Manolín el Payaso II

Ahí muy temprano, el trabajo consistió en pintar bardas, podar árboles, cortar pasto, soldar jaulas. Quien está destinado a estas aves, a los gallos de pelea, quedamos atrapados en el acto; fue el caso de Manolo, que no le alcanzaban los ojos para llenarse de todos esos colores de plumas, de todos esos brillos metálicos y esas miradas rojas de fuego y esa actitud… Gallarda, de sacar los pechos ¡reclamar la intromisión a su espacio! Vaya altanería, que animal más soberbio, extasiado pensaba Manolo… En cambió Toñote no, para él eran pollos, en un descuido, simples candidatos al caldo.

Todo acaba porque tiene que acabar y la última semana del mes que tardaron en terminar la obra Manolo al recibir su raya le preguntó al Ingeniero que cuánto valía un gallo de esos, el Ingeniero García le dijo que cinco mil pesos ¡cinco mil! A ellos por el mes les habían dado siete mil a cada uno, Manolo ya se daba la vuelta desconsolado cuando el Ingeniero lo tomó del brazo y lo llevó hasta donde estaba un gallo giro que renqueaba, tenía dificultades para caminar.

Es ahí cuando yo conocí a Manolo -Médico, este es Manolo, parece que ya quedó enamorado de los gallos ¿ya estará en condiciones ese gallo?- se refería al giro que cojeaba, yo lo había suturado quince días antes para sanar las heridas de un combate -Ya Ingeniero, se lo pueden llevar-, y le entregué el gallo a Manolo que casi brincaba de contento; luego le pusimos en una caja de transporte dos gallinas de edad y raza incierta, pero de pelea, el Ingeniero entonces sólo le descontó un pequeño porcentaje de su paga. Manolo se fue feliz, no así sucedió con su mujer Malena que no concebía, un caldo de dos mil pesos cuando un pollo ya colgado y sin plumas costaba ¡ochenta pesos! Pero de ahí en adelante Manolo ya no fue el mismo, tenía ahora una ilusión renovada cada mañana sobada y consolidada antes de caer rendido a dormir todos los días, entonces se entregó al frenesí que nos sucede a todos con el ansia y el hambre de conocer más de estas aves.

Fue a Avícola Ferri en las calles de circunvalación, -literatura al respecto hay mucha- ufanado dijo el dependiente, -hay más de diez revistas algunas mensuales y otras bimestrales tengo 8 ó 10 libros de distintos autores ¿cuál prefieres? -Manolo con el tiempo empezó a comprar una a una de las revistas conforme le alcanzaba el dinero, adiós a las parrandas, adiós a los amigos, adiós a las depresiones que a sus cuarenta y tantos, y cada tantos días no lo dejaban ni levantarse -¿Qué comen? – En qué etapa, tengo alimento de Reproducción, iniciación, desarrollo, mantenimiento luego pelecha y para el combate -le dijeron-, pues quiero que se reproduzcan… me imagino… Reproducción -dijo Manolo tímido-.

¿Qué marca? Sañoso y divertido preguntó el dependiente -tengo Malta, Purina, Red Force, Hacienda, La Taberna, Mexicali Mix, Albamex, Los Olivos, Nutec, Vida Alegre, Norel, El Nogal para pronto amigo, para gallos de combate hay más marcas registradas que para ninguna otra especie-Manolo se sintió aliviado cuando por fin salió de la forrajera con su bultito de cinco kilos de alimento balanceado bajo el brazo.

De ahí hasta ahora que coloqué o vendí sus diez o doce hermosos pollos giros a un partido o equipo de los que juegan en ferias grandes como Texcoco, León, Aguascalientes, etc. Esos pollos tendrán que pasar de pluma (pelechar) y terminarán esta fase justo cuando tengan 20 meses de edad, cuando se les considera la edad adecuada para el combate.

