Salud Intestinal: gran desafío para la producción avícola

DVM, MS, ACPV Dr. Timothy S. Cummings,
College of Veterinary Medicine Mississippi State University

La salud intestinal es el sistema más crítico de manejar cuando se quiere optimizar el desempeño en la avicultura comercial de hoy. El desarrollo y la maduración del tracto gastrointestinal pueden verse afectados por una diversidad de factores que incluyen la genética, la nutrición, el manejo y los problemas de salud. El mantenimiento de un intestino funcionando normalmente durante el crecimiento también es vital para minimizar los efectos de los desafíos entéricos que se presentarán en el campo. Se requiere un abordaje programático integral para lograr un tracto GI saludable que se traduzca en mejores rendimientos, conversión del alimento y ganancia de peso diaria.

A fin de empezar a entender cómo promover en la mejor forma la salud intestinal, se deben conocer los principales procesos fisiológicos implicados y las funciones que desempeña el tracto intestinal. Es uno de los órganos más grandes del organismo, a pesar de que muchos no consideran que el tracto GI sea un “órgano”. Se trata del órgano metabólicamente más activo del organismo, con una importante actividad e influencias de carácter hormonal. Tiene un sistema inmune muy eficiente aun cuando está “organizado” en unos pocos puntos a lo largo del tracto GI. Finalmente, es el hospedero de miles de millones de microorganismos de naturaleza muy dinámica, que pueden fluctuar notablemente en número y tipo, dependiendo de una multiplicidad de influencias. A pesar de la naturaleza aparentemente compleja de todos estos sistemas que interactúan para tener un intestino normal, existen prácticas de manejo sencillas que pueden ayudar a promover y a mantener la salud intestinal.

Desde el punto de vista práctico, los intestinos de las aves empiezan a desarrollarse inicialmente durante el proceso de incubación del huevo. Los nutrientes del embrión y los anticuerpos maternos de las gallinas reproductoras son importantes y, por ende, una adecuada nutrición de la reproductora y los programas de vacunación diseñados estratégicamente, también juegan un papel fundamental. Un adecuado perfil de incubación es esencial para optimizar la eclosión y la calidad del pollito, pero también puede tener un efecto sobre el desarrollo de los órganos internos. Por ejemplo, se ha documentado que las temperaturas de incubación excesivamente elevadas reducen los pesos del corazón, el hígado, el proventrículo, la molleja y los intestinos delgados al momento de la eclosión, en comparación con los controles.

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Esto pudiera retrasar el desarrollo intestinal, aun cuando el pollito parezca normal. Basta decir que el manejo de la incubadora puede ser una oportunidad crucial para optimizar el desempeño del intestino.

La primera semana después de nacido el pollito es crítica para la iniciación y el desempeño del intestino. Son varios los factores que actúan en contra del pollito y que deben manejarse adecuadamente para ayudar al ave a maximizar su potencial. Por ejemplo, el pollito inicialmente tiene una termorregulación inmadura y rechazará el alimento cuando está frío. Tiene que hacer la transición de un perfil de nutrientes basado en el “huevo” a uno basado en el “alimento”, a la vez que sus capacidades digestivas y de absorción son limitadas. El pollito también tiene una deficiente actividad enzimática y un sistema inmunológico inmaduro durante un período cuando lucha por establecer una microflora intestinal estable. Afortunadamente, hasta cierto punto, todos estos aspectos se pueden ver influenciados por el manejo, a fin de minimizar los efectos negativos que puedan tener sobre el desempeño.

Un aspecto vital para el manejo de la salud intestinal es lograr que los pollitos empiecen a comer lo antes posible. Se ha documentado que la demora en el consumo reduce la tasa de aprovechamiento de la yema, suprime la actividad tiroidea, inhibe el potencial de crecimiento muscular y suprime las respuestas inmunológicas iniciales. La demora en el consumo de alimento reducirá la altura de las vellosidades intestinales y la velocidad de migración de los enterocitos, que en ambos casos son críticas para maximizar la captación de nutrientes. Simplemente no existe substituto a lograr que los pollitos empiecen a comer inmediatamente, pues esto influirá de manera positiva sobre el desarrollo intestinal, lo cual as u vez mejorarán el rendimiento y el desempeño. Todos los esfuerzos de manejo durante las primeras 24 horas críticas después del nacimiento, deben enfatizar la comodidad del pollito y el acceso al alimento/agua, a fin de estimular a los pollitos para que coman.

