Gusano Barrenador del Ganado

Redacción BM Editores.

La enfermedad Miasis, causada por el Gusano Barrenador del Ganado (GBG), se define como la presencia de larvas de moscas (dípteros) en los tejidos de los animales y de los seres humanos, parasitándolos para alimentarse de los tejidos vivos o muertos y de las sustancias corporales, provocando alteraciones en el organismo y eventualmente la muerte.

De acuerdo con el Proyecto de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) la miasis es causada por el GBG, se trata de una enfermedad parasitaria de los animales vivos de sangre caliente, que incluye a las mascotas y a los seres humanos.

La fase parasitaria es la etapa de larva o gusano de la mosca del GBG cuyo nombre científico es Cochliomyia hominivorax, que en latín significa “Devoradora de Hombres”; sus larvas se asemejan a la de un tornillo para madera, con la cabeza plana y el cuerpo cónico rodeado por segmentos con espinas, que dan la impresión de la cuerda de un tornillo.

Provoca lesiones graves, la pérdida de la función del órgano parasitado y la muerte especialmente en los animales recién nacidos, si las heridas afectadas no son tratadas, dan origen a nuevas reinfestaciones por esta u otras especies de moscas.

Esta enfermedad causa notables pérdidas económicas por disminuir la producción de carne, leche y aumentar los gastos de mano de obra para realizar su prevención y tratamiento.

La mosca o estado adulto del GBG es aproximadamente del doble al tamaño de la mosca casera y su cuerpo es azul acerado, con reflejos verdosos y tres tiras obscuras en el dorso, siendo la de en medio más corta y la cabeza en la frente tiene pelos amarillo oro, los ojos son ocres rojizos y están juntos en el macho y más separados en las hembras.

El adulto es muy difícil de ser observarlo en la naturaleza, con excepción de las cercanías de las heridas y es difícil distinguirlo a simple vista de otras moscas causantes de miasis.

Las hembras son monógamas y los machos polígamos pudiendo copular éstos de 5 a 6 veces en su vida. Los adultos son de hábitos diurnos emergiendo de las pupas por la madrugada.

Las moscas del GBG son atraídas a las heridas de los animales de sangre caliente tales como: los ombligos de los recién nacidos, lesiones por alambre de púas, escoriaciones, herrajes, rasguños, prepucitis,  cáncer del ojo en ganado Hereford, intervenciones quirúrgicas: descornado, castración, trasquila, corte de cola, marcaje; mordidas de perros y murciélagos hematófagos (Desmodus rotundus), picaduras de garrapatas y por las moscas como la de los establos (Stomoxys calcitrans) la de los cuernos (Haematobia irritans) y tábanos; heridas producidas por peleas, lesiones en las ubres de las cerdas causadas por los lechones, heridas producidas durante la identificación de los animales por colocar aretes, caravanas o crotales y anillos; las úlceras producidas por las sillas de montar o los arneses, los prolapsos uterinos, las heridas por armas de fuego y todas aquellas que provoquen una solución de continuidad.

La primera publicación científica sobre la miasis del GBG fue notificada en 1858 por el médico de la marina francesa Dr. Charles Coquerel en seres humanos de la Isla Cayena, frente a la Guyana Francesa, que en esa época servía de prisión.

Los seres humanos tienen una elevada predisposición de ser infestados cuando sus condiciones de vida son pobres en hábitos de higiene, así como ante una disfunción psíquica o motora, problemas de alcoholismo, abuso de sustancias prohibidas como la cocaína y si habitan en la proximidad con animales domésticos o silvestres infestados. Las heridas comúnmente afectadas son las originadas por: la pediculosis (piojos) y labio leporino.

Cuando la hembra del GBG encuentra un huésped con una herida, ovipone en el borde de la misma entre 200 y 400 huevos formando una masa o queresa, y los huevecillos tienen una disposición similar a la de un tejado. Pudiendo las hembras oviponer hasta cuatro masas de huevos en su vida.

Trascurridas de 8 a 12 horas unas pequeñas larvas (2 milímetros de longitud) eclosionan de los huevos y penetran en la herida adhiriéndose en sus tejidos con los ganchos orales localizados en la parte anterior de la larva e inicia su alimentación con los tejidos y fluidos sanguinolentos del animal.

El ciclo de vida del GBG desde huevecillo a adulto se completa en un tiempo máximo de 23 días y un mínimo de 18 por lo que se considera que en promedio tiene una duración de 21 días, a una temperatura de entre 25 a 30°C y una humedad del 30 al 70%. Las moscas hembra pueden copular cuando tienen de 3 a 5 días de edad después de emerger de las pupas y a los 6 días pueden depositar sus huevecillos en las heridas.

Las formas comunes de diseminación del GBG son: a través de la movilización de seres humanos y animales parasitados como: perros gatos, bovinos, ovinos, caballos y otros, debido a que la fase larvaria queda protegida de elementos medioambientales adversos en el interior de la herida y utilizando al huésped como vehículo logra dispersarse a grandes distancias.

Mediante vehículos transportadores de animales como: camiones, trenes, aviones, barcos y otros, en los que la cama de la unidad transportadora no fue limpiada adecuadamente y el GBG pudo haber pupado en las esquinas u otras partes del compartimento de carga o incluso como adulto.

Por personas que participan en actividades turísticas de deportes al aire libre en zonas endémicas al GBG, que, al regresar a sus países de origen, muchas veces libres del parásito, en ocasiones vuelven con heridas infestadas.

A través del movimiento propio de la mosca, la cual en condiciones normales se desplaza aproximadamente 3 kilómetros del lugar de donde emerge, no obstante, se han encontrado hembras que se desplazaron por sí mismas hasta 290 kilómetros en una semana, motivadas por la búsqueda de alimento, apareamiento o un huésped para ovipositar.

El GBG causa la muerte de los animales recién nacidos especialmente en explotaciones pecuarias extensivas de difícil acceso entre los 7 y 14 días si éstos no se ven favorecidos con la aplicación de tratamientos preventivos o curativos de sus heridas, como en el caso de los recién nacidos en explotaciones pecuarias extensivas de difícil acceso.

Dependiendo de la zona afectada en los animales provoca dolor y desasosiego perturbando su bienestar, pudiendo quedar lisiados, a la vez que causa una disminución en la ganancia de peso y en la producción láctea, provoca daños a las pieles y los animales afectados por la baja de defensas son susceptibles a padecer otras enfermedades bacterianas, virales o parasitarias.

Por otro lado, los signos clínicos de esta miasis siempre están asociados con la preexistencia de heridas de cualquier tipo. Los animales afectados por la bichera del GBG generalmente están febriles, deprimidos, separándose del grupo en busca de sombra, mostrándose inapetentes, y en general la producción láctea y la ganancia de peso están disminuidas.

La herida afectada puede presentar gran tamaño, supuración y un escurrimiento serosanguinolento y en la mayoría de las veces se percibe un hedor característico que es similar a la carne putrefacta, originado por los efectos necrosantes de los productos excretados por las larvas.

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