La producción de lechones con menos antimicrobianos es posible

EW NUTRITION

En el momento del destete se producen simultáneamente diversos factores de estrés, por lo que éste es probablemente el período más difícil de la producción porcina.

Durante el destete, solemos observar alteraciones en el desarrollo intestinal y en el microbioma intestinal, lo que aumenta la vulnerabilidad de los lechones a las enfermedades. El síntoma clínico más clásico resultante de estos factores de estrés es la aparición de diarrea post-destete. Es una señal de que algo ha ido mal, y el desarrollo de los lechones y el rendimiento general pueden verse comprometidos (Guevarra et al., 2019). Además del destete, que es una práctica inevitable en la producción porcina, la industria porcina se ha enfrentado a otros cambios. Entre ellos destaca la mayor presión para reducir el uso de antimicrobianos. Los antimicrobianos suelen asociarse a una mejora del rendimiento y la salud de los lechones.

Sin embargo, su uso se ha reducido en todo el mundo debido a la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos que afecta no solo a la salud animal, sino también a la salud humana (Cardinal et al., 2019). Reducir los antimicrobianos y la diarrea posdestete: ¿puede la nutrición de los lechones conseguir ambas cosas? Con estos cambios drásticos para los lechones y para la industria porcina mundial, los productores deben encontrar soluciones para que sus explotaciones sigan siendo rentables, sobre todo, desde el punto de vista nutricional. Nuestro último artículo presentaba dos aditivos alimentarios que pueden formar parte de un concepto sin antibióticos para lechones post-destete. Este artículo destacará algunas estrategias nutricionales esenciales que los productores porcinos y los nutricionistas deben tener en cuenta a la hora de formular piensos post-destete sin o con cantidades reducidas de antimicrobianos.

¿Qué hace que el destete sea tan estresante para los lechones?

Productores, nutricionistas y veterinarios coinciden en que el destete es un momento duro para los lechones (Yu et al., 2019) y, por tanto, un reto para todos los implicados en la cadena de producción porcina. Aunque existe una tendencia mundial a aumentar la edad de destete, en términos generales, los animales aún son inmaduros cuando pasan por el proceso de destete. Se enfrentan a varios cambios fisiológicos, nutricionales y medioambientales (figura 1).

Lechones sanos después del destete.

Comprender los desafíos para brindar el apoyo adecuado. La mayoría de estos cambios se convierten en “estresores” que desencadenan una cascada de reacciones que afectan al equilibrio y la morfología del microbioma intestinal (figura 2). El resultado es una disminución del bienestar de los lechones y, en la mayoría de los casos, de su rendimiento. Necesitamos comprender claramente cómo afectan estos factores de estrés a los cerdos para desarrollar estrategias eficaces contra las alteraciones del crecimiento post-destete, especialmente cuando no se permite el uso de antimicrobianos.

Figura 1. Los factores asociados al destete pueden comprometer el bienestar y el rendimiento de los lechones.

La producción de lechones con menos antimicrobianos es posible produccion lechones menos antimicrobianos posible1

Figura 2. Diagrama esquemático que ilustra los efectos del estrés en lechones destetados (adaptado de Jayaraman y Nyachoti, 2017).

La producción de lechones con menos antimicrobianos es posible produccion lechones menos antimicrobianos posible2

El apoyo al destete comienza antes del destete

El uso de alimentos en la lactancia o “creep feeding”, ha sido evaluado e incluso criticado durante muchos años. Algunas explotaciones siguen siendo reacias a utilizar este tipo de alimentación debido a su elevado coste y a la cantidad de trabajo que supone en la explotación, con el suministro manual del alimento y la limpieza de las bandejas de alimentación. Además, se han planteado algunas cuestiones sobre la composición ideal del alimento para esta etapa: ¿cuánta complejidad debemos añadir a esta dieta especial? Por lo tanto, se están reevaluando los beneficios del alimento creep, no sólo teniendo en cuenta la fisiología del lechón per se, sino también las características de la dieta y los diferentes programas de alimentación. Estudios recientes han puesto en tela de juicio las fórmulas altamente complejas de los alimentos para animales en lactancia.

