Redacción BM Editores.
El Organismo Internacional, Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), la Federación Centroamericana para el Sector Lácteo (FECALAC), la Asociación Mexicana de Productores de Leche A. C. (AMLAC) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ofrecieron el Webinar “Situación del Gusano Barrenador del Ganado en la región: avances en prevención, control y erradicación”.
En su intervención el Dr. Armando García López, director de Campañas Zoosanitarias del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), presentó la plática “Situación actual de las campañas zoosanitarias en ganado lechero”; explicó los fundamentos legales de las campañas zoosanitarias y dijo que el Senasica, a través de la Dirección General de Salud Animal, es responsable de normar, vigilar y evaluar las campañas oficiales zoosanitarias operadas a través de los gobiernos estatales y los productores pecuarios, representados por los Comités Estatales de Fomento y Protección Pecuaria.
El fundamento legal para la operación de las campañas zoosanitarias en México está en la Ley Federal de Sanidad Animal que define a las Campañas como: “Conjunto de medidas zoosanitarias que se aplican en una fase y un área geográfica determinada, para la prevención, control o erradicación de enfermedades o plagas de los animales”.
Las campañas zoosanitarias se establecen y operan para prevenir, controlar y erradicar enfermedades y plagas, considerando el riesgo y su impacto económico y social. Las disposiciones de cada campaña zoosanitaria deben ser publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF), ya que contienen obligaciones a particulares, respecto de los requisitos y procedimientos para el reconocimiento de los diferentes estatus zoosanitarios en estados, zonas o regiones de México.
Respecto de la operación de las acciones de las campañas zoosanitarias, la Ley Federal de Sanidad Animal (LFSA) establece la figura de los Organismos Auxiliares de Sanidad Animal, responsables de ejecutar las actividades que la Secretaría, a través del Senasica, establece para la prevención, control y erradicación de enfermedades y plagas en los animales.
Cabe señalar que Organismos Auxiliares de Sanidad Animal (OASA) constituidos por las organizaciones de productores, se conformaron como Asociaciones Civiles o Sociedades Civiles sin fines de lucro, entre ellos, se encuentra la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), la Organización de Porcicultores Mexicanos (OPORMEX) y Unión Nacional de Avicultores (UNA), entre otros.
La atención al problema de las enfermedades de los animales se puede analizar desde dos enfoques de política pública, como un reto a la ganadería que afecta la producción y comercialización pecuaria, y también como un problema de salud pública por su característica de zoonosis.
Actualmente son seis las campañas zoosanitarias oficiales, que atienden enfermedades o plagas que afectan la producción pecuaria, donde cuatro de ellas se dirigen a los bovinos y son clasificadas como “zoonosis” por afectar también a los humanos y por tanto representan una amenaza a la salud pública.
Entre ellas, la Campaña Nacional contrala Brucelosis de los animales, Campaña Nacional para la Prevención y control de la Rabia Paralítica Bovina y Especies Ganaderas, Campaña Nacional para el control de la Garrapata Boophilus Spp., y la Campaña contra la Tuberculosis Bovina (Mycobacterium Bovis).
La brucelosis es una enfermedad infectocontagiosa de origen bacteriano que afecta a bovinos, porcinos, ovinos, caprinos, equinos, camélidos y perros, puede infectar a otros rumiantes, mamíferos marinos y al ser humano; ataca a un número elevado e inusual de animales al mismo tiempo y lugar y se propaga con rapidez, ocasionando grandes pérdidas económicas a la ganadería nacional.
En la ganadería lechera cobra mayor importancia por las pérdidas por abortos y baja en la producción de leche; los programas de control y erradicación combinan el manejo sanitario del ganado, con pruebas diagnósticas y vacunación; la erradicación se alcanza cuando se logra cortar la transmisión de la bacteria entre animales.
La rabia paralítica es una enfermedad infecto-contagiosa de origen viral que afecta a bovinos y otras especies ganaderas como equinos, caprinos, ovinos y porcinos. Se transmite a través del contacto con la saliva de los animales infectados, ya sea por una mordida o por el contacto directo de ésta con las mucosas o alguna herida en la piel. Este padecimiento afecta el sistema nervioso; tiene un curso agudo, progresivo y mortal. Es considerada de importancia para la salud pública, ya que es una enfermedad que se transmite al ser humano (enfermedad zoonótica). Su principal transmisor es el murciélago hematófago o vampiro común (Desmodus rotundus), quien puede ser portador del virus de manera natural y contagiar a los animales de los cuales se alimenta.
Las garrapatas son ectoparásitos del orden Ixodida, que se fijan sobre la piel de los animales y se alimentan de su sangre. Se encuentran presentes en zonas tropicales y subtropicales donde la temperatura, la humedad y la vegetación, son determinantes para que se desarrolle su ciclo de reproducción. Las infestaciones graves en el ganado producen severas pérdidas económicas debido a la disminución de la ganancia diaria de peso, de la producción de leche y del deterioro de las pieles, causando algunas veces la muerte de los animales. La mortalidad también puede ser provocada por las enfermedades hemoparasitarias que transmite la garrapata (Anaplasmosis y Babesiosis).
