Visión de los cuidados en la etapa prepuberal para futuras cerdas reproductoras

Una visión de los cuidados durante la etapa prepuberal para las futuras cerdas reproductoras

Roberto G. Martínez Gamba.
Depto. de Medicina y Zootecnia de Cerdos.
FMVZ – Universidad Nacional Autónoma de México.
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Visión de los cuidados en la etapa prepuberal para futuras cerdas reproductoras cuidados durante etapa prepuberal 1De manera general se considera a una hembra de reemplazo o primípara seleccionada a aquel animal que tiene un peso equivalente al de un cerdo de engorda a una edad determinada y que se considera apta para entrar a una nueva granja, ya sea en un área de cuarentena o a un área de adaptación, o bien al animal que es criado y seleccionado en la misma granja como auto reemplazo y se decide dar los pasos adecuados para incorporarla como una nueva hembra reproductora.

En muchos casos, o más bien en la mayoría de ellos, este tipo de animal se maneja como si todo su desarrollo anterior no existiera, es decir que para la granja reproductora este animal sólo existe en el momento en que se decide incorporarlo a una etapa de adaptación que terminará en su primer ciclo reproductivo, o sea como si hubiera aparecido “de repente”.

En casi todas las granjas, ya sean en granjas que obtienen sus propios reemplazos o en granjas que producen pie de cría o multiplicadoras, este tipo de animal se maneja o se cría ni más ni menos como otro cerdo más de engorda, alojado en los mismos corrales, con el mismo manejo, sistema de alimentación y programa de medicina preventiva; en muchos casos la atención sobre este tipo de hembras es mínima y no se hace una evaluación de sus condiciones individuales y sus niveles de producción en las etapas intermedias de su crecimiento; en muchos otros casos ni siquiera es posible identificarlas durante su estancia en las áreas de maternidad, destete y engorda.

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Sin embargo, en los actuales programas genéticos o de reproducción se sabe desde el momento del nacimiento, que estos animales se pretenden criar para que sean las futuras hembras reproductoras de las granjas, y sobre ellas poner la responsabilidad del nivel de productividad de las empresas porcinas, por lo menos en la parte reproductiva. En otros casos no se hace una distinción del tipo de línea genética de la hembra criando de igual manera una cerda de línea terminal que una proveniente de una línea hiperprolíficas.

Mucho menos se toman en cuenta aspectos relacionados con su fisiología, bienestar, estado inmunológico y sus respuestas ante los desafíos que tienen un cerdo en la crianza.

Las hembras consideradas como futuras reproductoras, deben ser consideradas así desde el mismo momento en que nacen, ya que ellas son básicamente portadoras de genes que se van a expresar por medio de las variables de producción y son las que de una u otra manera determinarán la eficiencia en producción de la granja; cualquier cuidado u atención especial suministrados a ellas redundarán en beneficios económicos, pero para lograr eso lo primero es aceptar que son animales espaciales durante su crecimiento y engorda.

Ciclo reproductivo en la cerda desde la vida fetal

La ovogénesis se desarrolla en los folículos situados en el ovario y difiere de la espermatogénesis en que tiene lugar en la etapa de vida embrionaria. Se lleva a cabo durante la vida fetal cuando los gonocitos migran hacia las crestas genitales y una vez formada la gónada primitiva se convierten en oogonias. La ovogonia en la especie porcina se desarrolla al día 28 de vida fetal y los primeros estadios de la profase meiótica se inician a los 40 días de vida embrionaria, posteriormente alrededor del día 60 se realizará la formación de los folículos primordiales que recubrirán a los ovocitos. El número de folículos primordiales en la cerda es cercano a 200 mil por cada ovario al momento de nacer. La mayoría de estos folículos se forman en ese momento pero otros terminan de formarse 15 días después del nacimiento. En la ovogénesis de la cerda la meiosis se detiene en la etapa paquiteno-diploteno de la profase y sólo se reanudará el momento de la pubertad estimulada por cambios a nivel hormonal entrando en la fase de maduración ovocitaria (Kanitz et al., 2001). La duración de la foliculogénesis en la cerda de 100 a 105 días. En la tabla 3.1, se presentan algunos aspectos de la diferenciación gonadal en la cerda en la vida fetal.

Mientras que en la figura 3.1 se esquematiza el desarrollo folicular antes y después del nacimiento.

