Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro

En sistemas de lechería familiar

Dr. Mario A. Espinosa Martínez
INIFAP CENIDFyMA.
[email protected]

M.C. Luis J. Montiel Olguín.
INIFAP CENIDFyMA.

En México se distinguen diferentes sistemas de producción de leche, el intensivo, el de doble propósito y el semi tecnificado/familiar. A pesar de que éste último presenta condiciones deficitarias en diferentes aspectos (García, 1999; Mellado, 2010), aporta aproximadamente la tercera parte de la producción total en el país (Barrera y Sánchez, 2003). En diferentes publicaciones se han descrito las características que predominan en estos sistemas familiares, como las relacionadas a los productores, la producción de leche, inventarios y de la tecnología empleada (Barrera y Sánchez, 2003; Espinosa et al., 2011). Sin embargo, es prácticamente inexistente la relacionada a las condiciones en que se realiza el proceso de crianza, por lo que este documento pretende describir algunos indicadores que deben ser tomados en cuenta durante la crianza, así como resultados de la calidad de calostro generados en diferentes regiones del país.

Importancia de la crianza de los reemplazos lecheros

El proceso de crianza durante al menos dos años no brinda un ingreso económico para el productor; esto podría ser una razón por la que reciben poca atención en muchas ocasiones. Sin embargo, la inversión (y no el gasto) que representa la producción de reemplazos puede verse retribuida ampliamente una vez que estos animales ingresan al hato productor. Estos animales en teoría deben de tener una mejor genética y por lo tanto podrían contribuir a mejorar los indicadores productivos y reproductivos de las unidades de producción. Se ha reportado que la edad adecuada al primer parto en la becerra para no tener efectos adversos sobre la producción de leche es de 22-24 meses (Zanton y Heinrichs, 2006). Aunque pueden no ser evidentes las pérdidas económicas que genera un crecimiento deficiente, éste tendrá diversas repercusiones negativas sobre sus indicadores futuros como la edad al primer servicio, la edad al primer parto y sus niveles de producción de leche, entre otros (Donovan et al., 1998; Hultgren y Svensson 2009; Hultgren y Svensson, 2010; Pirio et al., 2000; Svensson y Hultgren, 2008).

Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 1
Figura 1. Una becerra criada adecuadamente tendrá mejores indicadores productivos y reproductivos en el futuro.

Por lo anterior, todos los esfuerzos que se realicen para poder tener un proceso de crianza en las mejores condiciones será recompensado en el futuro. Si una vaquilla no ha parido a la edad de dos años, después de esto el productor tendrá un gasto extra de 2 dólares al día, hasta que la hembra tenga su parto. Esto significa que por cada mes adicional tendrá que gastar 60 dólares por concepto de mantenimiento, atención, etc., que requieren estos animales (Schingoethe y García, 2004). Además, aumentará también el número de reemplazos requerido para mantener estable el hato.

Indicadores de crecimiento durante la crianza

Durante las primeras semanas, se requiere un alto grado de atención en el cuidado de las becerras. Durante el periodo previo al destete y poco después de él, las becerras presentan las mayores tasas de morbilidad y mortalidad principalmente por causas asociadas a problemas de diarrea y neumonías (Maunsell y Donovan, 2008). En los sistemas familiares de producción de leche la situación no es diferente, especialmente porque en estos sistemas no se cuentan con las mejores condiciones sanitarias, ni con los mejores alojamientos que eviten en las becerras el mayor riesgo de exposición a agentes patógenos. Algunos reportes indican que en este sistema las tasas de mortalidad de las becerras rondan el 7% (González et al., 2010; Velázquez et al., 2005).

El peso al nacimiento de las becerras es uno de los indicadores del vigor de la cría y puede estar relacionado al grado de sobrevivencia ya descrito, especialmente en las primeras semanas de vida (Barrier et al., 2011; Johanson y Berger, 2003). Se ha observado que en bovinos de lechería familiar de diferentes regiones (Querétaro, Guanajuato y Jalisco), un alto porcentaje de las becerras nacen con un peso menor a los 40 kg, lo que podría venir en detrimento de su sobrevivencia (Espinosa et al., 2012a; Espinosa et al., 2012b). Algunos factores de riesgo para un bajo peso al nacimiento (menor a 40 kg o menor a 36 kg) en este sistema fueron el uso de semental y la falta de registros. En otras palabras, existe más de dos veces mayor probabilidad de que las becerras tengan un bajo peso al nacimiento en unidades de producción familiar que mantienen sementales y que carecen de registros en estas regiones. Es probable que en hatos donde se emplea exclusivamente inseminación artificial, la mayor calidad genética que resulta del uso de esta tecnología, favorezca el peso al nacimiento de la becerra. Adicionalmente, un sistema de registros podría permitir tomar decisiones fundamentadas, (como el uso adecuado del material genético), favoreciendo un peso apropiado al nacimiento de la cría.Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 2

