Diarrea Viral Bovina
Alejandro Córdova-Izquierdo
Tamara Selene Vázquez-Bran
Juan Eulogio Guera-Liera
Jorge A. Saltijeral Oaxaca
Gustavo Ruiz Lang
Armando Gómez Vázquez
Jaime Olivares Pérez
Pedro Sánchez Aparicio
Abel E. Villa-Mancera
Raúl Sánchez Sánchez.
INTRODUCCIÓN
El virus de la diarrea viral bovina (DVB) es un importante patógeno causante de infecciones endémicas en muchas poblaciones de ganado y genera un gran impacto económico mundial. La enfermedad es causada por el virus de la DVB, que es un pequeño virus de ARN monocatenario envuelto, perteneciente al género Pestivirus (familia Flaviviridae). Afecta principalmente al ganado vacuno dentro del cual se ven más afectadas las vacas lecheras en comparación a las vacas de carne. Se conocen dos genotipos del virus de la diarrea viral bovina BVDV-1 y BVDV-2, que difieren en sus propiedades antigénicas y genéticas.
Cualquiera de los genotipos del VDVB son capaces de causar una infección aguda y persistente, pero el BVDV-2 provoca infecciones más graves y agudas cuando infecta a animales susceptibles en comparación con el BVDV-1, sin embargo, BVDV-2 se identifica en raras ocasiones. Provoca altas tasas de morbilidad y mortalidad asociadas a un aumento de los sacrificios prematuros y una disminución del rendimiento reproductivo, que es causada por la muerte embrionaria temprana, el nacimiento prematuro defectos congénitos, terneros débiles, mortinatos y el nacimiento de crías persistentemente infectadas (PI) (Ortega et al., 2020; Oliveira et al., 2020; Bielefeldt, 2020; Russel et al., 2020).
FACTORES DETERMINANTES INTERNOS Y EXTERNOS
Entre los factores de riesgo de la DVB se incluyen los hatos de tamaños grandes, la cercanía a rebaños vecinos y que éstos se encuentren con un elevado número de animales infectados, la presencia de novillas en pastoreos comunes con otros animales y la compra de animales sin la documentación de que se encuentran libres de la DVB. La probabilidad de que sucedan estos factores de riesgo va a depender de las medidas de control individuales de los sistemas de producción, es por ello primordial eliminar o en su defecto disminuir su prevalencia. En cuanto a los factores que promueven la difusión viral de la enfermedad se encuentran la introducción de reproductores, el movimiento irrestricto del ganado con deficiencia de control de los mismos y la existencia de ferias ganaderas donde concurren animales de todo tipo, edad y condición sanitaria.
El sistema de empadre abierto también es un importante factor de riesgo para la introducción de la enfermedad, además vaquillas preñadas seropositivas tienen el riesgo adicional de la introducción de la DVB a través del nacimiento de terneros PI. También la presencia masiva y constante de roedores en el hato constituye un factor de riesgo para la presencia de altas prevalencias de DVB. Adicionalmente otra variable para la determinación de la enfermedad es el tipo de sistema de producción que se maneje, debido a que los hatos con sistema de producción intensivos son más propensos a presentar prevalencias de DVB hasta 6.5 más veces en comparación con hatos de sistema de producción semiintensivo y extensivo, lo cual se podría explicar por qué la tendencia hacia los sistemas estabulados con el objetivo de buscar altas producciones individuales ocasiona en ciertos casos, un mayor estrés en las vacas que las predisponen a diversas enfermedades ante un sistema inmunodeprimido. Además, la diseminación de la DVB se vería favorecida por la posibilidad de un mayor contacto entre animales.
La transmisión de la DVB en un hato puede deberse directamente por el contacto directo entre animales susceptibles y animales infectados persistentemente (PI) o infectados transitoriamente (TI). Además, otras fuentes de infección incluyen la transmisión vertical de una vaca gestante al feto en desarrollo y también por exposición indirecta con secreciones o excreciones que contienen el virus, como lo es el semen, la ropa o los instrumentos de los trabajadores y las moscas. Los animales infectados de forma persistente pueden excretar grandes cantidades del virus a lo largo de toda su vida y no pueden formar anticuerpos contra cepas homólogas de BVDV, pero pueden producir anticuerpos contra cepas heterólogas de la DVB a través de la exposición o la vacunación, aunque sean IP. Por lo tanto, la eliminación de los animales PI es fundamental en los esfuerzos por limitar la propagación del virus (Demil et al., 2021).
