Caninos de SENASICA apoyan en tareas de vigilancia de entrada de plagas al país

Redacción BM Editores

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) cuenta con 90 perros y 96 manejadores, 39 Oficinas de Inspección de Sanidad Agropecuaria (OISA) con caninos en 24 estados; toda esta infraestructura se utiliza para evitar la entrada al país de plagas y enfermedades, tanto de animales como de vegetales.

En entrevista para BM Editores, el director en Jefe de este organismo, Javier Trujillo Arriaga, explicó que anualmente las unidades caninas revisan alrededor de dos millones de equipajes.

Los beneficios de su utilización en el sistema de inspección son la efectividad en la detección e intercepción de productos que ponen en riesgo la sanidad agropecuaria de México, eliminación de discrecionalidad en la detección de productos, revisión de equipaje y cargamentos con mayor rapidez, disminución de conflictos y desconfianza en los pasajeros y sistemas más amigable con el usuario.

Para estas actividades el SENASICA cuenta con el apoyo de una Escuela Canina, la cual se creó en marzo de 2012 con la finalidad de integrar unidades caninas (Perro-Manejador) para agilizar la inspección los equipajes y mercancías de los pasajeros que ingresan al país y que cruzan por los Puntos de Verificación e Inspección Federal (PVIF), que tiene el organismo en sitios estratégicos del territorio nacional.

“El SENASICA, a través de la Dirección General de Inspección Fitozoosanitaria (DGIF), implementó el Programa de la Unidad Canina, con el fin apoyar estas labores que se llevan a cabo con el objetivo de disminuir el riesgo de introducción y diseminación de plagas y enfermedades que pudiesen afectar el patrimonio agropecuario nacional”, señala el funcionario.

E indica que el uso de unidades caninas agiliza el proceso de inspección de mercancías reguladas por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de origen vegetal y animal, en puertos, aeropuertos y fronteras.

El Dr. Trujillo nos hace una narrativa del funcionamiento de la Escuela Canina:

La Escuela está diseñada para adiestrar perros de alto nivel de detección utilizando su capacidad olfativa, para lo cual son entrenados en la detección de cinco aromas básicos (cítricos, mango, manzana, cerdo y res), posteriormente y dependiendo de su lugar de asignación se agregarán más aromas a su memoria olfativa”.

Explica que el entrenamiento se realiza mediante condicionamiento operante, el cual consiste en premiar al perro con algo agradable para él (comida, juguetes o palabras afectuosas) ante una conducta deseable, lo cual se conoce como refuerzo positivo.

Además dijo que los perros que se adiestran son recolectados de albergues caninos, centros antirrábicos o son donados por particulares, después de estudios clínicos y análisis de personalidad se decide si son aptos para el entrenamiento.

El entrenamiento se logra en 120 días, que incluyen 20 días de cuarentena. Los últimos 45 días se suma el oficial de inspección sanitaria que será su manejador a fin de integrar un Binomio o Unidad Canina”.

Para hacer esta labor, el SENASICA cuenta con unidades caninas, que colaboran con los oficiales, para hacer más rápida y expedita la revisión de mercancías, tanto en los puntos de inspección, como en los puertos, aeropuertos y fronteras.

Los perros están entrenados para detectar productos de origen animal, vegetal y acuícola que son regulados para su importación o internación al territorio nacional por la SADER, esto con base en la Ley Federal de Sanidad Vegetal, Ley Federal de Sanidad Animal y Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables.

El proceso inicia con la búsqueda a través de los albergues caninos que han recibido información de la Escuela Canina, sobre los requisitos (tipos de perros de razas y cruzas tipo labrador, cobrador, golden retriver, belga malinois y sus cruzas) y comportamiento (sociables, no agresivos, juguetones) para luego realizar una serie de pruebas que nos permiten observar en los candidatos el impulso por el alimento, por el juego, su persistencia y tipos de respuesta ante situaciones de estrés, agresión, sociables y diferentes elementos del entorno, además de una revisión física y clínica para determinar que están libres de enfermedades que puedan afectar su desarrollo en el programa”, señala el MVZ Trujillo Arriaga.

