¿Medicar o Vacunar Contra la Coccidiosis Aviar?

JESÚS CABRIALES.
MSD Salud Animal.

La coccidiosis es una enfermedad producida por un grupo diverso de parásitos protozoarios intracelulares obligados, que infecta a los vertebrados y a pocas especies de invertebrados. En la coccidiosis aviar los parásitos protozoarios del género Eimeria se multiplican en el tracto intestinal donde ocasionan daño tisular y alteran los procesos digestivos y de absorción de nutrientes, lo que origina retraso en el desarrollo, que se refleja en pérdida de peso y mortalidad variable que depende del grado de parasitosis de la parvada.

Las especies de Eimeria que se identifican más frecuentemente en México son: Eimeria tenella, E. acervulina, E. maxima, E. necatrix y E. brunetti; de estas especies, las que se localizan e invaden la parte anterior y media del intestino (E. acervulina, E. maxima y E. necatrix) producen una alteración en las funciones de absorción de nutrientes y carotenos por el tracto intestinal, lo que ocasiona una baja de peso y despigmentación. Dentro de las especies que afectan al último tercio del intestino están E. tenella y E. brunetti. De éstas, la coccidiosis por E. tenella es la más grave debido a la pérdida en la ganancia de peso, la evidente pérdida de sangre provocada por los esquizontes de 2a. generación al invadir las células subepiteliales de las criptas y la alta mortalidad que ocasiona.

La coccidiosis aviar es la enfermedad parasitaria más importante a nivel mundial debido a las pérdidas económicas que ocasiona a la industria avícola. Estas pérdidas son atribuibles a los altos costos de medicación, al pobre desarrollo de las aves y a la mortalidad resultante de la enfermedad.

USO DE ANTICOCCIDIANOS.

Los fármacos anticoccidianos han sido la principal arma para controlar los brotes de coccidiosis y el uso de estos fármacos se remonta a la década de los 40’s con el uso de las sulfonamidas. A partir de esta fecha se han creado una gran variedad de anticoccidianos de origen químico, así como anticoccidianos ionóforos originados por fermentación biológica. La importancia de la quimioterapia es evidente desde el hecho de que la mayoría de los pollos y pavos se les da un agente anticoccidiano en el alimento, donde son gastados millones de dólares todos los años en la medicación.

Se han descrito tres métodos para su uso en la industria avícola:

El uso de un sólo producto desde el primer día de edad hasta el sacrificio, o con un periodo de suspensión de 3 a 7 días. Casi todos los productos están aprobados para utilizarlos hasta el sacrificio, pero los productores suspenden la medicación principalmente por razones económicas.

Programas duales (Shuttle) donde se utiliza un producto en el alimento iniciador y otro en el alimento de desarrollo. El uso de programas duales, se piensa que reduce la resistencia al medicamento.

Rotación de anticoccidianos. Se considera como manejo seguro el hacer cambios de productos ya que la rotación de fármacos puede mejorar la productividad al aumentar poblaciones de parásitos susceptibles a fármacos que se han utilizados por mucho tiempo.

Administrar anticoccidianos en el alimento es un método conveniente que ha permitido que un gran número de aves sean criadas bajo las condiciones intensivas de la industria avícola comercial. Sin embargo, la resistencia farmacológica ocurre donde quiera que se usen antibióticos para el control de las enfermedades y esto es particularmente cierto en el caso de la coccidiosis.

Chapman desde 1997, da la siguiente definición de resistencia farmacológica que considera apropiada para el caso de Eimeria:

“Es la habilidad de una cepa de parásito para multiplicarse o sobrevivir en presencia de concentraciones de un fármaco que normalmente destruye a parásitos de la misma especie o previene su multiplicación”.

La resistencia farmacológica ha sido motivo de importantes y exhaustivas revisiones bibliográficas. Es importante el distinguir entre una resistencia adquirida como el resultado heredable de un decremento en la sensibilidad dado por el tiempo de exposición y una variación intrínseca en la sensibilidad de ciertas cepas y especies de Eimeria a los fármacos.

INMUNOPROFILAXIS O VACUNACIÓN.

A través de los años ha surgido un gran interés sobre la respuesta inmune de las aves hacia las coccidias y con base en esto se ha desarrollado el uso de vacunas con ooquistes vivos. El objetivo de estas vacunas es inducir inmunidad protectora durante la vida productiva del ave y el principio de la vacunación se basa en la administración de pequeñas cantidades de ooquistes a las aves, con el objetivo de estimular al sistema inmune. Para entender la forma en que trabajan las vacunas contra la coccidiosis, es necesario conocer los mecanismos de inmunidad que intervienen en la protección de las aves contra esta enfermedad

La interacción del sistema inmune con los microorganismos infecciosos es un proceso dinámico entre los mecanismos del hospedero orientados a la eliminación del agente infectante y las estrategias de los microorganismos para sobrevivir en presencia de estos mecanismos efectores. En las infecciones parasitarias provocadas por protozoarios la resistencia es poco eficaz; los parásitos han desarrollado múltiples mecanismos de evasión y resistencia a la inmunidad, ya que la diversidad estructural y antigénica de los parásitos se refleja en la heterogeneidad de las respuestas inmunitarias que provocan.

En el caso de la coccidosis, debido a que es un parásito específico de huésped y de sitio de infección, los principales mecanismos responsables de la inmunidad contra este parásito se encuentran localizados en el tracto intestinal. Es por esta circunstancia que los mecanismos de inmunidad se enfocan en aquéllos presentes en la mucosa del intestino.

