El esfuerzo de los productores

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La Vida Láctea

Por Gina Gutiérrez.

El esfuerzo de los productores vida lactea 2Todavía no amanece, pero tú ya estás arriba, ya estás trabajando. Probablemente tengas pendientes por hacer, cosas que no pudiste atender ayer, porque se hizo de noche. Otros días, todo se trata de la rutina normal, porque con el ganado es importante mantener las rutinas, y aun así, cada día es diferente cuando dedicas tu vida a la ganadería. Alimentación, partos, reproducción, salud general, crianza, ordeña; limpieza, mantenimiento, reparaciones; el pozo, un tractor, la bomba, aquel implemento; todo necesita tu atención. Ni hablar de todo lo que implica el campo también, empezando porque dependes de algo que está totalmente fuera de tu control: el clima.

Recordemos entonces una frase de Paul Harvey: las personas, a pesar de todas sus pretensiones artísticas, su sofisticación y todos sus logros, le deben su existencia a 15 centímetros de suelo y al hecho de que llueve.

Nuestro trabajo no es fácil y tampoco se agradece. La gente, en general, empezando por los consumidores finales, pero también las empresas procesadoras y comercializadoras, y casi todos los eslabones de las cadenas de valor en nuestros sistemas agroalimentarios, dan por sentado que debe haber alimentos para comprar y consumir, para transportar, transformar, procesar, distribuir y comercializar. Sí, a eso nos dedicamos los productores, pero no somos filántropos. Cuando podemos, ayudamos, por supuesto; muchas familias dependen de nosotros y estamos para apoyar a nuestras comunidades, pero la producción de alimentos debe ser negocio para nosotros o qué, ¿nos darían dinero, de forma fija, sin importar qué pase? Esa fórmula ya se ha intentado y obviamente, ha fracasado.

A aquellos que piensan que es fácil producir, a los que dicen que basta con echar semillas a la tierra y que creen que eso basta para que germinen y se desarrollen, a los que creen que cuidar el ganado es como un día de campo y que ordeñar no tiene ciencia; a todos ellos les tenemos que decir que si fuera tan fácil como creen, habría más productores en todo el mundo, pero no es así. Si fuera fácil, no estaría escribiendo estas palabras porque quizá nos valorarían más, nos entenderían mejor, y el esfuerzo de los productores valdría mucho más la pena.

Cada vez somos menos los que tenemos la convicción de levantarnos temprano, de trabajar duro y no parar cuando se mete el sol, sino cuando el trabajo se termina. Si esto fuera algo común, menos gente se quejaría de la lluvia, por ejemplo. Cada que llueve escucho a gente que vive en ciudades quejarse de ella, porque los retrasa, porque se mojan, porque hace frío, y más; y cada vez que tengo oportunidad les pido que no se quejen, porque toda nuestra existencia depende de la lluvia que alimenta el campo, rellena presas y limpia nuestro aire. A veces tengo la oportunidad de hablar de esos 15 centímetros de suelo, pero es una conversación más complicada, porque hablar de la salud del suelo implica describir muchas más cosas.

Vienen fechas para estar en reuniones con familiares y amigos. Aprovechen el tiempo con ellos y hablen de la ganadería y la agricultura; hablen de lo que les gusta de este trabajo que es bellísimo, por cierto, aunque lo estemos pasando mal, porque podemos hablar de eso también, pero es mejor hablar de todo lo bueno que hacemos, porque todo lo bueno que hacemos es lo que alimenta al mundo y cuida los recursos naturales. Hablen de cómo tuvieron que desvelarse, después de un día fatal en el que todo falló, estabas cansado y te sentías derrotado, se vale quejarse, pero cuéntenles que la razón por la que te quedaste despierto toda la noche fue para atender un parto, y entonces compartes que todo valió la pena, que tuviste la mejor recompensa de todas: madre y cría están en perfecto estado.

El esfuerzo de los productores esfuerzo productores 2

 

A veces sentimos que nada de lo que hacemos vale la pena porque muy pocos lo valoran. Los niños no saben qué es una vaca y creen que la comida viene del refrigerador de su casa, o si acaso, de la tienda. Hablen con ellos, invítenlos al campo a ver las vacas, ese esfuerzo también vale la pena.

Hagamos el esfuerzo de compartir nuestras historias. El mundo necesita saber de dónde viene la comida, cómo se produce y también quién la produce. Los consumidores necesitan saber que, así como ellos tienen un trabajo, producir alimentos es el nuestro, y que al igual que ellos tienen problemas en la oficina, nosotros los tenemos en el taller del establo. Ellos tienen que llegar a cocinar después de un día largo, nosotros también. Nuestras vidas son muy parecidas porque somos humanos y así es, pero nosotros tenemos que lidiar con el clima y con seres vivos que no pueden decirnos cómo se sienten. Hay mucho que no podemos controlar. Ojalá un día se pueda, mientras, tenemos que seguir esforzándonos porque nadie más va a hacer lo que hacemos todos los días, pero tampoco van a saberlo si no se los decimos.

Así que, a compartir nuestras historias, porque necesitamos que más gente valore lo que es producir alimentos con toda la presión a la que ellos mismos, y los gobiernos, empresas, asociaciones y organizaciones nos someten; pero eso será mañana, porque ya se hizo tarde y estás despierto desde antes que amaneciera. Aunque sé que todavía no te irás a descansar, porque vas a darte una última vuelta por los corrales para ver que todo esté bien, aunque sólo falten unas horas más que despiertes y lo vuelvas a hacer.

Artículo publicado en Entorno Ganadero Diciembre- Enero 2023

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