EVIDENCIAS CLÍNICAS
La infección por DVB induce a ciertas manifestaciones clínicas donde puede afectar a múltiples sistemas corporales, incluidos el sistema nervioso, respiratorio, gastrointestinal, reproductivo, circulatorio, inmunológico-linfático, musculoesquelético, tegumentario y central, así como retardo en el crecimiento. Existen dos biotipos: el citopático (CP) y no citopático (NCP). Los CP se asocian con enfermedades de las mucosas, que incluye úlceras en el tracto gastrointestinal, diarrea intermitente y deshidratación hasta la muerte del individuo, mientras que el biotipo NCP está relacionado con la infección persistente (PI) (Esquema 1). Los animales que presentan PI permanecerán virémicos toda su vida y sirven como reservorios persistentes del virus. La IP por el VDVB en una vaca gestante puede desencadenar amplias manifestaciones clínicas, como el aborto (Figura 1), la momificación; o en caso de que el feto sobreviva a la infección temprana, puede presentar una formación anormal, ser ciegos o tener defectos esqueléticos, un sistema inmune débil, problemas respiratorios o incluso tener un cerebro poco desarrollado y una elevada incidencia de varias infecciones.
En cuanto a la infección posnatal de vacas no gestantes a menudo da como resultado una enfermedad no detectable a leve caracterizada por pirexia y anomalías hematológicas, a pesar de la viremia y la seroconversión detectables. Además, pueden existir algunos animales PI normales, que incluso llegan a reproducirse y, además, independientemente de su origen, pueden eliminar el virus al ambiente en altas cantidades y constituyen la principal fuente de infección de DVB. Por esta razón, cualquier plan de control del VDVB, ya sea a nivel regional o de hato, debe incluir la eliminación de todos los animales PI. Como ya se mencionó, la infección por BVDV puede producir amplios signos clínicos, pero a menudo el ganado infectado es asintomático. La inmunosupresión secundaria a la infección por BVDV aumenta la susceptibilidad de un animal a otros patógenos virales y bacterianos que causan enfermedades respiratorias y diarreicas y/o pérdidas reproductivas Walz et al., 2020 Madeddu et al., 2021; Demil et al., 2021).
Todas las manifestaciones clínicas mencionadas anteriormente, tanto en machos como en hembras, propician a una elevada tasa de mortalidad en los bovinos de todo el mundo, causando grandes pérdidas económicas debido a la baja producción de leche, a los residuos reproductivos y al incremento del riesgo de morbilidad y mortalidad, debido a la inmunosupresión. El impacto de la DVB depende del tiempo y la duración de la infección, la virulencia de la cepa del virus y la inmunidad colectiva, prevalencia de la enfermedad o coinfecciones.
DIAGNÓSTICO
La presencia de animales IP en el hato puede pasar desapercibida debido a que los animales PI no siempre presentan evidencias clínicas y, por consiguiente, sirven de reservorio viral para exponer e infectar a los individuos del hato que se encuentren susceptibles. Es por ello que se recomienda realizar pruebas de vigilancia del rebaño de manera rutinaria para así identificar y eliminar a los animales infectados. Dentro de las pruebas mayormente utilizadas para la vigilancia del VDB incluyen la prueba de la leche a granel (BTM) en las explotaciones lecheras y las pruebas de muestreo de orejas en los animales no lactantes. Además, se puede utilizar el muestreo en comederos para detectar animales PI dentro de un grupo de animales no lactantes.
La diseminación de altas cantidades del virus en todas las secreciones corporales del animal, incluida la leche, permite realizar pruebas rutinarias de muestras de BTM (prueba de leche en tanques a granel) para identificar fácilmente los rebaños que contienen vacas lactantes con IP (Esquema 2). El análisis de muestras de BTM proporciona una manera económica, sencilla y rápida de determinar la presencia de animales con IP. Es común que se tomen células somáticas de las muestras de BTM enviadas y que posteriormente se analicen mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
El análisis de las muestras con ambas pruebas de BTM y PCR aumenta la sensibilidad de la detección, pero aumenta el costo y provoca un retraso en la obtención de los resultados. Las pruebas determinadas en la PCR son bastante sensibles para identificar un solo animal PI diluido 1:600 con leche de animales negativos al VDVB. Se pueden realizar muestras de cadenas en lugar de muestras de BTM cuando el número de vacas totales supere el número recomendado de vacas permitidas por muestra. Alternativamente, las muestras de BTM pueden ser evaluadas para el nivel de anticuerpos contra el BVDV o mediante el uso de una prueba de inmunoabsorción enzimática de anticuerpos (ELISA) para la vigilancia y la determinación del estado de infección del hato. Sin embargo, la vigilancia basada en anticuerpos se complica debido a si el hato se encuentra vacunado, por lo tanto, debe cuidarse la interpretación de los resultados.
