Redacción de BM Editores.
El pasado 11 de enero, el presidente de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), Lic. Juan Manuel Gutiérrez Martín, fijó su posición sobre el decreto de el uso de glisofato y de maíz genéticamente modificado.
En una carta enviada a los integrantes del Congreso de la Unión, a los titulares de las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Dr. Víctor Villalobos Arámbula; de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), Lic. Arturo Herrera Gutiérrez; de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Dra. María Luisa Albores Guillén; de Salud (SSA), Dr. Jorge Alcocer Varela y de Economía (SE) Mtra. Tatiana Clouthier Carrillo, explicó que en caso de prohibirse el uso del glisofato en nuestro país, generaría una serie de afectaciones económicas para los mexicanos.
Es su escrito el líder de los avicultores del país señaló que se tendría un incremento en los costos de producción de los cultivos, principalmente del maíz donde es ampliamente aplicado. La prohibición de este herbicida podría incrementar hasta en 25 veces los costos en el control de malezas, al tener que recurrir al arado frecuente o al deshierbe manual.
También la reducción en los rendimientos de producción de maíz y otros cultivos. Los agricultores que lo aplican pueden producir cosechas que son 25 por ciento mayores gracias al control efectivo que esta sustancia logra en comparación con otras prácticas agrícolas. Con el uso del glisofato se obtiene una mayor rentabilidad de entre un 20 y 30 por ciento, la cual también se transfiere a través de las cadenas productivas que utilizan el maíz.
Por otra parte, la falsa vinculación entre el glisofato y el maíz genéticamente modificado demuestra que el asunto es una cuestión ideológica con intereses políticos y por eso se dejan de lado la evidencia científica y el marco regulatorio vigente.
En ese sentido, resaltó que México importa alrededor de 17 millones de toneladas de maíz amarillo, en su mayoría genéticamente modificado, el cual es usado básicamente como insumo de la producción pecuaria, ya que no se cuenta con la oferta nacional suficiente. Este grano es transformado, junto con otros insumos, en proteína animal.
En el caso de suspender el uso del glisofato en los cultivos y prohibir el uso de maíz genéticamente modificado, México necesitaría desarrollar previamente la tecnología necesaria que permita, tanto la sustitución de importaciones, como el aumento de los niveles productivos, con miras a lograr la autosuficiencia alimentaria, así como se establece en el Plan Nacional de Desarrollo del actual Gobierno Federal.
Gutiérrez Martín enumeró el triple efecto que se provocaría sin el uso del glisofato, como es una menor producción de granos, desabasto de productos básicos para la alimentación, tanto humana como animal, incremento en el costo de producción, que a su vez impactaría en el aumento de los precios de productos básicos para la alimentación de los mexicanos como la tortilla, huevo, carnes de ave, cerdo y res, entre otros, afectando principalmente a las clases más necesitadas y a la autosuficiencia alimentaria nacional.
