Diferentes tipos de forrajes conservados, como heno, ensilaje de maíz, sorgo y pasto en el trópico de Veracruz, México
Raymundo Salvador Gudiño Escandón
Vicente Eliezer Vega Murillo
José Alfredo Villagómez Cortés.
Astrid Francoise Mexicano Sánchez
RESUMEN
Actualmente el cambio climático ha provocado cambios importantes en los ecosistemas pecuarios que inciden directamente en la producción de forrajes en el año, obligando a desarrollar estrategias que permitan mantener la productividad de los hatos. En este trabajo se describen alternativas de conservación de forrajes henificados o ensilados, como estrategias tecnológicas rentables para equilibrar la disponibilidad de materia seca todo el año en el trópico en la búsqueda de una ganadería bovina sostenible que permita abastecer las necesidades de alimento a nivel mundial.
HENIFICADO
Es una de las alternativas de conservación de forrajes que mejor aceptación tiene en el sector pecuario y consiste básicamente en un proceso de deshidratar el forraje a través de la luz solar, lo cual ayuda a conservarlo durante mucho tiempo (Callejo Ramos, 2017) y es una de las posibles soluciones para las sequías en forma sostenible, debido a que es un forraje que se puede consumir en épocas de escasez de lluvia o cuando se aprecia presenta marcada pérdida de peso en el ganado bovino, su objetivo es apoyar a mantener en buena condición corporal a los animales durante todo el año (Estrada, 2002).
El pasto pangola Digitaria decumbens, es uno de los que mayor calidad bromatológica presentan, por lo que los productores lo prefieren para henificar (Gómez-Trinidad et al., 2023). Funciona como una excelente herramienta para el pastoreo directo y henificado. Si en épocas difíciles o poco lluviosas los ganaderos requieren forrajes, pueden optar por producir heno con pangola (Gusmão Filho et al., 2020). A diferencia de otros pastizales, 100 gramos de pangola contienen 91% de materia orgánica, 6.75% de proteína, 1.76% de grasa, 0.32% de calcio, 0.25% de fósforo, y 33.93 de fibra (Almaraz-Buendía et al., 2019).
Con la henificación, el forraje verde se convierte en forraje seco y se ofrece a los animales en pacas. Después de cortar los forrajes, estos se colocan a la luz solar donde en alrededor de todo un día al sol, pierden entre el 75 y 85% de agua, para posteriormente transformarse en pacas que se almacenan en lugares con poca humedad y buena ventilación. Uno de los principales problemas para conservar en buenas condiciones los forrajes son los constantes cambios climáticos (Murillo-Benavides, 2013). El heno se considera como un alimento perecedero que se puede almacenar de forma segura y trasladar sin temor a que se deteriore.
Este método reduce la humedad del forraje de 70 – 90% a 20 – 25%. La henificación se debe realizar de manera que el forraje no se decolore, que no pierdan sus elementos nutritivos y que tenga una mínima pérdidas de hojas. Flores (1989), señala como ventajas de la henificación: alto valor nutrimental, gustosidad para el ganado bovino, facilidad de transporte y almacenamiento, y garantiza un buen desarrollo de los animales que consuman el heno. A su vez, la calidad de un buen heno se define por las siguientes características: olor agradable, ausencia de moho, buena proporción de materia seca (Callejo Ramos, 2017).
RENTABILIDAD DE HENIFICADO
En un estudio realizado en el trópico de Veracruz, México, (Delfín, 2023), sobre el análisis de la rentabilidad de la producción de pacas de pasto pangola (Digitaria decumbens) se observó que las actividades de siembra incluyen: adquisición de material vegetativo, rastreo, corte del zacate, acarreo de material vegetativo, tapado con rastra, aplicación de fertilizante y control de plagas y malezas. Los conceptos para la elaboración de las pacas comprenden: corte de zacate, hilerado, empacado y acarreo y transporte de pacas. El costo para la siembra de una ha de pasto pangola fue $16,250 y el costo de la producción de pacas fue de $7,700. Los costos totales de producción (siembra y elaboración de pacas por corte son $23,950). En función del manejo de la pradera (fertilización y riego), se pueden realizar dos o tres cortes por año.
