La Vida Láctea
La crisis climática ha puesto bajo la lupa las prácticas de diversos sectores, y el ganadero es uno de ellos. Sin embargo, mientras los líderes mundiales y las grandes corporaciones promueven discursos sobre sostenibilidad y acciones climáticas, los productores nos encontramos en la primera línea de batalla, enfrentando las consecuencias del cambio climático y buscando soluciones sostenibles.
La doble moral de aquellos que señalan con el dedo a la ganadería, mientras disfrutan de estilos de vida excesivos, es una afrenta a los millones de agricultores que trabajan arduamente para alimentar al mundo y cuidar del medio ambiente. El discurso dominante sobre el cambio climático a menudo presenta a la ganadería como uno de los principales culpables. Sin embargo, esta visión simplificada ignora la diversidad de sistemas productivos y las prácticas sostenibles que muchos ganaderos implementamos, cabe señalar, desde hace décadas.
Millones de productores en todo el mundo están trabajando para reducir su huella de carbono, mejorar la eficiencia de sus sistemas y proteger la biodiversidad. Mientras los líderes mundiales viajan en jets privados y promueven dietas veganas, los ganaderos están adoptando prácticas como la rotación de cultivos, la agroforestería y la gestión sostenible de los pastos. Estas prácticas no solo ayudan a mitigar el cambio climático, sino que también mejoran la salud del suelo, la calidad del agua y la biodiversidad. El doble estándar se hace aún más evidente cuando vemos que las grandes corporaciones, responsables de una gran parte de las emisiones globales, escapan a las críticas y continúan operando sin restricciones.
Mientras tanto, los productores somos sometidos a una presión creciente para cambiar sus prácticas, a menudo sin recibir el apoyo necesario para hacerlo. La crisis climática requiere soluciones integrales que involucren a todos los actores de la sociedad. Es fundamental reconocer el papel de los ganaderos como parte de la solución y no como parte del problema. En lugar de estigmatizar a la ganadería, debemos apoyar a los productores que están trabajando para hacerla más sostenible y lo bueno de todo esto es que tenemos manera de demostrarlo, pues hace 10 años inició el trabajo bajo el Marco para la Lechería Sostenible (Dairy Sustainability Framework) con el que millones de productores en todo el mundo reportamos con los indicadores más relevantes para el sector lechero.
Además, está Pathways to Dairy Net Zero (Ruta para la Lechería Cero Neto) que nos lleva un paso más adelante y los resultados han sido excelentes. Es hora de abandonar los discursos simplistas y reconocer la complejidad de los sistemas alimentarios. Los líderes mundiales deben dejar de señalar con el dedo a los agricultores y comenzar a trabajar en colaboración con nosotros para construir un futuro más sostenible. Tenemos las soluciones y las formas de demostrar nuestros avances. Ojalá los líderes, actuales y los que vienen, así como las industrias, a quienes casi todo se les pasa, nos tomaran como ejemplo y, en vez de señalarnos, nos acompañaran en el camino hacia un futuro mejor para todos.
Lo que pasó en Paris 2024 NO PUEDO EVITAR RELACIONAR LO ANTERIOR CON LO QUE SE VIO EN LA VILLA OLÍMPICA EN PARÍS. Los organizadores de los Juegos presumían que el 60% de la comida servida en la Villa sería “plant-based”, como un esfuerzo para hacer de éstos, “los Juegos Olímpicos más sostenibles de la historia”. Los inventarios de lácteos, huevos y carne se agotaron en poco tiempo, de hecho, de acuerdo a diversas fuentes, la proteína animal se había terminado antes de que los juegos comenzaran y, aunque no hay manera de comprobarlo, varias voces se han pronunciado por la falta de nuevos récords mundiales, por la dieta tan pobre a la que los atletas fueron sometidos antes de comenzar las competencias.
A manera de emergencia se tuvieron que comprar toneladas de huevo, carne y alimentos lácteos para suplir la demanda, porque nunca se imaginaron que los atletas preferirían las opciones NO-veganas. Así como nadie habla con nosotros los productores para saber qué, cómo y por qué hacemos lo que hacemos, a nadie se le ocurrió pensar en los atletas y, si acaso, preguntarles qué alimentos deben estar presentes en su dieta para asegurar que sus necesidades estuvieran cubiertas, especialmente para las delegaciones más pequeñas que no pueden cubrir con los exigentes requisitos de los nombres más reconocidos del deporte. En lugar de ello, recurren a la imposición y eso está pasando ya en muchos sectores de nuestra vida.
Artículo publicado en “Entorno Ganadero Octubre Noviembre 2024“