Redacción BM Editores.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha visto obligada a reducir los alimentos, los pagos en efectivo y la asistencia a millones de personas en muchos países debido a una paralizante crisis de financiamiento que ha reducido las donaciones a casi la mitad mientras el hambre aguda alcanza niveles récords.
De acuerdo con una información fechada por la agencia de noticias AP, al menos 38 de los 86 países en los que opera el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya han sufrido recortes, o los padecerán pronto incluyendo Afganistán, Siria, Yemen y África Occidental, explicó Carlos Skau, director Ejecutivo Adjunto del PMA.
La organización necesita 20 mil millones de dólares para repartir ayuda entre todos los que la necesitan, pero dispone de entre 10 mil y 14 mil millones, que es lo mismo que ha recibido en los últimos años. “Seguimos aspirando a eso, pero en lo que va del año hemos llegado apenas a la mitad, a 5 mil millones”, apuntó Skau.
Las necesidades humanitarias se “dispararon” en 2021-2022 debido a la pandemia del COVID-19 y a la guerra en Ucrania y sus implicaciones globales.
“La mayor crisis alimentaria y de nutrición de la historia persiste hoy en día”, afirmó Eskau. “Este año, 345 millones de personas siguen sufriendo inseguridad alimentaria aguda, mientras cientos de millones de personas corren el riesgo de que el hambre empeore”, agregó.
Según Skau, los conflictos y la inseguridad siguen siendo los principales causantes del hambre severa en todo el mundo, además del cambio climático, los incesantes desastres, a la persistente inflación en los alimentos y siente presión de deuda, todo ello en un escenario de desaceleración económica global.
“Está claro que los presupuestos de ayuda y los humanitarios, tanto en Europa como en Estados Unidos no son como los del 2021-2022”, indicó.
Recordó que en marzo el PMA se vio obligado a recortar poblaciones de 75 al 50 por ciento en las comunidades afganas con niveles de hambruna de emergencia; en mayo redujo los alimentos para 8 millones de personas, 66 por ciento de las que ayudaba, ahora asiste apenas a 5 millones.