El “creep feed” se denomina “alimento de transición” (Molist, 2021), es decir, aquella comida que es complementaria a la leche de las cerdas y no una réplica de la misma, ayudando a los lechones durante el periodo de cambio de su principal fuente de nutrientes. Por lo tanto, debemos considerarlo como una forma de familiarizar a los lechones con el alimento sólido, tal y como destacó Mike Tokach durante el Día del Porcino de la KSU de 2020. Dr. Tokach también mencionó que la presencia de comederos en el corral de lactación podría estimular los comportamientos exploratorios de los lechones. Combinadas, estas prácticas pueden dar lugar a una mayor ingesta de alimento y un mayor rendimiento durante la fase de cría.

Hacia una postura pragmática en materia de alimentación lenta

Heo et al. (2018) evaluaron tres tipos diferentes de alimento: un alimento “creep feeding” altamente digestible, un alimento de destete como creep feed y un alimento para cerdas como creep feed hasta el destete. Los lechones que recibieron el alimento altamente digestible tuvieron un mayor consumo de alimento durante la segunda a la última semana previa al destete (14 a 21 días de edad) y un mayor promedio de ganancia diaria (ADG) durante la última semana previa al destete (21 a 28 días de edad). Esto se tradujo en una tendencia a un mayor peso al destete. Sin embargo, estos beneficios no persistieron tras el destete cuando todos los lechones recibieron el alimento de destete.

Guevarra et al. (2019) también sugirieron que la transición abrupta en la nutrición de los lechones a una fuente de nutrientes más compleja puede influir en los cambios en la microbiota intestinal, impactando en la capacidad de absorción del intestino delgado. Yang et al. (2016) evaluaron 40 lechones de ocho camadas durante la primera semana tras el destete. Descubrieron que el cambio de dieta durante el destete reducía la proliferación de células epiteliales intestinales. Esto indica que este periodo afecta a la organización y localización de macromoléculas celulares, además del metabolismo energético y proteico. Estos resultados sugieren que la “similitud” en la alimentación antes y después del destete puede contribuir más a la continuidad de la ingesta de nutrientes después del destete que un alimento altamente complejo y denso en nutrientes.

Estrategias nutricionales sin antibióticos: atención a la fisiología porcina

Como se ha mencionado, es crucial evitar una caída drástica de la ingesta de alimentos/nutrientes después del destete en comparación con los niveles previos al destete. En un estudio clásico, Pluske et al. (1996) mostraron la importancia de los niveles elevados de ingesta en el peso de las vellosidades (utilizado como referencia para la salud intestinal, cf. gráfico 1). Aunque no es deseable, la reducción debe considerarse un comportamiento “normal”. Imagínese a estos lechones recién destetados, enfrentados a todos estos factores de estrés, teniendo que averiguar dentro de este nuevo grupo de iguales cuándo es el momento de comer, dónde encontrar comida, por qué el agua y la comida proceden ahora de dos fuentes distintas… Por lo tanto, el manejo, la alimentación, la calidad del agua y otros aspectos desempeñan papeles importantes en la ingesta de alimento tras el destete (figura 3).

Desde una perspectiva nutricional, los lechones al destete experimentan una transición de la leche (un líquido rico en grasas y bajo en carbohidratos) a una dieta basada en plantas (una dieta sólida, baja en grasas y alta en carbohidratos) (Guevarra et al., 2019). Incluso cuando se les ha introducido previamente en la alimentación sólida, sigue siendo difícil para su sistema enzimático hacer frente a los cereales y a la soya. Una de las consecuencias de la menor capacidad de digestión es el aumento de nutrientes no digeridos. Las bacterias nocivas proliferan y causan diarrea, reduciendo aún más una ingesta de alimento ya comprometida. Este ciclo debe romperse con el apoyo de fórmulas basadas en la fisiología del lechón. Los alimentos post-destete deben favorecer la digestión y la absorción de nutrientes, incluyendo la mayor proporción posible de ingredientes digestibles de alta calidad, con bajos factores antinutricionales. Los alimentos de alto rendimiento también integran aminoácidos funcionales, carbohidratos funcionales, y aditivos que soportan a la mucosa intestinal y a el microbioma.

