días llega al estado de larva cuarta L4, mide 1040 micras y tiene una cápsula bucal. A los 25 días se encuentran las formas juveniles en el intestino. El período prepatente es de 47 a 54 días (Quiroz, 2012).

Los huevos y larvas infectantes necesitan para evolucionar a estados infectantes, temperaturas de 18° a 12°C. Se encuentran frecuentemente en áreas de clima templado a frio y las larvas infectantes sobreviven las bajas temperaturas, por debajo de los 9°C retarda el desarrollo (Reyes, 2008).

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FIGURA 5. Macho adultode Chabertia ssp. (http://www. link.vet.ed.ac.uk/parasitology/ infectionAndlmmunity/ P_08Nematodes/ Parasites/chabertia/ chabertiaMaleWhole.htm)

El ciclo de estos parásitos es directo, es decir, transcurre por dos fases: una en el medio ya descrito y otra en el hospedador, que comienza con la ingestión de Larva L3 infestante junto con la hierba contaminada. En el aparato digestivo muda la Larva L4, preadultos y adultos. Estos últimos comienzan a reproducirse aproximadamente a los 21 días postinfestación (Figura 6). Esta duración puede verse modificada según la respuesta inmunitaria del hospedador (Varcáncel, 2010).

El lugar predilecto es en el colon de las ovejas y cabras. La hembra de Chabertia ovina ovoposita 3,000 huevos por día. La infestación se produce por vía oral, el ciclo biológico incluye dos fases: exógena y endógena (Martínez, 2008).

Fase no parasitaria

Inicia cuando los huevos en estado de blastómero con 8 ó 32 células, dependiendo de las especies, son eliminados en las heces de huesped. En el suelo, dentro del huevo se desarrolla la L1, que eclosiona, se alimenta, muda y pasa a larva de segundo estadio L2, que se alimenta, muda y se convierte en larva infectante L3, la cual no muda y no se alimenta, abandona la materia fecal y migra hacia el pasto en donde será consumida por el huésped. El tiempo de desarrollo desde huevo hasta L3 está fuertemente influenciado por la temperatura, ocurriendo a los 27°C en 7 a 12 días, pero puede prolongarse a dos o tres meses (Quiroz, 2011; Molina, 2005).

La tercer larva L3, es en realidad la fase infectante de este nemátodo. La primera y segunda larva no pueden afectar a un nuevo hospedero y si son ingeridas por algún animal son destruidas por acción de los jugos gástricos. La tercera larva es activa y capaz de subir a los tallos y hojas que sirven de alimento a los hospederos, de esta manera se favorece su ingestión por vía oral, constituyendo la última etapa del ciclo biológico fuera del hospedero definitivo (Quiroz,1990).

Fase parasitaria

Los rumiantes se infectan cuando ingieren la L3 que se encuentra en el pasto. La L3 entra en contacto con la mucosa intestinal, penetra profundamente entre los espacios de las vellosidades o en las glándulas y forman un nódulo, en donde parasitan a L4 y posteriormente, ya en la luz del órgano se encontrarán con L5 (juvenil o preadulto), después alcanzarán la madurez sexual, copularán y comenzarán a depositar huevos cerrando el ciclo. El periodo prepatente varía entre 14 y 28 días (Quiroz, 2011; Lugo, 2002 ).

Bajo algunas circunstacias (que no están debidamente aclaradas), las larvas pueden detener su desarrollo durante la temporada de invierno o sequía y posteriormente reactivarse en una época más favorable (primavera o estación de lluvias) y contaminar las pasturas con una gran cantidad de huevos (Quiroz, 2011).

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FIGURA 6. Ciclo de vida de la Chabertia ovina (Elsheikha, 2009).

Patogenia

La L3 llega al intestino, penetra la pared de la mucosa generandole un trauma, produciéndole unos puntos hemorrágicos y a su vez ejerce una acción mecánica por presión y obstrucción sobre las células vecinas. Esta larva una vez que se encuentra dentro de la mucosa, comienza a ejercer una acción hematófaga e histófaga de poca duración durante su etapa de desarrollo tisular. Este parásito es capaz de realizar hipobiosis una vez que penetra la mucosa intestinal, durante este proceso sólo ejerce la acción de presión sobre las células vecinas ( Argüello, 2007; Quiroz, 2002).

