¿Cómo aumentar la producción láctea de la búfala sin el uso de oxitocina?

Fabio Napolitano†
Ada Braghieri
Daniela Rodríguez-González
Marcelo Daniel Ghezzi
Adolfo Álvarez-Macías
Pamela Anahí Lendez
Adriana Domínguez-Oliva
Joseline Jacome-Romero
Daniel Mota-Rojas.

* El presente artículo fue previamente publicado en su versión en inglés con la siguiente referencia: Napolitano, F.; Braghieri, A.; Bragaglio, A.; Rodríguez-González, D.; Mora-Medina, P.; Ghezzi, M.D.; Álvarez-Macías, A.; Lendez, P.A.; Sabia, E.; Domínguez-Oliva, A.; Jacome-Romero, J.; Mota-Rojas, D. Neurophysiology of milk ejection and prestimulation in dairy buffaloes. Animals 2022, 12, 2649, doi: 10.3390/ani12192649

INTRODUCCIÓN

La leche bufalina ha ganado interés en diversas áreas del mundo debido a las propiedades como alimento para consumo humano, la capacidad de producir un producto de calidad superior con un alto contenido de grasa (7-8%). Además, su producción es sostenible, ya que se requieren recursos limitados y en condiciones ambientales en las que otras especies productoras de leche disminuirían su productividad, además de observarse un alto rendimiento para su procesamiento en productos y subproductos lácteos (Barboza-Jiménez, 2011; Bertoni et al., 2019; Ghezzi et al., 2020; Mota-Rojas et al., 2020; Rodríguez-González et al., 2022). Todo lo anterior ha propiciado el crecimiento de la población bufalina alrededor del mundo con 206 millones de búfalos de agua en 2018 de los cuales el 97.57% se observaban en el continente Asiático (FAO, 2018). Particularmente, la leche de búfala se constituye en un referente como alimento de calidad para consumo humano, en donde se posiciona como la segunda especie productora de leche más consumida en el mundo con el 15% del suministro total. En este sentido, es crucial para el éxito rentable el conocimiento del manejo ganadero acorde a las características anatómicas, conductuales, adaptativas, productivas y reproductivas específicas de la especie (Crudeli et al., 2016).

Lo descrito anteriormente ha llevado a diversos investigadores a profundizar sus conocimientos relacionados con la producción pecuaria bufalina enfocada en la obtención de leche. Estos estudios abarcan la descripción anatómica de la glándula mamaria y neurofisiología en la eyección láctea, con las ventajas y desventajas que ésta presenta. De acuerdo a ellos, resulta necesario el conocimiento y seguimiento de los factores que impactan en la capacidad de ordeño de las búfalas de agua con el objetivo de hacer más eficiente los procesos y reducir el tiempo de ordeña y los costos (Boselli et al., 2016; Mota-Rojas et al., 2019).

Dentro de las desventajas analizadas en este documento, se observa mayor tiempo de estimulación previo a la bajada de leche durante la ordeña, en donde son planteadas estrategias para disminuir el tiempo destinado a esta actividad que demanda un aproximado del 50% del tiempo de trabajo en unidades destinadas a la obtención de leche. Entre ellas podemos destacar, el apoyo del bucerro en pie, la alimentación durante la ordeña, la estimulación táctil, visual y auditiva por medio de masajes propiciados por el ordeñador o el brindar un ambiente relajante a las búfalas evitando sonidos fuertes que puedan desencadenar la síntesis y secreción de adrenalina al torrente sanguíneo teniendo efectos negativos en la circulación de oxitocina (Ox) (Boselli et al., 2020).

Además de estas estrategias, ha surgido el uso de Ox exógena administrada previo al proceso de ordeña, práctica controversial debido a los reportes tanto positivos como negativos registrados con impacto en parámetros productivo y reproductivos a corto y largo plazo (Cavallina et al., 2008; Faraz et al., 2021, 2020).

Por ello, el presente artículo tiene como objeto describir las características anatómicas y la ruta neurofisiológica que interviene en la eyección láctea, identificando los factores que perjudican o mantienen una correcta bajada de la leche, permitiendo el flujo lácteo durante la ordeña, poniendo énfasis en los hallazgos respecto al uso de Ox exógena como estimulación previa al ordeño para el alcance de un vaciado completo de la ubre.

GLÁNDULA MAMARIA, FACTORES FAVORABLES Y DESFAVORABLES DE LA BAJADA DE LECHE

La glándula mamaria (GM) está compuesta principalmente por células epiteliales y adipocitos, es una glándula exocrina y sebácea (Truchet y Honvo-Houéto, 2017), siendo la responsable de producir y secretar calostro, durante las primeras semanas después del parto, y de leche durante el resto de la lactancia (Colleluori et al., 2021). En lo referente al calostro, se realiza con el objetivo de alimentar y nutrir al neonato desde las primeras horas de vida, etapa esencial para la transferencia de inmunidad pasiva (Stelwagen et al., 2009), además de contener proteína, grasa, vitaminas, minerales, entre otros nutrientes necesarios en la supervivencia del neonato (Coroian et al., 2013; McGrath et al., 2016). Luego, se observan modificaciones en el proceso de lactogénesis en GM realizando una transición de calostro a leche y disminuyendo la cantidad de inmunoglobulinas de manera gradual (Ashmawy, 2015), debido a las necesidades de la cría de acuerdo a su edad, la leche sigue brindando al bucerro los nutrientes necesarios para mantener un estado de bienestar alto y crecimiento constante (Furman-Fratczak et al., 2011; McGee y Earley, 2019).

De esta forma, además de los cambios composicionales de su secreción, la GM sufre diversos cambios durante la vida productiva del búfalo de agua, relacionados con la pubertad, inicio del ciclo reproductivo, gestación, parto, lactancia y por último la involución por la presencia del periodo seco, propiciando modificaciones anatómicas, fisiológicas, bioquímicas y neuroendocrinas (Park et al., 2013). Esta glándula está formada por cuatro complejos sostenidos por un ligamento suspensorio en el abdomen, que a su vez, cada complejo está formado por un cuerpo glandular y un pezón (Tătaru et al., 2022), de los cuales se ha observado que los cuartos craneales se encuentran mayormente desarrollados aportando más del 50% de la producción total de leche (Olmos-Hernández et al., 2020).

La GM de las búfalas de agua presenta características particulares a la especie, como un canal del pezón más estrecho, una capa muscular del esfínter más gruesa, con una mayor cantidad de vasos sanguíneos y fibras nerviosas, así como un esfínter más cerrado (Figura 1) (Borghese et al., 2013).

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Figura 1. Representación esquemática de la glándula mamaria. Corte sagital de un complejo mamario, sistema de
lóbulos con sus alveolos, alveolo glandular aumentado y conductos de excreción y almacenamiento de la leche.