En una hectárea de pangola se obtienen 300 a 600 pacas por corte, con un promedio de 450 pacas. Con un rendimiento estimado de 900 pacas ha/año (con dos cortes), el costo de producción por paca sería de $26.61; con un rendimiento de 1,350 pacas (con tres cortes) por ha/año, el costo de producir una paca es $17.74. El precio de venta promedio por paca fue $60.00, de lo que resulta una utilidad bruta por paca de $33.39 y de $42.26 por la elaboración de 900 y 1,350 pacas, respectivamente. Esto refleja una rentabilidad bruta de 55.65% y 70.43% por la comercialización de 900 y 1,350 pacas, respectivamente. Por lo anterior se concluye que, bien manejado, la producción y comercialización de pacas de pasto pangola en el trópico de Veracruz, México, es una empresa rentable.
ENSILAJE
Es un proceso de conservación de forrajes en estado húmedo mediante fermentación que conduce a la acidificación, en unos reservorios especiales denominados silos, al abrigo del aire, la luz y la humedad exterior (Estrada et al., 2013). El ensilaje es un alimento que resulta de la fermentación anaeróbica de un material vegetal húmeda mediante la formación de ácido láctico, para suplementar al ganado, garantizado la alimentación de los animales durante todo el año. De acuerdo con Filippi (2011), además consiste en la compactación del forraje a través de la expulsión del aire, que permite el desarrollo de bacterias que acidifican el forraje.
Según Vélez et al., (2014), plantean que en el ensilado los productos principales son los ácidos orgánicos láctico, acético y butírico. Los forrajes se conservan con un mínimo de pérdidas de materia seca y de nutrientes, manteniendo una buena palatabilidad por el ganado (Vieira da Cunha, 2009). En la conservación por ensilajes se trata de inhibir el crecimiento de microorganismos degradadores de materia seca (Martínez et al., 2014). El objetivo es conseguir un valor nutricional similar al forraje en el momento de la recolección (a utilización de ensilajes para la alimentación animal está considerada por el bajo coste y alto rendimiento biológico (Santos, et al., 2009).
FASES DEL ENSILAJE
De acuerdo con Enriquez (2011), el proceso del ensilaje se puede dividir en cuatro fases:
a) Aeróbica: La respiración y proteólisis por parte de las enzimas propias de la planta. Estos pueden ser reducidos optimizando la longitud de la partícula y logrando una buena compactación del material. Esta fase toma cerca de 3 días bajo condiciones normales de ensilaje.
b) Fermentación: La acidificación es causada principalmente por el ácido láctico producido por las bacterias ácido lácticas (LAB). Esta fase toma entre 2 y 3 semanas. Bajo condiciones de anaerobiosis, las bacterias ácido lácticas producen cantidades considerables de ácido láctico, haciendo que el pH disminuya, inhibiendo así el crecimiento de microorganismos indeseables (especialmente Clostridios y Enterobacterias). Las LAB pueden fermentar el sustrato homofermentativamente (solo ácido láctico) o heterofermentativamente (ácido láctico + ácido acético). Sin embargo, las LAB representan sólo entre el 0,1 al 1,0% de la microflora normal epifítica. Es por ello por lo que el uso de inoculantes bacterianos, para asegurar la fermentación ha incrementado en los últimos años.
c) Estabilidad: La fermentación se detiene debido a la falta de sustratos fermentables como los carbohidratos, y el pH permanece constante, dependiendo de las condiciones de anaerobiosis creadas.
d) Apertura del silo: Una vez abierto el silo, y durante la etapa de suministro de éste a los animales, determinadas capas de ensilado quedan expuestas al oxígeno. Los microorganismos aeróbicos, principalmente levaduras y hongos crecen y consumen materia seca (azúcar, ácido láctico y otras sustancias químicas), produciendo calor y altas pérdidas.
