Residuos de plantas de incubación

¿Cómo Podemos Reducir, Reutilizar y Reciclar (Más)?

Stephen Evans.
Especialista en Incubación.
Petersime.

A medida que cada vez más personas de todo el mundo hacen lo posible por reducir su nivel de residuos, las plantas de incubación también deberían reducir, reutilizar y reciclar más, si no todos, sus residuos, ¿no? La respuesta a esa pregunta puede parecer obvia para una persona ajena a esta industria; sin embargo, los que trabajan en ella saben que la eliminación sostenible de los residuos de las plantas de incubación no es un reto fácil de afrontar. En este artículo, explicaremos a qué se debe esto y comentaremos posibles soluciones.

Una consecuencia inevitable de las plantas de incubación

El aumento mundial de la producción avícola hace que sea vital que nosotros, como industria, encontremos formas sostenibles, higiénicas y rentables de gestionar los residuos de las plantas de incubación, una consecuencia inevitable del proceso de las plantas de incubación. Aunque puedan existir costos adicionales, los residuos de las plantas de incubación siempre serán una responsabilidad ambiental que las plantas de incubación deben tener en cuenta y de la que tendrán que hacerse cargo.
Es un aspecto del negocio que toda planta de incubación debe afrontar y, si bien no resulta sencillo, desde la perspectiva económica y ambiental, tiene sentido dar un paso adelante y encontrar una buena solución para los residuos. Ahora más que nunca, el sector de las plantas de incubación debe tener en cuenta el impacto que su gestión de residuos tiene en la percepción del público.

Es posible

Los residuos de las plantas de incubación suelen suponer algunas toneladas de residuos sólidos y unos cientos de miles de litros de agua por semana, en función del tamaño de la planta de incubación y de las tecnologías aplicadas. En lo que respecta a la ubicación de la planta de incubación (es decir, una zona rural frente a una industrial y su ubicación geográfica en el mundo), la normativa gubernamental y sanitaria diferirá respecto a lo que las plantas de incubación pueden hacer con los residuos. Puede resultar complicado reutilizar y reciclar estos residuos para convertirlos en, por ejemplo, fertilizantes, comida para animales y otros derivados útiles sin infringir las normas aplicables. Y como los residuos siempre e inevitablemente consisten en varias sustancias, entre las que se incluyen restos de cáscaras de huevo y plumón, huevos infértiles, embriones muertos, pollitos sacrificados, fluidos de huevos y aguas residuales, es un tema delicado. Sin embargo, hay opciones disponibles que pueden tener éxito si se aplican y mantienen adecuadamente, incluso pueden aportar valor a los residuos y generar ingresos para la planta de incubación.

Formas de mejorar la gestión de residuos de plantas de incubación

Con el aumento de los costos de eliminación, los cambios en la normativa ambiental y la creciente conciencia de los consumidores, las plantas de incubación van a tener que encontrar alternativas sostenibles a su actual gestión de residuos. ¿Qué se puede hacer?

  • Reducir

Una primera forma de lograr una gestión más eficaz de los residuos de las plantas de incubación es reducir la cantidad de residuos producidos. Una de las claves para lograrlo es aumentar los niveles de incubabilidad, ya que, aunque al hacerlo se obtendrán potencialmente más cáscaras de huevo, son mucho más fáciles de reciclar que los huevos infértiles y sin eclosionar. Petersime cuenta con la experiencia y las soluciones para ayudarle a incrementar la incubabilidad. Esto podría incluir procedimientos optimizados de gestión de granjas de reproductoras y de plantas de incubación y equipos que creen condiciones de incubación óptimas. Incluso puede resultar útil rediseñar la planta de incubación, desde el momento en que ésta recibe los huevos hasta el transporte de los pollitos recién nacidos, para aumentar la eficiencia y la bioseguridad.

  • Reutilizar

Una segunda opción es convertir los residuos de las plantas de incubación en un derivado más valioso, como el combustible para los hornos que accionan los generadores de turbina o la digestión anaeróbica para producir metano y fertilizantes. Las cáscaras de huevo y sus membranas son un recurso rico en proteínas y nutrientes que tiene un gran potencial en varios mercados. La membrana de la cáscara de huevo contiene un 10% de colágeno, una sustancia con un gran valor de mercado en medicina (para injertos de piel, odontología, cirugía plástica o tratamiento de la osteoporosis), así como en el procesamiento alimentario, los plásticos biodegradables y la limpieza medioambiental. Las cáscaras de huevo también pueden convertirse en polvo y resultar muy útiles para la industria de la suplementación de calcio.

  • Reciclar

Las plantas de incubación que tienen suficiente espacio a su alrededor pueden canalizar el agua residual que producen (resultantes de la limpieza y el lavado de incubadoras, nacedoras y diferentes salas de incubación) hasta estanques y después limpiarla, empleando recursos naturales y haciéndola adecuada para, por ejemplo, fines de irrigación. El tratamiento adecuado de las aguas residuales de las plantas de incubación debe ser indicado por un especialista que primero medirá los porcentajes de materia orgánica y los niveles tóxicos de los efluentes y después indicará los tratamientos físicos, químicos y biológicos correctos según cada caso.

Beneficios ambientales y económicos

Los recursos naturales del planeta están bajo presión. La industria avícola debe poner de su parte para ser más sostenible en lo que respecta a la gestión de los residuos de las plantas de incubación. Disponemos de opciones factibles y los beneficios son evidentes desde la perspectiva ambiental, económica y reputacional (percepción pública). Un buen comienzo es aumentar la eficiencia de la planta de incubación optimizando la incubabilidad (procedimientos mejorados, mejores programas de incubación, etc.) y reducir el uso de recursos (principalmente electricidad y agua) y, así, ayudar a reducir el nivel de residuos.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Agosto- Septiembre 2020

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