Equipo de Adisseo.
El rumen protege a las vacas lecheras contra las micotoxinas… solo parcialmente.
Las micotoxinas son metabolitos producidos por hongos, que pueden crecer en granos y forrajes. Las más temidas en la producción de leche son las aflatoxinas, en particular la aflatoxina B1 (AFB1). Cuando es ingerida por las vacas, se transforma metabólicamente en el hígado en aflatoxina M1 (AFM1), que es hepatotóxica y cancerígena.
La AFM1 puede transportarse a la leche y, en este caso, se convierte en un problema de salud pública, generando también pérdidas directas para los productores. Los rumiantes tienen una protección natural parcial frente a algunas micotoxinas, gracias a la capacidad de la microbiota ruminal para producir enzimas capaces de desintoxicar algunas micotoxinas. Sin embargo, la mayoría de las micotoxinas siguen siendo una fuente de gran preocupación con respecto a la salud y el rendimiento de los animales.
En la figura 1 se muestran los principales tipos de micotoxinas, el grado de sensibilidad de las vacas lecheras y sus principales órganos o sistemas. En dosis bajas y moderadas de micotoxinas, los síntomas suelen ser subclínicos y pueden confundirse fácilmente con otros trastornos. Sin embargo, ya producen efectos nocivos a dosis bajas cuando la exposición es constante, especialmente sobre la función ruminal, la inmunidad, el rendimiento reproductivo y la cojera.
También se sabe que algunas micotoxinas, como el deoxinivalenol (DON) y la toxina T-2, disminuyen la producción de leche y la grasa cuando se ingieren durante un período prolongado. Curiosamente, la microbiota ruminal puede degradar el DON en un metabolito menos tóxico, pero el DON puede afectar la microbiota ruminal después de la exposición y afectar negativamente el rendimiento. Por lo tanto, la salud y la estabilidad del rumen deben estar en el centro de cualquier estrategia de mitigación de micotoxinas para rumiantes.
La contaminación natural por micotoxinas afecta el rendimiento y la resistencia de las vacas lecheras
La Dra. Nancy Whitehouse de la Universidad de New Hampshire (EUA) realizó recientemente un estudio para probar el efecto de la contaminación por micotoxinas naturales sobre el rendimiento y los parámetros sanguíneos de vacas lecheras holandesas durante 6 semanas.
Se evaluaron tres tratamientos: dieta de control negativo (CN), dieta de control positivo con alta exposición natural a micotoxinas (CP) y dieta igual a CP, pero con la adición de 30 g/día de un inactivador de micotoxinas, Unike® Plus (UP) de Adisseo. La dieta CN contenía 653, 290 y 2013 ppb, mientras que la dieta CP contenía 1.054, 628 y 4.771 ppb de fumonisina, zearalenona y DON, respectivamente. Solo después de 4 semanas se observó una disminución en la producción de leche y ECM (producción de leche con corrección de energía).
La Fig. 2 muestra el comportamiento de las vacas 6 semanas después del inicio del experimento. La producción de leche, ECM y CMS (consumo de materia seca) disminuyó en -8,5; -2,2 y -3,3%, respectivamente, en vacas que recibieron la dieta con micotoxinas. La adición del inactivador de micotoxinas mitigó con éxito sus efectos sobre estos tres parámetros. Hubo una reducción numérica de neutrófilos, linfocitos y leucocitos después de 6 semanas de exposición.
Los monocitos disminuyeron estadísticamente debido a la contaminación por micotoxinas. La adición de Unike® Plus ha restaurado el número de monocitos a su nivel correcto y esto es de particular importancia para las vacas lecheras. Cuando este nivel disminuye debido a las micotoxinas, las vacas tienen menor capacidad de luchar contra otras infecciones que puedan estar en curso. Las consecuencias pueden ser, por ejemplo, la reactivación de enfermedades crónicas o mastitis.
Caída de rendimiento asociada con cambios en la microbiota ruminal
La adición de micotoxinas del hongo Fusarium a la dieta durante 6 semanas afectó el perfil y la producción de ácidos grasos volátiles (AGV). La producción de butirato, isobutirato e isovalerato disminuyó en el tratamiento con CP en comparación con CN (Tabla 1). El butirato es un nutriente lipogénico y contribuye a la síntesis de ácidos grasos de cadena larga en el cuerpo y/o la leche.
El isovalerato está asociado con la síntesis de proteínas microbianas y su disminución puede deberse a una reducción de la población bacteriana celulolítica. Estos resultados muestran que las micotoxinas de Fusarium pueden alterar la microbiota ruminal y dañar la producción de AGV. Sin embargo, la adición de Unike® Plus a la dieta compensó la disminución de butirato, isovalerato e isobutirato observada en el grupo de CP.
Para comprender mejor el efecto del inactivador de micotoxinas en la función del rumen, se llevó a cabo otro experimento en el CERN (Center of Excellence & Research in Nutrition, Adisseo, Francia). Se aplicó un enfoque de dos pasos, in vivo e in vitro. Se utilizaron cuatro vacas Holstein fistuladas no lactantes como donantes de líquido ruminal. Un inóculo, que contenía 800 mg de concentrado, se consideró control para cada vaca, y otro inóculo se complementó con la misma dieta y 96 mg de Unike® Plus (UP), sin la adición de micotoxinas.
Los resultados confirman la capacidad del inactivador de micotoxinas para modular la microbiota ruminal (Tabla 2) y, por tanto, la producción de AGV. Los estudios in vivo e in vitro mostraron la capacidad constante de Unike® Plus para estimular una producción óptima de AGV por la microbiota ruminal, con un aumento de propionato y valerato. El propionato es de gran importancia ya que es un nutriente glucogénico que tiene un impacto directo sobre la producción de lactosa y la producción de leche.
Conclusión
Se sabe que la microbiota ruminal de las vacas lecheras contiene especies capaces de producir enzimas que degradan algunas micotoxinas. Sin embargo, la industria láctea debe reconocer el hecho de que las micotoxinas también pueden afectar la función del rumen y la eubiosis. Unike® Plus reduce con éxito los efectos nocivos de las micotoxinas sobre el rendimiento, la inmunidad y los parámetros relacionados con el rumen de las vacas. Parte de su modo de acción implica su efecto positivo sobre la microbiota ruminal y la producción de enzimas que degradan las micotoxinas. El aumento de la bioinactivación endógena es una estrategia interesante para agregar a las herramientas para el manejo exitoso de las micotoxinas.
Artículo publicado en “Entorno Ganadero Agosto Septiembre 2023“
