Desórdenes de Macro-minerales en la vaca de transición y dos estrategias para solventar un viejo problema

DVM PHD. Nicolás Arias V
LATTECH CONSULTORES SDS.

Denominamos al Síndrome de Vaca Caída a toda aquella vaca que, sin haber sufrido una lesión mecánica, es incapaz de sostenerse en pie, o de levantarse una vez que se echa, disminuyendo su capacidad productiva. Esta condición está íntimamente ligada a desórdenes de macrominerales en su mayoría, pero no es la única condición para que esto suceda, en el presente escrito expongo ligeramente estos desórdenes para facilitar su entendimiento.

Entendemos como macro-minerales a los siguientes elementos: calcio (Ca), magnesio (Mg), fósforo (P) y potasio (K). De donde sus concentraciones séricas están involucradas con el síndrome de vaca caída, en el cual la vaca pierde su capacidad de sostenerse en pie y no puede levantarse, por verse afectada la trasmisión nerviosa y la contracción muscular. Alteraciones menos severas pueden ser la disminución de consumo de alimento, una pobre motilidad ruminal e intestinal; una baja productividad y un incremento en la susceptibilidad a infecciones u otros desórdenes metabólicos.

El volumen del fluido extracelular es aproximadamente del 30% del peso vivo de un animal adulto, y está comprometido en dos partes; el líquido intersticial que se encuentra entre las células y el plasma sanguíneo.

Los mecanismos para mantener la homeostasis o equilibrio de estos cuatro elementos en ocasiones falla y se presentan alteraciones como la fiebre de leche, es esta la importancia de entender cómo funcionan normalmente estos mecanismos, para poder descubrir cuáles son los puntos de ruptura de estos mecanismos y poder establecer estrategias para evitarlos.

Calcio Ca++

En una vaca de 600 kilos hay 3 gramos de calcio en el plasma y 8 a 9 g en el fluido extracelular, para mantener niveles normales de 8-10 mg de Ca por dL, que pueden crecer en estado de acidosis o decrecer en el caso de alcalosis. Una vaca vierte entre 1.7 a 2.3 g de Ca por kilogramo de calostro, y 1.1 g por kilo de leche. Lo que se puede traducir a que la vaca pierde 20 a 30 gramos de Ca diariamente durante la lactación temprana. Para compensar esto la vaca promueve una remoción del calcio contenido en los huesos y dientes, incrementando la absorción del calcio en la dieta, lo que puede llevar a la vaca a una osteoporosis en un 12-13% de su esqueleto, el cual es reversible en la lactancia tardía, de esta forma la normocalcemia es mantenida, sin provocar una osteoporosis crónica.

La movilización de Ca de los huesos es regulada por la Paratohormona (PTH) producida en la paratiroides, la cual se activa cuando declina el calcio sanguíneo, promoviendo una reabsorción de calcio a nivel tubular renal. Sin embargo, la cantidad total de calcio recuperado es muy pequeña. Por tal motivo, una segunda hormona es requerida (1,25 dihidroxyvitamina D) para estimular al intestino a absorber eficientemente el calcio, esta hormona es producida por el riñón a partir de la vitamina D, en respuesta al incremento de PTH. Para ponerlo sencillo la vaca sufre fiebre de leche cuando la vaca no remueve suficiente calcio de sus huesos y la dieta no cubre la pérdida en leche de este elemento, rompiendo la homeostasis del calcio; habiendo diversos factores nutricionales involucrados en esta ruptura.

Factores que afectan la homeostasis del calcio para causar hipocalcemia y fiebre de leche

ALCALOSIS METABÓLICA

La alcalosis metabólica predispone a la vaca a la fiebre de leche y a la hipocalcemia subclínica, esta alcalosis inhibe la respuesta de la vaca al incremento de PTH disminuyendo sus receptores, además de provocar una falla en la reabsorción del calcio en los túbulos renales, y más importantemente, el riñón falla en convertir la 25 dihidroxyvitamina D en 1,25 dihidroxyvitamina D lo que inhibe a la absorción eficiente del calcio a nivel intestinal que normalmente ayudaría a restablecer los niveles de calcio perdidos. Esta alcalosis, es el resultado de la implementación de dietas con altos niveles de cationes (K, Mg, P y sodio (Na)) y bajos niveles de aniones (Cl, SO4 (sulfatos) y PO4 (fosfatos)), lo que simplemente se traduce como una disparidad eléctrica porque hay más cargas positivas que negativas en la sangre, lo que quiere decir que hay una carga positiva de Hidrógeno perdida en algún compartimiento de la sangre, lo que tiene como efecto que el pH de la sangre se incremente. Razón por lo cual la implementación de dietas aniónicas durante los días de preparto incrementa el total de las cargas negativas en la sangre lo que permite mayor cantidad de H+ existente en sangre lo que tiende a bajar el pH de la sangre, reestableciendo la sensibilidad de los tejidos a la PTH.

