Del campo al establo: ¡Cuidado con las micotoxinas en los ensilados!

Departamento técnico de Olmix Latinoamérica Norte

En las vacas lecheras más del 60% de sus nutrientes provienen del forraje. A través del proceso de fermentación ruminal su producción de leche ha ido mejorándose durante los últimos años gracias a estrategias nutricionales, incremento en la digestibilidad y adecuado consumo de forraje. Como consecuencia, durante los últimos años ha aumentado el uso del ensilado de maíz por su alta y uniforme calidad nutricional (1,5 MCal/g MS de media), por su fácil cultivo y sus altos rendimientos, sin embargo, el proceso de ensilar es ahora clave para determinar su calidad.

La calidad de los nutrientes del ensilado de maíz es variable de un año a otro dependiendo de las condiciones climáticas que también pueden modificar la contaminación o presencia de ciertos hongos que llegan a producir toxinas, o a la presencia misma de toxinas provenientes de las áreas de cultivo de este forraje.

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  • Micotoxinas en el forraje: cuándo, dónde y por qué

En el campo, los forrajes están en contacto de forma natural con varios tipos de hongos; el más frecuente es Fusarium. La fusariosis es común en cereales y afecta principalmente a la mazorca. Las especies más frecuentes son F. graminearum, F. culmorum, F. poae y F. avanaceum. El crecimiento de fusarium depende del nivel de humedad (22-25%) en la planta y de la temperatura ambiente (>15°C).

Algunos métodos de cultivo tienen un impacto en el desarrollo de fusarium, como la rotación de cultivos. Cultivar maíz para grano después de haber cultivado en el mismo campo también maíz, para grano o para forraje, aumenta el riesgo de contaminación por vomitoxina (DON) en la cosecha siguiente, pues los restos del cultivo contaminados con fusarium mantienen al hongo de un año para otro. Por la misma razón, la siembra directa aumenta el riesgo de desarrollo de fusarium, cuando los restos de la cosecha anterior permanecen en la superficie, contaminando la siguiente cosecha. Esta práctica de conservación de suelos, se vuelve entonces una fuente de contaminación recurrente.

Elegir variedades de semillas resistentes a fusarium ayuda a controlar el riesgo, pero este criterio aún no está bien documentado. La aplicación de fungicidas no es muy habitual por la altura de la planta y como consecuencia el riesgo del desarrollo de fusarium es más alto que en otros cereales.

El hongo en sí mismo no es una amenaza para el animal, pero en condiciones de estrés ambiental el fusarium produce toxinas. Todos los factores que alteran el crecimiento fúngico pueden provocar la producción de estos metabolitos secundarios: micotoxinas o particularmente fusariotoxinas.

Por ejemplo, se ha observado que fusarium prolifera entre 25 y 30°C sin producir micotoxinas, pero cuando la temperatura desciende cercano 0°C, una parte de los hongos producirán niveles altos de fusariotoxinas (Joffe et al., 1986). Además de los cambios bruscos de temperatura, la humedad relativa son factores que favorecen la producción de estos metabolitos tóxicos en las superficies de cultivo.

Derivado de esto, los forrajes llegan a estar contaminados con fusariotoxinas como tricotecenos (vomitoxina o DON), zearalenona y fumonisinas, con un nivel variable dependiendo del clima, método de cultivo, etc. La calidad de la conservación del ensilado (anaerobiosis, temperatura, Aw, duración del ensilado) también afecta al desarrollo de fusarium y de otros hongos más típicos del almacenaje, que pueden producir aflatoxinas u ocratoxinas bajo condiciones específicas.

Aproximadamente el 25% de los cultivos a nivel mundial están contaminados con micotoxinas (CAST, 1989). Según una revisión alemana de 196 muestras de ensilado de maíz, más de la mitad estaban significativamente contaminadas con DON: 59% >0,300 mg/kg; 9,2% >2 mg/kg; 2.6% >5 mg/kg (Oldenburg y Höppner, 2003). En 1998 Withlow publicó un análisis de la presencia de micotoxinas en las raciones de vacas lecheras en Carolina del Norte, durante un periodo de 9 años. La presencia de DON en el ensilado se dio en el 66% de las muestras (valor medio 1,991 mg/kg) y de zearalenona en un 30% (valor medio 0,525 mg/kg) ambos metabolitos del fusarium. La presencia y concentración de las micotoxinas en los forrajes varía de un año a otro por las variaciones en las condiciones climáticas y las situaciones de estrés que afectan al hongo y su producción de micotoxinas.

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Planta Olmix Group en Bréhan, Francia.
  • La vaca y las micotoxinas

Se creía que la flora ruminal era capaz de detoxificar algunas micotoxinas. Varios estudios han demostrado que la capacidad del rumen para la detoxificación de micotoxinas es menor de lo que se pensaba. Heinz-Kiessling en 1984 mostró que la eficacia detoxificadora no es la misma para todas las micotoxinas. DAS, T2, ocratoxina y zearalenona son parcialmente transformadas, mientras que no observó degradación para DON y aflatoxina B1. Otros estudios midieron una degradación parcial de DON a DOM-1, una forma menos tóxica, mostraron que el descenso de zearalenona se debe a su reducción a zearalenol y principalmente (90%) a α-zearalenol, que es 3-4 veces más estrogénico que la zearalenona por lo que la transformación de este metabolito genera un mayor desafío en la vaca lechera. Las fumonisinas no son alteradas en el rumen.

Heinz-Kiessling (1984) probó que los protozoos son invariablemente más activos que las bacterias en el proceso de detoxificación, pero también más sensibles a las micotoxinas que las bacterias (Westlake et al, 1989). Y esta función de detoxificación ocurre bajo condiciones ruminales.

