El problema de las micotoxinas, es ampliamente aceptado como tal, en la nutrición de monogástricos. Fue un entendimiento general, con bases científicas por años, el que debido a la habilidad natural de detoxificación que tienen los microbios del rumen en los rumiantes éstos no eran susceptibles a los problemas de micotoxinas en ningún grado. Pero, por otra parte, estudios de campo extensivos han ahora demostrado pérdidas en la producción bastantes significativas, así como incremento en la incidencia de desordenes en la salud en vacas lactantes jóvenes, cuando éstas han consumido alimentos contaminados con micotoxinas.
Las micotoxinas son metabolitos secundarios de hongos del genero Fusarium sp., Aspergillus sp. y Penicillium sp.. Las micotoxinas producidas por hongos de campo (Fusarium sp.) son los llamados tricoticenos [(ej. Toxina T-2, desoxinivalenol (DON), zearalenona (ZON)].
La rotación de cultivos, el manejo de tierras y las condiciones ambientales, durante la etapa de crecimiento de las plantas, afectan en cuanto a la formación de tricoticenos y ZON. El repetir cultivos del mismo tipo año tras año en lugar de practicar cosechas diferentes (ej. maíz, maíz, maíz, por muchos años) tiende a acumular residuos de plantas infectadas con Fusarium. Así mismo el dejar los residuos de cosechas anteriores sobre el suelo como medida de abono, puede producir contaminaciones con Fusarium a la nueva planta al crecer ésta a través de esos residuos. En estos casos las plantas son infectadas por hongos del genero Fusarium en sus primeras etapas de desarrollo. Los alimentos en la nutrición de vacas lecheras que pudieran encontrarse contaminados con DON y con ZON son los cereales, concentrados y ensilaje (maíz, alfalfa, etc.).
Bajo condiciones de alta temperatura y humedad también las aflatoxinas pueden formarse desde el campo. Hongos del almacenaje (Aspergillus, Penicillium) principalmente producen ocratoxina A (OTA) y aflatoxinas.
Condiciones apropiadas de almacenaje (fresco y seco) reducen el riesgo de la formación de micotoxinas. En el silo, las micotoxinas que encontremos pueden haber sido producidas desde el campo antes de la cosecha (DON, ZON) así como después de abrir el silo (OTA). Cuando en un silo no se remueve material suficiente cada día, puede ocurrir en éste, crecimiento de hongos y levaduras. Este efecto lleva a pérdida de nutrientes, producción de calor en el silo, e inclusive problemas de fermentación en el rumen que pueden inducir a diarreas.
Además de esta “contaminación con hongos y levaduras”, existe la posibilidad de generar una contaminación con micotoxinas en el sustrato.
La producción de micotoxinas se inicia cuando factores de crecimiento esenciales para la reproducción de los hongos comienza a faltar. Los hongos producen estos metabolitos tóxicos (micotoxinas) para inhibir el crecimiento de otros hongos competitivos y así tener un mejor acceso a los limitados nutrientes.
¿Cómo es afectada la detoxificación ruminal?
Los rumiantes pueden detoxificar micotoxinas hasta un cierto grado, pero no en un 100%. Una vez que las micotoxinas han pasado el rumen sin ninguna modificación, entran en el torrente sanguíneo y afectan la capacidad inmune de los animales y el metabolismo del hígado.
Algunos experimentos demuestran que la degradación ruminal puede darse en un rango de 0 a 90% dependiendo del nivel y del tipo de micotoxinas. En una investigación científica la carga de aflatoxinas en el alimento fue detoxificada en un 40% en el rumen. Aun el 90% del ZON puede ser degradado en el rumen, pero el principal metabolito resultante sería el a-zearalenol que es varias veces más estrogénico que el propio ZON. La degradación de OTA y DON en el rumen ha sido investigada muchas veces con resultados variados.
Los experimentos demuestran que la detoxificación de micotoxinas en el rumen varía considerablemente. Las diferentes micotoxinas son degradadas en diferente proporción. Sus efectos negativos dependen del nivel de confort de los hatos así como del tiempo en que alimentos contaminados son consumidos.
