Análisis de residuos en bandejas de nacedoras patrones de mortalidad embrionaria

En este artículo

Angel I. Salazar
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La incubación avícola artificial persigue que un alto porcentaje de los blastodermos contenidos en huevos fértiles permanezcan viables, logren desarrollarse y transformarse en embriones vigorosos que finalmente eclosionen con éxito al completar aproximadamente 21 días de incubación.

Durante el proceso de incubación siempre habrá un porcentaje de embriones debilitados o inviables que no nacerán. Existen fallas cuando el porcentaje de mortalidad embrionaria rebasa los límites máximos establecidos para la estirpe y edad de las aves reproductoras. O bien, cuando nuestros resultados, son inferiores a los obtenidos en los registros históricos de la planta incubadora.

Es aquí donde debemos disponer de un método de diagnóstico rápido, veraz y oportuno de la situación.

Cuando observamos una caída en los nacimientos existen dos causas fundamentales: 1) Mermas de fertilidad del huevo cargado en máquinas incubadoras. Y, 2) Un porcentaje de mortalidad embrionaria superior a los rangos de tolerancia correspondientes a la edad y estirpe de las reproductoras involucradas.

Sin lugar a dudas la falta de fertilidad es por mucho la causa más importante en las mermas de incubabilidad.

La mortalidad embrionaria puede obedecer a factores relacionados con el proceso de incubación per se. O bien, por aspectos relacionados a las aves reproductoras que produjeron los huevos y con las prácticas de manejo que estos huevos experimentaron después de haber sido puestos en los nidales.

El horizonte de esta exposición se limita a los procesos relacionados a la planta incubadora. En este sentido, discutiremos el tema del examen de los residuos dejados en bandejas de nacedora como herramienta práctica en la determinación de fertilidad, de los patrones de mortalidad embrionaria temprana (1 – 7 días), media (8 – 14 días) y tardía (15 – 21 días).

Este análisis implica examinar individualmente cada uno de los embriones/pollitos que no lograron eclosionar. Las cifras resultantes del análisis deben ser tabuladas y correlacionadas con los manejos que las cargas de huevo recibieron desde su postura hasta el término del proceso de incubación. Lógicamente, al final del ejercicio deben ser contrapuestas con los estándares respectivos a la edad y estirpe de las aves reproductoras.

Embriodiagnosis

– Conceptos básicos.

Es fundamental estar plenamente familiarizados con la cronología del desarrollo morfológico característico/normal del embrión. Así podremos determinar con certeza aspectos del desarrollo embrionario que se desvíen de lo normal, hay que tener el conocimiento necesario para identificar y determinar con precisión el estadio del desarrollo en el que se presenta una alteración. En este sentido, no es raro cometer errores al determinar la edad del embrión si dependemos únicamente de un hito o descripción morfológica.

Hamburger y Hamilton (1951), categorizaron los 21 días de incubación en 45 diferentes estadios de desarrollo embrionario correspondientes a la aparición de estructuras morfológicas específicas en coyunturas cronológicas bien definidas desde el mismo inicio del proceso de incubación. Obviamente, que en un contexto práctico, al llevar a cabo el análisis de residuos en canastillas de nacedoras, se utiliza una metodología referencial mucho más sencilla.

La velocidad del desarrollo embrionario varía en función de muchos factores, la temperatura promedio de incubación, su uniformidad y constancia siendo muy importantes. Otros factores a tener en cuenta son: el origen del huevo, edad de las reproductoras, condiciones del almacén/conservación del huevo incubable en granjas o en la planta incubadora, el tipo de sistema de incubación utilizado – incubadoras de carga única o de etapa múltiple, tasa de ventilación en salas y máquinas, frecuencia de volteo, etcétera.

Con la finalidad de utilizar un lenguaje común y establecer puntos de referencia válidos para todo análisis es necesario segmentar/estandarizar/subdividir la cronología de la mortalidad embrionaria en tres períodos fundamentales.

Mortalidad temprana.

La primera fase es la mortalidad embrionaria temprana que ocurre entre 1 – 7 días de incubación. Este período es uno de los dos picos de mortalidad típicamente observados en cualquier análisis. El otro pico sería el período de mortalidad tardía de 15 – 21 días.
Algunas plantas subdividen la mortalidad temprana en dos categorías, entre 1 – 2 días y de 3 – 7 días. Lo único que aporta este enfoque es establecer una mejor demarcación entre la ausencia de sangre y la aparición de sangre detectable a simple vista lo que usualmente sucede después de 48 horas de incubación (Fotos 1, 2, 3 y 4).

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FOTO 1. Estadio de cuajo sin sangre visible / Hasta completar (2) días o 48 horas de incubación.

