Producción de Dosis de Semen. La Calidad

I. Criterios para Desecho de Eyaculados

MVZ Roberto Martínez Rodríguez
Asesor Independiente
[email protected]

MVZ. Mónica Sánchez Hernández
CEIEPP FMVZ-UNAM

No está en duda que dentro de los factores que intervienen en la eficiencia reproductiva, la calidad de las dosis de semen tiene una relevancia fundamental. Cuando se habla de una dosis de semen como un producto terminado, es esencial el repaso detallado de todos los pasos del proceso de producción, para determinar en cuáles de ellos existe la necesidad de modificaciones.

Es muy deseable que exista la sensibilización entre el personal de laboratorios, para que las dosis de semen obtenidas tengan grados altos de calidad, que se vea reflejada en resultados tangibles en las granjas, y no sólo se cumpla con un requisito laboral. Dentro de los factores que aseguran la calidad de las dosis producidas, los criterios de eliminación de eyaculados tiene un papel importante, para impedir que pasen dosis de calidad deficiente al área de servicios, lo que lleva, indiscutiblemente, a malos resultados. En términos generales, un laboratorio que lleve a cabo procedimientos seguros y eficientes, maneja entre un 5 y un 10% de eyaculados desechados.

Cuando se les pregunta a los encargados de laboratorios de procesamiento de semen, ¿cuál es el porcentaje de desecho de eyaculados en tu laboratorio?, no es raro que la respuesta sea “aquí nunca desechamos eyaculados”. Esa situación es delicada en virtud de que biológicamente es imposible que todos los eyaculados obtenidos de diferentes sementales tengan siempre la calidad necesaria para decidir su dilución y uso para la inseminación. Los elementos que determinan que un eyaculado debe ser desechado, pueden ser inherentes al propio eyaculado, o bien ser derivados de errores humanos.

Color. Las desviaciones de la coloración del semen son debidas principalmente a contaminación con orina, exudado purulento o sangre. La contaminación con orina generalmente constituye una falla en los procedimientos higiénicos durante la colección de semen, y cuando es detectada debe eliminarse de manera automática el semen, en virtud del riesgo que encierra el probable contenido de gérmenes en la orina, así como el efecto negativo por la diferencia en los valores de pH entre el semen y la orina.

La contaminación con exudado purulento es un asunto delicado y normalmente se relaciona con signos de enfermedad y con alteraciones importantes en los parámetros seminales. Es muy recomendable que el laboratorio esté equipado con un microscopio de calidad, y que cuente con personal capacitado, para realizar tinciones que ayuden a la detección fácil de la presencia de células inflamatorias en excesiva cantidad, para detectar tempranamente ese tipo de problemas. Es obvio que la detección de exudado purulento es, sin lugar a dudas, motivo de desecho inmediato.

La presencia de sangre en el eyaculado puede deberse a una variedad grande de causas, y es recomendable emprender una investigación a profundidad para develar el origen y determinar si el eyaculado puede ser utilizado. La cantidad de sangre encontrada puede ir desde casi inapreciable, hasta el hallazgo de estrías de sangre o un color rosado intenso o francamente pardo o café. La sangre puede provenir de la próstata o las vesículas seminales cuando se aprecia en la fracción translúcida del eyaculado, de las glándulas bulbouretrales cuando tiñe la fracción de gel o del testículo o epidídimo cuando viene con la fracción rica en espermatozoides.

No se conoce la causa de todos los casos de este fenómeno, conocido como hematospermia, por lo que no siempre es fácil decidir si un eyaculado con esas características debe diluirse y usarse para la inseminación. Las infecciones bacterianas o virales suelen ser causas frecuentes, si bien no constituyen los únicos motivos. Se sabe que la infección con el virus del ojo azul ocasiona orquitis y epididimitis, en cuya fase aguda pueden dar lugar a una tonalidad marrón del eyaculado, además de cambios drásticos en otros parámetros del semen. Eventualmente, la infección con el virus de PRRS puede dar un cuadro de hematospermia. También se sabe que algunas infecciones bacterianas pueden ocasionarla. Debemos preocuparnos, por ejemplo, cuando un semental que nunca ha tenido ese signo, comienza un mal día a tener este problema, pues puede ser el anuncio de un padecimiento infeccioso grave, aunque también puede tratarse de algún padecimiento menor.