Gráfico 1. Altura de las vellosidades tras diferentes niveles de ingesta de pienso (M = mantenimiento) post-destete (a.b.c barras con letras superíndice distintas son diferentes a P<0,05). (De Pluske et al., 1996).

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Figura 3. Ayudar a los lechones con soluciones eficaces.

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Proteína bruta: ¿más de lo mismo?

Los niveles de proteína bruta en los alimentos para lechones han estado en el punto de mira durante bastante tiempo. El tema puede ser muy controvertido cuando se trata del porcentaje exacto de proteína bruta en el alimento final. Algunos nutricionistas recomiendan pragmáticamente niveles máximos del 20% en la alimentación de los destetados. Otros van un poco más abajo, con algunas formulaciones que alcanzan entre el 17 y el 18% de proteína bruta total. Niveles superiores al 20% supondrán costes elevados y pueden acentuar el crecimiento de bacterias patógenas debido a una mayor cantidad de proteínas no digeridas en la parte distal del intestino delgado (figura 4).

Figura 4. Dinámica de los niveles de proteína bruta en la alimentación de lechones.

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Lo que no admite discusión, sin embargo, es la calidad de la proteína utilizada, en términos de:

  • digestibilidad,
  • la cantidad total de factores antinutricionales, y
  • el aporte correcto de aminoácidos esenciales y no esenciales (especialmente lisina, metionina, treonina, triptófano, isoleucina y valina). El papel fundamental de la digestibilidad Los ingredientes de alta digestibilidad para lechones deben ofrecer una digestibilidad mínima del 85%.

En la mayoría de los casos, para alcanzar valores biológicos elevados (correlacionados con una alta digestibilidad), estos ingredientes suelen someterse a diferentes etapas de procesamiento, incluidos tratamientos térmicos, físicos y químicos. Los subproductos animales (como mucosa hidrolizada, harina de pescado, plasma secado por pulverización) y las fuentes vegetales procesadas (concentrado de proteína de soja, granos extruidos, proteína de patata) pueden utilizarse en grandes cantidades durante esta fase. Reducirán notablemente la cantidad total de proteínas no digeridas que llegan a la parte distal del intestino, con 2 beneficios principales:

  • Menos sustrato para la proliferación de bacterias patógenas (y, por tanto, menor incidencia de diarrea).
  • Menor excreción de nitrógeno al medio ambiente.

Es bien sabido que determinadas proteínas de almacenamiento de la harina de soja (por ejemplo, la glicinina y la B-conglicinina) pueden causar daños en la morfología intestinal de los lechones y desencadenar la activación del sistema inmunitario. Sin embargo, es práctica habitual introducir este ingrediente a los lechones alrededor del destete para que los animales puedan desarrollar cierto nivel de tolerancia a dichos compuestos (Tokach et al., 2003). En Europa, donde la mayoría de las dietas son a base de trigo y cebada, la harina de soja se incluye en niveles que varían del 3 al 9% en las 2 primeras dietas, con aumentos graduales durante la fase de cría.

Aminoácidos y proteínas: gestionar el equilibrio

En lo que respecta al suministro y el equilibrio entre aminoácidos esenciales y no esenciales, la reducción de la proteína bruta total aporta una verdadera complejidad a las formulaciones. El concepto de aminoácido ideal debería ampliarse, idealmente, a los 9 aminoácidos esenciales (lisina, metionina, triptófano, treonina, valina, isoleucina, leucina, histidina y fenilalanina). En la mayoría de los casos, las fórmulas llegan hasta el 5º o 6º aminoácido limitante. Lawor et al. (2020) sugieren 2 enfoques prácticos para evitar deficiencias al formular alimentos bajos en proteínas para lechones: Mantener una proporción máxima de lisina total y proteína bruta en la dieta de 7,1 a 7,4%. No superar la relación lisina/proteína bruta de la DIM de 6,4%.

