Por redacción de BM Editores
Con relación a la decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de retirar a partir de 28 de octubre de este año el estatus zoosanitario de acreditado al estado de Sinaloa por registrar supuestamente incidencias de Tuberculosis Bovina (TB), con lo cual se ven afectadas solamente las exportaciones de ganado en pie a ese país, el presidente de la Unión de Engordadores de Ganado de Sinaloa Ing. Juan Ley Zevada lamentó esta decisión y aclaró que no se puede atribuir esta decisión a los engordadores ya que han operado bajo los más altos estándares de sanidad e inocuidad con el fin de asegurar la calidad óptima de sus productos y acreditar el cumplimiento de las más estrictas certificaciones nacionales e internacionales.
Ante ello, el Ing. Ley comparte en entrevista telefónica para BM Editores, su opinión sobre las recientes declaraciones del secretario de Agricultura y Ganadería de Sinaloa, Manuel Esteban Tarriba Urtuzuastegui, en el sentido de que por la falta de cooperación de los engordadores de la entidad se dio esta incidencia de la enfermedad.
El también representante de la Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado (AMEG) en Sinaloa aclaró que la decisión del USDA no exige regulaciones sobre la producción de carne; “la exigencia es nada más para las exportaciones de ganado en pie”, señala, sin embargo, comenta que el Gobierno del Estado y el Comité de Fomento y Protección Pecuaria de Sinaloa la están haciendo extensiva a la engorda de ganado, por lo que solicitó separar el sector criador del engordador para darle un enfoque de impulso a la vocación natural del estado de Sinaloa, que es la engorda, con lo cual se pudiera crecer hasta el doble de becerros y la comercialización estaría cubierta por los ganaderos de la entidad.
A pesar de ello, dijo, han cumplido en todo momento con las disposiciones que les fueron impuestas por el Comité de Fomento para acatar las recomendaciones del USDA, aun cuando éstas fueron diseñadas y establecidas para las exportaciones de ganado en pie y no para las engordas.
Denunció también la aplicación de cuotas muy fuertes, impuestas unilateralmente por parte del Comité de Fomento en los últimos 18 meses, por lo que urgió a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SADER) a revisar el tema; “esta sobrerregulación al final de cuentas genera costos innecesarios y el efecto que tienen es una pérdida de competitividad en el sector engordador, pero principalmente en el criador, ya que las aportaciones están por encima de los costos de producción a nivel nacional”, comenta.
Explicó que estas cuotas son de 95 pesos por cabeza movilizada y que son aproximadamente 500 mil cabezas, y que se llegan a movilizar hasta tres o cuatro veces, lo que da un total de entre 140 y 180 millones de pesos, ya que se transportan de la cría al acopio, a la engorda y finalmente al sacrificio.
Aparte –indicó- hay un protocolo de revisión mensual por parte del Comité y se deja evidencia que el sector engordador ha cumplido con cada una de ellas, aunque sea un tema de sobrerregulación, porque piden requisitos que el mercado no exige.
“Se realizan monitoreos constantes por parte del personal del Comité de Fomento y ellos son los que están avalando la operación de las engordas mensualmente”, añade.
“Los engordadores, dijo, somos unos convencidos que los sistemas de trazabilidad son elementales para el desarrollo del mercado y son justamente los que nos permiten entrar a los mercados más exigentes, entonces para nosotros es un tema prioritario, sin embargo, vemos innecesarios todos los protocolos que pone el Comité de Fomento”.
Explicó que para los mercados que atiende el sector engordador de ganado de Sinaloa, la TB y Brucelosis Bovina (BB) no es un tema que preocupe, porque ambas enfermedades, una vez muerto el animal, no hay riesgo de contaminación o propagación; además el 95 por ciento de la carne que se procesa en Sinaloa se hace en plantas Tipo Inspección Federal (TIF) y sus protocolos tienen el más mínimo indicativo de potencial contaminación, en automático se va a planta de rendimiento.
En este tenor, -comentó- la Unión de Engordadores se pronuncia porque aquellas medidas regulatorias y de control sanitario que se impongan, derivadas de la estrategia que se impulse para recuperar el estatus zoosanitario de la entidad, que se establezca una diferenciación clara entre los corrales de exportación de ganado en pie y aquellos de finalización intensiva para la producción de carne, pues los engordadores no pueden continuar siendo sujetos a una regulación para un fin completamente distinto a la labor que desempeñan.
Recordó que estas acciones son parte de un plan estratégico entre Estados Unidos y México para la colaboración del combate a la TB, con una vigencia del 2013 al 2018, sin embargo este convenio ya venció y no se ha renovado, por lo que se sigue trabajando bajo este mismo marco.
“Cabe mencionar que este convenio consta de varias acciones, en el cual hay medidas conjuntas que deben cumplir, una de ellas es reducir y potencialmente eliminar la TB y la BB de la región, también hay medidas que exige Estados Unidos, una de ellas, que ofreció México, es el tema del control y movilización de las engordas y esta decisión no la está pidiendo el USDA, la ofreció nuestro país y lo que pide la contraparte es que se cumpla de manera voluntaria”.
El también presidente de Mexican Beef, una organización de la AMEG, enfocada en promover e incrementar la exportación de carne de bovino mexicana, señaló que los engordadores están enfocados principalmente a la exportación de carne, principalmente a Estados Unidos, que demanda 160 mil toneladas de lomos, lo mismo que Japón, Corea, vísceras y cortes con hueso, sin embargo su principal mercado es el nacional.
Habló del abasto de becerros para engorda y explicó que cuando les hace falta lo compran principalmente en estados como Nayarit, Durango, Sonora, Chiapas y Tabasco, entidades que tienen una amplia vocación para la cría; en el caso de Sinaloa, es básicamente engordador, además consumen cerca de un millón 700 mil toneladas de granos, por lo que apoyan en la economía de otros sectores como el agrícola.