Un aspecto de la nutrición iniciado- ra del pollito que debe ameritar mayor atención son las raciones avícolas actuales. En los Estados Unidos, los alimentos avícolas son a base de maíz y el pollito de un día de nacido aún no tiene la capacidad para aprovechar totalmente este tipo de raciones en virtud de sus intestinos inmaduros. Deben considerarse alternativas de fácil digestibilidad en las dietas pre-iniciadoras que correspondan a la capacidad del intestino del pollito. NuPro® es un ejemplo de un producto conveniente porque contiene ciertos nutrientes esenciales como nucleótidos, aminoácidos y péptidos, necesarios para los enterocitos de rápido crecimiento. Ciertamente, existen otros ingredientes a considerar, pero es necesario justificar cualquier incremento en los costos de los insumos. Sin embargo, tenga presente que el mejor lugar para determinar el verdadero retorno es el costo por libra que sale de la planta procesadora, en donde es posible medir el rendimiento, especialmente en los pollos de engorde más grandes.

El proceso de establecer una microflora normal también es esencial para preservar la salud y la eficiencia. Antigua- mente, el pollito recién nacido se exponía inmediatamente a las deyecciones de la gallina, las cuales contenían una microflora madura a partir de la cual, con el tiempo, el pollito obtenía su flora normal. En la actualidad, los huevos limpios se ponen en incubadoras higienizadas y los pollitos que allí nacen suelen colocarse sobre cama nueva que no tiene una microflora establecida. A pesar de que esto no es el caso cuando se colocan camas sobre camas, el pollito empezará el proceso de desarrollar una microflora a partir del medio ambiente en el cual se encuentre. Es crítico manejar este proceso pues la constitución de la microflora tendrá un impacto definitivo sobre la salud intestinal y el desempeño. Sin embargo, es necesario comprender ciertos conceptos.

La microflora y el micro-ambiente varían a lo largo del tracto GI. Para fines de simplificar, ciertos tipos de bacterias tienden a predominar en determinadas zonas del intestino, en función principalmente de las diferencias en pH, la viscosidad, el potencial redox, etc., que se presentan a lo largo de los intestinos. Ciertas bacterias intestinales con más conducentes al mantenimiento de la salud intestinal que otras, mientras que algunas bacterias pueden dañar los intestinos bajo las circunstancias apropiadas. Todo el concepto de exclusión competitiva se basa en permitir la colonización del intestino con “bacterias buenas” que impidan que las bacterias patógenas se adhieran o superen en número a la microflora normal. Entre más temprano se exponga a los pollitos a las “buenas bacterias”, más rápido se establecerá una microflora normal estable que luego eliminará a los posibles patógenos. Esto a su vez produce menos daño intestinal y/o inflamación, lo cual conlleva a un mejor aprovechamiento de los nutrientes. Para este fin se utilizan los probióticos.

Existe una amplia gama de probióticos que pueden utilizarse en la industria avícola para promover una microflora saludable, pero debe saberse que los productos son muy distintos en términos de su constitución y vía de administración. Siga las recomendaciones de cada fabricante para su producto en particular, pues suele haber ciertos matices asociados a cada producto. Es mejor exponer a las aves a los probióticos lo antes posible para iniciar el proceso de colonización, pero también debe saber que pueden ser necesarios varios ciclos para que se alcance el máximo potencial. Aun cuando usted puede influir sobre la microflora individual de cada ave con relativa rapidez, toma tiempo cambiar la microflora de las camas sobrepuestas. Las experiencias y opiniones sobre los probióticos son variables y puede ser difícil apreciar cabalmente su beneficio si su único patrón de medida está vinculado al desempeño. Pareciera que los probióticos sí tienen un papel definitivo en el manejo de la microflora intestinal, especialmente si otro de los objetivos es reducir la salmonella.

