Pérdidas en la explotación lechera bovina

M.V, D.G.E. Luis Poo Kutscher

Creo que hoy más que nunca vemos factible avanzar a sistemas altamente productivos y eficientes pues existen ejemplos reales de empresarios que han recorrido este largo camino y hoy exhiben resultados que al ser publicados, se observan como muy distantes de la realidad personal de muchos lectores. Sin embargo les puedo asegurar que ellos partieron de una situación similar o peor a la suya. ¿Qué han hecho para lograr altas producciones? Simplemente se preocuparon de ir resolviendo uno a uno los problemas, para ello se asesoraron, fijaron metas, estudiaron, se informaron, aplicaron tecnología, cotizaron insumos, buscaron el mejor poder comprador, usaron la imaginación para resolver muchas deficiencias y conformaron buenos equipos de trabajo, considerando desde profesionales a operarios, todos aportando a una meta común.

Sin pretender agotar el tema de suyo extenso, creo que puede ser de utilidad dar a conocer algunos aspectos que en terreno hemos detectado como causantes de pérdidas. Veamos a continuación un par de ejemplos y un análisis simple de “los porqué” suceden, única forma de llegar a conocer el origen del problema.

En las lecherías, en mayor o menor grado se presentan problemas podales. En una de ellas observamos un grupo de vacas cojas. ¿Por qué se daba esta situación? Revisadas las vacas enfermas nos encontramos con cojeras causadas por piedras cuyo tamaño fluctuaba entre los 2 a 10 mm. de diámetro, ubicadas preferentemente entre la suela y la muralla. ¿Por qué ocurría este problema? Por fallas en la limpieza de los patios de espera y por ausencia de elementos que detuvieran el traslado de piedras, los que debieran estar ubicados a la entrada de los patios. Esto ocurría en invierno y el barro de los callejones se adhería a las pezuñas incluyendo el acarreo de piedras, además de condicionar pezuñas más blandas por la mayor humedad ambiental. El cómo, Ud ya lo sabe, las vacas pisaban esas piedras contra el cemento del patio y se incrustaban en sus pezuñas. ¿Por qué se llegó a esta situación de no prevenir, primero mejorando callejones y segundo limpiando a diario estas superficies? No había personal suficiente para la limpieza y/o no estaban los elementos adecuados para la prevención, tampoco existía un programa de despalme correctivo, todo ello originado por no considerar esta situación como importante, por tanto no estaba priorizada. Las pérdidas eran evidentes, tiempo del personal, medicamentos usados, baja producción individual, vacas desechadas prematuramente, etc.

Otro ejemplo. En una crianza de terneros nos encontramos con problemas de onfaloflevitis, infección que ingresa a través del ombligo del recién nacido y desde allí se propaga a las articulaciones del ternero, causándole graves problemas. ¿Por qué ocurría ésto? Porque no se desinfectaba el ombligo al recién nacido, situación más grave aún cuanto más contaminada estuviera la maternidad o lugar donde ocurría el parto de la vaca. ¿Por qué no se hacen bien estas prácticas archireconocidas? Por desconocimiento de la importancia de la prevención, higiene y desinfección del ombligo o por estar el encargado sobrepasado de trabajo o no comprometido con la empresa, por falta del desinfectante, etc.

Fin de la historia, pérdidas por concepto de gastos en tiempo del personal para el tratamiento, medicamentos, retraso del crecimiento, muertes, etc. Podríamos seguir enumerando eventos donde ocurren pérdidas, y en cada caso preguntándonos ¿por qué?, hasta encontrar la causa primaria de los problemas, que aun cuando a veces son considerados como menores, van contribuyendo a la pérdida del ejercicio total. Ya hemos hablado del análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), que nos ayuda a detectar en especial nuestras debilidades, a priorizarlas de acuerdo al impacto negativo y corregirlas. La empresa lechera no es un rubro simple, pero no sólo da ingresos económicos, cuya búsqueda es irrenunciable en una empresa, sino además una seguidilla de pequeños triunfos que nos van estimulando y por cierto la satisfacción de contribuir a solucionar una de las necesidades básicas del hombre, su alimentación.

Artículo publicado en Entorno Ganadero

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