Estas características, le generan ventajas productivas y de bienestar a las búfalas, como un menor riesgo a la presencia de patologías como la mastitis (El-Khodery y Osman, 2008). Sin embargo, también se han observado inconvenientes productivos como la relación del área de la cisterna de la GM y la alveolar (proporción 80-20, respectivamente). Estas dificultades, pueden ser solucionadas por medio de estrategias como una mayor estimulación y a su vez el aumento del tiempo de ordeña, con métodos para optimizar el tiempo de ordeña, mejorando las ganancias económicas y los picos dentro de la curva de lactación (Espinosa et al., 2011), las cuales se explicarán a lo largo del texto.

Capacidad de ordeño y curva de lactación influenciadas por las características anatómicas

La ordeñabilidad o capacidad de ordeño es la posibilidad de eyectar leche en respuesta a una técnica de ordeño adecuada (Boselli et al., 2016), su cuidado y atención permite hacer eficiente los procedimientos de ordeño reduciendo así los costos dentro de una unidad de producción lechera, además de mantener en constante observación las características productivas y los parámetros informativos del manejo del ordeño (Guler et al., 2009).

Se ha estimado que el 50% del tiempo de trabajo en una unidad de producción lechera se destina a la ordeña, en este sentido es necesario apreciar las características que impactan en un proceso óptimo con un inicio de estimulación, eyección láctea, curva de flujo de leche sin interrupciones y su duración (Borghese et al., 2013; Guler et al., 2009). De tal manera, la meta es no permitir la sub ordeña, ni una mayor estimulación en la ubre que propicie lesiones en la misma, en este sentido, la ordeñabilidad se encuentra íntimamente relacionada con la curva de flujo de leche y los datos duros en la curva de lactación.

En la búfala lechera, la curva de flujo de leche presenta diferentes fases, una primer fase de bajada de leche, desde la estimulación hasta obtener un flujo constante de eyección láctea, posteriormente se tiene una fase de meseta con un flujo constante hasta entrar a una fase decreciente y por último, una fase ciega, en donde se finaliza la eyección e idealmente se tiene el vaciado de la fracción cisternal y alveolar de la ubre (Boselli et al., 2016). Debido a las características propias del complejo mamario bufalino se tiene una mayor resistencia por las paredes musculares del pezón (Bertoni et al., 2020a; Bruckmaier and Hilger, 2001; Ghezzi et al., 2020; Thomas et al., 2004) requiriendo mayor vacío en la ordeña mecánica para la apertura del canal del pezón y al inicio de la fase de meseta o un ordeño manual mucho más monitorizado que en otras especies.

Por lo anterior, es necesario prestar atención a la maquinaria utilizada durante el ordeño, además de una estimulación previa, debido a que un retraso en la eyección láctea tiene efectos negativos sobre la ordeñabilidad (Bertoni et al., 2020a). Esta característica también puede verse afectada por la conformación anatómica de cada búfala, la etapa de lactancia por la cual atraviesan, el número de parto, la conformación de la ubre y la raza (Bertoni et al., 2020a; Borghese et al., 2007; Boselli et al., 2020; Bruckmaier y Hilger, 2001; Costa et al., 2020).

Patel et al. (2017) analizaron el tiempo de ordeña en relación al número de parto, poniendo especial atención al tiempo que pasó desde la estimulación aplicada a búfalas Mehsana hasta la bajada de leche, encontrando que a mayor número de partos se disminuye el tiempo de estimulación hasta la bajada de leche. En este estudio se analizaron hembras de primera (L1), segunda (L2), tercera (L3) y cuarta lactancia (L4), observando un tiempo máximo de 71.15 segundos en la L1 vs un tiempo mínimo de 56.65 segundos animales que atravesaban su L4 con una disminución gradual conforme se agregaba un número de parto de 3 a 10% entre cada parto, con diferencias significativas entre cada lactancia (P<0.01).

En el concepto de raza, su impacto en la ordeñabilidad y curva de lactación, en las búfalas Mediterráneas italianas se hallaron porcentajes de fracciones cisternales diferentes (7.6%) (Ambord et al., 2009) con respecto a la raza Murrah (4.9%) (Thomas et al., 2004), lo que genera a su vez un impacto en el tiempo de preestimulación brindado a las búfalas hasta observar la eyección de la leche.

Con respecto a las curvas totales de lactación y la ordeñabilidad, se ha reportado un tiempo de ordeño promedio de 11.29 minutos (Boselli et al., 2016). También se menciona que este tiempo puede retrasarse cuando no se realiza una estimulación previa. En cuanto al tiempo de estimulación, en la raza mediterránea se reportan 133±14 segundos (Borghese et al., 2007) y 105 a 99.6 segundos de acuerdo con el horario de ordeña (mañana vs tarde) (Boselli et al., 2004). En cambio en la raza Murrah, se ha reportado un tiempo de estimulación de 69 a 154 segundos con diferencias adjudicadas al tipo de alimentación brindada a cada grupo y el horario en el cual se realizaba la ordeña (Thomas et al., 2004).

De manera general, se reporta que el tiempo de ordeña puede aumentarse de 3 a 7 minutos para observar la eyección láctea o inclusive ausentarse cuando no se brinda una estimulación a la ubre de la búfala (Borghese et al., 2007). Con respecto a la curva de lactación, los valores reportados son de 240 días a 270 días (Gutiérrez-Valencia et al., 2006; Rodríguez-González et al., 2022; Vázquez-Luna, 2018; 2020), con una producción diaria que ronda entre los 4 y 5 kg en búfalas de raza mediterránea (dato influenciado por el tipo de producción, ordeñabilidad y método de ordeña) (Bertoni et al., 2019; Caria et al., 2012; Rodríguez-González et al., 2022) y una producción total de 1300 a 4500 litros por lactancia (Tonhati et al., 2003).

Frecuencia de mastitis en búfalas de agua y su relación con la anatomía de glándula mamaria

La mastitis es causada principalmente por infecciones bacterianas y fúngicas, manifestándose como un incremento en el conteo total de células somáticas (Urbańska et al., 2021), además es una de las enfermedades más frecuentes en la producción láctea de grandes y pequeños rumiantes (De Rosa et al., 2009), ya sea en forma clínica o subclínica (Burvenich et al., 2003). En el primer caso, se puede diagnosticar al observar cambios físicos en la leche con coágulos y la inflamación en los cuartos de la GM (Seegers et al., 2003). Por otra parte, la presentación subclínica requiere mayor atención, al no presentar signos aparentes, además de tener una mayor prevalencia (Sharun et al., 2021). Ambas presentaciones de las mastitis tienen repercusiones económicas graves, por ejemplo, en ganado bovino Holstein bajo condiciones tropicales, Guimarães et al. (2017) encontraron impactos de US$19132.35 por mastitis, relacionándose con el sacrificio de vacas (39.4%) y el decremento en la producción láctea por la presentación clínica (18.2%) y subclínica (32.3%). Por otra parte, en USA, Leslie y Petersson-Wolfe (2012) estimaron pérdidas de 400 millones de dólares por gastos relacionados a mastitis bovina.