HIPOMAGNESEMIA

La hipomagnesemia afecta el metabolismo del calcio en dos formas: 1) Reduciendo la secreción de la PTH en respuesta a la hipocalcemia. 2) Reduciendo la sensibilidad de los tejidos a la PTH. La PTH se secreta aun en un ligero decremento de los niveles de calcio sanguíneo, sin embargo, la hipomagnesemia puede demeritar esta respuesta, esto se ve más claro en el síndrome de tetania de los pastos en el ganado que es alimentado en pastoreo, lo cual se observa cuando esos pastos son pobres en magnesio y se manifiesta clínicamente cuando han pasado varias semanas con esta situación, poniendo a los animales con niveles por debajo de los 5 mg/dL. Luego entonces, esta tetania de los pastos se presenta cuando los niveles de calcio y magnesio declinan simultáneamente. Autores definen a la hipomagnesemia cuando los valores de este elemento en sangre están inferiores a 1.6 mg/dL. En medicina humana está muy documentado que el tratamiento de la hipomagnesemia restaura los niveles de calcio a niveles normales al mismo tiempo que se restaura los niveles de magnesio, por lo que hay que cuidar que los niveles de Mg, se encuentren en 1.6 mg/ dL, para no sufrir hipocalcemia.

EXCESIVAS CONCENTRACIONES SANGUÍNEAS DE FÓSFORO

Cuando las concentraciones de fósforo se extralimitan alrededor de 6 mg/100 dL, tienen un efecto directo inhibitorio en la enzima renal que convierte el 25 hidroxyvitamina D, a 1-25 dihidroxyvitamina D, aunque exista secreción de PTH y los tejidos reconozcan a esta PTH; la vaca no será capaz de producir la hormona necesaria para la activación, del transporte intestinal del calcio, y la vaca sufrirá una descompostura del mecanismo homeostático del Ca.

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Estrategias para prevenir la Hipocalcemia

En teoría todas las cargas eléctricas que están contenidas en la dieta, tienen influencia en las cargas eléctricas de la sangre. La mayor cantidad de cationes está acarreada por: Sodio Na+1, Potasio K+1, Calcio Ca+2 y Magnesio Mg+2. Los principales aniones se ven involucrados con el Cloro Cl-1, Sulfatos SO4-2; y el Fosfato que se asume con -3. Es así que la diferencia de aniones y cationes determina el pH de la sangre, y estas diferencias se describen en miliequivalentes y lo describe con la siguiente ecuación: (mEq Na+ + mEq K+) – (mEq Cl- + mEq S-). Esta ecuación mantiene en mente que el Ca, Mg y P son absorbidos de la dieta y tienen influencia sobre el pH de la sangre.

Existen otras ecuaciones en donde se toman en cuenta al amonio, pero el objetivo es poder acidificar la dieta por medio de Cl-, S04 y amonio con la finalidad de activar la PTH. El objetivo es disminuir las cantidades de cationes y el incremento de aniones, lo cual podemos medir por medio de la medición del pH de orina manejando valores de 6 – 7. Considerando valores ideales en vacas Holstein de 6.2 a 6.8, mientras que para vacas jersey deberá ser de 5.8 a 6.3. Si las vacas declinan el pH por debajo de 5.5, las vacas caerán en una acidosis metabólica no compensada lo que promoverá una disminución del consumo de materia seca. La muestra de orina deberá ser tomada en animales que tienen al menos 48 horas de haber consumido la dieta de preparto y deberá ser tomada entre 6 – 9 horas posterior de haber consumido la dieta. En esta toma de muestra deberá descartarse secreciones vaginales que son de pH alcalino.

Esta disminución de cationes tiene que verse involucrada con el entendimiento que los forrajes ofrecidos deben ser bajos en niveles de potasio, las alfalfas y las avenas son forrajes que retienen mucho estos elementos, junto con el cuidado de ofrecer menos de este tipo de forrajes en las vacas próximas al parto, también baje los niveles de inclusión de calcio, lo que promoverá una activación de la PTH.

Tenga cuidado en medir los niveles de Mg en sangre, ya que la activación de la PTH hace que los riñones incremente la reabsorción tubular del Mg, lo cual hace que aparentemente los niveles de este elemento estén normoplásmicos, cuando la dieta es insuficiente, razón por la cual, si usted muestrea 10 vacas y si de ellas 9 no tienen al menos 2 mg/ dL, quiere decir que la dieta está aportando insuficiente nivel de magnesio, o que algo está bloqueando la absorción de éste. Este mismo ensayo puede efectuarse en vacas recién paridas. Para favorecer el transporte del Mg intraruminal debemos adicionar sodio, y reducir los niveles de potasio, la adición de monensina también puede ayudar a eficientar el transporte de Mg por que se liga al sodio, pero no está aprobado para esta indicación.