El que Manolo posea un gallo reproductor NICK es como un billete de lotería si se le sabe explotar y se está conectado en el medio, aquí es donde entro yo, pues en ese año 2000, tenía 14 años de haber egresado como MVZ siempre dedicado a esta especie y razón por la cual me decidí por esta profesión. Conseguimos en renta una huerta de ciruelos de dos hectáreas delante de Chalco rumbo a Cuautla a un señor que dijo que nos lo rentaba mientras cerraba el trato con un comandante de tránsito que quería poner un deshuesadero ahí ¿y los árboles? – ¿los árboles? -pues se los lleva el carajo- respondió hastiado el hombre -llevo diez años metiéndoles dinero y lo más que le saco a la cosecha son treinta y cinco mil pesos al año, de ahí no vivo- dijo el hombre en tono de hastío, Le propusimos una comisión de cuatrocientos pesos por pollo levantado a los seis a ocho meses de edad, se los llevaríamos para soltarlos en su terreno cuando éstos tuvieran un mes o mes y medio de edad, Manolo iría dos veces por semana para supervisar y yo cada mes.

Adelantamos la temporada de cría. En forma natural la temporada inicia en febrero, en cuanto se van retirando los fríos y los días se van haciendo más largos pero las gallinas o pollas de pelea son capaces de poner en diciembre-enero si terminan su pelecha en octubre y se les incentiva con 4 horas más de luz y se administra alimento de reproductora desde octubre y se les protege del frío.

Yo trabajo en muchas galleras por una iguala, las visito una vez al mes, actualizo o corrijo calendarios de vacunación, desparasitación, nutrición, etc., además de los viáticos, pues andaba desde Mérida a Ensenada, y cuando se trataba de criaderos que requerían visitas de una o dos veces por semana me apalabraba con Médicos de la región, los capacitaba y nos manteníamos en contacto para dar seguimiento. Hoy en día habemos cientos o miles de Médicos inmersos en alguna de las muchas facetas de la gallicultura. Aquí Manolo de alguna forma me convenció y nos asociamos para el primer año, así que conseguí diez gallinas de estirpes reconocidas y jubilamos sus dos gallinas viejas; en el terreno baldío al lado de la vecindad se hizo una instalación similar a un invernadero de 5 x 6 m de alto, se ataron las gallinas a una distancia o con cuerda o calza cada metro y el gallo libre paseando entre ellas y pisando a cada una cuando se le viniera en gana. Y se llevaban los huevos a una de las 20 incubadoras públicas que en ese entonces había en el DF., (ahora hay capacidad instalada para 800,000 huevos por ciclo, cada 21 días, el 50% del pollo de pelea nace así, el resto los galleros lo hacen en sus propias incubadoras de capacidad de 300 huevos en promedio y otro porcentaje lo hace a través de gallinas cluecas. En el resto de la República desde luego se cría muchísimo más que esto), optamos por Incubadora Los Polluelos que estaba en Azcapotzalco.

Al nacer el pollito se sexa y vacuna contra Marek, entre junio, julio y agosto teníamos 230 pollos ya de 5, 6 y 7 meses de edad al señor del huerto se le entregaron sus $92,000.00 pesos. En la actualidad la huerta sigue vigente, aunque el señor sigue criando ya por su cuenta. El costo de cada pollo a los 210 días fue de 380 pesos más los 400 del huertero $780.00 pesos y nosotros fuimos entregando pollos con quienes se había hecho contrato, uno compró 100, otro 50 y otro 60 (21 se desecharon) a un precio de $2,000.00 pesos, es decir, hubo una utilidad de $256.000 pesos, divididos por mitad, lo primero que hizo Manolo fue comprarse una camioneta Estaquitas, pero de contado, ese día lloró como si lo hubieran aporreado, me contó Malena después.

Estábamos en el mes de abril de 2001 y al partido que le vendí los primeros pollos giros de Manuel le tocó jugar en la feria de San Marcos de Aguascalientes y llevarían cinco de esos giros ahora ya machos (cambiados de pluma) de más de dos años de edad, en ese entonces todavía era muy difícil que partidos que jugaban en ferias de postín metieran gallos o crías nacionales, generalmente eran gallos importados de Estados Unidos, pero los gallos de Manolo Gómez eran de altura o mejores, era mi obligación acompañar a estos partidos por lo menos una vez al mes a los palenques y checar el desempeño de los gallos, invité a Manolo a esa jugada, salimos de la gallera del partido o equipo del Calentano que estaba en el Ajusco a las 4:30 de la madrugada, pues el vuelo salía a las 7 am, a las 5:30 am, estábamos documentando los gallos, nos iríamos en el mismo avión.

