Aditivos Fitogénicos

Aditivos Fitogénicos en la Alimentación Animal: ¿Son Todos Iguales?

Germano Eichner.
Phytobiotics América Latina.
Resumen de la ponencia durante el Pre Congreso Impexvet en el Encuentro de AMVEAV. Junio 2017. Boca Del Río, Veracruz.
Autorizado por los Organizadores.

En los últimos años, varias empresas de producción animal han discutido el tema de cómo reducir o eliminar el uso de antibióticos, generado por una preocupación emergente en los consumidores y la sociedad en general.

Consecuentemente, se han desarrollado varias tecnologías alternas que buscan controlar la microbiota y la calidad intestinal en los animales. Dichas alternativas incluyen enzimas, prebióticos, probióticos, ácidos orgánicos; así como una clase de nuevos aditivos de origen vegetal conocidos como aditivos fitogénicos.

Los compuestos fitogénicos están presentes en nuestra rutina desde hace muchos años, por ejemplo: tés, café, hierbas y especias para la cocina, perfumes, entre otras aplicaciones y finalidades.También son conocidos los beneficios de hierbas con acción medicinal aplicada en humanos.

En el área de producción animal, un punto clave para comprender lo que son los aditivos fitogénicos sería aclarar la manera correcta de clasificarlos con un término más adecuado debido a su función. Ya que existen muchos productos y sustancias de origen vegetal, es peligroso generalizar estos términos, llamando a todos simplemente fitogénicos, fitoquímicos, extractos de plantas, hierbas o aditivos alternativos, por ejemplo. Por ello, es necesario e importante comprender que las sustancias fitogénicas son básicamente metabolitos secundarios de las plantas.

Dentro del metabolismo de los vegetales existen los metabolitos primarios, aquellos esenciales para el desarrollo de la planta tales como aminoácidos, azúcares y iones. Así mismo, existen los metabolitos secundarios, que no son esenciales para el desarrollo; sin embargo, hacen funciones especiales como la protección a predadores y microbios, por ejemplo.

En los últimos 20 años, esta clase de aditivos fue intensamente investigada a partir de varios extractos de diferentes plantas y sustancias aisladas de ellas, pero con respuestas muy variables en su eficiencia y beneficios en la producción de aves, cerdos y bovinos. Las causas de estas variaciones son muy claras: la dosis aplicada, las diferencias en composición y concentración de las sustancias activas, la interacción con los sabores y olores del alimento, y el mecanismo de acción no aclarado o definido de algunas sustancias presentes en las plantas. Así, estos son los factores principales para que muchas investigaciones no tengan éxito.

Muchas sustancias activas de origen vegetal ya conocidas (aceites esenciales, alcaloides, flavonoides, sesquiterpenos, entre otros) tienen acciones y efectos diferentes en los animales. Si hacemos un perfil cromatológico (cromatografía gaseosa, por ejemplo) de un extracto de una planta, se encontrarán muchas sustancias diferentes, algunas con un mecanismo de acción ya reconocido como benéfico para la salud y productividad animal, pero también algunas otras que pueden neutralizar los efectos de los otros, o generar malos efectos.

Con base en lo anterior, en el momento que buscamos elegir el producto fitogénico más adecuado y confiable para uso en nuestra producción animal, debemos tener en cuenta algunas exigencias básicas: 1) Mecanismo de acción claro y conocido, así como el objetivo (qué respuesta esperamos); 2) Composición y concentración de sustancias activas muy bien estandarizada; 3) Seguro para los animales y humanos que van a manejarlo en la producción del alimento.

Es importante considerar que dentro de los aditivos fitogénicos desarrollados en los últimos años, existe una clase de alcaloides llamados isoquinolínicos (extraídos de plantas del grupo de las Papaveraceas) tales como sanguinarina, protopina y queleritrina; estos tienen un mecanismo de acción muy bien aclarado (incluso en medicina humana) con el objetivo de reducir la intensidad de la respuesta inflamatoria en la mucosa intestinal, y de esa manera controlar eficientemente enteritis y diarreas generadas por diferentes causas en diferentes especies animales.

Diversas investigaciones han demostrado que los problemas inflamatorios intestinales, sin importar la causa, son los mayores generadores de pérdidas productivas, con un alto impacto negativo en los animales. Por ello, tener disponible una nueva tecnología que disminuya inflamación intestinal en los animales de producción puede ser una importante herramienta en la eficiencia de la producción.

Así, concluimos que los productos fitogénicos forman un grupo heterogéneo, muy diferentes entre sí, pero con una buena percepción del consumidor final y una buena perspectiva de su uso en el futuro. Sin embargo, cuando decidimos empezar su uso, debemos comprender de forma clara la composición, la estandarización de concentraciones y cuáles son las sustancias activas, su mecanismo de acción claro, coherente y definido, con el objetivo de tener claro la respuesta a obtener.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Octubre-Noviembre 2017

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