Cambios endocrinos

La hormona luteinizante parece controlar el desarrollo ovárico hasta la edad a la pubertad; inicialmente las concentraciones de LH en sangre disminuyen desde el momento del nacimiento hasta los 40 días de vida. Entre los días 80 a 120 hay un aumento transitorio en su concentración, la cual declina a un punto más bajo alrededor del día 160 de vida. Desde este punto más bajo hasta la primera ovulación esta hormona se incrementa. El aumenTO DE LA lh al día 80 tiene relación con el incremento en el desarrollo de los folículos inicialmente (Evans y O, Doherty, 2001). Por otra parte la hormona folículo estimulante (FSH) es alta en las primeras etapas después del nacimiento y sólo decrecen al día 70 a 125 y no aumenta aunque la pubertad se acerque.

Influencia de algunos factores que suceden en la vida prepuberal sobre que pueden incidir en la vida productiva de la cerda reproductora

Para diversos autores el momento de la madurez reproductiva varía, parte de esta variabilidad está relacionada con sus antecedentes genéticos y una serie de aspectos que afectan el desarrollo de la cerda en la etapa prepúber.

tipos modernos trae la reflexión que durante la etapa de desarrollo las cerdas crecen muy rápido y con muy poca grasa dorsal cuando se les compara con genotipos anteriores de menor tamaño a la madurez, las cerdas actuales son magras en el mismo peso corporal debido a que ellas tienen una menor proporción de su tamaño corporal adulto y son fisiológicamente más jóvenes (Evans y O,Doherty, 2001). En estos animales al reducirse el espesor de grasa dorsal se reduce el consumo voluntario de alimento y se puede afectar la velocidad de crecimiento necesaria para una reproducción adecuada durante toda su vida.

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La alimentación de las cerdas jóvenes durante su etapa de crianza tiene efectos en su subsecuente reproducción tanto en corto como a largo plazo. Se conoce que una restricción de energía retrasa la pubertad. La reducción del consumo de alimento durante la etapa de crianza y engorda aumenta la edad a la pubertad y retrasa el crecimiento de la cerda después de la misma (Le Cozler, 1999). Los genotipos modernos son extremadamente susceptibles a la reducción del consumo de alimento, pero a su vez este tipo de animales son cada vez más magros.

El empleo de dietas con la presencia de algunas micotoxinas durante la etapa de crianza de las futuras reproductoras puede traer consigo daños hepáticos y una reducción en el consumo de alimento y por tanto efectos sobre la calidad reproductiva de la cerda (Tiemann et al., 2006). De igual manera el consumo de alimento contaminado con Zearalanona puede tener efectos en las características del útero que alcancen la vida reproductiva temprana de la cerda de reemplazo, como podría ser la edematización uterina. El consumo de alimento por hembras en la fase pre púber se asocia a la presentación de anestro y el retraso en la pubertad.

Se conoce que la sobre población durante las etapas tempranas de lactancia tiene efectos negativos sobre la vida productiva de la cerda debido a condiciones de estrés sufridas por las hembras recién nacidas; las condiciones de competencia y espacio durante las etapas de lactancia pueden ser bastante estresantes para los lechones, especialmente en camadas tan numerosas como las que algunas cerdas modernas tienen; las condiciones de desarrollo y sobrevivencia en las camadas están influenciadas por el efecto materno para proporcionar condiciones óptimas para sus lechones (Baxter et al., 2011).

En condiciones de alojamiento en jaulas de maternidad las cerdas tienen condiciones de bienestar adversas que se reflejan en la poca atención para sus camadas, efectos que se ven disminuidos en ambientes de lactancia enriquecidos (Vanheukelom et al., 2012). Estos efectos son especialmente adversos para las cerditas que lactan en esas camadas al tener que competir con sus hermanos que generalmente nacen más pesados. Con las mayores cantidades de lechones lactando y el mayor tamaño de las cerdas modernas, las jaulas de parición presentan dificultades para el acceso a la ubre; en cerdos de abasto esto no parece ser un problema, pero se conoce que hembras lactantes criadas en corrales de parición después de haber nacido en una jaula de maternidad convencional tienen una mayor ingesta de leche por tener una mayor facilidad de acceso a la ubre lo que repercute en un mayor peso al destete (Van Beirendock et al., 2014).

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FIGURA 3.1 Desarrollo folicular en la cerda antes y después del nacimiento.

De igual manera la sobrepoblación en la etapa de crianza genera elevadas concentraciones de corticosteroides libres que repercuten en la duración del estro y en la calidad de las montas cuando la cerda llega a la pubertad. Esto puede asociarse en un retraso del crecimiento cuando el espacio por individuo es muy reducido o menor a 1 m2 por animal en las últimas etapas del crecimiento (Soede, et al., 2006).

