La genética ha logrado que se produzcan 2 millones de toneladas de carne

Redacción BM Editores.

Más de 800 mil productores pecuarios, principalmente medianos y pequeños, afiliados a la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), explotan más de 30 millones de cabezas de ganado bovino de carne en el país, de las cuales 16 millones son vientres reproductivos y un millón de vaquillas que se destinan a la crianza como reposición.

De acuerdo con el presidente de la Unión Ganadera Regional de Guanajuato, Ing. Guillermo Reynoso Sandoval, éstos producen anualmente 7.5 millones de crías (becerros y becerras), de las cuales se exportan a Estados Unidos, 1.3 millones de cabezas y se engordan en corrales mexicanos 5 millones de las mismas, quedando como reposición anual 1.2 millones de becerras.

Así mismo, señaló que se producen en el país 2 millones de toneladas de carne de res, 1.6 millones de toneladas terminadas en corrales de engorda y 0.40 millones proceden de matanza de vacas y toros de campo.

Mencionó lo importante y determinante que ha sido la genética para lograr lo anterior, y fue por ello que la inversión de los ganaderos en tener unas mejores crías ha sido enfocada durante los últimos años en mejorar los hatos y los resultados ya son palpables, el 58 por ciento del inventario son cruzas y el 26 por ciento razas puras, quedando el 16 por ciento de ganado criollo que contrasta con el 29 por ciento que había en el año 1991.

Reynoso Sandoval dio que durante algunos años, la inversión de los ganaderos fue impulsada con inversión pública a través de programas de mejoramiento genético el cual se encuentra en este momento detenido.

Así mismo, señaló que la coinversión pública – privada en sanidad, las campañas zoosanitarias en enfermedades de mayor impacto como la tuberculosis bovina y brucelosis, han logrado avances importantes en el territorio nacional.

E indicó que el control de enfermedades se ha reforzado con los sistemas Trazabilidad, como el Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA), el Padrón Ganadero Nacional (PGN) y el Programa de Movilización Electrónica de Ganado (REEMO).

“Una parte importante es la integración de los eslabones de la cadena, con el objetivo común de atender las necesidades de los consumidores de todo el país, garantizando la calidad e inocuidad de la carne y, al día de hoy esto ha permitido que 70 por ciento de la carne producida en México sea procesada en establecimientos Tipo Inspección Federal (TIF)”, expresó el Ing. Guillermo Reynoso.

Y añadió que de la misma manera las políticas públicas aplicadas en el pasado reciente hicieron posible la exportación de 270 mil toneladas de carne de bovino y la atención creciente de la demanda interna en establecimientos que exigen la inocuidad en los productos cárnicos.

En relación a la comercialización de ganado, señaló que la dispersión geográfica y tamaño de las unidades de producción han favorecido a que se mantenga el esquema de compra de ganado por acopiadores en la mayor parte del territorio, excepto en Sonora, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Yucatán donde existe la opción de venta en subastas.

“Para fortalecer el esquema de venta directa del ganadero es necesario impulsar la creación de instalaciones en puntos estratégicos donde concurran compradores y vendedores de ganado, para lograr un comercio más justo para nuestros ganaderos”, abundó.

Así mismo señaló que el comercio internacional de esta actividad en México, representó en 2019 ingresos por divisas por más de 2 mil 350 millones de dólares, al exportarse 1.3 millones de becerros en pie y 250 mil toneladas de carne principalmente a los Estados Unidos.

Y dijo que lo anterior coloca a esta cadena pecuaria como el segundo lugar en valor de las exportaciones agropecuarias, solamente por debajo del Aguacate y por encima de otras como el Tomate y las Berries; con una balanza a favor por casi mil millones de dólares.

“Sin embargo existe una gran inequidad en la rentabilidad de los distintos eslabones de la cadena de producción pecuaria y son los productores de Vaca-Becerro y especialmente los pequeños y medianos quienes no alcanzan una adecuada rentabilidad de sus explotaciones”, concluyó.

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