La calidad final del ensilado depende tanto de las materias primas como de la aplicación adecuada de la técnica. Entre los factores de la materia prima destacan la altura de corte, el nivel de humedad, el tamaño de las partículas, la porosidad de la masa forrajera, la resistencia a la compactación (Bernal et al., 2002) y la calidad fermentativa, determinada por la concentración de ácidos orgánicos, nitrógeno amoniacal y pH (Santana, 2004). En general, los forrajes con una concentración entorno al 6-8% de carbohidratos solubles y un contenido de materia seca entorno al 32-35% con bajo poder tampón constituyen una adecuada materia prima para el ensilaje. Valencia et al., (2011).
En el cuadro 1 se muestran las características recomendadas que deben presentar los ensilados. La concentración de azúcares mínima necesaria para ensilajes húmedos (forraje picado), se requiere un mínimo de 6% a 8% de azúcares (sobre MS); por esta razón, cuando los niveles de estados tiernos (o vegetativos) son inferiores, es aconsejable el presecado para disminuir la humedad hasta niveles aproximados del 50%, concentrando así los azúcares y asegurando una adecuada fermentación (McCormick et al., 2002). El tamaño de la partícula es importante, entre 1 a 1.5 pulgadas es importante para el correcto compactado y aprovechamiento como para proveer al animal de FDN, asegurándole una normal masticación y una adecuada rumia cuando el animal ingiere ese forraje (Gallardo, 2003).
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL ENSILAJE VENTAJAS
Para Estrada et al., (2013), las principales ventajas y desventajas del ensilado son:
La cantidad de comida disponible para suministrar de forma inmediata y constante durante todos los días del año.
Para los animales es muy digestible y palatable, y tiene efectos beneficiosos sobre el aparato digestivo.
La calidad del alimento es por lo general estable, y se puede almacenar en este estado por varios meses y aun años.
El ensilaje permite que los carbohidratos (azúcares) sufran transformaciones, las cuales forman dióxido de carbono y ácidos orgánicos (como ácido propiónico producto de la digestión) de muy fácil absorción por el animal.
La distribución del forraje puede hacerse muy fácilmente.
Se reducen las pérdidas por mal tiempo o estado de desarrollo del cultivo.
DESVENTAJAS
Requiere la selección de forraje apropiado.
Se trabaja con material con alto contenido en humedad y peso.
El forraje debe cortarse con una humedad apropiada, para evitar una fermentación butírica no deseable, causadas por bacterias Clostridium.
Se debe suministrar rápidamente después de retirado del sitio para evitar pudriciones.
TIPOS DE SILOS.
Los silos, son instalaciones, recipientes o construcciones que albergan los ensilados, los protegen contra la acción de los agentes climáticos (luz, agua, aire) y ayudan a conservarlos en buen estado durante largo periodo de tiempo. El manejo del forraje cosechado y del ensilado obtenido está condicionado por los distintos tipos de silos, por lo que es de interés hacer una breve descripción de éstos. El tipo de silo debe adaptarse a las condiciones técnicas de la explotación y sus dimensiones dependerán del nivel de consumo previsto.
Se consideran silos convencionales los utilizados en ganadería desde hace mucho tiempo, en contraposición a otros métodos más recientes de ensilado. Según su forma geométrica, pueden ser verticales (silos torre) u horizontales (trinchera, zanja y plataforma) (Martínez, et al., 2014). Valencia (2011) enlista a los silos más empleados en las industrias ganadera y agrícola.
Silo en montón. Es el más económico ya que no necesita ninguna construcción particular, pero el material ensilado debe consumirse rápidamente. Consiste en amontonar y apisonar sobre una superficie plana el material, cubriéndolo posteriormente con plástico y asegurando su perímetro con tierra.
Silo en trinchera o zanja. Es una zanja cubierta con plástico y luego con una capa de tierra; debe tener canaleta para el escurrimiento de agua.
Silo en torre. Son torres de almacenamiento con zonas independientes de llenado y descarga.
Silo bunker. Son construidos sobre el suelo y están constituidos por dos muros laterales paralelos, ligeramente inclinados y abiertos en los extremos.
Silo u horno forrajero. Es un silo rústico tipo trinchera, fácil de construir y relativamente económico. Consiste en cavar un hoyo cuadrado o rectangular, con una ligera pendiente en el piso y un canal interior para el drenaje con el fin de eliminar líquidos y evitar la pudrición.
