Redacción BM Editores.
Toda empresa ganadera debe tener siempre presente que el manejo sanitario de sus hatos es primordial, pues de él depende que los animales tengan una vida sana en su desarrollo y en su etapa productiva, lo que redundará de manera benéfica en la producción y productividad del negocio.
Así lo plantea Olga Lucía Franco Lizarrazo, Profesional en Salud y Bienestar Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGAN-FNG), al portal Contexto Ganadero, y dijo además que el interés de tener un plan de manejo sanitario de los bovinos, es principalmente con el fin de incrementar los índices de producción manteniendo el equilibrio de los animales y el ambiente, y para disminuir la aparición de enfermedades, las cuales representan altos costos o largos tratamientos.
Puntualiza que un ganadero que quiera alcanzar metas productivas y reproductivas, debe realizar prácticas específicas de manejo que permitan garantizar que sus hembras y machos estén sanos desde su nacimiento, que sean aptos para la producción y la reproducción y que tengan buenas condiciones para el mercado.
Y sentencia: “el cuidado y el manejo que se dé a las crías es la base para su sobrevivencia y para un desarrollo saludable”.
Especifica que generalmente la vaca realiza la limpieza del recién nacido con su lengua; “si es necesario brindar ayuda, se retiran las membranas y el moco de las fosas nasales, se limpia y seca el ternero”.
Y añade que es importante curar y desinfectar el ombligo con una solución yodada. “El corte del ombligo se realiza el mismo día del parto, el encargado debe desinfectar las manos y el instrumental antes del procedimiento y tener la cría debidamente inmovilizada. La desinfección del ombligo se debe realizar los siguientes tres a cinco días, hasta que éste seque y se caiga”.
Señaló que el ombligo sano generalmente se ve seco, a diferencia de cuando está infectado que se observa húmedo y en la parte interna se palpa un conducto grueso. “Cuando el ombligo se infecta se pueden producir otras complicaciones para la salud del animal, que en algunos casos son difíciles de controlar y pueden causar la muerte”.
Franco Lizarrazo expresó varios señalamientos, como:
Los terneros que se enferman y sobreviven nunca alcanzan un desarrollo satisfactorio ni productivo. Además, el ternero recién nacido debe consumir el calostro durante las primeras ocho horas de vida ya que es el primer y más importante alimento para el recién nacido, y su ingestión es determinante en la salud del resto de la vida del animal.
El calostro le permite al ternero adquirir los nutrientes y la inmunidad que necesita para sus primeros meses de vida. Por su elevado contenido de sales de magnesio, posee la acción laxante que le ayuda al ternero a expulsar el primer excremento y facilita el inicio del tránsito intestinal. Su contenido de anticuerpos y nutrimentos disminuye cada día de producción de leche de la vaca.
Otro de los aspectos importantes en el manejo sanitario de la cría es el control de peso que se realiza el primer día y mensualmente para verificar ganancia de peso. Las terneras para leche se pesan periódicamente para garantizar hembras con buena condición corporal y evitar sobrepeso. Los terneros se pesan en el momento del destete y durante la ceba mensualmente, trimestralmente o de acuerdo al control de registro de ganancia de peso que se maneje en el predio.
Así mismo, es necesario identificar los animales para llevar un control individual. Los sistemas más utilizados para identificación de terneros son el tatuaje y las placas plásticas o metálicas en la oreja. Por lo general, se tatúa el número de la cría en la oreja izquierda y el de la madre en la derecha y cuando se utilizan placas plásticas o metálicas, se coloca el número asignado al animal en la oreja izquierda.
Después de identificar al animal, el formato de registro se convierte en fuente de información para la empresa ganadera que facilita el manejo de los animales. Se debe caracterizar por ser sencillo e incluir sólo aquellos datos que se manejen en la explotación.
Por otro lado, el primer alimento que consume el ternero, tiene importancia vital, ya que con él se sustituye definitivamente la leche. Durante los tres primeros días, el ternero consume calostro y los días siguientes se alimenta de leche directamente de la vaca o en balde.
El agua fresca y limpia es muy importante para el desarrollo del rumen. Cuando se tiene agua disponible, los terneros consumen mayor cantidad de forraje o concentrado, crecen más rápido y presentan menos casos de diarrea neonatal.
La topización o descorne es un procedimiento que impide el crecimiento del cuerno. Se recomienda efectuar esta práctica en una edad temprana, hacia las cuatro semanas de vida. Antes de realizarla se debe depilar el sitio de aplicación y utilizar preferiblemente una pasta descornadora. El descorne también se puede hacer con un hierro candente y posteriormente se debe utilizar un desinfectante.
El descorne, además de mejorar la presentación del animal, permite más seguridad para su manejo y evita que se lleguen a lastimar entre ellos mismos o a los operarios de las fincas.
Finalmente, se recomienda realizar una desparasitación preventiva a los terneros, para lo cual existen diversos productos orales e inyectables; se recomienda consultar al médico veterinario.