En la región del Bajío (Querétaro y Guanajuato) también se observó que las becerras que nacen en unidades de producción familiar que tienen sistema semiestabulado o que no seleccionan reemplazos, tienen mayor riesgo de nacer con un bajo peso al nacimiento (Espinosa et al., 2012b). Es probable que una mejor nutrición en los sistemas estabulados y el uso de material genético de mejor calidad también estén involucrados en estas respuestas.

Otros dos indicadores importantes durante la crianza son la edad al primer servicio y la edad al primer parto. Ya que uno de los objetivos principales en el proceso de crianza es lograr una edad al primer parto adecuada, este indicador podrá reflejar fielmente la eficiencia en este proceso en la unidad de producción. Para ello, la primera inseminación de la becerra deberá darse a una edad en la que su crecimiento y desarrollo corporal sea el adecuado. Se requiere al menos un 50-55% de su peso corporal maduro para darle servicio por primera ocasión (Espinosa y Montiel, 2011).Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 3

En hatos familiares de producción de leche de Jalisco y de Coahuila la edad al primer servicio fue de 595.6 (19.6 meses) y 478.7 días (15.7 meses; Espinosa et al., 2012a), mientras que en otros trabajos se ha reportado un primer servicio a los 18 meses (Guevara et al., 2009). Desafortunadamente, la mayoría de estudios no ofrecen mayores detalles de estos indicadores. Aunque el valor registrado en Coahuila podría parecer adecuado, es importante también considerar la dispersión de los valores y no sólo el promedio. De acuerdo a esto, un alto porcentaje de vaquillas presentaron su primer servicio después de los 16 meses (65.8 y 33.4%, respectivamente), como lo muestra la figura 2.

Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 4
Figura 2. Edades de presentación del primer servicio de vaquillas en sistemas familiares de producción de leche.

Por otro lado, la edad al primer parto fue de 801.2 días (26.3 meses) para Jalisco y de 733 días para Coahuila (24.1 meses). Nuevamente, la dispersión de los valores es importante para tener una visión más clara de estos resultados. Para estos dos estados, el porcentaje de vaquillas que presentaron su primer parto a una edad mayor a los 25 meses fue superior al 50% (Figura 3). En algunos estudios, la edad al primer parto registrada es todavía mayor, 28 y hasta 31.5 meses (Guevara et al., 2009). Sin embargo no existe mayor información sobre algunos rangos de edades en los mismos.

Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 5
Figura 3. Edades de presentación del primer parto de vaquillas en sistemas familiares de producción de leche.

Lo anterior indica que existe un alto porcentaje de animales que presentan un crecimiento deficiente, por lo que la asesoría para estos productores es muy importante. Además de considerar la edad al primer parto, es importante el peso y la condición corporal de las becerras. Aunque deficiencias en la nutrición, en la detección de estros, en el monitoreo de su crecimiento, etc., podrían estar involucrados en estos crecimientos inadecuados, esto puede ser solventado en su mayoría con una asesoría adecuada y constante.

Calidad de calostro

Por otro lado, el aspecto quizá más importante para aumentar el grado de protección de la becerra contra enfermedades es el consumo de calostro de calidad. Por sus características de placentación, la becerra nace sin anticuerpos; éstos deberán ser proporcionados por el calostro, por lo que su consumo en calidad y cantidad adecuada es de extrema importancia. Diferentes factores contribuyen a modificar la composición del calostro (Morrison, 2005), exigiendo esto un mayor cuidado en su colección y manejo.

Aunque se ha reportado que un alto porcentajes de calostros son de baja calidad (Gulliksen et al., 2008; Morril et al., 2012), se observó bajo condiciones familiares de producción y en diferentes regiones (Bajío, Centro, Templada, Altos de Jalisco y Saltillo) que la mayor parte de ellos presentaban una alta concentración de inmunoglobulinas como lo muestra el cuadro 1 (Espinosa et al., 2013).