Por lo contrario las cerdas criadas en grupos muy pequeños (tres o menos animales) tienen dificultadas para la manifestación al momento de la pubertad y durante toda su vida reproductiva (Christenson, 1986).

La calidad del aire afecta las condiciones de crianza de las futuras reproductoras. Cuando estas cerditas son expuestas a concentraciones de amoniaco de 5 a 20 ppm de las 10 a las 20 semanas de vida se retrasa la reproducción de las mismas hasta más allá de las 28 semanas de vida (Evans y O,Doherty, 2001).

Cuidados recomendados para las futuras reproductoras en la etapa de crianza

Como ha quedado establecido con base en la información plasmada en este capítulo, ocurren una serie de situaciones durante las primeras fases de la vida de la cerda que van a influir de manera notoria en el desempeño de la misma como futura reproductora; por lo tanto los cuidados que se puedan dar a estos animales en la granja serán bien recompensados en el futuro. Estos cuidados se pueden dividir en aquellos que se implementan en la etapa de maternidad y los que se realizan en la etapa de crianza y engorda.

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Cuidados en maternidad:

» Reducir el estrés durante el consumo de leche en la lactancia ajustando el número de lechones por camada a nueve, separando de preferencia a los machos más pesados después del parto y la toma de calostro.
» Enriquecimiento de las condiciones ambientales para las madres en maternidad, con material para nido o cuerdas para masticar.
» Evaluar la posibilidad de desarrollar la última parte de la lactancia en corrales, con el fin de facilitar mayor espacio.

Cuidados en crianza y engorda:

» Evitar la sobrepoblación con un espacio vital mínimo en destete de 0.4 m2 y en engorda de un mínimo de 1 m2 por animal.
» Mantener a las hembras en grupo de entre 10 y 20 animales.
» Supervisar la velocidad de crecimiento de las futuras reproductoras en toda la etapa.
» Evitar que en granjas pequeñas las futuras reproductoras sean criadas en aislamiento o en grupo de tres o menos animales.
» Alimentar a las hembras a libre acceso e impedir la reducción en el aporte energético.
» Acercar la relación proteína-energía, disminuyendo la cantidad de proteína en la etapa prepúber.
» Evitar suministrar alimento contaminado con micotoxinas durante toda la etapa de crianza-engorda.
» Monitorear las condiciones ambientales, haciendo énfasis en mantener los niveles de amoniaco en menos de 5 ppm.

Literatura citada

1. Baxter E., Jarvis S., Sherwood L., Farish M., Roehe R., Lawrence AB., Edwards S. (2011). Applied Animal Behaviour Science 130:24-41.

2. ChristensonRK.,(1986).Swine management to increase gilt reproductive efficiency. J. Anim. Sci. 63: 1280-1287.

3. EvansACO.,O,DohertyJV.(2001).Endocrine changes and management factors affecting puberty in gilts. Livestock Production Science 68: 1-12.

4. Kanitz W., Brüssow KP., Becker F., Torner H., Schneider F., Kubela M., Tomek W. (2001). Comparative aspects of follicular development, follicular and oocyte maturations and ovulation in cattle and pigs. Arch.Tierz. Dummerstorf 44: 9-23.

5. LeCozlerY.,Ringman-CederbergE.,RydhmerL.,LundeheimN.,Dourmad JY., Neil M. (1999). Effects of feeding level during rearing and matiny strategiy on performance of Sweedish Yorkshire sows. 2. Reproductive performance, food intake, backfat changes and culling rate during the first two parities. Animal Science 68: 365-377.

6. Soede NM., van Sleuwen MJW., Molenaar R., Rietveld FW., Schouten WPG., Hazaleger W., Kemp B. (2006). Influence of repeated regrouping on reproduction in gilts. Animal Reproduction Sceince 96: 133-145.

7. Tiemann U., Brüssow KP., Küchenmeister U., Jolas, Kohlschein P., Pöhland R. Dänicke S. (2006). Food and Chemical Toxicology 44: 1228-1235.

8. VanBeirendonckS.,VanThielenJ.,VerbekeG.,DriessenB.(2014).The association between sow and piglet behavior. Journal of Veterinary Behaviour 9: 107-113.

9. Vanheukelom V., Driessen B., Geers R. (2012). The effects of environmental enrichment of suckling piglets and lactanting sows. Livestock Science 143: 116-131.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno

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