Redacción BM Editores.
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA), que preside su presidente, Jorge Esteve Recolons señaló que la decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), de reabrir, en una primera etapa el puerto de Douglas, Arizona, hoy, 7 de julio a las exportaciones mexicanas de ganado en pie, es un avance significativo y sostenido de la vigilancia epidemiológica, control de movimientos y acciones de erradicación de la plaga gusano barrenador del ganado (GBG) en nuestro país.
Señaló que esta medida escalonada, que inicia hoy, responde al trabajo técnico y coordinado entre autoridades sanitarias de ambos países para contener el brote del GBG y un reconocimiento del USDA en el combate y erradicación de esta plaga y a los exportadores de ganado en pie
Desde el cierre temporal de los cruces fronterizos el pasado 11 de mayo, el gobierno de México, ha liderado una respuesta integral y técnica que ha sido clave para avanzar hacia esta reapertura.
El CNA, indicó su presidente, extiende, también, un reconocimiento público al sector ganadero nacional, en particular a los productores organizados en la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) y a los integrantes de la Asociación Mexicana de Productores de Carne (AMEG), por su responsabilidad, colaboración y compromiso con la sanidad animal.
Asimismo, reconoce el papel de los gobiernos estatales, que han implementado acciones específicas de control, inspección y trazabilidad para contener el avance de esta plaga.
Entre las acciones destacadas que se han tomado se encuentran: dispersión semanal de más de 100 millones de moscas estériles, lo que ha permitido frenar la propagación del GBG; cinco misiones técnicas del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS, por sus siglas en inglés) en territorio mexicano, que constataron los avances en campo y el fortalecimiento del control de movimientos y medidas de bioseguridad en entidades estratégicas.
Esteve Recolons expresó que el CNA reitera su compromiso con la sanidad animal, el comercio responsable y la cooperación técnica binacional como elementos esenciales para la competitividad del sector agroalimentario.