En las búfalas, se ha reportado que dentro de la industria ganadera Pakistaní es la patología que al presentarse genera mayores pérdidas económicas, con un 11% de prevalencia en la evaluación de 928 ejemplares (Fareed et al., 2016). En este sentido, se ha indicado que el principal microorganismo involucrado es Staphylococcus aureus y Streptococcus agalactiae (El-Khodery y Osman, 2008), estafilococo y estreptococo causante de infecciones intramamarias con repercusiones por el descarte de leche debido a un incremento en el conteo de células somáticas (Lakshmi Kavitha et al., 2009). Lakshmi et al. (2009) reportaron una prevalencia del 3.1% de mastitis clínica y del 1.7% con mastitis subclínica con impactos en el recuento de células somáticas. Estos autores señalan factores de riesgo tales como, número de parto (a mayor número de lactancias mayor propensión), además de presentarse sobre todo esta patología durante la primera etapa de la lactancia, la última parte del periodo seco y en animales más productivos, también influye el tipo de cama usado con las búfalas, teniendo mayor repercusión en los suelos realizados con concreto y tierra.

Sharma y Shindhu (2007) reportaron que el 51.6% de las muestras de búfalas de raza Murrah fueron positivas a mastitis, de las cuales 36.3% tuvieron una presentación clínica y 63.7% subclínica, para ambos casos la mayoría de los agentes causales observados fueron Staphylococcus aureus y Streptococcus agalactiae, microorganismos contagiosos causantes de la presentación aguda de mastitis con cambios negativos en el tejido mamario, impactando en el bienestar de los animales y con efectos sobre las características de la leche (Bertoni et al., 2019; Burvenich et al., 2003; de Boyer des Roches et al., 2017; Rainard and Riollet, 2006).

En este sentido y reconociendo que esta patología tiene efectos alrededor del mundo y en unidades de producción láctea, se ha observado que debido a las diferencias morfofisiológicas del complejo mamario presente en búfalas, tienen una menor prevalencia que en los bovinos convencionales Bos taurus y Bos indicus (Guccione, 2017). De acuerdo a lo mencionado previamente, las hembras bufalinas presentan pezones más largos con canales estrechos que sirven como barrera que disminuye la entrada y posterior proliferación de microorganismos (Fagiolo y Lai, 2007).
Pese a estas ventajas anatómicas es necesario el reconocimiento de prácticas que propician la presencia de mastitis en las búfalas, tales como el inadecuado manejo de los operadores durante la ordeña manual y mecánica, como el uso de pezoneras con un inadecuado mantenimiento, deficientes prácticas de limpieza, falta de higiene y desinfección, y el vaciado incompleto de la ubre (Burvenich et al., 2003; Cavallina et al., 2008; De Rosa et al., 2009; Rodríguez-González et al., 2022).

NEUROFISIOLOGÍA DE LA EYECCIÓN LÁCTEA

Después de la producción de leche por las células acinares mamarias, ésta se almacena en los acinos de la ubre, en las búfalas se ha registrado que entre el 92 y 95% de la leche se encuentra en el compartimento alveolar y alrededor del 5% se almacena en la cisterna de la GM, en comparación con las vacas lecheras en donde hasta el 20% de la leche se mantiene en la cisterna de la GM siendo la leche eyectada antes de la contracción del tejido que desencadena la bajada láctea mediada por la Ox (Bertoni et al., 2020b; Bidarimath and Aggarwal, 2007; Cavallina et al., 2008).

La eyección láctea es un reflejo neuroendocrino innato que responde a la estimulación táctil de los pezones, este se produce al activar los receptores sensibles a la presión, los que estimulan, a través del canal inguinal, a los nervios lumbares que están conectados por las raíces dorsales de la médula espinal (Dûidić, 2004). A partir de aquí, por vía ascendente de la médula espinal, se transmite la señal que estimula los núcleos supraóptico (SON) y paraventricular (PVN) del hipotálamo, lo cual a su vez activa a la neurohipófisis para liberar Ox desde sus terminales axónicos hacia la circulación sanguínea (Cosenza et al., 2007). La Ox alcanza sus receptores en la GM que promueven la contracción de las células de secreción de leche por parte de las células mioepiteliales en el tejido alveolar y los conductos mamarios promoviendo así la contracción de los alvéolos de tal forma que aumenta la presión intraalveolar seguido del acortamiento y engrosamiento de los conductos del complejo mamario por la contracción de las células epiteliales.

De esta manera, la resistencia al flujo de leche disminuye dando lugar a la movilización de la leche alveolar hacia el compartimiento cisternal y posteriormente al pezón para su expulsión (Figura 2) (Akhtar et al., 2012; Bruckmaier, 2005; Crowley y Armstrong, 1992; Faraz et al., 2020; Kamikawa y Seko, 2020; Rodríguez-González et al., 2022).

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Figura 2. Neurofisiología de la eyección de leche en la búfala de agua; los estímulos táctiles en la GM son transformados en impulsos nerviosos y transmitidos por el nervio inguinal hasta el anillo inguinal donde se continúa como nervio génitofemoral cuyas raíces ingresan en el par lumbar 3° y 4° (L3 y L4) hasta el ganglio de la raíz dorsal (DRG) donde el impulso se modula y es transferido por vía ascendente hacia los núcleos cerebrales del hipotálamo (PVN y SON) para la síntesis de la oxitocina (Ox) hasta su liberación y almacenamiento en neurohipófisis para su posterior secreción a torrente sanguíneo con destino a receptores de Ox en GM para contraer células del tejido alveolar y propiciar la eyección de la leche. MPOA: área preóptica media; PVN: núcleo paraventricular; SON: núcleo supraóptico.

En conjunto con la Ox son secretadas la prolactina y el cortisol, la prolactina en junto con la hormona del crecimiento influyen en la síntesis de la leche, sin embargo, el papel del cortisol no se ha dilucidado por completo. Por ello es importante mencionar que para una eliminación oportuna de la leche se requiere que sus concentraciones se eleven sobre los niveles basales. Para lo cual, se puede favorecer por una serie de procedimientos realizados antes de la ordeña con el fin de inducir un pre estímulo que facilite la liberación de Ox y por ende la eyección láctea, ya que si esto no es así se debe recurrir a la aplicación de Ox exógena (Thomas, 2004).

