La avicultura nacional y las importaciones de maíz amarillo

Mtro. Francisco Alejandro Alonso Pesado
Mtra. Elizabeth Rodríguez de Jesús.

:: RESUMEN ::

La industria avícola de México presenta un rol de primer orden y estratégico en la economía del país, ya que es un sector que produce proteína de origen animal de mayor consumo en la nación. Sin embargo, la actividad avícola mexicana se enfrenta a retos internos y externos; un reto es el muy importante volumen de importación de maíz amarillo. En 2024 uno de cada dos kilogramos de maíz que se consumió en el país fue comprado en el exterior. México es autosuficiente en maíz blanco, el destinado al consumo humano. En 2024 el consumo total de la mercancía fue de 46.6 millones de toneladas y, se proyectó una oferta de 23 millones de toneladas.

Son varias las razones que explican la tendencia descendente en la producción de maíz en México, algunas de ellas, son: I) la sequía y el cambio climático; II) la entrada al Tratado de Libre Comercio de América del Norte; III) la reforma del artículo 27 constitucional; IV) la geopolítica; y V) el cambio de políticas públicas. El consumo de granos forrajeros por parte de la avicultura ubicada en el país, en 2022, fue de 10.66 millones de toneladas, siendo el maíz amarillo el de mayor consumo. La industria avícola después del sector de la tortilla es la actividad que más consume maíz.

La dependencia en maíz amarillo vuelve inevitable plantear el dilema de si vale la pena renunciar a la soberanía nacional alimentaria, a la salud y a la biodiversidad al dejar entrar el maíz transgénico de Estados Unidos a cambio de subsidiar una agroindustria cuyas ganancias son acaparadas por dueños de grandes capitales. Mantener el negocio de cultivos como el aguacate, hortalizas y frutos rojos y a la vez reducir la dependencia del exterior en el cultivo de maíz, se requiere del impulso de medidas integrales.

:: INTRODUCCIÓN ::

La industria avícola mexicana presenta un rol estratégico en la economía del país, ya que es una actividad productora de proteína de origen animal de mayor consumo en México, como son el huevo para plato y la carne de pollo. En conjunto la carne de pollo y pavo, y el huevo para plato aportan el mayor porcentaje de la producción total del subsector pecuario en el país (UNA, 2023). Pese a que, en 2022, y parte de 2023, la avicultura a nivel mundial se vio afectada severamente por la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad, tanto por H7N3 como H5N1, la experiencia que México adquirió por los eventos ocurridos en 2012, permitió atender de manera inmediata, oportuna y eficaz los casos de Influenza Aviar presentados (UNA, 2023).

Gracias al arduo trabajo, al esfuerzo, a la capacidad y al compromiso de los distintos agentes económicos de la industria avícola, la carne de pollo y el huevo para plato se encuentran en la cúspide de la lista de las proteínas predilectas por los consumidores mexicanos (UNA, 2023). Para el sector avícola un tema relevante es el bienestar animal. En ese sentido la industria avícola mexicana ha trabajado por un periodo de tiempo importante, en conjunto con el sector pecuario, y con expertos representantes en la áreas académicas, gubernamentales y sociales, y así, contar con un marco normativo que regula correctamente el bienestar animal y a la vez propiciar la sustentabilidad de la avicultura nacional (UNA, 2023). Sin embargo, el sector avícola nacional, viene enfrentando serios retos provenientes del entorno internacional, como los altos volúmenes de importaciones de granos forrajeros y proteína proveniente de oleaginosas.

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México, es un muy importante importador de maíz amarillo, no somos autosuficientes en este grano. Uno de cada dos kilogramos de maíz que se consumieron en 2024 en el país fue adquirido del exterior. Es la expresión de la dependencia relevante del maíz amarillo. Mientras crece la compra al exterior de maíz amarillo, se reduce la superficie sembrada del cereal al interior del país. En 1994 la superficie sembrada fue de 9 millones 196 mil hectáreas, para 2023 (último dato disponible) se redujo a 6 millones 941 mil hectáreas, es decir, una caída de 24 por ciento, de acuerdo a datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) (Medrano, R., et al., 2024). México es autosuficiente en maíz blanco, el destinado al consumo humano. Las importaciones son sobre todo de maíz amarillo, utilizado como grano forrajero o para la elaboración de alimentos y bebidas. El consumo total del producto por parte de familias e industria se ubicó en 46.6 millones de toneladas y, se proyectó una producción en 2024 de 23 millones de toneladas (Medrano, R., et al., 2024). Algunas de las razones que explican la caída de la producción de maíz tanto en zonas de temporal como de riego, son:

I) la falta de una política de promoción, a partir de los años posteriores a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) (hoy T-MEC);

II) la entrada de actividades productivas que resultaron más rentables para algunas empresas agroalimentarias, a costa de la reducción de la oferta del grano básico. Es lo ocurrido con la producción de frutos rojos (los llamados berries), aguacate y vegetales cultivados en invernadero;

III) las sequías; y

IV) las raquíticas ganancias que se obtienen en la producción de maíz. En el 2022, el consumo de granos forrajeros por parte de la industria avícola mexicana fue de 10.66 millones de toneladas, de pastas oleaginosas la cifra se ubicó en 3.38 millones de toneladas y de otros ingredientes fue de 2.87 millones de toneladas (UNA, 2023).

Se aprecia un consumo muy importante de granos forrajeros incluyendo al maíz amarillo. De 2020 a 2022 el precio de la tonelada de maíz en destino aumentó un 53.31 por ciento. En 2020 la tonelada de maíz se cotizó en $4,835.95, ya en 2022 el precio por tonelada de maíz se ubicó en $7,414.14 (UNA, 2023). En la actualidad el precio del maíz ha descendido. El incremento en los precios del maíz amarillo y su volatilidad impactan directamente en el aumento en el costo de producción del sistema avícola ya que este insumo es el que presenta una mayor participación porcentual en el costo total de producción (UNA, 2023). Además, este insumo alimenticio se cotiza en dólares, lo que determina que, ante una devaluación del peso mexicano frente al dólar estadounidense, se encarezca el precio (en pesos mexicanos) del insumo maíz.

Recuérdese que México es un país que importa cantidades importantes de este insumo de Estados Unidos (EU). El término importaciones altamente inelásticas explica que, ante una macrodevaluación, por ejemplo, del peso mexicano ante el dólar estadounidense, no se dejará de importar maíz procedente de EU, aunque el precio del grano forrajero se eleve (en pesos mexicanos) de manera considerable. México no se puede dar el lujo de dejar de importar maíz amarillo, ya que éste es necesario para elaborar alimentos balanceados para las aves. Aunque el precio del insumo se ubique por las “nubes”, la avicultura mexicana tendrá que comprarlo en grandes cantidades de EU, principal proveedor y con mucho, para México.

Es así que, los costos de producción del sistema avícola nacional podrían presentar una tendencia de aumentos, repercutiendo en la rentabilidad económica y financiera de los avicultores del país. El costo de producción de huevo para plato por participación porcentual de los insumos productivos, con un índice de conversión de 2.17, es: 66.4 por ciento por alimento, 10.7 por ciento agotamiento de la parvada, 5.7 por ciento empaque, 4.4 por ciento mano de obra, 3.7 gastos varios, 3.4 por ciento gastos de administración, 2.8 por ciento gastos de ventas, 1.2 depreciación del activo fijo, y 1.1 por ciento vacunas y prevención (UNA, 2023). Se observa que el costo de producción por alimentación es el que tiene la mayor participación porcentual (66.4 por ciento), por lo tanto, el precio del maíz juega un papel significativo en costos de producción en huevo para plato.

Con respecto al costo de producción de pollo, la participación porcentual de los factores de la producción, con un índice de conversión de 1.74 es: alimento 62.9 por ciento; 15.3 por ciento pollito; 6.5 por ciento gastos de comercialización; 4.8 por ciento mano de obra; 3.3 por ciento energía eléctrica, agua y gas; 2.2 por ciento otros gastos; 2.1 por ciento gastos de administración; 1.7 por ciento medicamentos; y 1.6 por ciento depreciación del activo fijo (UNA, 2023). Se aprecia que la mayor participación porcentual en el costo de producción en pollo es el alimento, al igual que en huevo para plato.

