Bronquitis infecciosa y coronavirus aviar no se transmiten al humano

Redacción BM Editores.

En el contexto de los coronavirus que han afectado en los últimos tiempos a la humanidad, es necesario precisar y remarcar que la Bronquitis Infecciosa de las Aves (BIA), un tipo de coronavirus aviar, viral y contagioso, no es transmisible al ser humano, pero que requiere una atención especial para hacerle frente a las pérdidas económicas que provoca a la industria avícola mundial, a sus producciones y a la granjas.

Bronquitis infecciosa y coronavirus aviar no se transmiten al humano Priscila BeckAl hacer la presentación introductoria del Webinar Seminario, “Prácticas de Bioseguridad contra la Bronquitis Infecciosa, Estrategias esenciales para su Prevención y Control”, la periodista de la revista especializada AviNews, Priscila Beck, comentó que este virus aviar está distribuido a nivel mundial y es capaz de infectar a las aves de cualquier edad.

Este coronavirus aviar que se caracteriza por ser una enfermedad respiratoria, afecta a pollos, reproductoras y gallinas de postura, a través de un patógeno que impacta tracto respiratorio, intestino, riñón y los sistemas reproductivos de los pollos.

Ante más de 800 asistentes al Webinar, de América Latina, Estados Unidos, Canadá y Europa, el primer panelista, el MVZ Rubén Merino Guzmán, hizo un repaso rápido a las ocho décadas de presencia de la BIA en la avicultura mundial.

Merino Guzmán, graduado en Ciencias Veterinarias, particularmente en Ciencias de la Reproducción y Salud Animal, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recordó que fue en 1931 cuando se descubrió y describió una nueva enfermedad respiratoria en las aves en los Estados Unidos, pero fue hasta 1941 cuando se atenuó al virus usando al embrión de pollo como sistema huésped.

Fue hasta 1967, dijo, cuando se desarrolló la primera vacuna inactivada con este agente y en 1981 se desarrolla la prueba Elisa para la detección de anticuerpos contra este virus, y en 1990 se aplican las primeras pruebas moleculares y de diagnóstico.

Y luego de muchos trabajos de análisis, estudios y de investigación, señaló, que fue hasta 2015 que se comienzan a desarrollar los primeros trabajos de secuenciación y de próxima generación para este agente, y en 2017 se dan a conocer los primeros reportes de ingeniería genética para hacer frente a esta enfermedad en la avicultura.

En esta década que comienza, puntualizó, se ha comenzado ya con la aplicación de trabajos de tecnología que tiene como objetivo la predicción en la protección que podría lograrse con vacunas a través del análisis y estudio de las proteínas de este virus, lo que representa un avance enorme y gigantesco en la lucha contra este virus y que por más de 80 años ha afectado a este sector de la economía productiva mundial.

Hoy de la BIA, concluyó, tenemos una mejor información para hacer frente a las pérdidas globales que ocasiona esta enfermedad aviar, entre las que destacan no solo la dificultad respiratoria y asfixia a las aves, sino también el impacto al 70 por ciento en la producción de huevo, la mala calidad del cascarón y el daño irreversible del oviducto y que genera al final las “falsas ponedoras”.

El segundo panelista, el MVZ Moisés Rodríguez Luna, disertó sobre las “Estrategias de Bioseguridad Contra la Bronquitis Infecciosa” y sobre la elección de las herramientas adecuadas para hacer frente a este virus en el segmento avícola.

Rodríguez Luna, especialista zootecnista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consciente de los impactos negativos que provoca el virus en las parvadas productivas, expuso la necesidad de contar con estrategias definidas y precisas para su control a través de procesos de desinfección que atiendan y rompan la cadena de transmisión del virus y así disminuir su presencia en las granjas.

El especialista señaló que en la elección de un desinfectante es necesario tener en cuenta, en primer lugar, determinadas consideraciones, entre los que sobresalen los patógenos a combatir, su tipo, tamaño, número y morfología, así como la condición para la desinfección, entre los que destacan la temperatura, la dureza del agua, los desafíos de la materia orgánica y la seguridad durante su uso.

Todos estos factores, señaló, son muy importantes tenerlos en cuenta, pero también y en forma muy general y especial los objetivos del programa de bioseguridad a aplicar en granjas, renglones entre los que destacan el mantener a los patógenos externos fuera de su entorno; controlar el nivel de contaminación interna, la biocontención, romper el ciclo de infección y reducir los costos por enfermedades.

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