Únicamente se analizarán los animales en lactancia; el estado de las novillas de reemplazo, la clase más común de animales que se introducen en las explotaciones lácteas, no se evaluará hasta que entren en lactación. Los toros, las vacas secas y las vacas en el corral de hospitalización son grupos que generalmente se pasan por alto al utilizar las pruebas de VDVB de la BTM. La mayoría de los bovinos serán incluidos en las muestras posteriores, pero la transmisión del virus puede ocurrir antes de que el animal PI sea identificado en las pruebas futuras, especialmente en el caso de animales introducidos. En consecuencia, es importante tomar muestras de estos animales por otro método para analizar su estado respecto al VDVB, especialmente ante un brote, o cuando se sospecha la presencia de un individuo infectado en la zona.
Inclusive, hay pruebas de muestras colectivas, donde se agrupan muestras de sangre o de mellas en la oreja, que proporcionan una herramienta de vigilancia rápida y económica. El uso de muestras de mellas en la oreja tiene la ventaja de ser menos invasiva, y las muestras individuales que componen una muestra conjunta positiva pueden ser examinadas posteriormente para identificar positivamente al individuo PI dentro del grupo. Actualmente, el método de elección para las pruebas de vigilancia del virus de la diarrea viral bovina en grupos de animales no lactantes es el de las pruebas colectivas. Los animales introducidos representan el mayor riesgo de bioseguridad para la introducción de patógenos infecciosos en un hato sin la enfermedad. El ganado introducido debe ser puesto en cuarentena durante un mínimo de 3 semanas, a menos que se demuestre que el animal está libre de infección viral activa. La zona de cuarentena no debe estar situada junto a zonas en las que haya ganado preñado, ni en contacto con ellas.
CONTROL Y TRATAMIENTO
Una distinción fundamental de las estrategias utilizadas para el control de la DVB es si el enfoque es sistemático o no sistemático. Las medidas de control entre hembras se consideran no sistemáticas, mientras que las medidas para reducir la prevalencia mundial se consideran sistemáticas. Una parte importante de los programas de control y erradicación de la enfermedad son las pruebas de diagnóstico, debido a que éstas implican pruebas para determinar el estado inicial del hato; pruebas posteriores para identificar y eliminar los animales IP individuales de los rebaños infectados por la DVB; y posteriormente un seguimiento regular para confirmar que se encuentre en estado negativo de la enfermedad. Si bien, las estrategias de erradicación de la DVB dependerán de la situación epidemiológica de la zona.
El control de las infecciones por DVB en el ganado además de las pruebas de diagnóstico, también se basa en las medidas de bioseguridad continuas para evitar la introducción de la infección en hatos libres, así como la vigilancia del ganado y la identificación y eliminación de bovinos persistentemente infectados que son la principal fuente de infección y reservorio del virus del sistema de producción y además la vacunación adecuada a la zona. Si bien, la bioseguridad de la DVB implica cualquier medida que ayude a prevenir la propagación de la enfermedad en el hato. Todos los sistemas de producción se benefician ampliamente con la aplicación de prácticas básicas de bioseguridad, sin embargo, la aplicación de estas medidas a gran escala o a nivel nacional aporta importantes beneficios de rentabilidad, se obtiene una mayor disminución del riesgo de transmisión de rebaño a rebaño y reduce significativamente la incidencia de nuevas infecciones. La trazabilidad y la identificación son prácticas clave de la bioseguridad que pueden ayudar a controlar la propagación de la DVB y a coordinar las restricciones al movimiento del ganado. El movimiento de animales infectados ocupa un papel crucial en la propagación de la enfermedad y el transporte de animales infectados que es una de las principales vías de diseminación del virus (Fulton et al., 2020).
PREVENCIÓN
Dentro de las medidas de prevención comprende la bioseguridad destinada a prevenir la transmisión de la infección entre hatos infectados y no infectados, evitando el contacto con animales IP, es decir, restricciones de movimiento, aplicación de vacunas y analizar el ganado antes de su traslado. Las actividades de disminución pueden incluir medidas de vigilancia e intervención. Las medidas de vigilancia pretenden detectar la presencia o la ausencia de la enfermedad.