USO DE VACUNAS

Al administrar pequeñas cantidades de ooquistes esporulados a las aves, se estimula al sistema inmune para montar la protección ante un desafío en campo. A nivel experimental se han llevado a cabo trabajos donde se administran pequeñas dosis de ooquistes de Eimeria spp. que afectan a las aves. Se sabe que cada especie sólo estimula la respuesta inmune contra la cual se ha inoculado, es decir: la respuesta montada contra E. acervulina sólo protegerá ante desafíos contra la misma especie y no contra E. tenella, maxima, necatrix o brunetti. Por esta razón es importante estimular la inmunidad contra las especies de coccidia que afectan comúnmente a las aves.

La vacunación contra coccidias no es un concep- to nuevo, ya que ha sido utilizado por la industria avícola desde el principio de los años 50’s y las vacunas comerciales contra la coccidiosis que predominan en el mercado son: Coccivac, Immucox, Livacox y Paracox. Estas vacunas incorporan varias especies y cepas de Eimeria; algunas de estas especies son atenuadas, adaptadas a embriones de pollo o son líneas precoces. Estas vacunas proveen inmunidad sólida a las aves contra las infecciones por coccidia cuando se aplican adecuadamente en animales sanos; sin embargo, la vacunación con ooquistes vivos requiere de un sistema de aplicación eficiente y práctico que permita la exposición uniforme y sincronizada del parásito a todas las aves de la parvada.

¿CÓMO TRABAJA LA VACUNACIÓN CONTRA COCCIDIAS?

En la protección contra la coccidiosis aviar a través de la vacunación, se desea que la vacuna estimule el sistema inmune de las aves y queden protegidas contra la presencia de las cepas de campo. Para llevar a cabo este propósito es necesario dar una dosis uniforme de ooquistes a las aves de la parvada a través de un método que garantice la vía de entrada natural del parásito.

Una vez que los ooquiste vacunales han sido ingeridos por el ave, el parásito comienza su ciclo de vida e infectan el tracto digestivo llevando a cabo sus fases sexuales y asexuales para después ser eliminados en las heces, esporular y nuevamente sean ingeridos por las aves. Cuando la vacuna se administra a un mismo tiempo en todas las aves, existe una sincronización en la eliminación de los ooquistes y la reinfección de las aves. Con la ingesta de estos ooquistes que son de baja patogenicidad, cada ciclo de vida estimula al sistema inmune y monta la respuesta de protección deseada. En términos generales, con tres ciclos que se lleven a cabo, es suficiente para que las aves queden protegidas ante desafíos de campo. Esto puede observarse de manera esquemática en la gráfica 1.

Gráfica 1. La Replicación de las Coccidias Induce el Desarrollo de la Inmunidad en el Ave.

Como se puede apreciar, al administrar la vacuna en aves de un día de edad el máximo de protección conferida se observa después de la tercera semana. Durante este tiempo, las coccidias vacunales desplazarán a las de campo y son estas coccidias de la vacuna las que estarán desafiando a las aves conforme se replican en ellas.

La aplicación uniforme es crítica porque las aves que no se vacunan en la incubadora entrarán a la caseta sin exposición previa. Estas aves serán el blanco de ooquistes patógenos de Eimeria que permanecen en las casetas a pesar de la limpieza y desinfección. También serán objetivo de los ooquistes excretados por aves de la misma parvada vacu- nadas adecuadamente.

La uniformidad en el reciclaje de ooquistes en la caseta es crítica también para las siguientes tres o cuatro semanas. Los pollos más jóvenes deben tener acceso a ooquistes esporulados para que éstos puedan completar sus siguientes ciclos de vida. “La esporulación” es un proceso que debe ocurrir para hacer los ooquistes infectivos. Calor, humedad (25% de humedad en la cama o 60% HR) y oxígeno son necesarios para que el proceso de esporulación pueda ocurrir. El reciclaje en campo puede verse interrumpido por condiciones secas en la cama o densidad de la camada.

La reducción de la sensibilidad de Eimeria a los anticoccidianos, resulta en la aparición de lesiones subclínicas entre los días 24 y 42 de edad, junto con la excreción de ooquistes de campo en la cama inmediatamente antes del sacrificio. La acumulación tardía de ooquistes en la cama puede causar remanentes de ooquistes para la siguiente parvada, a pesar de la limpieza y desinfección. Las parvadas vacunadas iniciales deben lidiar con la exposición temprana a cepas de campo, antes de desarrollar inmunidad completa. Pero estas parvadas no van a tener, por ellas mismas, acumulación de ooquistes. Por lo tanto, el desafío de ooquistes remanentes será menor y menor en parvadas subsecuentes.

La vacunación no genera resistencia. La vacunación contra la coccidiosis es un método de control efectivo y sostenible.

La vacunación no genera resistencia. La vacunación adecuada es un programa sostenible que evita la coccidiosis subclínica tardía y provee protección parvada tras parvada. Por lo tanto, es importante monitorear las condiciones de la caseta para asegurar una adecua- da esporulación de ooquistes y que el reciclaje siga ocurriendo. Esto es particularmente cierto para parvadas libres de antibiótico que son criadas con menor densidad de población y humedad en la cama más baja.

Monitorear las parvadas usando conteos secuenciales de ooquistes o medición de lesiones es importante para asegurar que un programa efectivo continúe conforme las temporadas y las condiciones de la caseta cambien.

Hoy en día, se tiene cada vez más evidencia que la vacunación contra la coccidiosis es un método de control efectivo y sostenible que puede resultar en un desempeño superior de la parvada.

Artículo publicado en Los Avicultores y su entorno Agosto-Septiembre 2017

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