Thomas et al., 2004 investigaron el rol de la Ox en la eyección láctea en seis búfalas Murrah, las cuales fueron divididas en tres grupos; 1) ordeño sin pre estimulación, 2) estimulación previa de 1 minuto y 3) pre estimulación con alimentación simultánea, en donde encontraron que la eyección ocurrió significativamente antes (P<0.05) en el tratamiento 3 (2.50 min) respecto al tratamiento 2 (5.10 min) y 1 (6.33 min). Pero en todos los tratamientos, se observó una aumento >3-5 ng/l de la concentración de Ox durante la eyección, lo cual, se relacionó con el tiempo al alcanzar la concentración plasmática de Ox el cual fue significativamente menor (P<0.05) con concentraciones mayores de Ox en el grupo 3 con 96.8 ng/L entre los minutos 2 y 8 minutos en comparación con el tratamiento 2 y 3 en los cuales el tiempo osciló entre el minuto 1 y 16 alcanzando una concentración solo de 37.7 y 16.3 ng/L, respectivamente.

De igual forma, se reportó que durante la ordeña la Ox aumentó 10 veces su concentración sobre sus niveles basales en la ordeña mecánica en el tratamiento 3 en comparación con los demás tratamientos. Estos datos concuerdan con otros estudios en donde se ha determinado que los niveles basales de Ox oscilan entre los 4.8 a 6.7 ng/L pero su concentración máxima puede alcanzar los 90 ng/L, así como un tiempo de latencia en la eyección de 2 a 10 minutos post estimulación manual, por lo que son considerados ordeñadores lentos (Borghese et al., 2007). Todo ello debido a sus características morfológicas, principalmente porque el esfínter muscular que rodea el canal del pezón es más grueso que en bovinos (Caria et al., 2011).

Lo mencionado anteriormente nos indica la relación presente en las concentraciones de Ox y la eyección láctea, así como la importancia de la estimulación de los pezones antes del ordeño y la alimentación, ya que según Bruckmaier y Hilger (2001) la concentración de Ox puede mantenerse o aumentar en respuesta al estímulo en el pezón y que la eyección de la leche, es decir, la respuesta a la Ox se retrasa en las etapas finales de la lactancia donde la producción de leche disminuye.

Algunos autores mencionan que el reflejo de eyección es parecido en bovinos y búfalas lecheros en donde el vaciado es constante y completo en la ubre y dependerá de la secreción de Ox durante todo el proceso de ordeña. Sin embargo, debido a que ambas especies muestran diferencias morfológicas puede haber ciertas particularidades en la eyección de la leche en ganado bufalino que deben ser consideradas con el fin de eficientar el ordeño (Bava et al., 2007). Por ejemplo, es importante adaptar el nivel de vacío, la frecuencia de pulsación, y la proporción durante el ordeño mecánico (Bertoni et al., 2020b), así como la estimulación prolongada del pezón antes de colocar la pezonera (Bava et al., 2007).

Alteraciones en la eyección láctea

La eyección láctea puede verse afectada en dos niveles, ya sea a nivel central por la deficiente liberación de Ox por la neurohipófisis, la cual parece resolverse con la administración de Ox exógena en cantidades suprafisiológicas antes o durante el ordeño (Belo y Bruckmaier, 2010). Se ha registrado que a las búfalas con niveles inestables de Ox suelen administrarles 20 UI de Ox y a los 10 minutos la leche comienza a fluir (Boselli et al., 2014). Sin embargo, las alteraciones a nivel periférico en donde las concentraciones de Ox son normales la respuesta de los receptores de Ox en la GM es inadecuada y no se resuelve con Ox exógena (Bruckmaier y Wellnitz, 2008).

La inhibición central de la secreción de Ox se asocia a diferentes factores, desde el cambio de la lactancia a la máquina de ordeño, un entorno desconocido o el celo que culminan en la liberación de b-endorfina que inhibe la liberación de Ox y por ende la eyección de leche (Wellnitz y Bruckmaier, 2001). Entre otras causas, se debe a que los búfalos son sensibles a los cambios en las práctica de ordeño, así como a los cambios en el medio ambiente, por lo que si se encuentran estresados, asustados o con dolor liberan adrenalina, la cual interfiere con los impulsos nerviosos en el SON y PVN y por consiguiente la liberación de Ox (Dûidić, 2004). Aunque también pueden bloquear los receptores de Ox en las células mioepiteliales alveolares e inducir vasoconstricción en los vasos sanguíneos, dificultando el abastecimiento de Ox a la ubre (Borghese et al., 2007). Todo esto en conjunto con la estimulación deficiente antes del ordeño pueden resultar en el retraso de la eyección de leche (DME) y provocar flujo de leche bimodal, el cual consiste en la interrupción del flujo de leche después de la extracción de la leche cisternal pero antes de la bajada de la leche alveolar a la misma, durante la fase de inclinación, dando como resultado una ordeña deficiente, problemas de salud en los pezones y una disminución en la producción láctea (Erskine et al., 2019).

La eyección tardía de la leche repercute en la salud de la ubre, provocando que el vacío del ordeño entre a la cisterna, el flujo sanguíneo se interrumpa y que posteriormente se produzca el colapso del pezón, lo que a su vez permite que los dispositivos de ordeño asciendan por los pezones permitiendo la entrada de aire y la exposición bacteriana en los extremos de los mismos (Moore-Foster et al., 2019).

Así mismo, se prevé que en el desarrollo de una DME por prácticas de ordeño inadecuadas se puede observar un aumento en la concentración del inhibidor de la retroalimentación de la lactancia (FIL) en los alvéolos provocando una disminución en la secreción de leche (Borghese et al., 2007). La glicoproteína FIL es capaz de bloquear la biosíntesis de las proteínas lácteas, además de inducir apoptosis en las células epiteliales mamarias y disminuir la sensibilidad de las mismas a la prolactina al disminuir el número de sus receptores, provocando así una disminución en la producción y secreción de leche (Lollivier et al., 2002).

FACTORES QUE IMPACTAN EN LA CAPACIDAD DE ORDEÑO EN BÚFALAS DE AGUA

La capacidad de ordeño se refiere a la aptitud de un animal para llevar a cabo una secreción regular, completa y rápida de leche en respuesta a prácticas de ordeño adecuadas. Por lo tanto, es importante el monitoreo continuo para hacer eficiente los procedimientos y disminuir los costos de producción, ya que más del 50% del tiempo laboral es dedicado a la ordeña lo que afecta las ganancias de los productores (Boselli et al., 2020). Comúnmente, se utilizan curvas de producción láctea para evaluar la adaptación al tipo y rutina de ordeño por parte de las búfalas (Rodríguez-González et al., 2022), las cuales están influenciadas por aspectos anatomo fisiológicos, el manejo y la salud de la ubre (Boselli et al., 2020).

