Redacción BM Editores.
El pasado miércoles 29 de marzo y por primera vez en la historia de la porcicultura nacional, más de 500 ganaderos porcícolas de los estados de Sonora, Guanajuato, Michoacán, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Puebla, se presentaron, de manera pacífica en las instalaciones de la Secretaría de Economía para solicitar una audiencia con la titular de esa dependencia, Raquel Buenrostro y plantearle la situación por la que están atravesando.
El presidente de la Organización de Porcicultores Mexicanos (OPORMEX), Heriberto Hernández Cárdenas señaló que el precio del cerdo nacional está en una caída libre, en un ciclo que se ha prolongado inusualmente para algunas regiones del país, considerando la proximidad del periodo de semana santa y pascua, en los que el consumo de nuestro producto se nulifica.
Dijo que, los costos de producción se mantienen por encima del precio de venta del cerdo vivo, con una desproporción respecto del precio que ofrece el comercializador al consumidor final.
“La apertura a nuevos países proveedores, incide en la sobreoferta de carne que estamos experimentando, aunado a la aparición de regulaciones emergentes que incrementarán costos operativos, Ejemplo de ello la inminente aplicación de la NOM-001-SEMARNAT-2021”, añadió.
Así mismo comentó que, el precio de cerdo en granja se ubica entre los 24.50 y 26 pesos por kilogramo; los precios de producción oscilan entre los 34 y 38 pesos; y dijo que, por otro lado, el consumidor está pagando en promedio 150 pesos en algunos productos de cerdo. “El margen de ganancia está en un eslabón de la cadena que no somos los productores”, afirmó.
El líder ganadero señaló también que otra problemática es la apertura de mercados nuevos que genera dos fenómenos: incremento de la oferta con precios que deprimen el nacional y la amenaza sanitaria ejemplificada por el riesgo de la Fiebre Porcina Africana.
Ante ello, Hernández Cárdenas dijo, “mantenemos desde hace dos años nuestro apoyo al SENASICA, con recursos económicos mostrando nuestro real interés en la contención sanitaria de enfermedades exóticas”.
También reconoció que, han hecho un esfuerzo por promover el consumo nacional sin apoyo económico público y que, por el contrario, se fomentan las importaciones; “el esfuerzo se evidenció con el crecimiento del dos por ciento a la producción nacional, sin embargo, se impide la comercialización por factores externos”, expresó.
Añadió que la propuesta de los porcicultores del país a la autoridad es que se restrinjan racionalmente, por lo menos temporalmente las importaciones. “Esto se lograría aplicando estrictamente la NOM-030-ZOO-1995 con la inspección al cien por ciento los contenedores como está ordenado por la legislación federal”.
“También el respaldo de una estrategia gubernamental urgente para apoyar la promoción al consumo de la carne nacional dirigida al consumidor final y la industria procesadora”, añadió.
A mediano plazo, expresó, solicitan mesas de trabajo coordinadas por la Secretaría de Economía, para atender los siguientes temas de la apertura de mercados, atención preferente a temas regulatorios, como la NOM-158 para la elaboración del jamón a partir de cerdo; freno a la aplicación inminente de la nom-001-SEMARNAT-2021.
Dijo que, otra propuesta planteada fue el análisis y atención del problema con visión de cadena de valor, es decir diferenciando la realidad de cada eslabón y la asesoría gubernamental para una estrategia contra prácticas comerciales desleales (dumping).
Denunció que nuestro país está inundado prácticamente de carne de cerdo de otros países, entre ellos, Estados Unidos, Canadá y España, con este último, señaló, no hay tratado de libre comercio y entra vísceras libres de arancel; lo cual, lógicamente, ha provocado que el mercado interno esté inundado de carne de cerdo y vísceras, sin que la producción nacional se pueda desplazar.
Derivado de toda esta problemática, explicó, jamás se había tenido en la historia de la industria porcina mexicana un mes complicado, como lo fue diciembre del 2022, con una caída en el precio al productor, cuando la demanda repunta y continua a la baja.
Aunado a esto, comentó que, tampoco pueden desplazar los inventarios, por la falta de mercados hacia el exterior; “China, que era nuestro principal mercado, recuperó sus inventarios, después del problema sanitario que presentaron con la Peste Porcina Africana (PPA), sin embargo, hay otros atractivos, como pueden ser Corea o Filipinas, pero desafortunadamente no tenemos los protocolos para atender esos nichos de mercado”.
También argumentó que la paridad del peso con respecto al dólar, ha jugado un doble papel, por un lado, las incipientes exportaciones que se tienen se cobran en dólares, pero las importaciones de los granos y pastas también pagan con esa misma moneda, por lo que no hay reciprocidad en ese sentido.
Lo más grave, dijo Hernández Cárdenas, es que no se ve que se detenga el desplome del precio del cerdo; “además de ello, tampoco se ve que baje el precio al consumidor final y no sabemos dónde se queda ese margen de ganancia; estamos seguros que no es en el productor, ni en el rastro, ni en el área de despiece, porque hay porcicultores que están involucrados en estos tres eslabones de la cadena y también están siendo afectados”.
Durante su presencia, afuera de las instalaciones de esta dependencia varios porcicultores hicieron uso de la palabra; llamó la atención un productor, nervioso, porque nunca había hablado en público y lo reconoció, pero, dijo, que se dio valor porque es el último jalón para él y sus 8 hermanos que son porcicultores de segunda generación; “mi padre nos enseñó esta actividad, a vivir de ella, amarla y quererla, fortalecerla”, y con el rostro sudoroso, por el calor y los nervios, apretaba con fuerza sus manos y se aferraba al micrófono para solicitar una audiencia con las autoridades de la Secretaría de Economía.
“No venimos a pedir dinero, sabemos trabajar, somos realmente porcicultores, pero es tal nuestra desesperación que decidimos venir por una respuesta, venimos a pedir una respuesta, pero también hacerle una invitación a las autoridades para que nos visiten en las granjas, sobre todo en las más pequeñas y medianas, para que vean la situación por la que estamos viviendo”, expresó.
“Mis hermanos y yo no somos políticos, ni pretendemos serlo, sólo queremos rescatar lo poco que nos queda de la herencia, de la que hemos vivido y mantenido con el esfuerzo de nuestro trabajo, pero ahorita ya es insostenible, por eso este es el último esfuerzo que hacemos, de no obtener respuesta alguna, estaríamos dentro de los productores que están a punto de cerrar sus negocios por falta de rentabilidad”, agregó frustrado por la situación que vive el sector.