Indicadores en la crianza de reemplazos y calidad de calostro crianza de reemplazos 6

Si la clasificación se realizaba considerando los niveles de inmunoglobulinas que se toman en cuenta para nombrar un calostro como bueno, se observó también que un alto porcentaje de éstos tenía esa clasificación superior en la mayoría de las regiones (Cuadro 2). Una de las razones podría ser que los vientres que se mantienen en condiciones familiares de producción tienen menores niveles de producción de leche y en consecuencia menor producción de calostro, lo que evita su dilución. Se ha recomendado que se utilicen calostros cuyo volumen en el primer ordeño no es mayor a los 8 litros (Blanco, 2011). Aunque los anteriores resultados no significan que los productores de lechería familiar no deberían preocuparse por la calidad del calostro y su evaluación, es probable que en casos en los que existe una elevada mortalidad o morbilidad en las primeras semanas, la razón sea el mal manejo en la colección y/o almacenamiento del calostro y no su calidad misma.

Conclusiones

En sistemas familiares de producción de leche, las ventajas futuras que podrían generarse por un peso adecuado al nacimiento de las becerras, se pierde en un alto porcentaje y aunque la calidad del calostro bajo estas condiciones de producción puede parecer adecuada, es importante también mantener un buen manejo en la colecta y/o almacenamiento del mismo, para disminuir los riesgos de infección en las crías. Por otro lado, el proceso de crianza de algunas regiones del país presentan deficiencias que se ven reflejadas en retrasos en su edad al primer servicio y al primer parto. Aunque los datos promedio pueden brindar buena información, es importante tomar en cuenta la dispersión de estos indicadores para tener una visión clara de lo que ocurre. Finalmente, es evidente que en estos sistemas se requiere de una mayor asesoría técnica que pueda mejorar sus indicadores y lo más importante, mejorar las condiciones socioeconómicas del productor.

Agradecimiento

Se agradece al fondo sectorial SAGARPA-CONACYT por el financiamiento otorgado mediante el Macroproyecto “Mejoramiento de la productividad, competitividad y sustentabilidad de la cadena productiva de leche de bovino en México”.