Uno de los ingredientes alimenticios de mayor importancia en la elaboración de alimentos balanceados es el maíz amarillo, por lo tanto, si el precio del maíz amarillo importado se eleva, ya sea por el comportamiento del mercado internacional o por una depreciación del peso mexicano con respecto al billete verde, el costo de alimentación de las aves, aumenta. También el costo de producción de huevo para plato y de pollo se eleva como resultado del incremento del costo de producción por varios factores del entorno interno. Ante este panorama se elaboró el artículo: “La avicultura nacional y las importaciones de maíz amarillo”, con el fin de ver la importancia en el impacto de estas importaciones en la actividad avícola mexicana.

:: MATERIAL ::

Para elaborar el artículo “La avicultura nacional y las importaciones de maíz amarillo” se procedió a la búsqueda de información contenida en fuentes secundarias, esta información se seleccionó y analizó. Es así que, el artículo presentado en el trabajo está constituido por resúmenes de datos y estadísticas relevantes que se encontraron en las fuentes secundarias y el subsecuente análisis de los datos adquiridos.

:: DESARROLLO DEL TEMA ::

La avicultura nacional.

En 2022 la avicultura mexicana creció 1 por ciento respecto a 2021, lo que significó presentar una producción de 6.74 millones de toneladas de alimentos avícolas, de estas toneladas 2.964 millones correspondieron a huevo y 3.76 millones a carne de pollo (UNA, 2023). En 2022 el consumo de carne de pollo se ubicó en 4.35 millones de toneladas, y por persona, en ese mismo año, fue de 33.7 kilogramos. Con respecto a huevo para plato, en 2022, el consumo fue de 2.975 millones de toneladas, y por persona se ubicó en 23.07 kilogramos, siendo este consumo por persona el mayor a nivel mundial (UNA, 2023). La industria avícola mexicana es la actividad pecuaria más dinámica en México y una industria estratégica para la alimentación del país (UNA, 2023).

En el 2022, la participación porcentual de la avicultura nacional en el Producto Interno Bruto (PIB) total fue de 0.77 por ciento. En el PIB pecuario participó con 37.6 por ciento. La avicultura mexicana representó en 2022 el 63 por ciento de la producción pecuaria (no se incluye la producción de leche) donde 6 de cada 10 kilogramos son de origen avícola (UNA, 2023). El volumen de producción de huevo en el país durante el periodo 2012-2022, registró una tasa media de crecimiento anual (TMCA) de 2.2 por ciento, en tanto el volumen de producción de carne de pollo, en ese mismo periodo, presentó una TMCA de 2.4 por ciento (UNA, 2023). En 2022 la actividad avícola instalada en el país demandó 16.9 millones de toneladas de alimento balanceado, de estas toneladas 63 por ciento fueron grano forrajero (maíz y sorgo, principalmente), equivalente a 10.7 millones de toneladas, y las restantes toneladas fuero oleaginosas y otros insumos (UNA, 2023).

En 2022 el sector avícola de México generó un 1.3 millones de empleos, de los cuales 218 mil fueron directos y un 1.09 millones fueron indirectos. En el periodo 2012-2022, los empleos en la actividad avícola nacional crecieron a una tasa media anual de 1.1 por ciento (UNA, 2023). Se observa la enorme importancia de la avicultura instalada en el país. Esta industria produce proteína de origen animal de alto valor nutritivo para la población mexicana. También se aprecia el alto consumo de insumos alimenticios como el maíz amarillo, de ahí la importancia del insumo en el sector avícola.

Importaciones de maíz.

A tres décadas del mayor acuerdo comercial de México, el consumo de maíz en la nación (familias e industria) asciende a aproximadamente 46.6 millones de toneladas anuales, paralelamente la oferta nacional rondará en 2024 en 23.3 millones de toneladas. Este escenario “exige” que para satisfacer la demanda interna se tendrán que comprar del exterior más de 23 millones de toneladas. En otras palabras, por cada 2 kilogramos de maíz que se consumen en el país, uno de estos dos kilogramos proviene del exterior, casi todo de EU (Carbajal, B., 2024). El país siempre ha sido autosuficiente en maíz blanco (utilizado para la elaboración de tortilla y en una gran cantidad de platillos que se sirven en las mesas mexicanas), es decir, todo lo que necesita la población del país se produce en México.