FORRAJES ADECUADOS PARA ENSILAR
Se puede ensilar todo tipo de pastos usados para pastoreo con o sin mezcla de leguminosas (tréboles y leguminosas nativas), forrajes de corte (Elefante, Sudán, entre otros), sorgo forrajero, maíz, avena forrajera y otros cereales (Enríquez et al., 2011). Sin embargo, los más adecuados son aquellos que contienen suficientes azúcares y almidón (más de 6%), por ejemplo, el maíz y el sorgo. La caña de azúcar, aun cuando se ensila bien, tiene muchos azúcares y la fermentación se continua hasta la producción de alcohol, sin embargo, con la ayuda de algunos aditivos se obtienen buenos resultados. En los pastos tropicales con bajo contenido de azúcar, como el Guinea o Estrella, la acidificación no es adecuada, por lo que requieren de aditivos (Bustamante, 2004).
ENSILAJE DE MAÍZ
El maíz es importante como forraje para ensilar por su productividad, riqueza en energía, facilidad de recolección, conservación y utilización de los animales, aunque es pobre en materias primas nitrogenadas y en algunos minerales (Estrada et al., 2013). Es el forraje más apto para ensilar, pues se conserva muy bien sin adición de conservadores ni control de humedad, resultando un producto muy apetecido por el ganado (Gudiño, 2022). Para que el ensilado de maíz sea rico en energía, es necesario recolectarlo en un adecuado estado de desarrollo del grano, ya que la mitad de la materia seca de la planta procede de éste, que, a su vez, es dos veces más rico en energía que el tallo y las hojas (Enríquez et al., 2011).
COSTO DEL ENSILAJE DE MAÍZ, SORGO Y ZACATE MOMBAZA
En el trópico de Veracruz (Castañeda, 2024), estimó costos de producción y margen de ganancia de la producción de ensilados de maíz (Zea mays), sorgo (Sorghum bicolor Moench) y zacate mombaza (Panicum maximum Jacq.). Los costos anuales por la siembra de maíz, sorgo y zacate mombaza fueron $17,250, $15,500 y $9,050, respectivamente, con dos cortes los dos últimos. El costo por ensilar fue de $8,500 para los tres forrajes. El costo total por siembra, ensilaje y tapado para ensilado de maíz en silo de pastel y bolsa, y para ensilado de sorgo y zacate mombaza en silo de pastel fue $26,890, $34,330, $25,100 y $13,600, respectivamente. La producción anual de ensilado de maíz, sorgo y zacate mombaza fue 33, 53 y 49 t, respectivamente. El costo de producir un kg de ensilado fue: $0.81 el maíz en silo de pastel, $1.04 el maíz en bolsa; en silo de pastel de sorgo, $0.80 el primer corte y $0.87 el segundo y zacate mombaza $0.67. El precio de venta del ensilado de maíz fue $3.20 en bolsa y $2.90 a granel con utilidad de $2.16 y $2.09, y margen de ganancia de 67.5% y 72%, respectivamente. Se concluye que el ensilado de sorgo y zacate mombaza se utiliza para autoconsumo en las unidades de producción y el de maíz para venta y su costo de producción varía de acuerdo con el número de cortes y paquete tecnológico que se utilice.
CONCLUSIÓN
La conservación de forrajes mediante henificado o ensilaje se presenta como una alternativa tecnológica no solo rentable sino también crucial para la sostenibilidad de la ganadería bovina en el trópico de Veracruz, México. Estas estrategias permiten equilibrar la disponibilidad de materia seca durante todo el año, un aspecto fundamental para mitigar los impactos del cambio climático en la producción forrajera. Tanto el henificado como el ensilaje representan alternativas tecnológicas viables y sostenibles económicamente en el trópico de Veracruz, México, para alimentar al ganado bovino durante el periodo seco. La elección entre uno u otro método, así como la selección del forraje más adecuado, dependerá de las condiciones específicas de cada unidad de producción ganadera y de sus objetivos particulares.
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Artículo publicado en “Entorno Ganadero Abril Mayo 2025“