Los antibióticos promotores del crecimiento (APCs) han sido la piedra angular de los programas de salud intestinal durante décadas, pues se ha documentado que mejoran las eficiencias del alimento y la tasa de ganancia. En parte funcionan controlando la población de Clostridia spp. en la microflora, que son los iniciadores primordiales de la enteritis necrosante. Cada vez hay una mayor preocupación respecto al uso de antibióticos y los problemas de resistencia a los antibióticos en medicina humana, por lo cual se prohibieron en Europa. Algunos clientes de carne de aves y otros países tienen restricciones con relación al uso de promotores del crecimiento en la producción pecuaria y pareciera que los APCs se restringirán aún más en algún momento en el futuro. Se han utilizado en el campo otros ingredientes nutricionales alternativos como los prebióticos, las enzimas, los aceites esenciales, los ácidos orgánicos y las hierbas/especias, para reemplazar a los antibióticos promotores de crecimiento.

Los prebióticos tales como los manano-oligosacáridos (productos tipo MOS) se han venido utilizando cada vez más en el alimento, para ayudar a promover la salud intestinal. Funcionan básicamente adhiriéndose a ciertas bacterias patógenas como el E. coli y la Salmonella, previniendo así su adhesión a las paredes del intestino. Dentro de esta categoría se destaca un producto en particular (Bio-Mos®) con relación a la cantidad de investigación que documenta el mejor desempeño gracias también a una menor inflamación intestinal y menos estrés inmunológico que, en última instancia, mejora la absorción de nutrientes y produce una microflora más estable. Pareciera haber marcadas diferencias entre los productos de esa categoría, de manera que el precio no debe ser el único factor a tomar en cuenta cuando se piense en prebióticos. Una vez más, los prebióticos deben ser parte de un programa integral, además de ser un componente importante.

También se ha recurrido al uso de acidificantes en la dieta, ácidos orgánicos, aceites esenciales y ciertas hierbas/ especias, tales como la canela y el tomillo a fin de ayudar a mejorar y mantener la integridad intestinal y el desempeño en ausencia de antibióticos. Una vez más, existen varios productos para elegir, con diferentes modos de acción. Cada uno ocupa un lugar y suelen ser sinérgicos con otros productos como algunos probióticos. En el campo los resultados de desempeño han sido mixtos, pero no olvide que cada complejo tiene su propio perfil único de crecimiento, carga de patógenos y otras influencias que pudieran explicar el origen de estos resultados variables.

El mayor costo de los granos y de otros ingredientes del alimento es la mayor preocupación de los productores avícolas en este momento y, en consecuencia, ha aumentado el uso de granos alternativos y otros ingredientes. Las enzimas deben ser más atractivas durante estas épocas, para ayudar a reducir ciertas especificaciones de nutrientes, así como para mejorar el efectivo aprovechamiento de ciertos nutrientes esenciales a partir de ingredientes de pobre digestibilidad. Deben permitir una digestión más completa de ciertos ingredientes alimenticios, especialmente de las aves jóvenes con sistemas digestivos inmaduros, como ya se mencionó. El costo de inclusión de las enzimas debe justificarse, pero el uso de enzimas se debe evaluar más detenidamente, especialmente en épocas cuando los precios son más altos. La eterna pregunta de: “¿Podemos darnos el lujo de usarlas?” tal vez deba cambiarse por “¿Podemos darnos el lujo de no usarlas?”

El control de la coccidiosis es un factor crucial que se debe monitorear, pues ciertamente puede tener un impacto sobre la salud y la integridad intestinal. Las parvadas van a estar expuestas a coccidias y la industria avícola ha utilizado coccidiostáticos como aditivos al alimento o vacunas vivas para controlar este patógeno. Es esencial conocer los patrones típicos del ciclo de las coccidias en los distintos programas, a fin de evaluar la salud intestinal en el campo, pues habrá un cierto grado de enteritis (clínica o subclínica) asociada al período pico de provocación de las coccidias. Resulta crítico minimizar estos períodos de inflamación intestinal, pues metabólicamente resulta costoso para el ave y pudiera perturbar la estabilidad de la microflora al punto de desencadenar una enteritis clínica.