Ahora, es bueno preguntarnos, ¿será válido utilizar esta demarcación para diferenciar los efectos negativos generados en granja de aquellos originados en la planta de incubación? Considero lógico y acertado asociar mortalidad embrionaria en los primeros 2 días de incubación con manejos negativos relacionados al manejo del huevo en granjas tales como patrones de recolección, métodos de fumigación y/o desinfección del huevo incubable, constancia de temperatura durante almacenamiento y condiciones de transporte.
Posteriormente, existe la opción de asociar la mortalidad embrionaria que se presenta a partir del tercer día a manejos generados en planta tales como nivel de selección del huevo al armar las cargas durante su colocación en las bandejas. Condiciones de temperatura y humedad relativa en el cuarto frío, duración del período de guarda, manejo exacto del inventario de huevos, temperatura de incubación, volteo y otros factores.

Lo más importante durante la primera semana del proceso de incubación es que reactivemos rápida y uniformemente, en un ambiente muy bien controlado, la división celular en blastodermos que previamente estuvieron en estado de latencia. La tecnología propia de las incubadoras de carga única, nos permiten lograr este propósito en condiciones operativo/ambientales óptimas y muy controladas. La otra alternativa para lograr el mismo propósito en cargas de huevo para incubadoras de etapa múltiple es construir salones de precalentado bien dimensionados y diseñados, en cuanto a la generación de calor y al flujo de aire interno forzado.

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FOTO 2. Estadio de cuajo más avanzado pero aún sin sangre visible / Hasta completar dos días al término de 48 horas de incubación.

Los primeros 5 días del proceso de incubación son fundamentales en cuanto a la diferenciación celular y en la génesis o formación de órganos y sistemas embrionarios. Es precisamente en esta coyuntura en que se forman las (4) membranas extra-embrionarias: 1) El amnios o saco amniótico que encapsula y protege al embrión de daños físicos. 2) El corión, red de capilares que se adhiere y pasa a recubrir la membrana interna del huevo. 3) El alantoides o riñón embrionario. El corión y el alantoides se fusionan posteriormente a los 6 – 7 días del proceso y pasan a formar la membrana corioalantoidea. Esta, se transforma en el pulmón embrionario, que le permite respirar por difusión pasiva hasta el punto de picaje interno de la cámara de aire en el transcurso del día 19. Y, 4) El saco vitelino o área vasculosa que luego envuelve toda la yema o vitelo y se transforma en el mecanismo fundamental de obtención y transporte de nutrientes al embrión desde la yema y albúmina.

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FOTO 3. Aparición de sangre visible / Culminación del día 2 ó 48 horas de incubación. Demarcación entre mortalidad temprana de 1 – 2

El enfoque que debemos aplicar en este período inicial del proceso es la de ejercer un control exacto del sistema de volteo de la incubadora. Así como de la uniformidad y constancia en la distribución de la temperatura promedio en el gabinete de la incubadora, del nivel de CO2, y del % de humedad relativa. En este sentido las ventajas concretas de las incubadoras de carga única son incontrovertibles y evidentes. Es de sobra conocido que estos equipos suministran las condiciones ambientales óptimas en términos de un alto porcentaje de humedad relativa – (75 – 80%) – y alta concentración de CO2 – 10,000 partes por millón, que permiten maximizar el desarrollo inicial de las (4) membranas extraembrionarias ya mencionadas.

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FOTO 4. Estadio de anillo de sangre / Mortalidad de 3 días o 76 horas de incubación.

Si el (%) de mortalidad embrionaria NO está dentro de los parámetros “normales” esperados para la estirpe y edad de las reproductoras. O rebasa los parámetros históricos de la granja y/o planta incubadora. Hay que implementar un método práctico, rápido, oportuno y confiable para diagnosticar la situación/problema. Si observamos un % menor de eclosión puede ser el resultado de dos factores muy comunes: 1) Baja de fertilidad de los huevos incubados. 2) Excesivos % de mortalidad embrionaria (Tabla 1).

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La segunda fase es la mortalidad embrionaria de fase media, comprendida entre 8 – 14 días de incubación. Este período es el de menor importancia en cuanto al porcentaje de mortalidad asociado. Se considera que no debe rebasar 0.5% en lotes premium en un rango de 35 – 45 semanas de edad. Durante esta coyuntura del proceso el embrión mayormente aumenta significativamente de tamaño una vez terminada la fase de diferenciación celular. Un aumento de la contaminación interna del huevo resulta casi siempre en un aumento de la mortalidad de fase media (Foto 5 / Tabla 2).

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La tercera fase es la mortalidad embrionaria tardía y está comprendida entre 15 – 21 días de incubación. Este período constituye la otra etapa de mayor importancia en cuanto al porcentaje de mortalidad resultante (Tabla 3).