Se ha descrito la producción en cuatro fases importantes, la fase del incremento es la primera y es donde se estimulan las células mioepiteliales alveolares para inducir la eyección láctea desde los alvéolos hasta el canal del pezón en donde inicia la segunda fase denominada fase de meseta en la que se observa un flujo constante de leche en donde se observa el pico de eyección seguido de la fase tres o fase decreciente en donde la salida de leche disminuye culminando así en la fase final o ciega en donde la bajada de leche cesa (Lollivier et al., 2002; Rodríguez-González et al., 2022).

La rutina pre ordeño influye directamente en el reflejo de la eyección láctea, en donde se ha observado que el contacto con la cría, el amamantamiento, la alimentación, así como la estimulación manual y mecánica con cepillos giratorios o pulsaciones se desempeñan como factores estimulantes que estimulan la secreción de Ox y por ende mejoran el tiempo de ordeña (Espinosa et al., 2011; Watters et al., 2015). Además, algunos autores mencionan que en las vacas lecheras la simple unión del dispositivo o racimo de ordeño sin pulsación del revestimiento es suficiente para inducir la liberación de Ox (Weiss and Bruckmaier, 2005).

Las vacas lecheras presentan una cisterna de gran volumen en comparación con las búfalas, por lo que la pre estimulación parece tener menos importancia, sin embargo, en las búfalas es de suma importancia, ya que, si las cisternas están vacías antes de la eyección del ordeño, se realizará con los pezones vacíos lo que provoca la entrada del vacío de ordeño y posible colapso de las cavidades. Por ello, es necesario la estimulación previa con el fin de inducir oportunamente la eyección láctea para evitar la interrupción del flujo de leche durante el ordeño temprano (Bruckmaier and Wellnitz, 2008).

Presencia del bucerro durante la ordeña

Se ha demostrado que los terneros pueden facilitar la estimulación somatosensorial necesaria para la eyección de leche, ya que su presencia durante el ordeño manual representa una serie de estímulos visuales, sensoriales y olfativos para inducir la bajada de leche (Figura 3) (Mora-Medina et al., 2018; Rodríguez-González, et al., 2022). Por ejemplo, en vacas Shami no se observó la liberación de Ox ante el ordeño mecánico por la ausencia de su cría lo que conllevo a una menor producción de leche y mayor fracción de leche residual (Bruckmaier y Wellnitz, 2008).

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Figura 3. Presencia de bucerro durante la ordeña, factor observado como estímulo positivo visual, táctil y auditivo para una adecuada bajada de la leche.

En algunos países como India y Pakistán en donde se lleva a cabo la ordeña manual se ha aplicado una técnica que consiste en permitir a los bucerros amamantar durante un par de minutos antes de cada ordeño para iniciar la eyección de leche. En este sentido, Oliveira et al. (2017) mencionan que cualquier tipo de amamantamiento, ya sea filial o no, tiene un efecto positivo en la producción diaria y total de leche. Sin embargo, esta técnica no puede ser aplicada en aquellas búfalas donde se utilizan otros estímulos. Así mismo, existen ciertas controversias ya que algunos autores mencionan que la presencia del becerro reduce la excreción materna de prolactina y por ende la producción y eyección de leche (Borghese et al., 2007).

Alimentación durante el ordeño

Se ha registrado que cuando se presentan alteraciones durante la eyección láctea y la terminación rápida de la lactancia, los productores optan por utilizar la alimentación concentrada como pre estimulante (65%) frente al uso de Ox exógena (13%) (Thomas, 2004). Se ha demostrado que en las búfalas Murrah la eyección láctea se ve favorecida por la pre estimulación manual y la alimentación, ya que induce la liberación más rápida y pronunciada tanto de Ox como de prolactina (Borghese et al., 2007), con efectos positivos en el flujo de la leche (Thomas et al., 2004). Thomas et al., 2005 reportan que en las búfalas Murrah alimentadas con 0.75 kg de concentrado en conjunto con una pre estimulación táctil, mediante el lavado y secado de los pezones, presentan mejores condiciones durante el ordeño ya que presentan una concentración de Ox de 3.6 veces sobre los niveles basales durante la pre estimulación y durante el ordeño mecánico aumentan hasta 10 veces más en comparación con la no estimulación y la estimulación sin alimentación. Además, presentan una tasa de flujo de leche significativamente (P<0.05) mayor y menor concentración de cortisol (3.7 µg/l vs 4.8 µg/l) en comparación con las búfalas que solo fueron pre estimuladas táctilmente. Esto último, nos podría indicar que el uso en conjunto de diferentes estímulos incrementa la productividad láctea y disminuye los factores estresantes que podrían repercutir en la eyección láctea y bienestar de la búfala.

Estimulación manual y auditiva (música)

La estimulación manual de los pezones parece ser importante para activar las funciones secretoras en todas las especies lecheras (Ambord et al., 2010). En las vacas, se ha informado que la estimulación táctil durante 10 a 20 segundos es suficiente para inducir la secreción de Ox y la eyección láctea. Sin embargo, en búfalas es posible que se requiera la estimulación hasta por dos minutos por las diferencias morfológicas de la ubre. También se ha registrado un tiempo de latencia desde el inicio de la estimulación hasta la eyección completa de entre 60 a 120 segundos en vacas (Borghese et al., 2007), período de estimulación que en búfalas alcanza hasta los 3 minutos (Boselli et al., 2014).

Costa et al. (2020), en un estudio con 38 búfalas de agua del Mediterráneo ordeñadas mecánicamente, observaron la influencia de la estimulación manual (EM) durante 1 a 2 minutos, el efecto de la Ox exógena como estimulante y la no estimulación antes del ordeño, relacionándolos con los cambios morfológicos del pezón, en donde se encontró que el canal del pezón era más corto (P< 0,001) por la EM y la Ox frente a la no estimulación. Además, hallaron que el diámetro de la cisterna fue mayor para EM pero menor para Ox, pero el grosor de la pared del pezón fue mayor para la estimulación con Ox pero menor para EM, aunque no fue significativo. Esto nos indica que la estimulación previa induce cambios morfológicos en los pezones como la modificación de la longitud en su canal favoreciendo la ordeña. Boselli et al., (2014), reportan una disminución significativa (P<0.01) del 23.1% de la longitud del pezón inducida por una pre estimulación de 2 minutos del pezón, así como cambios en el espesor de la pared del mismo con una disminución (P<0.001) del 9.28% y 18.56% ante la estimulación manual durante 2 y 3 minutos, respectivamente, en búfalos italianos del mediterráneo.

De igual forma, se ha reportado que la estimulación manual influye favorablemente en la incidencia de la eyección tardía y en el tiempo hasta la eyección, en donde se observó que tras la estimulación durante tres minutos con una rutina que involucra la limpieza del pezón y la ubre con toallas húmedas, se observa el flujo de leche inmediatamente después de la colocación del racimo de ordeño sin ninguna interrupción hasta el final del proceso (Figura 4) (Ambord et al., 2010). Sin embargo, la pre estimulación manual requiere de mucho tiempo lo que repercute en el rendimiento en la sala de ordeño, ya que disminuye el número de ejemplares por ordeñador por hora, es por ello que la pre estimulación con pulsaciones de la máquina de ordeño podría ser una alternativa (Tangorra et al., 2017).