En un estudio alemán (Keese et al., 2008) investigaron la influencia en los patrones de fermentación ruminal de una proporción de concentrado en la ración total, con y sin contaminación de fusariotoxinas. Suministraron una ración con 50% de concentrado y una concentración media de DON de 5,3 mg/kg MSI a 13 vacas al inicio de la lactación, resultando en alteraciones en los patrones de fermentación ruminal (alteración del equilibrio de ácidos grasos volátiles, caída del pH, crítico para el desarrollo de acidosis subclínica). Esto puede indicar un cambio en la población microbiana debido al efecto directo o indirecto de la presencia de fusariotoxinas sobre la flora ruminal.Del campo al establo: ¡Cuidado con las micotoxinas en los ensilados! micotoxinas ensilados 4

Las fusariotoxinas ejercen sus efectos a través de 3 mecanismos de acción primarios en las vacas lecheras. El primero de ellos es la inmunodepresión. En 2009, Korosteleva y colaboradores, concluyeron que las micotoxinas de fusarium pueden deprimir algunos aspectos celulares de la función inmune, mientras que estimulan la respuesta humoral primaria a antígenos específicos. El segundo impacto (principalmente de los tricotecenos) es la reducción de la cantidad de nutrientes disponibles para el animal, por una menor ingesta y la irritación del tracto digestivo, reducción de la longitud de las microvellosidades (Pinton et al., 2012). El tercer impacto es el efecto directo de la zearalenona y sus metabolitos en los resultados reproductivos por su efecto estrogénico. Y consideraremos un cuarto efecto, la modificación a los patrones de fermentación ruminal, provocando problemas metabólicos y productivos en las vacas. Las pérdidas clínicas o subclínicas en los resultados, el aumento de la incidencia de enfermedades y peores resultados reproductivos tienen un peso importante en los resultados económicos de la ganadería. Por ello, es crítico detectar y proteger a las vacas de las micotoxinas para evitar pérdidas económicas, o fugas silenciosas que generan una mala eficiencia productiva del hato lechero.

  • ¿Qué hacer contra las micotoxinas en el forraje o en la RTM?

Del campo al establo: ¡Cuidado con las micotoxinas en los ensilados! micotoxinas ensilados 5El uso de adsorbentes de micotoxinas en la ración de las vacas junto con unas óptimas prácticas de gestión en el establo son el único método factible para reducir el impacto de las micotoxinas en la producción lechera y en la salud animal.

La elección de un adsorbente eficaz es clave en este proceso y debe hacerse siguiendo criterios estrictos de eficacia y de resultados productivos. En este campo, una compañía especialista en biotecnología azul ha desarrollado una nueva tecnología para ofrecer el más amplio espectro de adsorción de micotoxinas en forma microgranulada, para maximizar la protección de las vacas. Esta tecnología se basa en las cualidades de los aluminosilicatos para ligar micotoxinas y en la capacidad de los extractos de algas marinas para modificar la estructura de los aluminosilicatos y crear una partícula capaz de mejorar la captura de micotoxinas de una forma más eficiente y rápida, esta tecnología patentada se le conoce como Amadéite®.Del campo al establo: ¡Cuidado con las micotoxinas en los ensilados! micotoxinas ensilados 6

La tecnología para control de micotoxinas Amadéite® ha demostrado su eficacia en todo el mundo, protegiendo a las vacas para obtener mejores resultados. Por ejemplo, en una prueba realizada en una granja de alta producción en España, vacas desafiadas con contaminaciones que se tienen normalmente en las raciones de las vacas lecheras, con el uso de esta biotecnología en la protección contra micotoxinas, se restableció la producción de leche y la calidad (fig. 1) así como la salud de la ubre, las mediciones permitieron determinar que el hato tratado presentaba menor cantidad de leche separada por alta conductividad (mastitis o tratada con antibióticos), mejorando por lo tanto la salud y la calidad de leche (fig. 2).

Hoy día se requiere mantener una buena eficiencia productiva en el hato lechero, y cada vez se está analizando más su rentabilidad, por lo que la alimentación debe de manejarse con lupa, y es ahí en donde los esfuerzos no deben de abandonarse y continuar con la vigilancia y el manejo adecuado en el control de micotoxinas, disminuyendo su impacto negativo y mejorando la productividad del hato lechero.

Literatura citada

  • CAST, Mycotoxins: risks in plant animal, and human systems, 1989.
  • Joffe, A. Z., Fusarium species: their biology and toxicology, 1986.
  • Kesse Christina, Ruminal fermentation patterns and parameters of the acid base metabolism in the urine as influenced by the proportion of concentrate in the ration of dairy cows with and without Fusarium toxin-contaminated triticale, 2008.
  • Kiessling Karl-Heinz, Metabolism of aflatoxin, ochratoxin, zearalenone, and three trichothecenes by intact rumen fluid, rumen protozoa, and rumen bacteria, 1984.
  • Korosteleva, S. N., Effects of feedborne fusarium mycotoxins on the performance, metabolism, and immunity of dairy cows, 2009.
  • Oldenburg E. y Höppner, F., Fusarium mycotoxins in forage maize-occurrence, risk assessment, minimization, 2003.
  • Pinton Philippe, Toxicity of deoxynivalenol and its acetylated derivatives on the intestine: differential effects on morphology, barrier function, tight junction proteins, and mitogen-activated protein kinases, 2012.
  • Westlake K., In vitro metabolism of mycotoxins by bacterial, protozoal and ovine ruminal fluid preparations, 1989.
    Whitlow L. W., Mycotoxin effects in dairy cattle, 1998.

Para más información:
Olmix Latinoamérica Norte
Tel. oficina: (442) 245 5860
[email protected]

Artículo publicado en Entorno Ganadero Febrero- Marzo 2021

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