Agrohomeopatía e Inocuidad: Una Alternativa de Vida

Felipe de Jesús Ruiz Espinoza
Centro Regional Universitario del Anáhuac
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral.
Correo: [email protected]

Introducción

Uno de los problemas que afecta a la sociedad actual son los procesos de contaminación que inciden en el daño parcial o permanente a los suelos, aguas, aire, cultivos y ganado, y que afectan directamente la calidad de vida de los seres humanos.

Ante este proceso de degradación que está implícito en el mundo moderno, se comienzan a construir alternativas, algunas de las cuales tienen un anclaje histórico en la agricultura tradicional como la agricultura orgánica y una conceptualización de muchas de sus prácticas que sirven de base para la agricultura agroecológica; las cuales buscan incidir en la producción de alimentos sanos, libres de tóxicos y daños directos e indirectos sobre la nutrición y salud de los seres vivos, incluyendo al hombre.

Materiales y Métodos

Se utiliza el método de elaboración de dinamizaciones infinitesimales, que incluye al soluto (que puede ser cualquier sustancia, incluyendo las muy tóxicas) y una solución hidro-alcohólica, en el caso de sustancias no solubles, se utiliza el soluto y como solvente azúcar de caña o de leche. Se recupera el método documental sobre trabajos realizados con la Agrohomeopatía, así como los trabajos realizados bajo el método estadístico experimental, además de retomar la experiencia lograda por productores, profesores y estudiantes que han aplicado las dinamizaciones infinitesimales.

Resultados y Discusión

Es común que al hablar de la producción de alimentos de origen animal y vegetal se haga referencia a los procesos de elaboración, donde los alimentos se encuentran con diversos grados de contaminación que incide directamente sobre la salud de quienes consumen aquellos alimentos. Un ejemplo palpable es el consumo cotidiano de leche, pero que según diversas investigaciones tienen un alto contenido de sustancias nocivas a la salud de los seres humanos. Con referencia a la alimentación, Voisin (1971) alude que la quimicidad presente en todos los procesos alimenticios repercuten directamente en la salud del ser humano (…), un cuerpo tóxico es aquel que provoca alteraciones más o menos graves en las funciones vitales del organismo. Una dosis tóxica crónica se hace patente sobre el organismo a través de reacciones visibles y plazos cortos.

Y la toxicidad acumulativa, por el contrario es lenta y se adquiere por periodos prolongados de exposición a sustancias tóxicas. En este sentido, Ander–Egg (1995) señala que los efectos o daños son de dos tipos agudos o crónicos. Los efectos agudos dependen de la cantidad y del poder tóxico que contenga el producto; los daños aparecen de una vez y suelen ser muy graves. Los efectos crónicos, en cambio, aparecen con el tiempo. Los fumigadores y campesinos, señala más adelante, suelen estar expuestos a los productos químicos, ya sea por inhalación, por ingestión o por contacto con la piel. No sólo corre riesgo la salud de quienes manipulan de manera más o menos directa los productos, sino de la población en general que utiliza alimentos o agua que han estado expuestos a productos tóxicos. En otros casos es por vía indirecta, a través de la carne o leche de animales herbívoros.

Esto es grave y preocupante, pues uno puede estar expuesto a la toxicidad de los plaguicidas sin saberlo; dosis de éstos se encuentran en los alimentos de consumo e incluso en la leche materna. Bejarano (2004), menciona algunos ejemplos de contaminación, están documentados por los efectos que producen los pesticidas en el ámbito del medio ambiente, seres vivos, incluyendo al hombre y por las enfermedades que vienen aparejadas a estas sustancias.

En este ámbito se tiene, por ejemplo que los plaguicidas crean daño crónico al sistema nervioso, cáncer, daños reproductivos (defectos de nacimiento, esterilidad, abortos espontáneos) alteraciones hormonales y afectaciones del sistema inmunológico. Ante este panorama se han construido diversas alternativas como la agricultura orgánica y agroecológica que pretenden eliminar el efecto negativo que causan los pesticidas promoviendo que no se usen, así como la aplicación de compostas y recuperando en el caso de la Agroecología las estrategias de la agricultura tradicional referente a la rotación de cultivos y el manejo integrado de plagas y enfermedades.

Hay que señalar que incluso la misma agricultura tradicional tiene problemas de plagas, enfermedades y aumento de biomasa en los cultivos y contaminación, y no se diga de la agricultura orgánica que en la elaboración de compostas y abonos puede tener problemas de contaminación en la masificación de alguna plaga, enfermedad o incluso en la contaminación que puede generarse con abonos donde se parte de materia orgánica donde se aplicó algún pesticida. En este contexto la investigación hecha con dinamizaciones infinitesimales nos lleva directamente a la inocuidad, porque cualquier sustancia, incluyendo las tóxicas y los microorganismos patógenos, que señala Ruiz (2011), por el proceso de elaboración (sucusión-dinamización) se vuelven inocuas y puede servir para eliminar los daños de una sustancia tóxica, eliminar los daños de los microorganismos patógenos en alimentos producidos y después de su elaboración. La agrohomeopatía es sinónimo de inocuidad, porque las dinamizaciones aplicadas en la producción agropecuaria nunca son tóxicas o contaminantes, tanto en las dinamizaciones, la producción de alimentos agropecuarios y los procesos de consumo de alimentos agrícolas y pecuarios.

Conclusiones

La Agrohomeopatía es una alternativa de vida no contaminante, la cual se puede utilizar sin riesgo en beneficio de productores, consumidores y del medio ambiente, porque es armónica con la naturaleza.

LITERATURA CITADA

Bejarano G., F. 2004. Daños crónicos a la salud provocados por los plaguicidas. Ed. Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM).

Ruiz E., F. de J. 2011. Los agronosodes y la producción agropecuaria. XIII Congreso Nacional de Ciencias Agronómicas. Protección vegetal. UACh. Chapingo México. pp. 306-307.

Voisin, A. 1971. Suelo, Hierba, Cáncer. Ed. Tecnos. Madrid, España. pp. 281 – 282 Ander–Egg, E. 1995. Para salvar la tierra. El desafío ecológico. Ed. Lumen. Argentina. pp. 145 -146.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Noviembre- Diciembre 2013

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