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Figura 4. Estimulación manual y auditiva durante la ordeña. A. Presencia de bucerro en donde se tiene una estimulación táctil y auditiva previa al ordeño. B. Estimulación manual del ordeñador mediante masajes para propiciar una adecuada bajada de leche.

Por otra parte, se ha propuesto que para mitigar los efectos de la neofobia, asociada al ordeño, la exposición a ruidos pregrabados comunes en la sala de ordeño como el ruido de la maquinaria, del animal, de los humanos y la música funge como una buena alternativa para habituar a los ejemplares al ordeño con el fin de disminuir los problemas en la eyección láctea (Arnold et al., 2007). En un estudio realizado en vacas lecheras sometidas a estímulos auditivos con música, se observó un acercamiento voluntario a los compartimientos de ordeño (Uetake et al., 1997). Ciborowska et al. (2021) mencionan que la música actúa como un estímulo ambiental que puede aliviar los efectos negativos del estrés, el dolor, modificar la frecuencia cardiaca y disminuir la ansiedad cuando se utilizan ciertos géneros musicales como la música clásica, canciones de cuna y música de meditación. Estos métodos pueden resultar beneficiosos para el ganado lechero al estar expuestos a estresores durante el ordeño, sin embargo, los estudios asociados a este estímulo sólo se han realizado en ganado vacuno y no en búfalos lecheros por lo que se requiere de mayor estudio (Polikarpus et al., 2014).

Ordeño mecánico y manual

El ordeño manual consiste en ejercer presión manual en la ubre de la hembra imitando el comportamiento de topeteo de las crías para estimular la secreción de leche (Olmos-Hernández et al., 2020). Este método de ordeño requiere menor equipo e instalaciones en comparación con el ordeño mecánico en donde pueden utilizarse instalaciones sencillas de madera o sistemas completamente mecánicos. También es importante mencionar que sin importar el método de ordeño se debe asegurar la limpieza del material y el equipo, así como la constante capacitación al personal, gestión y monitoreo para asegurar la salud de la ubre (Bertoni, et al., 2020).

Actualmente el ordeño mecanizado es la principal forma de incrementar la productividad y aumentar la calidad e higiene de la leche, además que representa menor costo en mano de obra y mejora la gestión (Figura 5) (Tangorra et al., 2017). Por lo cual, se ha empleado la misma tecnología tanto para las vacas lecheras como para búfalas, sin tomar en cuenta las características anatomo fisiológicas de la ubre que difieren entre ambas especies, siendo el volumen de la cisterna y el tamaño de los pezones la más importantes. En las búfalas la cisterna presenta un volumen más pequeño que en las vacas y generalmente, la leche en la cisterna no está disponible inmediatamente para la ordeña como ocurre en las vacas (Caria et al., 2011).

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Figura 5. Ordeño manual y mecánico. A. Estación de ordeño mecánico. B y C. Ordeña manual con presencia de bucerro y estimulación táctil por el ordeñador, en donde se requiere menor equipo y solo instalaciones tubulares para mantener al bucerro y la búfala en un lugar específico y seguro para el ordeñador, contrario a lo observado en el ordeño mecánico.

Sannino et al., (2018) realizaron un estudio en 90 búfalas lecheras del Mediterráneo ordeñadas con un sistema automático (SA) y con un sistema de ordeño convencional, en donde se encontró una mayor producción de leche diaria (P <0,001) y persistencia de la lactancia (P<0,05) en el SA en comparación con el grupo convencional, lo cual se asoció principalmente al aumento en los ordeños por día y a una producción estable de leche, respectivamente. Además, se encontraron diferencias significativas por concepto de composición láctea en cuanto a una mayor concentración de proteína (P < 0,001) y caseína (P <0,01), siendo mayor en la leche obtenida por SA, la cual, a su vez, mostró menor concentración de bacterias (P <0,01) en comparación con la leche obtenida por el sistema convencional.

Se ha demostrado que el ordeño mecánico exitoso en búfalas es más complejo que en vacas, ya que en búfalas es necesario una estimulación adecuada pre-ordeño con el fin de evitar exponer los pezones al vacío sin flujo de leche por algunos minutos. También, se ha informado que por el contrario a lo que ocurre en vacas, las búfalas con solo ser conectadas a la máquina de ordeño no presentan liberación de oxitocina y por ende la eyección láctea, si no que necesariamente requieren de una estimulación previa (Caria et al., 2011). Según Ambord et al. (2010), en las búfalas mediterráneas sin estimulación previa con un vacío de hasta 39 Kpa no es posible la extracción de leche, por el contrario después de la estimulación durante tres minutos los pezones sufren una disminución del tamaño de su canal pasando de 22.6 ± 2,6 mm a 12.9±1,5 mm, lo que permite el flujo de leche con valores de vacío por debajo de 39 kPa. Así mismo, Thomas, (2004) menciona que la eficacia de la ordeña mecánica dependerá de la apertura del orificio del pezón, el diámetro del canal del mismo y la presión intramamaria del pezón, por lo que cuando se conecta a la unidad de ordeño el vacío tiene la finalidad de estirar las paredes del pezón o tetina para inducir su abertura.

Singh et al. (2014) trabajaron con búfalas Murrah destetadas y lactantes sometidas a ordeño manual vs mecánico (diferencias físicas representadas en figura 5) en donde no se reportaron diferencias significativas con respecto al tiempo de bajada de leche ante la ordeña manual y con máquina (5,36 ± 0,21 vs. 5,82± 0,29 min.). Hallaron que las concentraciones de cortisol y prolactina fueron significativamente mayores en el grupo de ordeño con máquina (P< 0,001) lo que pudo asociarse a la inadaptación de las búfalas al ordeño mecánico, la neofobia y a la exposición de los ruidos de las máquinas de ordeño.

De acuerdo a lo anterior, es importante que antes del ordeño realizar la habituación, especialmente en aquellas búfalas primíparas, ya que como se mencionó precedentemente estos animales son altamente sensibles al ambiente y los procedimientos nuevos, por lo que podrían expresar ciertos comportamientos como patear, pisar u orinar constantemente asociados al miedo y la agitación (Cavallina et al., 2008). En este sentido, Polikarpus et al. (2014) realizaron un estudio en 16 búfalas lecheras en donde se demostró que la habituación durante 10 días antes de la fecha de ordeño, mediante la manipulación de la ubre para su limpieza, redujo significativamente los comportamientos asociados al estrés como patear (P < 0.01) y pisar (P < 0.001).