La Tuberculosis Bovina es una enfermedad infectocontagiosa causada por Mycobacterium bovis. Es transmisible al hombre (enfermedad zoonótica), a través del consumo de productos lácteos contaminados, no pasteurizados o por el contacto con animales infectados. En el ganado provoca la disminución de la producción de leche, además, debido a la presencia de lesiones causadas por esta enfermedad, el decomiso de carne por pieza o en canal. Esta enfermedad tiene una distribución mundial y afecta a varias especies. De los 188 países y territorios que declararon a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) su situación con respecto a la tuberculosis bovina, 82 países (44%) notificaron la presencia de la enfermedad.
Los programas contra la Tuberculosis bovina, basados en la estrategia de prueba y sacrificio de ganado infectado, se han realizado con éxito en algunos países. Este éxito, depende de los niveles de prevalencia de la enfermedad, así como de los recursos financieros disponibles, para la implementación de las medidas zoosanitarias. Estos programas son de largo plazo y deben de involucrar la participación de productores, sus organizaciones, autoridades federales, estatales y municipales, médicos veterinarios, entre otros. La presencia de fauna silvestre infectada, puede hacer más complejo el control y la erradicación de la enfermedad, como sucede en países como Inglaterra y los Estados Unidos de
En México, los programas de erradicación de la Tuberculosis bovina tradicionalmente se han enfocado en el esquema de prueba y sacrificio, que es muy efectivo cuando se cuenta con recursos para la eliminación de reactores, combinado con un buen programa de bioseguridad y bajo condiciones de prevalencias bajas. En unidades de producción lechera especializadas, con prevalencias altas, este esquema resulta difícil de aplicar, ya que el perjuicio económico por el sacrificio de vacas de alta producción, incluye no sólo el alto valor de los animales, sino de la producción potencial que se deja de obtener al eliminar estos animales.
Todo ello, propicia una enorme resistencia por parte de los productores afectados, ya que los fondos de indemnización disponibles por parte de los gobiernos federal y estatales, resultan insuficientes para compensar las pérdidas que se ocasionarían al emplear el esquema de prueba y sacrificio. Se requiere una estrategia de manejo de hato infectado especializado, que permitan reducir progresivamente la prevalencia en los establos afectados, a niveles donde sea factible aplicar pruebas y sacrificar selectivamente, y a un costo razonable, el ganado positivo.
Por su parte, Abelardo De Gracia Scanapieco, del OIRSA, presentó la ponencia “Situación del gusano barrenador en Centroamérica y medidas de Contención”; expresó que la situación epidemiológica del GBG a la semana 35 del 2024 en Nicaragua, Costa Rica y Panamá es de 764 casos nuevos, acumulados, 34 mil 595 y denuncias atendidas 912.
Ante ello, dijo, se establecieron medidas de contención en las zonas afectadas, como el tratamiento preventivo y curativo de heridas; vigilancia epidemiológica activa, pasiva, educación sanitaria, control de movilización interna y bioseguridad fronteriza y dispersión de mosca estéril del GBG.
Por parte del OIRSA, se está dando asistencia técnica, acompañamiento, visitas a zonas afectadas y verificación de las medidas sanitarias que deben ser implementadas a los países, a través de: reuniones con la autoridad oficial; visita a productores, subastas y puestos de control de movilización; orientación sobre las medidas preventivas en campo; acompañamiento en acciones sanitarias de liberación de moscas estériles; emisión de recomendaciones para enfrentar la situación; diseño de zonas de protección; designación de fondos de OIRSA para emergencia regional, a fin de apoyar la estrategia de dispersión de moscas estériles de GBG en la zona fronteriza Costa Rica-Nicaragua; reunión con organismos cooperantes para analizar y tomar medidas ante la situación de GBG; se diseñó un plan de capacitaciones a nivel regional y diseño de sistema de notificación temprana de una sospecha.
Por su parte, Alejandra Diaz, del IICA, presentó el “Desarrollo de capacidades en gestión y comunicación de riesgos para la prevención, control y erradicación del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en Centroamérica y México”; señaló que la comunicación es importante para informar e involucrar a las personas, incidir en un comportamiento y evitar que se propague el GBG y corregir información errónea y rumores.
Expresó que en los países como Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y México se llevan a cabo dos tipos de acciones, nacionales y regionales.
Se consideran tres medidas importantes, entre ellas, fortalecer las capacidades de gestión y comunicación del riesgo, a nivel de técnicos, productores, extensionistas y comunicadores en la prevención, control y erradicación del GBG; desarrollar recursos de información dirigidos a grupos específicos para la prevención, control y erradicación del GBG, y el diseño e implementación de estrategias de comunicación por medios digitales y redes sociales.
Las actividades de divulgación y capacitación, incluyen a técnicos del sector público y privado; divulgación con agricultores y operadores; fortalecimiento de capacidades en comunidades susceptibles y capacitación en comunicación de riesgos.