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Su carácter de grano básico (alimento básico) determinó que estuviera prohibido su uso para alimentar cerdos, aves, ganado lechero y de engorda; sin embargo, a partir de 1990 esta prohibición se levantó, por lo que a raíz del TLCAN las importaciones de maíz para forraje (amarillo) comenzaron a crecer exponencialmente (Carbajal, B., 2024). De acuerdo a datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en el 2001, México importó un total de 4.21 millones de toneladas de maíz; en 2007 la cifra se disparó a 10.71 millones de toneladas del cereal, para luego alcanzar 12.19 millones de toneladas en 2015, aumentó la compra al exterior hasta 17.12 millones de toneladas en 2017 y luego un nivel sin precedente de 19.64 millones de toneladas en 2023.

Se prevé que ese récord sea rebasado en 2024, con 23.9 millones de toneladas. Solo en esos 24 años, las importaciones de maíz han aumentado en 467.69 por ciento (Carbajal, B., 2024).  En contraste, la producción interna de maíz ha crecido 28.02 por ciento, al pasar de 18.2 millones de tonelada en 1994 a 23.3 millones de toneladas (cifra que se pronostica para 2024). Incluso, desde 2016, cuando se alcanzó la cifra récord de 28.3 millones de toneladas, la oferta nacional muestra una tendencia descendente (Carbajal, B., 2024). Como se mencionó con anterioridad, casi la totalidad del maíz que se importa de Estados Unidos, es amarillo y transgénico. Por lo que el gobierno de México publicó en 2023 un decreto para prohibir que este grano sea utilizado para consumo humano, lo que suscitó una disputa en el marco del T-MEC, que oficialmente perdió el país el pasado 20 de diciembre de 2024, dado que, según los integrantes del panel, las medidas violan el acuerdo al no sustentarse en bases científicas (Carbajal, B., 2024).

Algunos factores que han impactado reduciendo la producción de maíz en México.

Para algunos estudiosos del tema uno de los factores que determinó la caída en la producción de maíz fue cuando el país entró al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, hoy T-MEC). La entrada a dicho Tratado propició un rediseño del campo mexicano que lo hizo pasar de abastecedor de alimentos para toda la población mexicana a generación de ganancias para un grupo relativamente pequeño de grandes empresas, tanto nacionales como extranjeras. Además, y de la mano de este Tratado, se presentó en la Constitución la reforma al artículo 27 constitucional que presentaba un espíritu progresista que le dio vida. Este Tratado, y de acuerdo a algunos estudiosos del tema, despobló, en cierta medida, zonas rurales y empujó a algunos agricultores a abandonar cultivos claves para la alimentación por aquellos cultivos que ofrecen una alta rentabilidad económica en los mercados internacionales y este panorama llevó al acaparamiento de superficies y aguas, de tal manera que se configuró una cadena de barreras a cualquier esfuerzo para impulsar el crecimiento productivo de granos básicos (La Jornada, 2024). En años recientes, factores como la sequía y el cambio climático, han impactado desfavorablemente la producción de maíz en el país.

Por ejemplo, en Sinaloa, entidad conocida como “el granero de México”, las 11 presas del estado apenas se han llenado en promedio 18.3 por ciento de su capacidad, y las dos más grandes presas están en 1.6 y 13 por ciento (La Jornada, 2024). Otro factor ha sido la geopolítica que ha jugado en contra de la producción agropecuaria, y en la producción de maíz. La guerra de Rusia contra Ucrania, provocó un encarecimiento de los fertilizantes, de los que Rusia es uno de los principales oferentes mundiales. México importa estos fertilizantes del país euroasiático, y se han elevado los costos de producción del maíz por incremento en el precio de los fertilizantes (La Jornada, 2024). Otro factor a considerar que explica, en parte, el descenso del volumen de producción de maíz es el cambio de las políticas públicas hacia el campo mexicano (esto de acuerdo a algunos autores). Ellos argumentan, que durante la gestión del expresidente Andrés Manuel López Obrador, éste reorientó los apoyos de la agricultura comercial hacia los estados con agricultura de subsistencia (Medrano, R., 2024).

