Presencia de Rinotraqueitis Bovina Infecciosa en unidades de producción animal

Dr. Alejandro Córdova Izquierdo

Introducción

La Rinotraqueitis Bovina Infecciosa (IBR), es una enfermedad viral producida por el Herpes Virus Bovino, Herpesviridae, de la subfamilia Alpha herpes virina (Frederick et al., 1999). Se conoce solamente un serotipo del virus; sin embargo, utilizando enzimas de restricción de ADN, se ha subclasificado el HVB-1 en dos subtipos llamados como tipos 1 y 2. El tipo 1 es el responsable de la forma respiratoria de la enfermedad, que produce conjuntivitis y abortos; el tipo 2, produce balanopostitis y vulvovaginitis infecciosa bovina. Otro tipo de virus, es el HVB-5, asociado a los cuadros de encefalitis.

El herpes virus bovino (HVB) es de tamaño relativamente grande, con una envoltura de un diámetro de 120 a 180 nanómetros, de simetría cúbica y formado por ADN, afecta el área respiratoria alta, ocular y genital en bovinos de diferentes edades. Es sensible al éter, alcohol etílico y acetona. Se inactiva en medio minuto en la solución al 0.5% de sosa cáustica, en solución de formol al 5% en un minuto y en solución al 1% de fenol, así como en 1% de amonio cuaternario en cinco minutos; pierde su actividad a 50°C durante 21 min.

Mantiene su viabilidad durante 50 días a 22°C, a 37°C por 10 días y a -60°C durante 9 meses, el pH para su estabilidad está entre 6-9. La IBR, es un padecimiento considerado como latente, ya que se mantiene en el animal hasta que se comienzan a percibir los signos y disminuciones en la producción, su periodo de incubación por lo regular es de dos a seis días y el reservorio natural es el ganado bovino; aunque puede afectar a caprinos, porcinos y conejos (Robert, 1988; Frederick et al., 1999). Este padecimiento, ha sido identificado en México, Estados Unidos y Canadá; así como en algunos países de Sudamérica, Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido, Sudáfrica, Zimbabwe, Japón y Europa (Cándido et al., 2000).

Se convierte en endémica en el país que se presenta, debido a la introducción de nuevos animales a las Unidades de Producción Animal, sin medidas adecuadas de bioseguridad (Boelaert et al., 2000). En México, se han registrado brotes en diferentes estados de la república (González et al., 2002), principalmente en regiones de alta producción; debido a la adquisición de nuevas líneas para el mejoramiento y optimización de los animales en las Unidades de Producción.

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1. Factores Predisponentes

Los factores medioambientales que predisponen la presencia de este padecimiento, son de suma importancia y por lo tanto, deben ser tomados en cuenta con el fin de tomar las medidas necesarias y pertinentes para la prevención, control y erradicación de la enfermedad (Gil et al., 2003). A continuación, se presentan los principales factores. 1.1. Temperatura El agente patógeno de este padecimiento, es un virus que se mantiene activo a temperaturas entre los 5 y 60°C; las altas temperaturas por arriba de los 30°C reactivarán al virus, así como humedades relativas altas (Frederick et al., 1999; González et al., 2002).

2. Formas de Contagio

La IBR, se puede adquirir por contacto directo de animales sanos con enfermos, se presenta entre 12 y 24 horas después de la exposición al virus. También, se puede contraer mediante la lactancia, uso de semen contaminado, transferencia de embriones en hembras positivas, uso de vacunas vivas, presencia de aerosoles contaminados, agua de bebida contaminada, etc. (Frederick et al., 1999; González et al., 2002).

2.1. Vía Aérea

El virus puede ser transmitido por inhalación y por picaduras de moscas hematófagas (O.I.E. 2002).

2.2. Equipo y Manejo

Unos de los factores epidemiológicos que favorece la propagación del virus es la sobrepoblación de animales en espacios reducidos. La higiene en las instalaciones juega un papel importante para mantener una integridad en la salud de los animales, el lavado, desinfección y fumigación tanto de maquinaria, equipo e instalaciones evitará que el virus se aloje y prolifere en cualquiera de estos medios, formando focos de infección que no pueden ser erradicados sin un buen manejo de las instalaciones y los animales, ya que el equipo puede contribuir de manera importante como reservorio natural de agentes nocivos y ser una vía de contagio horizontal en las Unidades de Producción (Frederick et al., 1999; González et al., 2002).