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Algunas plantas subdividen la mortalidad tardía en dos categorías, entre los 15 – 17 días y de 18 – 21 días. Lo que permite este enfoque es establecer una mejor puntualidad de problemas específicos de mortalidad y establecer correctivos con un poco más puntuales.

Ejemplo 1: Mortalidad de 18 días con embriones ahogados que no llegaron siquiera a picar la cámara de aire y no lograron eclosionar por un exceso de albúmina residual, evidente. Esto sería el resultado de una pobre pérdida de peso desde la carga a la transferencia. Correctivo: Mejorar el manejo y control de la humedad relativa en salas, en incubadoras y en nacedoras. Si la planta practica vacunación en huevo a los 18 – 18.5 días y se detectan embriones inoculados en un sitio equivocado, es aquí donde existe la oportunidad de puntualizar el proceso de transferencia.

Ejemplo 2: Pico de mortalidad a los 19, 20 y 21 días con embriones “normales”, con vitelos parcial o completamente reabsorbidos, que llegaron a término pero sin eclosionar exitosamente por diversas razones. Alta mortalidad de 19 y 20 días es particularmente alta en muchas plantas. Factores como sistemas de incubación viejos y mal mantenidos, suministro dudoso de agua fría, tanto en caudal como en temperatura, pobres tasas de ventilación y oxigenación en salas y máquinas son asuntos a revisar y comprobar a fondo.

Frecuentemente también encontramos embriones muertos entre 20 y 21 días del proceso. A menudo estos embriones pican externamente el cascarón y se encuentran muertos o vivos en huevos quedados en las canastillas. Muchas veces al examinarlos con más detenimiento se les detecta un proceso inflamatorio con o sin edema en la parte posterior del pescuezo. Pregunta(s): ¿Si los embriones están vivos al examinarlos, será que evacuamos el nacimiento prematuramente o que estos embriones estaban rezagados y los íbamos a perder de cualquier forma? ¿Si al examinar el huevo picado encontramos que estos mismos embriones estaban muertos, será que murieron por exceso de calor? ¿Por falta de vitalidad? ¿Por fallas nutricionales? ¿Por daño físico durante la transferencia? Todos estos escenarios son factibles.

El anterior es un problema multifactorial y complejo. Sin duda es uno de los problemas que aún quedan por dilucidar a cabalidad en la incubación moderna.

Los sistemas de carga única al disponer de mayor capacidad de enfriamiento por agua fría, por sus mecanismos de monitoreo de la temperatura de cascarón en tiempo real y la de reducir puntos de ajuste operativo de bulbo seco en el perfil de las máquinas en cualquier coyuntura del proceso, están en mejor posición de reducir excesos de calor en estos embriones de gran tamaño.

Dependiendo de la mezcla de edades utilizada en un determinado mes o temporada del ciclo productivo de la planta incubadora, la mortalidad temprana puede rebasar ligeramente a la mortalidad tardía o viceversa. El porcentaje de mortalidad temprana es usualmente mayor en lotes jóvenes con menos de 35 – 38 semanas de edad. La mortalidad tardía en la mayoría de los casos se acentúa en lotes muy maduros con más de 50 – 55 semanas de edad. En esta última instancia tanto un mayor porcentaje de huevos fisurados, contaminados así como pérdidas de embriones normales y completamente desarrollados, son dos factores muy significativos (Fotos 6 y 7).

En resumen, la mortalidad embrionaria no se presenta de forma aleatoria. Más bien se manifiesta con patrones bien definidos y en períodos bien demarcados. Existen cinco coyunturas críticas de mayor susceptibilidad de mortalidad embrionaria.

1. El primer día: Reactivación de la división celular o mitosis y una mayor fragilidad/susceptibilidad del blastodermo.
2. Del segundo al tercer día: Inicio de respiración alantoidea.
3. Del sexto al séptimo día: Proceso de fusión del corión y alantoides en membrana corioalantoidea. Aparición de movimientos.
4. El décimo noveno día: Picaje de la cámara de aire y transición de respiración corioalantoidea por difusión pasiva a pulmonar.
5. Vigésimo primer día: esfuerzo físico para picar y liberarse del cascarón para eclosionar.

El trabajo de analizar los residuos quedados en canastillas de nacedoras es un asunto arduo, laborioso que requiere de entrenamiento y de mucha disciplina.

La única manera de justificar este esfuerzo es utilizar oportunamente la información resultante, implementando medidas correctivas lógicas que conlleven a resolver parcial o completamente los problemas que han sido detectados.

De otra forma, si la información no es utilizada de forma oportuna y simplemente se archiva, no vale la pena llevar a cabo esta tarea.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno

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