La respuesta inmune se da principalmete por la acción de L3 y L4 cuando ya está en la luz intestinal, ésta comienza a activarse por las excretas, las secreciones y la muda. A su vez es importate recalcar la acción bacteriana, la cual comienza a manifestarse en el momento que la L3 sale de la mucosa intestinal, las bacterias van a la pared del intestino y forman pequeños abscesos. La acción de los parásitos adultos es adherirse a la mucosa intestinal con su gran cápsula bucal y no se alimenta de sangre, por lo tanto tienen que estar cambiando de sitio permanentemente, lo que produce un trauma y pequeñas úlceras sangrantes a lo largo del colon. La presencia de estos parásitos en el intestino hace que la absorción de agua y en menos cantidad de alimento no sea adecuada (Argüello, 2007; Ortiz, 2013).

Tratamiento

Las medidas preventivas y de control se realizan mediante productos antihelmínticos. Se emplean sobre todo los benzimidazoles como el albendazol, fenbendazol y oxfendazol, actúan sobre parásitos adultos, larvas y huevos. Los imidazotiazoles como el levamisol, tretramidasol, son eficaces contra formas adultas, y los endectocidas, invermectina, moxidectina, presentan efecto adulticida y larvicida (Angulo, 2005; Junquera, 2014). Se recomienda los benzimidazoles de uso común para los helmintos gastrointestinales de uso en rumiantes (Guest, 2002).

La fenotiacina se ha utilizado con buenos resultados. Bajas dosis evitan la proliferacion de huevos o heces que sean infertiles. El tiabendazol en dosis de 50 a 80 mg/kg. El albendazol en dosis de 2.5 a 20 mg/kg. El parbendazole en dosis de 20 mg/kg. Invermectina en 200 mg/kg subcutánea (Quiroz, 2002).

Literatura citada

1. Angulo F.j. 2005. Nematodosis gastrointestinales. Cátedra enfermedades parasitarias. Facultad de Medicina Veterinaria y Zooctecnia. Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. Pág. 382.
2. Argüello L.D. 2007. Control de endoparásitos por medio de productos Homeopáticos en un rebaño en el Departamento de Cundinasmarca.
3. Baldilla M.C.N., Enríquez V.I., Solis C.D., Barraza T.C.L., Castro del Campo N., Cota D., Quintero O.I., Borbolla I.J., Robio R.C., Romo R.J.A., y Gaxiola C.S.M. 2012. Estudio retrospectivo en la frecuencia de parásitos gastrointestinales en ovinos de Culiacán, Sinaloa. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Pág. 1-4.
4. Bautista C.R. 2010. Diagnóstico de enfermedades parasitarias selectas de rumiantes. Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Parasitología. 1ª Ed. Jiutepec, Morelos, México. Pág. 71.
5. Boaman D. 2001. Parasitología para Veterinarios. 9ª Ed. Barcelona España. Editorial Elsevier. Pág. 176.
6. Cuéllar O. J. A. 2008. Nematodiasis gastrointestinal ovina, una enfermedad que retrasa en el crecimiento y mortandad. Revista electrónica Veterinaria. Pág. 245-279.
7. Cuéllar O.J.A. 2012. Medidas preventivas y de control para las enfermedades parasitarias en ovinos con mayor presencia en el trópico. Facultad de Estudios Superiores Cuautitlan. Universidad Nacional Autónoma de México. Pág.34-60.
8. Dildo M. L. 2007. Resistencia a los antihelmitos en nemátodos de rumiantes y estrategias para su control. Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica y Colciencia. Bogotá, Colombia. Pág. 7.
9. Elsheikha H. M. 2009. Persistent ovine parasite control. Veterinary Times. Dispinible: http://www.vetsonline.com/publications/veterinary-times/archives/n-39-45/persistent-ovine-parasite-control.html .
10. Fiel R. P., Steffan P. E. y Ferreyra D. A. 2011. Diagnóstico de las parasitosis más frecuentes de los rumiantes. Técnica de laboratorio

Artículo publicado en Entorno Ganadero

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