Brucelosis en vacas lecheras de la laguna: ¿por qué es tan elusiva?

Miguel Mellado,
Jesús Mellado
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Departamento de Nutrición Animal, Saltillo, Coahuila, México.

Prevalencia de brucelosis bovina en los hatos lecheros de La Laguna La brucelosis es una de las enfermedades más prevalentes en los bovinos a nivel mundial, excepto en algunos países desarrollados que han logrado controlar o erradicar esta enfermedad. La brucelosis bovina es altamente contagiosa y es causada por varias especies de cocobacilos Gram negativo, principalmente Brucella abortus y ocasionalmente por Brucella melitensis o Brucella suis.

Brucelosis en vacas lecheras de la laguna: ¿por qué es tan elusiva? Brucelosis vacas lecheras laguna 2A pesar de los esfuerzos en materia de vigilancia y control, la prevalencia de brucelosis en los hatos lecheros de la Comarca Lagunera (región centro-norte de México, conformada por parte de los Estados de Coahuila y Durango) no se ha reducido después de varias décadas de la existencia de programas para controlar esta enfermedad. Existe un patrón endémico de brucelosis en los hatos lecheros de esta zona, debido a numerosos factores higiénicos, económicos, socio culturales, erróneo manejo sanitario de los hatos de vacas lecheras, insuficientes esfuerzos de coordinación entre el gobierno y la industria lechera, e incumplimiento de algunos productores con la eliminación de las vacas y novillas positivas a esta enfermedad. Un sistema de vigilancia y control no puede (¡y no debe!) improvisarse para la brucelosis endémica. El no lograr y mantener el estatus “libre de brucelosis” es de suma importancia, pues sin este estatus, las regulaciones veterinarias nacionales e internacionales imponen restricciones y prohibiciones en el movimiento y comercio de animales, sacrificio de animales (infectados y en riesgo de infección), pruebas adicionales para la detección de vacas infectadas y otras medidas logísticas y administrativas.

La capacidad de una prueba para estimar con precisión el estado de infección de las vacas del hato depende esencialmente de su sensibilidad y especificidad, a partir de muestras de un número suficiente de animales muestreados. Depende también de que se lleve a cabo una prueba serológica confirmatoria. Sin pruebas confirmatorias y usando la prueba de tarjeta, la prevalencia de brucelosis en vacas lecheras de La Laguna a nivel de hato, es de 35, 33, 23 y 6% para vacas de primera, segunda, tercera y cuarta o más lactancias.

Sin embargo, las vacas positivas a la prueba de la tarjeta y posteriormente sometidas a la prueba de inmunodifusión radial arrojó que sólo el 11% de las vacas presuntamente seropositivas a brucelosis estaban realmente infectadas con esta enfermedad. Otro estudio en un establo de esta zona, sólo con novillas y usando la prueba de tarjeta, arrojó una prevalencia de 30.1%. Entonces, la prevalencia de esta enfermedad en La Laguna es alta, aunque estos valores tienen que tomarse con reserva, porque no se tienen datos derivados de pruebas de tamiz acompañadas de pruebas confirmatorias. También, la alta incidencia de vacas seropositivas a brucelosis podría reflejar no un incremento en la incidencia de la infección, sino un programa de detección más intensivo y eficaz (incremento en las pruebas diagnósticas en los hatos).

Además, con la práctica generalizada de la aplicación de dos o más vacunas contra la brucelosis en las vacas en los establos de La Laguna, se incrementa marcadamente el riesgo de seropositividad de las vacas a brucelosis. Lo anterior contradice la visión que predomina universalmente de que la vacuna RB51 no interfiere con pruebas de diagnóstico, ya que, supuestamente, los anticuerpos inducida por RB51 no reacciona en las pruebas de aglutinación estándar (rosa de Bengala, aglutinación en suero, o prueba de fijación del complemento).

