Juárez Caratachea A.
Gutiérrez Vázquez E
Hernández Sánchez, A
Juárez Gutiérrez A
Villalba Sánchez C. A.
Resumen
Se identificaron los insumos que integran la dieta de gallinas y pollos criollos de traspatio del municipio de Tarímbaro, Michoacán. Para ello se examinó el contenido de 19 buches de gallinas y 25 buches de pollos. Los ingredientes fueron identificados y contabilizados; luego se determinó la contribución del peso seco (CPS) de cada ingrediente. Posteriormente se realizó el análisis bromatológico al contenido de los buches y se comparó, mediante prueba de hipótesis con el estadístico t de student, el nivel de proteína de los buches con y sin la presencia de artrópodos, tanto de gallinas como de pollos. Los resultados más relevantes indican que: la composición de la dieta de gallinas consta de 23 ingredientes y 18 la de los pollos, el maíz representa el 18% de los ingredientes en gallinas y 19.3% en la dieta de los pollos. Otros ingredientes abundantes en los buches fueron: insectos y hojas verdes, con 15.6 y 23.6%, 12 y 18.2% en gallinas y pollos, respectivamente.
La mayor contribución al peso seco de la dieta corresponde a los cereales: 70.1% en gallinas y 83.5% en pollos, donde el maíz representa 67.4 en gallinas y 65.1% en pollos; los desperdicios de cocina contribuyen con 18.3% del peso seco del contenido del buche en gallinas y 9.57% en buches de pollos; los insectos tienen una CPS de 0.6% en gallinas y 0.21% en pollos. La comparación de proteína cruda entre buches de gallinas con y sin artrópodos, no mostró diferencias estadísticas (P>0.05): 13.4 vs 13.1%, en cambio, la misma comparación entre buches de pollos con y sin artrópodos, evidenció que, los buches con estos especímenes tienen mayor nivel de proteína, que los buches carentes de ellos (P<0.05): 14.5 vs 12.9%, respectivamente. En síntesis, la dieta de gallinas y pollos de los traspatios del municipio de Tarímbaro, Michoacán, es variada, con predominio del maíz, fragmentos vegetales, desperdicios de cocina y artrópodos.
Introducción
A nivel mundial, sobre todo en países en vías de desarrollo en sus áreas rurales y semi-urbanas la cría de animales por la familia se destaca como una de las actividades de mayor dinamismo, esto por asegurar una fuente de productos proteínicos y económicos para las familias pobres (Bugalia y Kumar, 2021). Dentro de los animales explotados en dichos sistemas, se destaca el ave de corral, representando una tradición en los patios de las viviendas y un elemento estratégico para contribuir con la seguridad alimentaria local, por su potencial aporte de proteínas de alto valor biológico, contribución al reciclaje de desperdicios de alimentos y residuos de cosechas y control biológico de invertebrados, a este tipo de explotación se conoce actualmente como avicultura de traspatio (Hortúa-López et al., 2022).
Este tipo de avicultura se caracteriza por no representar un gran gasto económico para las familias que la practican. Por ejemplo, las instalaciones empleadas son rústicas y de bajo costo, construidas con materiales de la región, como ramas, tallos, hojas y ausencia de piso. Uno de los costos importantes en la producción animal comercial es la mano de obra para su mantenimiento (alimentación, curaciones, que en el sistema de traspatio es hecha con inversión mínima y participación de mujeres y niños, quienes normalmente no laboran fuera de sus domicilios, mientras que los hombres salen a trabajar), (Pal et al., 2020). Dentro de este último apartado, la alimentación cobra relevancia, ya que no cubre los requerimientos nutricionales de las aves y ellas depende en gran medida de la selección espontánea de alimentos en las parcelas campesinas (Hernández-Sánchez et al., 2023).
Las aves por instinto tienden a buscar su propio alimento (lombrices, gusanos, semillas). Además, otras fuentes esenciales de alimento lo constituyen los cereales (especialmente productos y subproductos de maíz), semillas de frutos (sandía, melón) y diferentes granos como lentejas, frijoles y habas (Atehortua et al., 2015). En un estudio realizado por Barocio-Urue et al. (2017) mencionan que el ingrediente principal de la alimentación de las aves en las comunidades rurales es el maíz, el cual se proporciona junto con alguno de sus derivados como nixtamal, masa y tortilla. Normalmente la alimentación de las aves de traspatio consiste en sobrantes de comida como la tortilla y el pan, desperdicios de frutas y verduras, algunos forrajes o hierbas, que les proporciona el dueño, así como, insectos, lombrices y algunos gusanos (Campbell et al., 2017; Ruhnke, et al., 2018).