En estudios se ha descubierto que la vacunación de las hembras antes de la cría podría ser una herramienta valiosa para limitar las pérdidas causadas por los fallos reproductivos relacionados con la DVB, y reduce la propagación del virus al disminuir el número de terneros PI nacidos.
Existen diversos factores que deben considerarse al momento de incorporar el uso de vacunas en la prevención de la DVB. El primer factor es si se utilizarán vacunas de virus vivos modificados (MLV) o vacunas inactivadas. La elección de un biotipo adecuado, BVDV-1 o BVDV-2, y el genotipo y subtipo son también consideraciones importantes, así como una liberación óptima y en el tiempo correcto para lograr una respuesta que pueda proteger al animal; en general, una respuesta inmune exitosa debe producir la misma respuesta humoral y celular que las resultantes de una infección natural, con los mínimos efectos adversos para la salud de la vaca. El virus de la DVB presenta afinidad hacia células linfoides, pudiendo generar distintos grados de inmunosupresión, que pueden llegar a la tolerancia, impidiendo de esa manera que la inmunidad ejerza mecanismos efectivos para su control (Báez et al., 2018).
Además, es importante evaluar si la formulación de la vacuna será monovalente o multivalente. Las vacunas autorizadas de virus vivo modificado (MLV) y de virus muertos (virus inactivados), generalmente, son multivalentes con inmunógenos para la diarrea viral bovina (DVB) junto con el herpesvirus bovino-1, (BoHV-1), el virus parainfluenza 3 (PI3V), bovino virus respiratorio sincitial (BRSV) y con inmunógenos bacterianos (Fulton et al., 2020), como el caso de la vacuna Bovilis® Vista 5 L5 SQ que contiene Virus de la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), Virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB) Tipo 1, Virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB) Tipo 2, Virus de la Parainfluenza (PI3) Tipo 3, Virus Respiratorio Sincitial Bovino (BRSV) , Leptospira canicola, L. grippotyphosa, L. hardjo, L. icterohaemorrhagiae, y L. Pomona, que debe administrarse 2 ml vía subcutánea. Si bien, las vacunas inactivadas contra el VDVB, aunque son más seguras que las vacunas vivas, tienen eficacia variable debido a su baja inmunogenicidad, que se encuentra correlacionada con la concentración antigénica. Además, al producirse con una menor diversidad de cepas, ofrecen una menor protección cruzada.
Las vacunas que están combinadas con otros patógenos del complejo reproductivo y respiratorio, ofrecen menos cantidad del antígeno viral de la DVB, y pueden conducir al desarrollo de bajos niveles de anticuerpos por parte del animal, proporcionando una protección inmunológica incompleta contra el VDVB. Por otro lado, la aparición de pancitopenia neonatal bovina (enfermedad mortal asociada al uso de vacunas inactivadas contra la DVB) se ha notificado en varios países europeos. Las vacunas MLV han sido aprobadas en muchos países y se utilizan con frecuencia, en comparación con las vacunas inactivadas, las vacunas MLV producen una mejor respuesta inmunitaria en el huésped, proporcionando una mayor protección. Sin embargo, son menos seguras debido al posible riesgo de mutación, reactivación y replicación del virus y las consecuencias que conllevan.
En cualquier programa de vacunación debe considerarse lo siguiente:
• La seguridad de la vacuna y los niveles de protección que confiere.
• La diversidad de antígenos y la diversidad de cepas, teniendo en cuenta las cepas de DVB que se encuentran en la región.
• La vigilancia continua para identificar y caracterizar las cepas emergentes de la DVB para reformular adecuadamente las vacunas de la zona.
• Contar con un calendario de vacunación que se ajuste al plan de gestión de la UPA y al tipo de producción que maneje.
• El diseño de programas destinados a reducir el nacimiento de terneros con IP.
La vacunación puede contribuir significativamente a la prevención de la diarrea viral bovina. Sin embargo, es significativamente más eficaz cuando se utiliza junto con otras medidas de bioseguridad para prevenir la introducción y circulación del virus en los sistemas de producción. Es importante destacar que la vacunación no es obligatoria en la mayoría de los países y se considera una medida de bioseguridad complementaria útil en la prevención de la DVB. A pesar del uso extendido de la vacunación, no se ha logrado la reducción de la prevalencia e incidencia de la enfermedad y actualmente se usa para prevenir el pasaje del virus al feto, así como para evitar las fallas reproductivas causadas por el virus (Báez et al., 2018).
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Artículo publicado en Entorno Ganadero Diciembre- Enero 2022