Por ejemplo, un mal manejo de los establos incrementa el riesgo de mastitis, y el estrés calórico reduce el consumo alimenticio. Para hacer más graves estos problemas bastaría una pequeña contaminación con micotoxinas. El consumo de alimentos contaminados por sólo algunos días puede ser inofensivo para los animales. El alimentar a los animales con concentrados o silos contaminados por meses o aun por sólo algunas semanas va a producir indudablemente problemas de salud y reducciones sustanciales en la reproductividad.
La habilidad de los microbios del rumen para detoxificar micotoxinas es mayor cuando el pH del rumen es entre 6 y 7. Si éste se reduce por debajo de los 5.8 (acidosis) los microbios del rumen mueren y consecuentemente la detoxificación de micotoxinas es reducida.
La acidosis del rumen es inducida por la administración de altas cantidades de concentrados en la alimentación. El consumo alimenticio puede también afectar la detoxificación de micotoxinas en el rumen.
Vacas produciendo más de 40 kg de leche por día o 10,000 kg por año deben consumir grandes cantidades de alimento diario. Para hacer posible este alto consumo, el alimento debe pasar a través del tracto digestivo lo más rápidamente posible. De esta manera el rumen de una vaca de alta producción tiene solamente un corto tiempo para detoxificar las micotoxinas, debido a que el alimento no permanece en el rumen tanto como lo hace en vacas de baja producción y de bajo consumo.
El incrementar la eficiencia alimenticia obviamente mejoró el rendimiento y además redujo la producción de abono, lo cual tiene un efecto extremadamente importante en las grandes operaciones lecheras.
La Investigación y los Datos de Campo son Contradictorios
En pruebas de investigación normalmente el consumo de micotoxinas no muestra efectos negativos. Pero, por otra parte, contaminación con micotoxinas aun con niveles bajos muestran efectos dramáticos en estudios de campo (pruebas con más de 20,000 vacas). Esto sucede porque, en contraste con experimentos científicos donde casi siempre son utilizadas micotoxinas purificadas, las vacas en estudios de campo consumen alimentos contaminados en forma natural, en los cuales pueden ocurrir diferentes micotoxinas a la vez, de tal manera que el efecto tóxico de cada micotoxina es incrementado (efecto sinérgico).
Por otra parte, para minimizar el alto costo de las pruebas científicas el período de exposición es normalmente reducido. Desafortunadamente la exposición de las vacas a alimentos contaminados con micotoxinas por sólo 10 ó 20 días es muy corta para manifestar efectos negativos.
En los estudios de campo, hatos lecheros pueden estar consumiendo raciones contaminadas durante varias semanas y aun meses antes de que el período de investigación comience. Principalmente las vacas jóvenes de alta producción presentan efectos negativos en el campo, mientras que las vacas de baja producción a mediados o al final de su período productivo, usadas en las pruebas de investigación no muestran síntomas de micotoxicosis.
Consecuencias de la Administración de Alimentos Contaminados con Micotoxinas en Vacas Lecheras.
Al igual que en la nutrición de monogástricos, en vacas lecheras las micotoxinas más relevantes son DON (entre otros tricoticenos), ZON y aflatoxinas. DON y ZON se encuentran mayormente en alimentos producidos en climas moderados. Las aflatoxinas hacen decrecer la producción de leche e inducen a desórdenes metabólicos en las primeras semanas después del parto. Un estudio de campo demostró un incremento de un 30% en la producción de leche después de haber eliminado el silo de maíz contaminado con aflatoxinas (120 ppb).