Varios estudios de los autores han probado contundentemente que esto no es así, y que el abuso de las aplicaciones repetidas de vacunas contra brucelosis inevitablemente resulta en un incremento de casos falsos positivos contra esta enfermedad. Además, la aplicación indiscriminada de esta vacuna (más de 4 vacunas en la vida de las vacas), incrementa la ocurrencia de pérdidas fetales. A continuación, se describen algunas prácticas típicas de hatos lecheros de La Laguna que explican la extendida ocurrencia de esta enfermedad en las vacas lecheras.

Fallas en la detección de vacas infectadas con brucelosis

Los programas de profilaxis de la brucelosis bovina dependen principalmente de un diagnóstico y atención temprana, exacta y precisa. La brucelosis se diagnostica por antecedentes de aborto, retención de membranas fetales, endometritis, pruebas serológicas y numerosas pruebas moleculares. Sin embargo, todas las pruebas tienen algunas limitaciones, por lo que uno de los principales obstáculos en el manejo y control de la brucelosis es la falta de una prueba de referencia altamente confiable. Para la detección de la brucelosis no existen criterios patognomónicos para señalar vacas infectadas, y las pruebas que detectan el ADN están sujetas a la misma incertidumbre por valores de sensibilidad y especificidad menores de 100%, que las pruebas inmunológicas.

El aislamiento bacteriológico del organismo que causa esta enfermedad no solamente representa un gran riesgo de infección para los técnicos que llevan a cabo estas pruebas. Además, el aislamiento de Brucella spp. es tedioso, y consume mucho tiempo, debido a la naturaleza intracelular de la Brucella spp.

Sin embargo, el índice de comportamiento (suma de los valores de sensibilidad y especificidad; una puntuación de 200 es perfecta) de esta prueba es de los más bajos, juntos con la prueba de tarjeta, y rivanol. En cambio, la prueba de aglutinación con antígeno buferado en placa, el ensayo de polarización de fluorescencia sanguínea, y la inmunoabsorción ligado a enzimas indirecto o competitivo constituyen las pruebas más efectivas y confiables. Además, al comparar los costos de las pruebas anteriores con las pruebas serológicas tradicionales, tienen un precio competitivo para el diagnóstico de brucelosis, por lo que tienen una mejor calificación al combinar el costo/eficiencia

En el caso de La Laguna, como en el resto del país, la prueba de tamiz estándar para el diagnóstico de la brucelosis es la de tarjeta (Rosa de Bengala; índice de comportamiento bajo), la cual se ha adoptado por su simplicidad en la ejecución y lectura, además de su bajo costo. El propósito de una prueba de detección es revelar cualquier vaca potencialmente positiva, pero habrá vacas reactoras no específicas, que requieran una prueba de confirmación para mejorar la especificidad diagnóstica y el valor predictivo positivo. Sin embargo, en algunos hatos de vacas lecheras de La Laguna no se llevan a cabo las pruebas confirmatorias, lo que dificulta la identificación precisa de las vacas infectadas con brucelosis. El utilizar una prueba diagnóstica de tamiz como la de tarjeta, aunada a la prueba de inmunodifusión radial, mejoraría considerablemente la capacidad de distinguir los anticuerpos vacunales de los anticuerpos causados por la infección de Brucella. Entonces, una exposición prolongada de una cepa de campo de Brucella spp. produce anticuerpos contra el hapteno nativo y no cuando se trata de una exposición temporal a esta bacteria, como es el caso de una vacunación con la cepa RB51 de B. abortus. Esto hace que la prueba de inmunodifusión radial pueda diferenciar vacas y novillas infectadas de las vacunadas, y esto es básico para la toma de decisiones para que un animal sea eliminado del hato. La revacunación provoca que un estímulo antigénico sea más fuerte, sin embargo, la prueba de inmunodifusión radial seguirá diferenciando las vacas revacunadas de las infectadas. Por lo anterior, un laboratorio en La Laguna con equipo para llevar a cabo pruebas de inmunodifusión radial es vital.