Para verificar que nuestro programa de uso de sales aniónicas está acidificando la sangre, lo evaluamos por medio de la medición de pH de orina, el cual deberá estar entre 5.8 – 6.5, teniendo cuidado de no acidificar más ya que esta acidificación deprime el consumo de materia seca.

Esta práctica demanda mucha atención en el proceso de mezclado ya que, si esto no se hace bien, a la hora de estar evaluando el resultado de la inclusión, vamos a ver que existe una variación de resultados como los que muestro en la imagen 1.

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Cuando estamos haciendo un excelente mezclado el reflejo del uso de estas sales aniónicas el número de vacas que midamos su pH de orina se encontrarán con una menor dispersión y como el caso de la imagen 2 será más fácil corregir la cantidad de sales aniónicas para lograr el objetivo deseado, para el siguiente caso solamente bajaremos 70 gramos por cabeza del producto que utilizamos para anionizar.

SUMINISTRO DE BOLOS DE CALCIO

La implementación del uso de un bolo de diferentes fuentes de calcio, éste deberá estar compuesto por fuentes de rápida absorción de calcio que no sea irritante, esta estrategia puede ser tan buena como la anterior con el uso de sales aniónicas con la diferencia que no necesita determinar uno el pH de orina para ver que esta estrategia está funcionando. En 13 diferentes evaluaciones llevadas a cabo en la Comarca Lagunera donde se evaluaron los niveles de calcio, al momento del parto, a las 12 horas post-parto, así como a las 24 y 36 horas que es cuando alcanzan ya la normocalcemia en esta última determinación de tiempo. Los resultados, en resumen, nos muestran que existe una diferencia en los niveles de calcio plasmático comparado al uso de un programa de sales aniónicas, tal como lo muestro en la Gráfica No 1, cuando comparamos los niveles de calcio al momento del parto.

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Gráfica 1. Oneway Analysis of Y By Al Parto.

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Donde por medio de un análisis de varianza podemos ver la consistencia en los resultados mostrando que la utilización de un programa de uso de Bolos de Calcio nos dio un valor más alto de calcio en plasma al momento del parto de 8.17 mg/dL comparado con el valor de 7.75 mg/dL cuando se usaron Sales Aniónicas. De igual forma se estuvo dando el seguimiento a las mismas vacas midiendo el calcio en plasma a las 12 horas después del parto dándonos el resultado que muestro en la Gráfica No 2; donde podemos ver que si bien las vacas sometidas a un programa de uso de sales aniónicas ya están en 7.96 mg/dL lo cual es una hipocalcemia marginal ya muy cerca de un valor de 8.0, con el cual marcamos como normocalcemia, podríamos ver la diferencia en una gráfica de supervivencia (Gráfica No 3).

Gráfica 2. Oneway Analysis of Y By 12 hrs Post Parto. Oneway

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Viene de la gráfica 2.

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Gráfica 3. Product-Limit Survival Fit.

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Con el análisis estadístico podemos ver que el 25% de las vacas sometidas al programa de sales aniónicas estuvieron por debajo de los 8 mg/dL.

Con lo anterior descrito no hay que demeritar el uso de sales aniónicas, ya que es una muy buena herramienta, solamente que requiere de una mayor precisión en el manejo, ya que fallas en el mezclado pueden ser causa de la variación de los resultados, porque como lo describo en los resultados anteriores hay un alto número de vacas que obtienen valores iguales o superiores a los 8 mg/dL, en el programa de sales aniónicas pudiendo hacernos pensar en esta herramienta para controlar la hipocalcemia, y comparado con el uso de bolos no requiere tanto manejo ya que el suministro de éstos implica un entrenamiento del personal para no lesionar las vacas cuando se les dan. Para escoger qué programa pueden implementar es cuestión de arrastrar el lápiz y sacar el costo de uno u otro programa para ver cuál es la mejor decisión económica para enfrentar este problema, y determine las complicaciones que tiene cada uno en el manejo, ya que las dos herramientas cumplen con su objetivo de disminuir el riesgo de hipocalcemia.

Una vez que ha entendido estos mecanismos que interfieren con el metabolismo de estos macrominerales podrá entender mejor la terapéutica que su Médico Veterinario establezca.

Artículo publicado en “Entorno Ganadero Abril Mayo 2023

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