De igual forma, durante el ordeño deben considerarse las características jerárquicas, sociales y preferenciales de los animales, por lo que mantener un constante orden de entrada a la sala de ordeño es clave ya que forma parte del comportamiento social de las diferentes especies lecheras. Dichas características jerárquicas dependerán del rango social, estado de salud y productividad, de igual manera se ha informado que las búfalas prefieren un lado en particular de la sala de ordeño. En las vacas lecheras, se observó que al ignorar la preferencia de las mismas aumentan su respuesta al estrés, por lo que durante el manejo se debe evitar intervenir en los movimientos voluntarios del animal, ya que puede afectar su bienestar y por ende la producción de leche. Aunado a esto, se recomienda que la bajada de la leche debe reforzarse con el mismo patrón de ordeño y manejo de la ubre con el fin de aumentar la calidad láctea y disminuir el tiempo de ordeño, así como, los estresores percibidos por el animal que repercutan sobre su producción y bienestar (Cavallina et al., 2008; Mota-Rojas, 2019).

Por último, se recomienda que al finalizar la ordeña debe asegurarse que la secreción de leche fue completa con el fin de mantener la síntesis y secreción de la misma durante toda la lactancia y además, disminuir la leche residual almacenada en la glándula para reducir los riesgos de desarrollar un proceso infeccioso (Olmos-Hernández et al., 2020).

USO Y EFICACIA DE LA OXITOCINA EN LA EYECCIÓN LÁCTEA

La leche producida en los alveolos es almacenada en la cisterna alveolar y de la GM hasta su eyección por la acción de la Ox, esta hormona es sintetizada en el PVN y el SON para ser almacenada en la neurohipófisis y posteriormente liberada al torrente sanguíneo (Bruckmaier y Hilger, 2001; Cavallina et al., 2008; Faraz et al., 2020; Lollivier et al., 2002; Mota-Rojas et al., 2020; Ni et al., 2021; Olmos-Hernández et al., 2020; Rodríguez-González et al., 2022). A través de la circulación sanguínea llega a los receptores presentes en las células mioepiteliales que conforman los alveolos en cada complejo mamario con el objetivo de generar su contracción para la eyección de la leche.

La oxitocina es una hormona neuropéptidica de gran importancia en la ordeña de las búfalas de agua debido a que la leche almacenada en el compartimento de la GM se puede eyectar con mayor facilidad mediante el ordeño manual o mecánico. Sin embargo, la leche presente en la cisterna alveolar solo puede extraerse después de la contracción de las células mioepiteliales (Bidarimath y Aggarwal, 2007; Faraz et al., 2021). En un escenario con una evacuación incompleta de la leche durante la ordeña, se presenta una disminución de la producción y calidad de leche. Por lo tanto, ha sido necesaria la búsqueda de herramientas que permitan eyectar completamente la leche de la ubre, tales como estimulaciones táctiles, auditivas y visuales, existiendo a su vez, otros métodos para lograr esta tarea (Nwosu et al., 2019).

De esta forma y retomando lo mencionado en apartados anteriores, la búfala de agua requiere tiempos de estimulación durante el ordeño, en donde el objetivo principal es la secreción de Ox, para lograr la adecuada contracción de las células mioepiteliales y un vaciado correcto de la GM durante la ordeña. De esta forma, la aplicación de Ox de manera exógena ha resultado para muchos una práctica común que tiene como objetivo obtener una mayor cantidad de leche en menor tiempo dentro de su hato, disminuyendo los tiempos de ordeña y permitiendo redirigir el lapso destinado a esta actividad a otras dentro de la unidad ganadera (Bertoni et al., 2020a; Faraz et al., 2020; Rodríguez-González et al., 2022; Thomas et al., 2005). De esta forma, Weiss et al. (2003) indicaron que el uso de Ox exógena tiene un impacto positivo en el mantenimiento del metabolismo celular de la GM, debido a que propicia un descenso de su contenido y que ésta suele utilizarse en GM distendidas con leche, previniendo alteraciones en el complejo mamario y promoviendo una ubre sana (Faraz et al., 2021). De esta manera, han sido reportados efectos en parámetros productivos y reproductivos cuando la Ox es aplicada de manera recurrente y sin monitoreo, incluyendo cambios en la síntesis y cantidad de leche producida, con diferenciales en las características nutricionales y el recuento de células somáticas (Figura 6), por mencionar algunos ejemplos.

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Figura 6. Efectos positivos y negativos de Ox en la producción bufalina observados y reportados en diversos estudios (Ballou et al., 1993; Bidarimath and Aggarwal, 2007; Faraz et al., 2021; Lollivier and Marnet, 2005; Nostrand et al., 1991; Singh and Aggarwal, 2001), principales usos como herramienta durante y posterior al parto y en el proceso de ordeño con impacto en las características de la composición láctea y su producción.

Efecto sobre la síntesis y producción de leche

Durante el ordeño de las búfalas, éstas presentan una mayor sensibilidad a estímulos estresantes que los bovinos del género Bos, por ende, se tiene una síntesis y secreción de adrenalina que contrarresta la liberación y producción de la Ox evitando la adecuada contracción del tejido mioepitelial presente en los alveolos e interrumpiendo el flujo constante de leche durante el ordeño (Thomas et al., 2005).

En este sentido, se ha observado que ante un eficiente vaciado de la ubre por el uso de Ox exógena se tienen incrementos en la leche total producida, sin embargo, existen otros factores a considerar en el incremento de la frecuencia del ordeño, ya que este factor aumenta los kg totales y modifica la composición de la leche (Lollivier et al., 2002).

Faraz et al. (2021) compararon la productividad y el contenido nutricional en las búfalas Nili-Ravi suministrando 20 UI de Ox intramuscular, reportando una producción láctea significativamente mayor (P<0.05), discutiendo que ésta impulsa la eyección de leche residual, generando una disminución de las enfermedades en la GM por un adecuado vaciado de la ubre, a su vez Lollivier et al. (2002) demostró una asociación positiva del uso de Ox exógena y un incremento del 8% de producción de leche.

En un estudio realizado Akhtar et al. (2012) con búfalas Nili-Ravi, administraron 30 UI de Ox vía intramuscular un día antes del inicio del ordeño y durante y días posteriores, encontrando que los animales con este tratamiento tuvieron diferencias (P<0.05) en la producción de leche con 8,57±0,07 litros vs 8,40±0,04 litros del grupo control.

Rushen et al. (2010) registraron una mayor producción de leche en vacas Holstein con respecto al grupo control con valores de 8,7±0.8 vs. 3,2±0.8 kg después de la administración de Ox. Así mismo, Sitkowska (2008) describió que el rendimiento lechero aumentó con la administración de Ox en búfalas, sin embargo, se presentaron afectaciones en el contenido de grasa y proteína.