LITERATURA CITADA

  • Barrera CG., Sánchez BC. Caracterización de la cadena agroalimentaria nacional e identificación de sus demandas tecnológicas. Leche. Programa Nacional Estratégico de necesidades de investigación y de transferencia de tecnología. Reporte Final Etapa II. 2003:1-41. Disponible en: www.snitt.org.mx/pdfs/ demanda/bovinos-leche.pdf
  • Barrier AC., Ruelle E., Haskell MJ., Dwyer CM. Effect of a difficult calving on the vigour of the calf, the onset of maternal behaviour, and some behavioural indicators of pain in the dam. Prev Vet Med 2012; 103(4): 248-256.
  • Blanco OMA. Alimentación en becerras recién nacidas. Memorias séptimas jornadas bovinas. Universidad Nacional Autónoma de México-Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. México 19 agosto-2 septiembre 2011; 4-26.
  • Donovan GA., Dohoo IR., Montgomery DM., Bennett FL. Calf and disease factors affecting growth in female Holstein calves in Florida, USA. Prev. Vet Med 1998; 33(1-4): 1-10.
  • Espinosa MMA., Estrada CE., Bañuelos SG., Mellado BM., Montiel OLJ., Vera AHR. Calidad de calostro obtenido de vacas en unida- des familiares de producción de leche de diferentes regiones de México. Memorias XXXVII Congreso Nacional de Buiatría. Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Bovinos, A.C. Acapulco, Gro. 1-3 agosto 2013; 285.
  • Espinosa MMA., Montiel OLJ. Indicadores de crecimiento y desarrollo en la crianza de vaquillas de reemplazo. Ganadero 2011. XXXVI: 94-102.
  • Espinosa MMA., Montiel OLJ., Estrada CE., Vera AHR., Hernández VJO., Martínez TG., Mellado BM., Ramírez SM. Caracterización de unidades familiares de producción de leche y prácticas de manejo durante la crianza de becerras en cinco regiones de México. 11o Congreso Internacional de MVZ Especialistas en Bovinos. Torreón, Coah. 2011. 9 p.
  • Espinosa MMA., Montiel OLJ., Estrada CE., Mellado BM., Vera AHR., Ramírez SM. Indicadores productivos-reproductivos de vaquillas de reemplazo, en sistemas de lechería familiar. Memorias del XXXVI Congreso Nacional de Buiatría. Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Bovinos. Mérida, Yucatán 2012a; 1271-1278.
  • Espinosa MMA., Montiel OLJ., Estrada CE., Ramírez SM., Vera AHR. Factores de riesgo asociados a un bajo peso al nacimiento de becerras Holstein de sistemas familiares de producción de leche. 15o Congreso Internacional de Médicos Veterinarios Zootecnistas Especialistas en Bovinos. Torreón, Coah. 15-17 de noviembre de 2012b.
  • García MA. Cría de vaquillas de reemplazo en sistemas de producción de leche en pequeña escala (Tesis de licenciatura). (Estado de México) México: Universidad Autónoma del Estado de México, 1999.
  • González OA., Ramírez SM., Luna EAA. Uso de tecnología e indicadores técnicos de los GGAVATT bovinos leche del estado de Guanajuato. XLVI Reunión Nacional de Investigación Pecuaria. Campeche, Camp. 2010. 319.
  • Guevara R., González OTA., Luna EAA., Espinosa GJA. Avances del GGAVATT bovinos productores de leche “Dobladense”, CD. Manuel Doblado, Guanajuato. XLV Reunión Nacional de Investigación Pecuaria. Saltillo, Coahuila, 19-24 de octubre de 2009. p. 240.
  • Gulliksen, SM., Lie, KI., Solverod, L., Osteras, O. 2008. Risk factors associated with colostrum quality in Norwegian Dairy cows. J Dairy Sci. 81: 704-712.
  • Hultgren J., Svensson C. Heifer rearing conditions affect length of productive life in Swedish dairy cows. Prev Vet Med 2009; 89(3-4): 255-264.
  • Hultgren J., Svensson C. Calving interval in diary cows in relation to heifer rearing conditions in southwest Sweden. Reprod Domest Anim 2010; 45(1): 136-141.
  • Johanson, JM., PJ. Berger. 2003. Birth weight as a predictor of calving ease and perinatal mortality in Holstein cattle. Journal of DairyScience 86 11:3745-3755.
  • Maunsell F., Donovan GA. Biosecurity and risk management for dairy replacements. Vet Clin Food Anim 2008; 24: 155-190.
  • Mellado BM. Producción de leche en zonas templadas y tropicales. México, Trillas. 2010; 350 p.
  • Morrill, KM., Conrad, E., Lago, A., Campbell, J., Quigley, J., Tyler, H. 2012. Nationwide evaluation of quality and composition of colostrum on dairy farms in the United States. J Dairy Sci. 95(7): 3997-4005.
  • Morrison S. Start off the new year with updated colostrum management protocols. The William H. Miner Agricultural Research Institute. Disponible en: http://www.whminer.org/ fr_13_01_05.html
  • Pirio G., Miglior F., Speroni M. Effect of age at first calving on production traits and on difference between milk yield returns and rearing costs in Italian Holsteins. J. Dairy Sci. 2000; 83(3): 603-608.
  • Schingoethe DJ., García A. Alimentación y manejo de becerras y vaquillas lecheras. Extension Extra. College of Agriculture & Biological Sciences, South Dakota State University 2004; 1-6. Disponible en: http://agbiopubs.sdstate.edu/articles/ ExEx4020S.pdf
  • Svensson C., Hultgren J. Associations between housing, management, and morbidity during rearing and subsequent first- lactation milk production of dairy cows in southwest Sweden. J. Dairy Sci. 2008; 91(4): 1510-1518.
  • Velázquez SF., Bello GRD., Martínez RL., Gudiño ESR. Diagnóstico de las unidades de producción bajo el esquema de transferencia de tecnología GGAVATT en la zona centro de Veracruz. II Sistema de Lechería Familiar. XLI Reunión Nacional de Investigación Pecuaria, Morelos 2005.
  • Zanton G., Heinrichs J. “Is there a best growth rate for heifers”? Hoard’s Dairyman 2006; 8.

Artículo publicado en Entorno Ganadero

×
BM Editores We would like to show you notifications for the latest news and updates.
Descartar
Permitir Las Notificaciones