La inmunidad a la coccidiosis durante el período de iniciación / crecimiento es la meta de la mayoría de los programas de control de las coccidias, pues se sabe que aun en el caso de lesiones leves por este patógeno durante el período de destete, resulta particularmente perjudicial para la conversión del alimento. Finalmente, las coccidias impiden el desempeño en otra forma, aun cuando aparentemente estén bajo control; por lo tanto, la selección de los programas de rotación y / o lanzadera para el control de las coccidias debe hacerse con un conocimiento cabal de las fortalezas y debilidades de todos los productos disponibles.

Salud Intestinal: gran desafío para la producción avícola saud intestinal reto 2Se ha documentado fehacientemente que algunas micotoxinas afectan numerosos sistemas del organismo de las aves, pero el tracto intestinal es sin duda uno de los órganos más impactados. El grado de daño depende del tipo de micotoxina, del nivel de exposición y de la duración de la exposición. Las micotoxinas pueden disminuir la función hepática, aumentar la irritación intestinal, producir inmunosupresión e impactar negativamente otras funciones. La mayoría de los molinos de alimento están haciendo análisis para detectar ciertas micotoxinas, pero la verdad es que las pruebas disponibles son para relativamente pocas micotoxinas y existen literalmente cientos de ellas.

Además, la toma de muestras para micotoxinas tiene ciertas limitaciones y el daño producido por éstas es muy difícil de evaluar en el campo. Dado que cada vez se usan más ingredientes alternativos como los DDGs (granos secos de destilería), se podría argumentar que se debe incluir algún tipo de “seguro” contra las micotoxinas en el alimento, especialmente cuando el desempeño es subnormal, por razones desconocidas. Hay varios productos que pueden usarse en los alimentos, pero tienden a pertenecer a una de dos categorías: inhibidores de hongos o adsorbentes de hongos. Utilice inhibidores de hongos si usted desea minimizar el crecimiento de los hongos en un determinado ingrediente, pero piense en un adsorbente si sospecha que ya existen micotoxinas en el ingrediente o en los ingredientes.

Finalmente, resulta apropiado mencionar algunas palabras acerca de los minerales traza (oligoelementos) y su impacto sobre la salud intestinal. Ya existen fuentes orgánicas de estos tipos de nutrientes y tienen una mayor biodisponibilidad que sus contrapartes inorgánicas. Especialmente el selenio pareciera ser muy importante por sus fuertes propiedades antioxidantes que tienen impacto sobre una gran diversidad de sistemas. También se ha demostrado que el selenio fortalece la respuesta inmunológica y minimiza el daño tisular ante la presencia de diversos desafíos. Esta es simplemente otra opción a considerar cuando se elabora un programa integral para optimizar la salud intestinal y el desempeño de las aves.

Para finalizar, la salud intestinal es una compleja interacción entre muchos sistemas e insumos que se relacionan, no solamente con el desarrollo intestinal físico, sino que está influenciado por la nutrición, el manejo, la genética y la microflora. Estos sistemas son dinámicos y cambios sutiles suelen tener un marcado impacto sobre macro y microscópicos cambios en los intestinos. Habiendo dicho esto, deben considerarse ciertos principios cuando se introduzcan ciertos cambios en el manejo y/o se adopten decisiones que influirán la eficiencia intestinal y los subsiguientes resultados en el desempeño en el tiempo deben interpretarse según corresponda. Además, las biopsias intestinales y las visitas a las aves en el campo, pueden ayudar a evaluar la integridad del intestino en un cierto momento. El aprovechamiento de toda la experticia, experiencia y datos de campo disponibles, ayudarán a quienes toman las decisiones a elegir las mejores opciones para optimizar la salud intestinal.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno

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