Redacción BM Editores.
Los presidentes de las principales organizaciones del sector pecuario del país, la Organización de Porcicultores Mexicanos (OPORMEX), Heriberto Hernández; de la Asociación de Productores de Carne de Res, Héctor Garza Garza y de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), David Castro Monroy, alertaron, por separado que, podría disminuir la proteína animal en México de aprobarse una reforma para que el maíz que se utiliza en el alimento de los animales deba usarse quebrado.
Castro Monroy destacó que la importación de maíz para consumo animal no debe condicionarse al maíz quebrado, el cual, es un grano de menor calidad que imposibilita su certificación, dado que su manejo acarrea una considerable complejidad logística para transportarlo, almacenarlo y para usarlo como alimento para las aves. Esto representaría, a su vez, un significativo aumento en los costos de producción, previéndolo desde ahora de un 15% a 20%.
Consideró que no es conveniente obligar al sector a importar un grano de menor calidad, por sus riesgos para la producción de huevo y carne de pollo, alimentos de la canasta básica por su alto valor nutrimental y accesibilidad económica.
Restringir la importación de maíz entero invariablemente afectará a la seguridad alimentaria de la población, recordando que 6 de cada 10 kilogramos de la proteína animal que se consumen son de origen avícola.
Por otro lado, señaló que en México se consumen anualmente cerca de 47 millones de toneladas de maíz, de las cuales únicamente se producen alrededor de 27 millones. De éstas, un 88% corresponden a maíz blanco y un 12% a maíz amarillo, debiéndose importar aproximadamente 20 millones de toneladas. El maíz que importa el sector avícola es de alta calidad, estimando que entre 8 y 9 millones de ese maíz se destina al consumo avícola.
El maíz es un alimento fundamental para el óptimo desarrollo de las aves por su valor nutrimental y energético, lo cual se traduce en productos avícolas inocuos y de alta calidad. Limitar al sector a importar maíz de menor calidad conlleva riesgos sanitarios para las aves, porque ese maíz es más propenso a bacterias y hongos. Adicionalmente, dificulta el proceso de digestión y la adecuada absorción de los nutrientes, afectando así a la producción.
Héctor Garza Garza señaló que, de aprobarse la modificación, se elevará aún más la dependencia alimentaria del país, pues llevará a la quiebra a cientos de medianos y pequeños productores. , sostuvo.
Heriberto Hernández, vaticinó el elevado riesgo de cierre de granjas porcícolas por el desplazamiento debido a las importaciones y del grave daño que ocasionará el maíz quebrado en la ingesta de los animales.
“Si bien el proceso de quebrado nos va a encarecer los costos y nos va sacar de mercado, lo más grave son los altos riesgos para la producción de carne porque no sólo impactará en su crecimiento, sino también en su salud”, señaló.
Cabe señalar que el pasado 14 de agosto la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, que presidía el diputado Juan Ramiro Robledo Ruiz, aprobó un dictamen de reforma al Artículo 4 de la Constitución que establece que el maíz genéticamente modificado que ingrese al país para usos distintos al consumo humano debe entrar quebrado o fragmentado y ya no entero.
En reunión semipresencial, los integrantes de dicha Comisión señalaron que la importación de maíz en su modalidad de quebrado, debe venir con una evaluación de los riesgos a la salud que tenga en cuenta las prácticas de consumo, diversificación, resguardo, comercialización, industrialización y distribución.