Ravindran (2013) dice que las aves necesitan un suministro constante de energía, proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales para mantener su estado y hacer posible su crecimiento y producción de huevo, además menciona que los cereales como el sorgo en grano, avena y la cebada aportan la mayor parte de carbohidratos en la dieta de las aves. En general, de 60 a 80% del fósforo total se encuentra presente en los ingredientes de origen vegetal. También el agua tiene un impacto prácticamente en todas y cada una de las funciones fisiológicas de las aves. Un suministro constante de agua es importante para: 1) la digestión de los alimentos; 2) la absorción de los nutrientes; 3) la excreción de las sustancias de desecho del organismo, y 4) la regulación de la temperatura corporal. El mismo autor menciona que, las proteínas contribuyen de manera significativa en la formación de la piel, las plumas, músculos (carne) así como los órganos internos. El calcio y el fósforo son necesarios para la formación y el mantenimiento de la estructura del esqueleto y la cáscara del huevo.
Sin embargo, la información acerca del origen, cantidad y calidad nutricional de la dieta de las gallinas en este sistema de producción, es limitada, lo cual dificulta la comprensión de su problemática y en consecuencia la implementación de acciones tendientes a
superar las limitaciones de su desarrollo (Ouattara et al., 2023). Por los antecedentes ya señalados, en los que se destacan las características particulares del sistema de producción avícola de traspatio, donde las gallinas y pollos se crían en libertad, es factible que la composición de la dieta sea variada en ambos grupos de individuos, con predominio de lo que ofrece el propietario, completada con los recursos que ofrece el medio. El objetivo consistió en identificar y evaluar los insumos que conforman la dieta de las gallinas y pollos de traspatio, a través del examen de los buches de esas aves en el municipio de Tarímbaro, Michoacán, México.
Material y Métodos
El presente estudio se realizó en localidades del municipio de Tarímbaro, Michoacán, el cual se localiza en las coordenadas 19º 48’ de latitud Norte y 101º10’ de longitud Oeste, a una altura de 1,860 msnm. Limita al norte con los municipios de Copándaro y Cuitzeo, al este con Álvaro Obregón, al sur con Morelia y Charo, y al oeste con Chucándiro. El clima es templado con lluvias en verano. Tiene una precipitación pluvial anual de 600 a 800 mm y temperaturas anual media de 16 a 18ºC (Anuario Estadístico de INEGI, 2013). Se adquirieron 44 aves de traspatio: 19 gallinas adultas y 25 pollos (de 8 a 12 semanas de edad), un ave por localidad de las 68 que conforman el municipio, es decir, el muestreo comprendió 64.7% del municipio de Tarímbaro, Michoacán.
La adquisición de las aves se realizó durante los meses de agosto y septiembre, que corresponden a la época de lluvias. Una vez adquiridas las aves fueron trasladadas al Taller de Productos Cárnicos de la Posta Zootécnica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), para su sacrificio, conforme al procedimiento establecido en la NOM-033-ZOO-1995 (SAGARPA, 1995), para el sacrificio humanitario de los animales. Una vez recuperado cada buche, se almacenaron en bolsas de polietileno previamente identificadas (fecha, número de muestra, especificación de pollo o gallina y localidad de procedencia) y fueron almacenados en un congelador hasta su posterior procesamiento.
La identificación de los componentes de la dieta se realizó en el Laboratorio de Análisis Nutrición y Análisis de Alimentos (LNAA-FMVZ-UMSNH), para ello se practicó la disección de los buches, luego se continuó con la identificación física del contenido de cada buche. El contenido fue clasificado como gramíneas, leguminosas, desperdicios de cocina, fragmentos vegetales, semillas de plantas silvestres, alimentos de origen animal como artrópodos e insectos y “otros”. Los ingredientes recuperados fueron deshidratados en estufa de disecación a 65°C durante 24 h, al salir de la estufa se les registró el peso seco correspondiente, con ayuda de una balanza analítica. Los artrópodos e insectos recuperados de los buches fueron examinados e identificados taxonómicamente por entomólogos de la Facultad de Agrobiología “Presidente Juárez” de la UMSNH. Una vez identificados, éstos fueron deshidratados, por separado del resto de los ingredientes, a 65°C durante 24 horas, como se hizo con el resto de los ingredientes, posteriormente fueron pesados y mezclados con el resto del contenido del buche correspondiente para el análisis bromatológico, de acuerdo al procedimiento descrito por la AOAC (2001).