Fallas en la detección de becerras infectadas con brucelosis

Aunque no se ha llegado a un acuerdo general sobre el papel que juegan las becerras y novillas en la infección de un hato con BruceIla, el control de la brucelosis indudablemente mejoraría si las becerras y vaquillas infectadas se detectaran y eliminaran rápidamente. Algunas novillas nacidas de madres infectadas pueden ser portadoras de Brucella (detectadas por cultivo de B. abortus) aunque sean seronegativas a las pruebas de Rosa de Bengala, aglutinación sérica y fijación del complemento) durante las primeras semanas de vida. Aun con un diagnóstico negativo de las becerras con un examen bacteriológico, las becerras pueden haber adquirido inmunidad derivada del calostro. O bien, los ganglios linfáticos examinados pueden contener pocas bacterias viables, o éstas pueden localizarse en otros tejidos no analizados.

Estas vaquillas, una vez preñadas, pueden abortar o no, pero pueden diseminar microorganismos de Brucella después del parto. Aunque el número de estas vaquillas puede ser pequeño, el daño que podrían causar, si no se detectan, podría ser extenso. Las novillas seronegativas pero infectadas, si se usan para reemplazar el ganado reproductor, podrían introducir brucelosis en un rebaño libre de esta enfermedad. Vaquillas como éstas pueden ser identificadas por la prueba de inmunodifusión radial.

Es necesario el diagnóstico de brucelosis en terneras nacidas en hatos lecheros que presentan la enfermedad, para evitar que los animales positivos permanezcan en el rebaño. Los anticuerpos inducidos por vacunas evitarán la detección de enfermedades, pero posteriormente se manifestará mediante abortos.

Fallas en la vacunación contra brucelosis

En la zona de La Laguna, donde la brucelosis bovina es endémica, la vacunación de becerras (3-7 meses de edad) es el punto central de un programa de control de esta enfermedad, ya que se ha desempeñado bien en la reducción de la prevalencia de brucelosis. La cepa RB51 es considerada como una vacuna atenuada efectiva contra B. abortus, y es esta la vacuna utilizada en los programas de control de la brucelosis en México. Es importante señalar que la vacunación de las becerras con RB51 no induce inmunidad de por vida y debe aplicarse una vacuna de refuerzo a los 4 o 5 años de edad para mantener altos niveles de protección. Con este esquema de vacunación no habría interferencia en el diagnóstico de la brucelosis por no producir anticuerpos que podrían interferir con la detección serológica empleada en el diagnóstico de bovinos infectados, independientemente de la vía, dosis de administración, edad o sexo del animal.

En los establos lecheros de La Laguna la mayor parte de las vacas son revacunadas cada año. Este esquema de vacunación acarrea serios problemas que interfieren con la detección de vacas infectadas con Brucella. Se tiene la creencia universal de que la vacuna RB51 no interfiere en diagnóstico de la brucelosis, es por ello que la vacunación con la cepa S19 en México fue sustituida hace muchos años por la cepa vacunal RB51, que supuestamente, no tiene este problema. Sin embargo, varios estudios de los autores en la zona de La Laguna y otros colegas en otras zonas de México, muestran que la vacunación con RB51 incrementa el riesgo de las vacas de resultar seropositivas a brucelosis. Y el programa de control de brucelosis en México establece que, en el caso de encontrarse vacas positivas a la prueba de tarjeta, después de la vacunación o revacunación con RB51, las vacas son consideradas como infectadas.

Una segunda inoculación contra brucelosis induce una respuesta inmune fuerte y compleja. La presencia de vacas seropositivas después de la vacunación representa una respuesta secundaria que no necesariamente indica infección por brucelosis cuando se confirma mediante la prueba de Rivanol. Por lo tanto, la revacunación con RB51 crea títulos persistentes que confunden la identificación de las novillas o vacas infectadas mediante las pruebas de tarjeta. Entonces, en hatos lecheros con alta prevalencia de brucelosis, la presencia de vacas reactoras post vacunales indica una respuesta secundaria no debida a una infección, para lo cual tendría que utilizarse una prueba confirmatoria, como la de Rivanol o aun más precisa, la prueba de inmunodifusión radial.

