“Nacida para trascender”
En este importante trabajo reporteril, presentamos a Marilú Abrego Chávez, en él, y de forma resumida, descubrimos a la persona, a la Madre, a la hija, a la mujer, a la profesionista, a la empresaria, a la luchadora gremial, a la líder ganadera, entre otras de sus valiosas virtudes.
Me gustaría que me recordaran mis hijos como una mamá que se esforzó por estar lo más presente posible en cada una de las etapas de su vida, una mujer que todo lo que hizo fue apegado a la honestidad y respeto, una mujer apasionada de su trabajo, pero sobre todo una madre enamorada de ellos, agradecida con Dios y bendecida por tenerlos como mis hijos.
Soy Marilú Ábrego Chávez, una mujer que trabaja para hacer sentir muy orgullosa a su familia y a los queretanos, una persona humana y una líder ganadera reconocida a nivel nacional.
Nací en la ciudad de Querétaro. Mis padres son don Rafael Ábrego Osornio y doña Ángela Chávez Hernández.
Soy una mujer nacida de la cultura del esfuerzo, convertida en una empresaria, e intento ser un ejemplo para las nuevas generaciones.
Siguiendo el ejemplo de mis padres, desde que estaba en la preparatoria tenía que llegar pronto a su casa para recibir diariamente el reporte de los choferes de la empresa familiar, y en vacaciones trabajar en el expendio de pollo y vacunar a los pollos.
De igual manera, todo el amor, la alegría, la unidad, el respeto y el apoyo que recibí de mis padres, lo proyecto a cada momento con mis hijos y nietos, con los que disfruto en los viajes, en particular me encanta Tailandia, parece sacada de un sueño, pero mi favorita es Venecia, por su increíble arquitectura.
Fui la primera mujer a nivel nacional, en dirigir la Confederación de Porcicultores de México. En su tiempo, había dos grandes organizaciones de productores, y luego de muchos años, logré unir a todos los porcicultores del país en la Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex).
Yo comencé en esto de las organizaciones, a invitación de un grupo de productores de la Asociación Ganadera Local de Porcicultores, que fueron los que me propusieron participar en el Consejo Directivo como Presidente. Este cargo me permitió asistir a las reuniones del Consejo Directivo de la Confederación de Porcicultores en CDMX, siendo la única mujer que acudía en calidad de Presidenta de un estado. Después me nombraron Vicepresidente y luego Presidente nacional, siendo la primera mujer en ocupar el cargo.
Como líder ganadera, mi mayor reto fue que tuvieran confianza en mi capacidad.
Llegar a ese nombramiento, no fue fácil. Llevó su tiempo. Un organismo que, por muchos años, siempre estuvo representada por hombres. A través de la constancia y liderazgo fue que me gané su confianza y que creyeran en mí.
Y por supuesto demostrar con hechos, que una mujer tenía la misma capacidad que un hombre para ser Presidente de la Organización.
Considero que la mujer juega un papel muy importante en el sector agropecuario, siempre hemos estado presentes desde la siembra hasta la cosecha, pero en los puestos directivos son muy pocas las que hemos logrado alcanzar un espacio en este medio ocupado en su mayoría por hombres. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de cumplir de la mejor manera posible estos cargos que nos están confiando desempeñar.
Quiero ser considerada como una mujer nacida para trascender: con metas, objetivos, generadora de empleos, con pasatiempos, siempre innovando, disfrutando la vida y dejando legados familiares y empresariales.
La mayor enseñanza que me deja mi papá es que los sueños son posibles, pero también tenemos que involucrar valores como amor al trabajo, honestidad, el esfuerzo y el amor a la familia. La enseñanza que me deja mi mamá, es su generosidad, su alegría, su amor por la vida, su apoyo en todo momento.
Soy amante de la buena lectura, mi libro favorito es Cumbres Borrascosas de Emily Bronté, y mi mensaje favorito es: “Reunirse en equipo es el principio, mantenerse en equipo es el progreso y trabajar en equipo asegura el éxito”, frase de Henry Ford.