Consumo de granos forrajeros en la avicultura nacional.

Como se mencionó con anterioridad, el consumo nacional de maíz para el sector pecuario, y para la avicultura, es de suma importancia. En 2022 el consumo de maíz para el sector pecuario fue de 20 millones de toneladas y representó el 47 por ciento del total nacional (Becerra, B., 2022). La tasa media de crecimiento anual de 2018 a 2022 del consumo de maíz en el sector pecuario alcanzó la cifra de 6.4 por ciento, mientras que en ese mismo periodo la oferta interna de maíz fue de tan solo 0.8 por ciento (Becerra, B., 2002). Como se mencionó en la introducción del artículo, el consumo de granos forrajeros por parte de la avicultura nacional, en 2022, fue de 10.66 millones de toneladas, siendo el maíz amarillo el de mayor consumo (UNA, 2023). La industria avícola nacional después del sector de la tortilla es la actividad que más maíz consume y compra los excedentes comercializables que se dan en las distintas regiones del país (Becerra, B., 2022).

:: CONCLUSIONES ::

a) La industria avícola nacional presenta un rol estratégico en la actividad económica de México, ya que es un sector productor de proteína de origen animal de mayor consumo en el país.

b) México, es un muy importante importador de maíz destacando el amarillo, no somos autosuficientes en esa mercancía. Uno de cada dos kilogramos de maíz que se consumieron en 2024 en el país, fue comprado del exterior.

c) México es autosuficiente en maíz blanco, el destinado al consumo humano. Las importaciones son sobre todo de maíz amarillo, utilizado como grano forrajero o para la elaboración de alimentos y bebidas industriales.

d) El consumo total de maíz (blanco y amarillo) por parte de familias e industria se colocó en 2024 en 46.6 millones de toneladas y, se proyectó una oferta en 2024 de 23 millones de toneladas.

e) En el 2022, el consumo de granos forrajeros por parte del sector avícola mexicano fue de 10.66 millones de toneladas, siendo el maíz amarillo el ingrediente de mayor uso en las dietas de las aves.

f) El incremento en el precio del maíz amarillo (en pesos mexicanos) se debe, entre otras causas, a la devaluación del peso mexicano ante el dólar estadounidense, y a factores del entorno nacional. Un aumento en los costos de producción por alimentación de las aves, reduce el margen de ganancias de los avicultores mexicanos.

g) Son varios los factores que han impactado reduciendo la producción de maíz en México, en los últimos años, entre algunos:

I) la sequía y el cambio climático;

II) la entrada al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, lo que propició un rediseño del campo mexicano;

III) la reforma del artículo 27 constitucional que despobló en cierta medida, zonas rurales y empujó algunos productores a abandonar cultivos claves para la alimentación humana por aquellos cultivos que ofrecen una alta rentabilidad económica;

IV) la geopolítica, encareciendo los fertilizantes y aumentando costos de producción del maíz y otros insumos agropecuarios; y

V) el cambio de políticas públicas.

h) La dependencia en maíz amarillo vuelve inevitable plantear el dilema de si vale la pena renunciar a la soberanía nacional alimentaria, a la salud y a la biodiversidad al dejar entrar el maíz transgénico estadounidense a cambio de subsidiar una agroindustria cuyas rentas son acaparadas por dueños de enormes capitales.

i) Para mantener el negocio de cultivos como el aguacate, hortalizas y frutos rojos y a la vez reducir la dependencia del exterior en el cultivo más estratégico para el país, es necesario impulsar medidas integrales a fin de incrementar la producción y exportación de mercancías como los berries y otras, y aumentar la producción de todos los tipos de maíz mediante técnica sostenibles, ambientalmente adecuadas y libres de peligros para los consumidores finales.

j) La industria avícola nacional después del sector de la tortilla es la actividad que más maíz consume y compra los excedentes comercializables que se dan en las diferentes regiones de México.

Artículo publicado en “Los Avicultores y su Entorno Febrero Marzo 2025

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