Algunos aminoácidos condicionalmente esenciales (por ejemplo, la arginina, la prolina y la glutamina) también desempeñan un papel fundamental en las dietas con niveles reducidos de proteína bruta. La glutamina es especialmente interesante. Cuando se suplementa en el alimento, puede ser utilizado como fuente de energía por el epitelio intestinal y, por tanto, prevenir la atrofia y favorecer la absorción de nutrientes, lo que se traduce en un mejor crecimiento tras el destete (Hanczakowska y Niwińska, 2013; Watford et al., 2015).

La importancia de la capacidad tampón de los alimentos – apoyo al sistema enzimático

Dada la tendencia a la reducción de antibióticos, este tema es más relevante que nunca para los nutricionistas de todo el mundo. La capacidad de fijación de ácidos (también conocida como capacidad amortiguadora) del alimento afecta directamente a la capacidad del estómago para digerir las proteínas. Por lo tanto, la capacidad tampón es de suma importancia en las dietas sin antimicrobianos, ya que influye en el crecimiento de bacterias patógenas (Lawlor et al., 2005).

En resumen, la capacidad de fijación de ácidos es la resistencia de un ingrediente o de un alimento completo al cambio de pH. En el caso de los alimentos/ingredientes alimentarios para lechones, se mide normalmente por la capacidad de fijación de ácidos a pH4 (ABC-4). Un ABC-4 más alto equivale a una mayor capacidad de amortiguación. Los alimentos con un ABC-4 elevado requerirían grandes cantidades de ácido gástrico para que el pH del estómago alcanzara un valor igual o inferior a 4. Como el lechón post-destete tiene limitaciones en la producción y secreción de ácido, el pH del estómago se mantendría alto y, por tanto, menos favorable para la digestión de proteínas.

La recomendación es disponer de un alimento completo basado en ingredientes únicos con valores ABC-4 bajos y utilizar aditivos que reduzcan aún más el valor ABC-4 (como los ácidos orgánicos). Según Molist (2020), los alimentos post-destete deben tener un ABC-4 inferior a 250-300 meq/kg.

Hablar de fibra

Las fibras alimentarias también son conocidas por regular la salud intestinal tanto en humanos como en animales. Chen et al. (2020), por ejemplo, examinaron los efectos de las fibras dietéticas solubles (inulina) e insolubles (lignocelulosa) en dietas para lechones destetados durante cuatro semanas. Los resultados mostraron que la combinación de esas fibras puede influir positivamente en la digestibilidad de los nutrientes, la composición de la microbiota intestinal, las funciones de barrera intestinal y el rendimiento del crecimiento (tabla 1).

Cuadro 1. Efectos de la suplementación con fibra dietética en el rendimiento del crecimiento de los lechones (adaptado de Chen et al., 2020).

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¿Cómo reducir los antimicrobianos?

Comprender el papel de la fisiología y la nutrición de los lechones Los productores porcícolas podrían pensar que “¿Cómo puedo reducir el uso de antimicrobianos en mi granja?” y “¿Cómo puedo mejorar el rendimiento de los lechones al destete?” son dos preguntas distintas. Sin embargo, no siempre es así. Las respuestas basadas en un profundo conocimiento de la fisiología y la dinámica de la nutrición ayudan a los lechones a superar las dificultades que encuentran durante el destete y, por tanto, reducen la necesidad de intervenciones antimicrobianas.

En este artículo, hemos explorado los principios básicos que constituyen la base para garantizar el rendimiento y la salud del lechón post-destete. Aunque no disponemos de una solución singular para eliminar los antimicrobianos en nuestras explotaciones porcinas, podemos contar con un conjunto de estrategias nutricionales sólidas e integradas. Al integrar factores que van desde la gestión hasta los aditivos alimentarios, estas soluciones pueden mejorar la salud y el rendimiento de los lechones a lo largo de toda su vida.

Artículo publicado en “Los Porcicultores y su Entorno Marzo Abril 2025

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