La contribución de cada ingrediente al peso seco (CPS) del contenido de cada buche (en porcentaje), se determinó según Thompson y Drobney (1997), así, la CPS de los componentes de la dieta se obtuvieron como sigue: PS de un ingrediente particular/peso seco total (PTS) de todos los ingredientes encontrados en cada buche, por 100. Posteriormente se realizó el análisis bromatológico al total de ingrediente de cada buche, como anteriormente se indicó. Para determinar el efecto de los insectos y artrópodos en la composición químico nutricional de la dieta de los grupos avícolas en estudio (pollos y gallinas), se compararon bromatológicamente los 6 buches con mayor contenido de insectos contra los 6 buches que carecían de insectos, tanto en pollos como en gallinas, los resultados se sometieron a una prueba de hipótesis con el estadístico t de student, con nivel de significancia de 0.05.
Resultados y Discusión
Con base en el análisis de los datos, se pudo comprobar que la alimentación de las gallinas y pollos de traspatio en el municipio de Tarímbaro, Mich., es diversa en su composición. De los 44 buches examinados, considerados como el 100% incluyendo ambos grupos avícolas (gallinas y pollos), se encontró un total de 46 ingredientes, de los cuales 20 son diferentes entre grupos avícolas, 13 exclusivamente en gallinas, 7 exclusivamente en pollos, los 26 ingredientes restantes son similares en ambos grupos. En general, los resultados muestran evidencias de que el maíz, desechos de la cocina, artrópodos e insectos y hojas verdes, son los ingredientes que aparecen con mayor frecuencia en ambos grupos avícolas (Tabla 1). En relación con lo anterior, Sheikh et al. (2022) consideran al maíz como el principal alimento energético adicionado a la dieta por los avicultores de traspatio. La época del año en la cual se realizó la investigación, época de lluvias, pudo favorecer la abundancia de artrópodos y pasto encontrados en los buches, como recursos que ofrece el medio (Momoh et al., 2010 y Ravindran, 2013).
De acuerdo a la contribución al peso seco de los ingredientes que integran la alimentación de las gallinas y pollos de los traspatios, se observó que los cereales representan la mayor CPS en ambos grupos avícolas, seguido de los desperdicios de cocina, fragmentos vegetales y semillas de plantas silvestres, de origen animal (artrópodos e insectos) y “otros” (Tabla 2). En relación con lo anterior Atehortua et al. (2015), observaron porcentajes inferiores a lo encontrado en este estudio. Márquez-Olivas et al. (2005) en guajolotes silvestres observaron porcentajes entre 27% y 40% de insectos en la dieta. Por su parte Pérez-Lara et al. (2013) mencionan que los insectos son una fuente fundamental de proteína para las aves. De manera similar a lo reportado por Tobajas et al. (2011) en un estudio realizado en guajolotes de traspatio, observó mayor CPS para las gramíneas, seguido de los desperdicios de cocina, fragmentos vegetales y semillas de plantas silvestres de las diferentes regiones fisiográficas de Michoacán, donde se realizó el trabajo.
Algunos autores como Barocio-Urue et al. (2017), afirman que los desperdicios de cocina suelen utilizarse como alimento para aves de traspatio, lo que se confirma en el presente estudio. Los desperdicios o desechos de cocina están integrados por todos aquellos alimentos que consumen los campesinos en las zonas rurales de México. Según Novotny et al. (2021) y Balam-Cocom et al. (2023), en la dieta rural mexicana es básico el maíz en forma de tortilla, aunque son también alimentos básicos el frijol, el chile, jitomate, cebolla, hortalizas como la calabaza, diversas hierbas silvestres locales que se recolectan en el campo y desechos de algunas frutas.