Efecto sobre las características nutricionales de la leche y células somáticas

Algunos autores indican que la administración de Ox no afecta los porcentajes de grasa, lactosa, proteína, y recuento de células somáticas (Bencini et al., 1992; Nostrand et al., 1991). Sin embargo, algunos otros autores evaluaron estas características encontrando modificaciones por efecto de la Ox exógena para estimular el vaciado de la ubre. Faraz et al. (2021) evaluaron, en búfalas de la raza Nili-Ravi, las características nutricionales de la leche indicando una disminución en el contenido de grasa a medida que se incrementó su producción con cambios de 9.47%±0.46 en el grupo control vs 8.01%±0.04 en el grupo tratado con Ox al principio de la lactación, de 9.65%±0.05 a 8.71%±0.2 en el pico y 9.22%±0.28 a 8.81%±0.19 al final. Además, se reportaron disminuciones en los porcentajes de lactosa, proteína, sólidos totales y sólidos no grasos para cada una de las etapas estudiadas, teniendo repercusiones en el procesamiento de la leche. De igual forma, Kiran (2001) encontró una disminución significativa (P<0.05) en los porcentajes de grasa, sólidos no grasos y totales. Igualmente se ha reportado una disminución significativa (P<0.01) en contenido de Mg, Fe y Zn con la administración de Ox, sin afectaciones en Ca y un aumento en el contenido de Cu y Mn.

Faraz et al. (2021) reportaron que aplicar constantemente Ox impacta en la composición de minerales de la leche, sugiriendo la eliminación de esta práctica durante la ordeña por el impacto que pudiera generar en el consumidor final, aunque este mismo documento menciona que la inyección de Ox en búfalas lecheras no influye en el contenido de la leche debido a que este neuropéptido es rápidamente degradado en la digestión intestinal y no se absorbe, por lo tanto, no tiene efectos dañinos en los humanos que consumen estos productos.

Por otra parte, las células somáticas en leche son glóbulos blancos y células epiteliales desprendidas del revestimiento de la GM durante el ordeño, este parámetro es utilizado ampliamente para la determinación de la salud mamaria y la calidad de la leche (Dang y Anand, 2007). Por lo tanto, estos valores son utilizados por el sector público y privado como puntos a considerar por las empresas para la adquisición de leche o el pago que se dará al productor de acuerdo con las características presentes a la compra. Se han observado variaciones en el recuento de células somáticas por efecto del uso de la Ox. Por ejemplo, Akhtar et al. (2012) observaron un aumento significativo (P<0.05) en el grupo tratado con 30 UI de Ox con variaciones de 72.96 a 97.01 × 103 en el grupo tratado y de 71.86 a 77.14 × 103 en el grupo control. Así mismo, Bidarimath y Aggarwal (2007) observaron un aumento en el conteo de células somáticas en leche de búfalas Murrah a las que se les suministró Ox los días 0, 15, 30 y 45 postparto con un aumento de 5.36 a 6.22% con respecto al grupo control.

Otros efectos

Además de los efectos en los parámetros productivos, se han detectado modificaciones por el uso constante de Ox exógena en los indicadores de salud y reproductivos de las búfalas por la acción que ésta genera en los procesos neurofisiológicos a largo plazo (Mustafa et al., 2008), tales como un incremento en el número de abortos y retenciones placentarias (Qureshi y Ahmad, 2008; Weiss et al., 2003).

Mustafa et al. (2008) al realizar el análisis de las prácticas aplicadas en Pakistán encontró consecuencias negativas por el uso constante de Ox exógena, tales como un aumento en el porcentaje de mortinatos (13.3%), una mayor frecuencia de partos distócicos (71.66%) y retenciones placentarias (38.33%), incluyendo la incidencia de patologías reproductivas como la formación de quistes lúteos (23.33%) y foliculares (26.66%), mayor incidencia de búfalas repetidoras (25%) y un anestro prolongado (18.33%). Así mismo, Qureshi y Ahmad (2008) utilizaron Ox a una dosis de 7.50 UI en búfalas Nili-Ravi con el objeto de observar su efecto sobre los parámetros reproductivos, encontrando que éste retrasa el tiempo de expulsión de la placenta y el intervalo de ovulación posparto.

Aunado a esto, en algunos estudios se han reportado impactos negativos sobre la secreción de Ox endógena y su acción sobre la GM, esto por un decremento en contractibilidad celular en los alveolos y por ende la disminución de eyección de leche cuando se retira, por lo cual, esta práctica es vista como perjudicial cuando se realiza de manera cotidiana (Ahmad, 2021; Bertoni et al., 2020b; Faraz et al., 2020, 2021; Lollivier et al., 2002; Murtaza et al., 2021; Napolitano et al., 2020; Ozenc et al., 2020).

Son pocos los artículos que reportan una relación negativa con datos categóricos entre el uso de Ox para estimular la eyección láctea y el desempeño reproductivo en esta especie, por lo tanto, es necesaria mayor investigación para tener una mejor comprensión del impacto en salud y económico que ésta puede tener en los hatos.

CONSIDERACIONES FINALES

Es imperativo conocer los rasgos anatómicos de la búfala de agua con el objetivo de generar estrategias que permitan mejorar los parámetros productivos, con ello también es necesario el reconocimiento de la neurofisiología y comportamiento normal durante la crianza y lactancia para una adecuada gestión ganadera. Además, es necesaria mayor investigación respecto al impacto que puede generar el uso constante y a largo plazo de la oxitocina por vía parental sobre los parámetros productivos y reproductivos, con la sugerencia de eventualmente eliminar esta práctica controversial en la producción bufalina y en su lugar fomentar la aplicación de buenas prácticas durante el ordeño que aumenten la capacidad de ordeño y las características productivas sin tener impacto negativo a corto o largo plazo.

Para mayores detalles, consulte el artículo original o el libro de “El Búfalo de Agua en Latinoamérica”:

  • Napolitano, F.; Braghieri, A.; Bragaglio, A.; Rodríguez-González, D.; Mora-Medina, P.; Ghezzi, M.D.; Álvarez-Macías, A.; Lendez, P.A.; Sabia, E.; Domínguez-Oliva, A.; Jacome-Romero, J.; Mota-Rojas, D. Neurophysiology of milk ejection and prestimulation in dairy buffaloes. Animals 2022, 12, 2649, doi: 10.3390/ani12192649.
  • Napolitano, F.; Mota-Rojas, D.; Guerrero-Legarreta, I.; Orihuela, A. El Búfalo de Agua en Latinoamérica. Hallazgos Recientes, 3rd ed.; B.M. Editores: Ciudad de México, México, 2020; 1544 p. https://www.lifescienceglobal.com/journals/journal-of-buffalo-science/97-abstract/jbs/4550-el-bufalo-de-agua-en-latinoamerica-hallazgos-recientes

Artículo publicado en “Entorno Ganadero Octubre- Noviembre 2022

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