Hay, sin embargo, sementales que prácticamente durante toda su vida productiva eliminan una cierta cantidad de sangre en la secreción de las glándulas bulbouretrales conocida como tapioca, y que no se relaciona con cuadros infecciosos o modificaciones serológicas de importancia, por lo que su semen puede utilizarse. Cuando nos enfrentamos a un problema de esta índole debemos revisar los signos que puedan acompañar al problema como modificaciones de conducta del cerdo, cambios en los parámetros del semen, signos clínicos o evidencias serológicas de algún problema grave, de tal manera que en un inicio la decisión será eliminar el eyaculado, mientras no tengamos datos firmes. La sangre, en sí misma, no ocasiona alteraciones mayores a las células espermáticas, pero sí reduce el tiempo potencial de conservación y puede dar un aspecto raro a las dosis.

Olor. El eyaculado del cerdo posee un olor discreto aunque variable entre individuos. Va desde casi inapreciable hasta un olor moderado. Es importante tener siempre en mente el olor normal del semen para detectar de inmediato las desviaciones. Es de especial preocupación en los laboratorios donde se procesa semen, que los eyaculados estén absolutamente libres del olor característico del contenido del divertículo prepucial. Como se sabe, en el divertículo se acumula orina y se multiplican bacterias en cantidades inmensas y de especies de alta patogenicidad para las cerdas. El hábito de exprimir el divertículo antes de la colección no elimina el 100% de su contenido, y aún con eso, puede contaminar el semen si no se cuida que el pene tenga una pendiente adecuada durante la colección. Cualquier rastro de olor al contenido del divertículo prepucial debe ser motivo de eliminación del eyaculado.

Porcentaje de Células Anormales. Por razones muy diversas, el eyaculado puede presentar porcentajes variables de células con anormalidades estructurales y diferencias amplias en el tipo de esos defectos. Están documentados los efectos negativos en la producción, que son más pronunciados en tanto aumenta la proporción de anormalidades. Es importante analizar en cada caso, el porcentaje de células anormales en los eyaculados previos, para saber si hay un aumento brusco, estabilidad o reducción. Asimismo, es importante llevar registro del tipo de anomalías y no sólo del porcentaje, pues eso servirá para usar un criterio que nos permita decidir si el eyaculado se elimina o no. En términos generales, se recomienda que no se utilicen eyaculados si poseen más de 15% de células anormales. Sin embargo, existen anormalidades de distintos grados de severidad y puede usarse un criterio abierto al decidir. Si por ejemplo, un eyaculado tiene el 18% de anormalidades donde lo que predomina es la gota citoplasmática distal y la motilidad es buena, el semen puede usarse. Si otro eyaculado posee el 11% de células con cola doblada y la motilidad no es muy buena, puede optarse por eliminarlo.

Partículas de Suciedad. Por desgracia, es frecuente que ocurra contaminación del semen, y que pueda observarse a simple vista directamente en el eyaculado o bien en el filtro, cuando la preparación del semental o la técnica de colección no ha sido la adecuada. En estos casos, al desconocer la naturaleza del contaminante, la recomendación es que el eyaculado no se use, pues es fácil pensar que esas partículas sean ricas en bacterias. Suele ocurrir que el lavado y secado del semental no se realizan con cuidado, quedando partículas de suciedad en su cuerpo, que durante la colección caen en el termo donde se colecta el semen. Se pueden observar partículas de suciedad, provenientes de materia fecal, polvo, paja, cerdas del semental, células de descamación de la piel, que contienen cantidades colosales de bacterias. Incluso es factible la contaminación con el material para la colección (guantes o toallas de papel), cuando éste no se encuentra completamente higiénico o se le dio un manejo deficiente.

