Información proporcionada por Magda Arriaga.
5 de julio de 2022.
Con el objetivo de generar una mayor producción de maíz amarillo y blanco en el sur-sureste del país e incrementar el rendimiento de la región que, actualmente, es bajo en comparación con otras entidades como Sinaloa, donde se producen 11 toneladas por hectárea en promedio, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (CANAMI) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz Y Trigo (CIMMYT) suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional. Ambas organizaciones colaboraran en la planeación, programación, ejecución, seguimiento y evaluación de los proyectos estratégicos acordados para el sector agroalimentario.
“En México necesitamos 18 millones de toneladas de maíz amarillo adicionales a la producción actual de 27 millones de toneladas, para cubrir las necesidades que requiere el país hoy en día de 45 millones”, enfatizó Marcela Martínez Pichardo, presidenta de la CANAMI, tras señalar que el convenio con el CIMMYT contempla tener mayor injerencia en el sur-sureste del territorio mexicano, donde existe un enorme potencial de crecimiento, acompañado de la capacitación a los productores, que ha limitado la evolución agrícola en la región
El acuerdo tiene la intención de consolidar la colaboración de ambas instituciones, conjuntando recursos y acciones para incrementar, paulatinamente, la producción de dicho grano en 3, 5 y 10 años, en los ciclos primavera-verano y otoño-invierno, para aprovechar todo el potencial que se tiene, sobre todo con la disponibilidad de agua en la región donde el promedio de rendimiento es de 2.1 toneladas por hectárea.
“El reto es grande, pero trabajamos en un ambicioso programa para ampliar la capacidad de producción de semilla, con paquetes tecnológicos adecuados, así como sistemas para incrementar la capacidad de almacenaje. Sin embargo, es necesario impulsar temas de infraestructura adecuada para almacenar y trasladar el grano con mayor facilidad, además de que los productores cuenten con una impecable capacitación”, agregó Martínez.
El compromiso en los convenios específicos de colaboración es; por parte de la CANAMI, realizar las aportaciones financieras para el desarrollo de proyectos de investigación conjuntos; en tanto que, por parte del CIMMYT, será contribuir con la metodología y el soporte técnico y científico necesario para la ejecución de las actividades de investigación sobre el desarrollo de semillas, cadenas de valor y sistemas de producción sustentables.
“Entre las acciones que recomendamos emprender de inmediato para mitigar los efectos de la crisis alimentaria provocada por la inflación, los precios altos de los combustibles e insumos agrícolas, el conflicto y el cambio climático, destaca incrementar la productividad en regiones donde aún no se alcanza el potencial de producción de granos básicos a través de la difusión de buenas prácticas y tecnologías innovadoras con base en agricultura de conservación”, señaló Bram Govaerts, director general de CIMMYT.
Para superar los desafíos del sistema agroalimentario en los ámbitos global, hemisférico, regional y nacional, la innovación en el sector de la agroindustria es un factor indispensable, ya que es una herramienta fundamental para mejorar la productividad, la eficiencia y el impacto social, económico y ambiental en el sector y, en ese sentido, será un gran aliado el CIMMYT para CANAMI.
Actualmente, México enfrenta escasez de maíz amarillo, ya que alrededor de 73.2% de la oferta nacional se cubre con importaciones y, para este año, podrían alcanzar 18 millones de toneladas, nivel similar al de 2021, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Factores como la emergencia sanitaria y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectan la producción y disponibilidad de maíz en todo el mundo y podrían tener repercusiones considerables en el acceso de productos de canasta básica y de uso diario para las familias mexicanas. Otro punto que debemos observar es la entrada en vigor del Decreto que prohíbe la utilización del maíz genéticamente modificado en México a partir de enero de 2024 y que sin duda, traerá consigo cambios significativos para la industria que utiliza dicho grano como materia prima en la elaboración de sus productos y en el sector alimentario.
La escasez puede tener repercusiones en el mercado interno y afectar a más de 60 sectores industriales que dependen de este indispensable grano, siendo los sectores de alimentos y bebidas, farmacéutico, nutrición animal y cuidado personal, los más expuestos, por lo que se considerara de suma importancia seguir alianzas públicas y privadas para no llegar a tener altas afectaciones.