3. Manifestaciones del Padecimiento

3.1. Forma Respiratoria

La manifestación más común de esta enfermedad, es la forma respiratoria, por su transmisión por inhalación, provocando daño a las vías respiratorias y fosas nasales. Esta forma puede causar del 1 a 3% de mortalidad y puede ser mayor si hay complicación con otros microorganismos; se manifiesta principalmente con fiebre, disnea, disminución del apetito, secreción nasal abundante (Frederick et al., 1999).

3.2 Forma Conjuntival Ocular

Es otra forma de presentación y clínicamente puede confundirse con una queratitis infecciosa del ganado bovino, se puede presentar sola o asociada a la forma respiratoria, con secreciones claras que luego se transforman en muco-purulentas, no pasa de ser un daño ocular que imposibilita la visión del animal; pero si no se complica, puede provocar ceguera, si se convierte en crónico el padecimiento, su porcentaje de morbilidad es menor al 20% y pocas veces resulta o acaba con la muerte del animal (Frederick et al., 1999).

3.3 Forma Digestiva

Esta forma resulta de una complicación de la forma respiratoria, se presenta con diarreas y úlceras en mucosa con materias fecales blanquecinas; si se convierte de aguda a crónica, puede provocar deshidrataciones severas al animal (Frederick et al., 1999).

3.4 Forma Reproductiva

Desde el punto de vista reproductivo, es la forma de mayor importancia; en este trabajo se hará mayor énfasis, ya que afecta tanto a hembras como a machos (Frederick et al., 1999) de la manera siguiente:

3.4.1. Vulvovaginitis:

Forma clínica de la enfermedad, se presenta por transmisión sexual y es venérea, principalmente en hatos en donde la reproducción se practica mediante la monta natural y en condiciones de manejo extensivo; también en hatos donde se realiza la inseminación artificial, por el descuido de usar semen contaminado con el virus. Esta forma de IBR, se caracteriza por la inflamación de la vulva y formación de pústulas en la misma, con secreciones mucopurulentas en vulva procedentes de vagina, en ocasiones es desapercibida; sin embargo, puede imposibilitar a la hembra para llevar a cabo el apareamiento o servicio, repercutiendo en el desempeño reproductivo del hato (Frederick et al., 1999).

3.4.2 Balanopostitis:

Es parecida a la vulvovaginitis pustulosa, provoca daño al aparato genital del macho, afectando severamente la reproducción; se caracteriza por la inflamación prepucial y congestión en el pene, con secreciones mucopurulentas; que pueden agravarse provocando serias infecciones, principalmente si existen microorganismos oportunistas.

3.4.3. Transmisión a la cría:

El contagio a la cría, se presenta por contacto directo con animales que tienen el padecimiento, por lo regular no se trasmite por la vía fetoplacenta- madre, por la vía del amamantamiento, no se presenta.

3.4.4. Aborto:

El aborto se presenta a partir de complicaciones de la enfermedad con la forma respiratoria o por aplicación de vacunas vivas o poco atenuadas, principalmente si son aplicadas en el último tercio de gestación, la madre puede no presentar signos de la enfermedad (González et al., 2002), también se pueden presentar trastorno en la presentación de estros de las hembras (Guarino, 2001).

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Conclusión

La IBR afecta a hembras y machos de diferentes etapas productivas, desde el crecimiento hasta la edad reproductiva, las pérdidas se consideran por la presencia de abortos, desórdenes reproductivos, disminución en la producción de leche, mortalidad en becerros (Núñez et al., 2003) y por trastornos respiratorios, se sabe que en ganado bovino en engorda, en Estados Unidos y Canadá, causa 75% de morbilidad y 65% de mortalidad.

En el 2002, la Oficina Internacional de Epizootias en México, indicó la presencia de 1139 casos de IBR, sin reporte oficial de bajas en cuanto a animales sacrificados y/o eliminados, por lo que no se dispone de cifras concretas de la situación real de pérdidas productivas. Medidas de bioseguridad son fundamentales en las Unidades de Producción Animal para evitar la presencia de IBR, principalmente en lo que se refiere al tránsito sin control de animales de un sitio a otro; se recomienda la implementación de programa de vacunación a todos los animales de Unidades productivas susceptibles de contraer la enfermedad.

Artículo publicado en “Entorno Ganadero

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