Las instalaciones, específicamente el banco de colección, pueden afectar la higiene durante la obtención del eyaculado, ya que cuando el banco tiene forro hecho de un material de difícil limpieza y desinfección, o cuando está mal lavado, pueden caer partículas que contaminen el eyaculado, lo cual no es raro de observar en las granjas. La orientación del pene y la colocación del termo durante la colección pueden también afectar la higiene del semen, ya que si el pene se coloca en una posición tal que el termo quede abajo del cerdo, se puede ocasionar que caigan partículas que se encuentran en el cuerpo del cerdo o en el banco de colección. Por ello, es recomendable que la posición del pene sea perpendicular al largo del cerdo. Esto, en combinación con una buena higiene del cerdo y del banco tendrá un buen nivel de seguridad sanitaria.

Porcentaje de Motilidad. Una de de las características microscópicas más importantes a evaluar es la motilidad espermática, la cual se considera como aceptable en un porcentaje del 70 al 90%. Es bien sabido que la motilidad no debe tomarse como una variable decisiva para determinar la calidad de un eyaculado, pero también es cierto que es un buen indicador del vigor y de la proporción de células vivas. Al ser el porcentaje de motilidad, un parámetro que se estima de manera subjetiva, es necesario tener un criterio firme y estricto cuando se califique. Las causas de una motilidad deficiente son muy variadas, pero cuando se determina que es menor a 70%, el eyaculado no deberá usarse.

Reducción de Motilidad Posdilución. Es muy recomendable que una vez realizada la dilución del eyaculado se realice nuevamente la revisión de la motilidad. En algunos laboratorios, sin embargo, desgraciadamente no existe el hábito de realizar esa evaluación. Quienes lo hacen, saben que en algunos casos puede observarse una reducción drástica en el porcentaje de motilidad, debido generalmente a problemas en el manejo del eyaculado, como enfriamiento severo durante la evaluación, o bien, problemas con el diluyente como los siguientes: que no esté a la temperatura adecuada; que se utilizó muy pronto después de restituirlo; mezclar diluyentes de diferentes marcas o de diferentes fechas; preparación con agua de calidad dudosa; entre otros elementos. Desafortunadamente no es raro observar este tipo de errores. Se recomienda que si existe una caída de más de 5 puntos porcentuales a partir de la motilidad observada en el eyaculado sin diluir, el eyaculado sea desechado.

Temperatura de Llegada. Una de las primeras mediciones que se hace al eyaculado tras recibir el eyaculado de la zona de colección, es la temperatura. Lo más recomendable es que se reciba a una temperatura de 37.5°C. Sin embargo, cuando el semen llega a menos de 35°C es fácilmente detectable que la motilidad cae notablemente. Aunque en algunos pocos casos se observa mejoría cuando se pone el semen en un medio (generalmente un baño María) que aumente su temperatura, la recomendación es que el semen no sea utilizado si se recibe con una temperatura menor a 35°C, lo cual sucede cuando no se preparó correctamente el termo antes de la colección o cuando la temperatura en la sala de colección es demasiado fría y se combina con tiempos prolongados de eyaculación.

Otros Factores. Otros elementos a considerar para la eliminación de eyaculados, es el número potencial de dosis, que puede ser la indicación de problemas más serios, sobre todo si se trata de una caída abrupta en la concentración. Por otra parte, el pH que debe esperarse en un eyaculado debe fluctuar entre 7 y 8 por lo que si hay variación pronunciada hacia arriba de 8 o por debajo de 7, es necesario eliminarlo, pues son varias las causas de esas variaciones y por lo general no es posible determinar la razón fácilmente. El grado de aglutinación, fenómeno que también tiene varias causas probables, puede ser de tal magnitud que amerite el descarte del eyaculado. La aglutinación se clasifica en 3 grados, y en general el grado 2.5 o mayor es motivo para no utilizar el semen.

Los Porcicultores y su Entorno 66

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