En relación con los hallazgos de artrópodos y otros insectos en los buches examinados, en la Tabla 3 se condensan las siguientes órdenes: Coleóptera (escarabajos y gallina ciega), Hemíptera (chinches), Homóptera (chicharrita), Himenóptera (avispas y hormigas), Díptera (mosca), Isópoda (cochinilla), Isóptera (termita), Ortóptera (saltamontes, grillos y chapulines), Dermáptera (tijerillas), Lepidóptera (mariposa, palomilla y polilla), Araneidea (arañas). Además de moluscos (caracoles, babosas) y lombriz de tierra.
Según Ravindran (2013), los insectos son parte de la dieta natural de las aves de corral y éstas consumen una amplia variedad, entre ellos saltamontes, grillos termitas, pulgones, cochinillas, escarabajos, orugas, crisálidas, moscas, abejas, avispas y hormigas, lo que coincide los resultados del presente estudio. De acuerdo con Hernández et al. (2002), en estudio similar, pero en Nicaragua, encontraron las siguientes seis órdenes de artrópodos: Lepidóptera (mariposa), Hemíptera (chinche), Coleóptera (escarabajo), Ortóptera (saltamontes), Himenóptera (avispas) y Dictióptera (cucarachas). Sin embargo, en el presente estudio se encontraron, además: moscas (Díptera), tijerilla (Dermáptera), chicharrita (Cicadelidae), cigarra (Homóptera), cochinitas (Isópoda) y termitas (Isóptera), es decir, mayor cantidad de artrópodos que en el trabajo antes citado, excepto las cucarachas que no se observaron en los buches examinados en el presente estudio, pero sí otros invertebrados como babosas y lombrices.
Los artrópodos e insectos tuvieron escasa CPS debido a que tienen un alto contenido en humedad y bajo contenido en materia seca, sin embargo, son una fuente fundamental de proteína de bajo costo para alimentación de gallinas (Moura et al., 2022), como se observó en el contenido de proteína de los buches con insectos, en comparación con la proteína de los buches en los que no se encontraron estos especímenes, como se muestra en el Tabla 4.
En relación al nivel de PC en el contenido de los buches de gallinas con y sin insectos, los resultados indican que, estadísticamente no hay diferencias (P>0.05), es decir, los promedios son iguales (13.14±2.4 vs. 13.0±1.9). En cambio, en los buches de pollos se observó que el contenido de PC es significativamente diferente (P<0.05), en favor de los buches con insectos, en comparación con aquellos buches cuyo contenido carecía de ellos (14.5±3.02 vs. 12.9±2.8, respectivamente), como se observa en el Tabla 4. Dichos resultados coinciden con la afirmación de Moreno et al. (2021), en el sentido de que: los insectos son una fuente fundamental de proteína para las aves, aunado a que las aves, en ese sistema de producción de traspatio, parecen ser selectivas en lo que consumen, según sus necesidades alimenticias.
También son coincidentes los resultados de este estudio con lo reportado por Barocio-Urue et al. (2017), dicha similitud quizá se explique debido a que ambos trabajos se realizaron en traspatios de Michoacán y en la misma época de lluvias, aunque en diferente región fisiográfica y año. Sin embargo, en un estudio realizado con guajolotes de traspatio, en las cinco regiones fisiográficas del estado de Michoacán, Tobajas et al, (2011) obtuvieron resultados diferentes a los encontrados en el presente estudio, tal vez la especie animal y las regiones fisiográficas tengan alguna influencia en dichos resultados, aunque ambos estudios se realizaron en la estación lluviosa.
Conclusiones El examen de los buches del presente estudio sugiere que, la dieta de las gallinas de traspatio se integra por 23 ingredientes y 18 la de los pollos, conformada en un 70.1% por cereales en gallinas vegetales y semillas de plantas silvestres, 8.8% en gallinas y 1.92% en pollos; 1.4% de artrópodos e insectos en gallinas y 3.8% en pollos. La mayor contribución del peso seco (CPS) en ambos grupos avícolas corresponde a los cereales, de los cuales el maíz aporta 66.9% en gallinas y 65.1% en pollo. El contenido de PC de los buches de pollos con insectos resultó significativamente superior (14.5%), en comparación con aquellos buches sin insectos (12.9%), a diferencia de los buches de gallinas, con y sin insectos, en los cuales no se observaron diferencias significativas.
Artículo publicado en “Los Avicultores y su Entorno Junio- Julio 2023“