Sin embargo, la vacunación por sí sola no es suficiente para controlar y erradicar la enfermedad, esta práctica debe asociarse con la eliminación continua de animales infectados, ya que éstos son la fuente de nuevas infecciones. Así, además de la vacunación, la mayoría de los programas de control de la brucelosis bovina también deben incluir políticas de pruebas serológicas y sacrificio de vacas/novillas seropositivas.

Brucelosis en vacas lecheras de la laguna: ¿por qué es tan elusiva? Brucelosis vacas lecheras laguna 1

Fallas en la eliminación de las vacas seropositivas

El sacrificio selectivo o “sacrificio sanitario” sigue siendo la principal estrategia para enfermedades endémicas como la brucelosis. El sacrificio tiene como objetivo eliminar o reducir las vacas que constituyen un reservorio de la Brucella y, como resultado, disminuir o eventualmente detener la transmisión de este patógeno a los huéspedes susceptibles. Algunos científicos argumentan que la evidencia que documenta la eficacia epidemiológica y la rentabilidad del sacrificio como una solución sostenible para muchas enfermedades zoonóticas y epidémicas sigue sin ser concluyente.

Esta práctica no se sigue en algunos establos lecheros de La Laguna, debido a que los productores saben que las vacas seropositivas a la brucelosis, contrario a algunos estudios, presentan una producción de leche comparable a las vacas seronegativas a esta enfermedad. También, la eficiencia reproductiva, aunque algo disminuida, no está muy lejana a la observada en vacas seronegativas. Y es que las vacas infectadas con esta enfermedad presentan aborto en el último tercio de la gestación, pero luego de este evento, las vacas no repiten el aborto en gestaciones subsecuentes porque pasan a la fase crónica (portadoras), teniendo posteriormente becerros vivos. Sin embargo, en cada parto subsecuente las vacas continúan eliminando Brucella en la leche, calostro, membranas placentarias y en las descargas uterinas, por lo que siguen actuando como fuente de infección.

Aunque los productores de leche aíslen a las vacas seropositivas a brucelosis en el establo, el riesgo de contagio sigue latente pues Brucella abortus puede sobrevivir en el medio ambiente durante varios meses. La inhalación también suele ser un modo de transmisión; además, los animales no infectados que comparten fuentes de agua comunes con animales seropositivos para Brucella es una de las razones más importantes para la propagación de la brucelosis. Adicionalmente, la transmisión vertical a la descendencia puede ocurrir a través de la excreción de B. abortus en el calostro, o la progenie puede infectarse en el útero por lo que pueden convertirse en portadores a largo plazo, con el riesgo de futuros abortos.

Conclusión

En La zona de La Laguna, la prevalencia de brucelosis a nivel de población animal es de alrededor de 30%, según la prueba de tarjeta y sin prueba confirmatoria. La alta incidencia de esta enfermedad se debe a que los esfuerzos para eliminar los reservorios de brucelosis bovina en los hatos lecheros de esta zona han sido insatisfactorios. La estabilización de la brucelosis en esta zona se debe a una errada estrategia de vacunación (exceso de vacunas en la vida de las vacas, lo cual interfiere con la detección de vacas y becerras infectadas), la retención por largo tiempo de vacas seropositivas a Brucella, la omisión de pruebas confirmatorias para corroborar la existencia de vacas infectadas con brucelosis, y la frecuente omisión de la detección de esta enfermedad en las becerras.

REFERENCIAS

• Luna, M., García, J.E., Encina, J., Álvarez, P., Macías-Cruz, U., Avendaño- Reyes, L., Mellado, M. (2023). Risk factors associated with testing positive for brucellosis and occurrence of abortion in high-yielding Holstein heifers. Israel Journal of Veterinary Medicine. In Press.

• Mellado, M., García, A. M., Arellano-Reynoso, B., Diaz-Aparicio, E., Garcia, J. E. (2014). Milk yield and reproductive performance of brucellosis- vaccinated but seropositive Holstein cows. Tropical Animal Health and Production, 46(2), 391-397.

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Artículo publicado en Entorno Ganadero Abril Mayo 2023

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