Pensé que el nerviosismo de Manolo era por ver sus gallos pelear en la noche, recurrimos a las bolsas de mareo, yo nunca había visto vomitar a una persona en un vuelo, Manolo jamás había subido a un avión, llegó pálido a Aguascalientes, ahí nos esperaba el chofer de Don Pancho en una camioneta Suburban, recogimos los gallos en la banda junto al equipaje, sin novedad, todos bien, de ahí nos fuimos al hotel donde los hospedaríamos, lo bueno es que ya estaban instaladas las jaulitas en el cuarto, para esto tuvieron que quitar las camas y levantarlas sobre una pared para que cupieran las 10 jaulas en la habitación, y ahí colocamos uno a uno de los gallos, los revisé cuidadosamente, dos de los cinco gallos giros estaban inapetentes, mala señal, los otros cinco almorzaron bien.

Los afectados tenían actitud deprimida, había dolor y al pesarlos nos dimos cuenta que no habían bajado los 50-60 gramos con respecto al día anterior y que era lo esperado y deseado, estaban reteniendo alimento, se estresaron, esto podía corregirse en el transcurso del día o igual no, así que apliqué 0.2 ml de Buscapina compuesta intramuscular y a los 20 minutos excretaron abundantemente, mejoró su actitud, hiper concentré al doble una solución de electrolitos con glucosa y les di de beber a las 11 am. A las 7 pm, llegar al palenque de la feria de San Marcos fue toda una odisea a pesar de que el hotel de los gallos estaba a menos de un kilómetro, la variedad programada para las 12 pm era Juan Gabriel, nos tomó llegar más de 30 minutos, los palenques en las grandes ciudades son el reloj o la molleja o el motor de las ferias; si el palenque contrata buena variedad, la feria será buena y miles de personas, cientos de comercios saldrán beneficiados, las ferias que suprimen el palenque se acaban, se opacan, pierden forma, razón de ser, por ejemplo la feria de Metepec en Toluca.

Pero estábamos en Aguascalientes, el palenque a reventar con 6,000 almas, son las 11:30 de la noche y falta ya una pelea, vamos tres ganadas, dos perdidas y una empatada, el compromiso es a 7 peleas, y el último gallo para definir la ventaja es uno de los giros de Manuel, quien gane esta pelea ganará el compromiso y la ventaja que es de doscientos mil pesos, el rival es el partido de Jiquilpan, yo de la tensión me levanté y preferí ver la pelea desde la última fila. Manuel es más fuerte y tiene toda su mente y su concentración en el gallo giro como si pudiese impulsarlo por control remoto, seis mil personas guardan silencio en cuanto los soltadores ponen cada cual su gallo en el piso, somos privilegiados testigos de un comportamiento belicoso que se concertó hace millones de años, mucho antes de que los humanos estuviéramos en la tierra.

En menos de un minuto, el giro de Manuel despacha, acaba con su rival que era un fabuloso gallo colorado nacido en Alabama, USA, aquí sucumbió ante un gallo Mexicano criado en un terreno baldío. A mí la emoción me embarga ¡Ganamos! le grito a Manuel quien sostiene al gallo giro ensangrentado. Manuel, con la tensión reflejada el rostro, los labios secos, no me responde, sólo me devuelve la mirada, pues ambos sabemos que gracias a estos giros no habrá más un niño de payasito nalgón humillándose en las calles del Distrito Federal.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno 104

BM Editores
BM Editoreshttps://bmeditores.mx/
BM Editores, empresa editorial líder en información especializada para la Porcicultura, Avicultura y Ganadería. Visita nuestras revistas digitales
×
BM Editores We would like to show you notifications for the latest news and updates.
Descartar
Permitir Las Notificaciones