Aun a pesar de que el “modo de acción” fisiológico del ZON en rumiantes es absolutamente comparable con el mismo en cerdos, los efectos visibles son diferentes. Como resultado de su similitud a la molécula de estrógeno en el organismo, el ZON causa irregularidades en el aspecto reproductivo. El retorno a calor ocurre a intervalos no regulares y algunas veces no se da. Las tasas de concepción bajan a niveles no aceptables (< 30%) como una consecuencia de un alto índice de falsos calores (número de servicios hasta que la vaca resulte preñada), así mismo la incidencia de quistes ováricos en vacas y becerras se incrementa. A niveles muy altos de contaminación los abortos parecen darse con mayor frecuencia. Así mismo, la feminización en toros es frecuentemente asociada a la contaminación de alimentos con ZON.
Un estudio de campo que fue coordinado por la Universidad de Carolina del Norte en los Estados Unidos investigó los efectos de una contaminación natural con DON en la productividad de un hato lechero. Whitlow y sus colaboradores concluyeron en que a partir de una contaminación con 100 ppb de DON y hasta 800 ppb en la ración total, la producción de leche declinó hasta en casi 2 kg por vaca por día. Adicionalmente a las pérdidas de producción, una incrementada incidencia en desórdenes metabólicos, como quetosis y síndrome de hígado graso, así mismo mastitis, metritis, placenta retenida, diarreas y desplazamiento de abomaso fueron observadas.
Experiencia con el Uso de Micofix® Plus en Vacas Lecheras.
Biomin comenzó a evaluar científicamente su producto Mycofix® Plus en vacas lecheras desde 1998. Una prueba fue llevada a cabo en la estación de investigación Wieselburg en Austria en cooperación con la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Viena. La contaminación en la ración fue de 620, 705, 714 ppb de DON y 47, 33, 34 ppb de ZON en los grupos de control, toxina y Mycofix® Plus respectivamente. La conclusión a largo plazo (6 meses) con 27 vacas Simmental (raza de doble propósito) fue:
• Las micotoxinas reducen la población microbiana ruminal.
• El Mycofix® Plus incrementa la producción de leche aun en vacas de baja producción.
• Mycofix® Plus reduce el conteo de células somáticas en un 60%.
Los altamente promisorios resultados anteriores condujeron a otra prueba que se llevó a cabo en los Estados Unidos en el 2003, esta vez con 1,200 vacas Holstein. La contaminación total de la ración fue de 400 y 600 ppb de DON, y 78 y 70 ppb de ZON en los grupos de control y de Mycofix® Plus respectivamente.
Al inactivar la carga de micotoxinas de la ración mediante el uso de Mycofix® Plus se incrementó la producción de leche en más de 2 kg por vaca por día, el consumo alimenticio en 0.4 kg y la eficiencia alimenticia de 1.39 a 1.47 kg de leche por kilo de alimento.
El incrementar la eficiencia alimenticia obviamente mejoró el rendimiento y además redujo la producción de abono, lo cual tiene un efecto extremadamente importante en las grandes operaciones lecheras.
La evaluación económica de esta prueba mostró que el retorno de la inversión (ROI) del Mycofix® Plus fue de 5:1. Esto significa que por cada centavo invertido en Mycofix® Plus, 5 centavos fueron recuperados.
Adicional a lo anterior, en pruebas recientes Mycofix® Plus ha confirmado el reducir problemas de fertilidad tales como quistes ováricos y bajos índices de concepción. Todavía más, se ha recibido una gran cantidad de retroalimentación positiva confirmando que Mycofix® Plus elimina la contaminación de aflatoxinas en la leche misma y compensa los efectos negativos causados por las micotoxinas en cuanto a consumo alimenticio, producción de leche y desórdenes metabólicos.
Conclusión
Las micotoxinas pueden estar presentes en silos y alimentos concentrados para vacas lecheras. Especialmente las vacas de alta producción (más de 40 kg por día) son muy susceptibles a las micotoxinas debido a su limitada capacidad de detoxificación ruminal. Pruebas realizadas con Mycofix® Plus en vacas lecheras han demostrado resultados altamente positivos que han sido confirmados en el campo (productores, veterinarios, nutricionistas). Mycofix® Plus desencadena el potencial de las vacas de alta producción e incrementa la productividad de las explotaciones ganaderas.
Artículo publicado en Entorno Ganadero