Y añade que se buscan perros de 8 meses a 2 años de edad debido a que perros muy jóvenes no han terminado de formar su carácter y es difícil identificar si existe probabilidad de que lleguen a presentar displasia de cadera (enfermedad articular degenerativa).

Para la elegibilidad de binomio humano-perro –dijo- que se toman en cuenta 3 elementos, los cuales son: la opinión del manejador sobre el perro o tipo de perro que le gustaría trabajar, en una dinámica se evalúa el comportamiento y afinidad que muestra el perro con quién le gusta pasar tiempo y el equipo de instructores mediante el trabajo observa y trata de identificar con qué combinación se da el mejor acoplamiento (considerando resultados, control y liderazgo con el canino).

Previamente, las personas que son candidatos a manejadores, deben cumplir una evaluación y selección para demostrar que tienen afinidad con los perros o mascotas, que son sociables y gusto por los perros, además de asumir responsabilidades de su cuidado, para luego recibir el entrenamiento como manejador.

El entrenamiento del canino se realiza a través del juego y premios, cuando el perro hace algo que se desea, se le otorga el premio de acuerdo a la preferencia del canino buscando que disfrute del tiempo que pasa con el instructor. Si se hace bien, se logra que el perro entienda el trabajo como algo divertido que disfruta hacer.

El adiestramiento se realiza de manera progresiva (de lo más sencillo a lo más complicado) y tiene una duración de dos meses, periodo en que el perro recibe entrenamiento de un instructor de la escuela, aún no conoce al manejador.

El manejador es capacitado en temas como: cuidados básicos, medicina preventiva, primeros auxilios, sentidos del canino; comportamiento y entrenamiento canino durante un periodo de 6 semanas posteriores a los dos meses del entrenamiento del perro. Durante estas 6 semanas, el manejador permanece día y noche en las instalaciones de esta escuela conviviendo con el perro y a la vez con todos los perros que se encuentran en formación.

Cabe mencionar que pueden rechazarse perros que durante el periodo de pruebas o selección no tengan resultados satisfactorios, por ejemplo, por conducta (temor, agresión) o que durante las pruebas clínicas se determine que el trabajo pueda afectar la salud del perro como es el caso de perros con displasia de codo o cadera en donde las actividades físicas aceleran la degeneración articular, en estos casos los perros son retornados al origen (albergues, antirrábicos o particulares).

Lo anterior significa que todos los perros que son seleccionados ya cumplen características deseables y con el entrenamiento se convertirán en una unidad canina, durante el periodo de trabajo de la Escuela Canina, el 100% de los perros que se han seleccionado han completado el entrenamiento y se han convertido en unidades caninas.

La rutina diaria de un perro inicia en la mañana cuando salen a jugar y socializar, en tanto se limpian sus alojamientos para mantenerlos en un lugar higiénico y agradable. Luego se alimentan y esperan su turno para trabajar varias veces durante el día, antes de cada actividad (entrenamiento de búsqueda u obediencia) deben de salir a caminar, relajarse para hacer sus necesidades fisiológicas y después de cada ejercicio son premiados con juegos y si son muy activos y les gusta saltar y correr, realizan una rutina de agilidad como parte del juego. Al terminar el día se les alimenta y pasean para jugar y socializar, así el día termina de forma agradable y pueden quedarse en su alojamiento para descansar tranquilamente.

SENASICA protege el abasto de alimentos sanos para la población, más de 268 millones de toneladas de alimentos que se producen en México, así como las exportaciones las cuales representan por el orden de 30 mil millones de dólares; combate las plagas y enfermedades, reduce el riesgo de diseminar o introducir plagas y enfermedades de forma natural o intencional que podrían ocasionar graves daños a la producción agropecuaria, acuícola y pesquera nacional.

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