Amoniaco: Enemigo de la producción avícola

En este artículo

Ibt. Hugo Munguía Orozco.

El amoniaco (NH3) es un gas tóxico e irritante comúnmente encontrado en la producción pecuaria, teniendo mayor presencia en la industria avícola. Este compuesto es producto de la descomposición del ácido úrico y la urea por enzimas, así como por bacterias ureolíticas, que representan cerca de un cuarto de la población total de bacterias en la cama de las aves[8], por lo que la presencia de amoniaco en grandes concentraciones puede ser un indicador de la presencia de microorganismos patogénicos ureolíticos como Aureobasidium pullulans y Scopulariopsis brevicaulis[8,13], Klebsiella pneumoniae, Enterobacter cloacae, Proteus vulgaris[3] entre otros, así como también puede tener algunas repercusiones en el desempeño de las aves (tabla 1).

Amoniaco: Enemigo de la producción avícola Amoniaco Aves 2

Los humanos pueden soportar ocho horas de exposición a 100 partes por millón (ppm) de amoniaco, después de esto comienzan a tener problemas de salud[4], ahora bien, ocho horas pueden parecer un largo tiempo, sin embargo, es una realidad frecuente para las aves de producción, ya que pasan su vida expuestas a este gas dañino.

Es común encontrar concentraciones de amoniaco superiores a 50 ppm en la producción avícola, con máximos de hasta 200 ppm debido a las restricciones de ventilación, así como a la población microbiana ureolítica presente en la cama; esto representa un gran problema tanto para los avicultores, como para las aves, ya que, de acuerdo a Reece y Deaton[4] las aves comienzan a presentar problemas de salud a partir de las 25 ppm, adicionalmente, concentraciones incluso tan bajas como 5 ppm pueden afectar el consumo de alimento hasta en un 10.4%, disminuyendo la conversión alimenticia y calidad del huevo disminuyendo la calidad de la albúmina, consistencia y color de clara, así como peso del huevo y calidad de cascarón[5]. En general, se ha encontrado que el amoniaco afecta los parámetros previamente mencionados incluso más que las variaciones de temperatura[5] como puede observarse en las gráficas 1 y 2.

El amoniaco en el aire se disuelve en los fluidos presentes en las membranas y mucosas expuestas de los ojos y tracto respiratorio, produciendo hidróxido de amonio, un agente altamente irritante. La exposición a más de 20 ppm de amoniaco afecta de manera negativa los principales órganos, como cerebro, hígado, estómago e intestinos[6], además ocasiona inflamación en córneas[7], queratoconjuntivitis que afecta el consumo de agua y alimento[8,9] e incrementa las tasas de mortalidad[10,11]. Otros efectos importantes en la salud de las aves son la sobreestimulación de las células caliciformes, que producen mucosidades, ocasionando hipersecreción de moco y exudado que, aunado a la pérdida ciliar de células epiteliales de la tráquea[12], así como a la disminución del peso y tamaño de los órganos linfoides como el timo y bolsa de Fabricio[8,13], que producen células del sistema inmune, favorecen la colonización de las vías respiratorias por microorganismos inhalados[14,15] además de disminuir la capacidad de respuesta inmune en las aves, lo que se traduce a una mayor propensión a padecer congestión, edema y hemorragias pulmonares en aves expuestas a 20 ppm de amoniaco durante 42 días[7], así como a contraer enfermedades virales e infecciosas como la enfermedad de Newcastle o aerosaculitis[16] con cuadros clínicos más severos.

La exposición al amoniaco, además, puede incrementar la severidad de la coccidiosis[17], así como ocasionar cambios en la médula, riñones y glándulas suprarrenales[16,17], además, ocasiona cambios en el pH sanguíneo a causa de los subproductos (hidróxido de amonio) formados en los pulmones, reduciendo la tasa de respiración, así como los requerimientos energéticos del ave, lo que se traduce a una pérdida de apetito[9], que repercute directamente en la ganancia de peso para pollos de engorda, o producción y calidad de huevo para gallinas ponedoras, ocasionando incrementos en el pH de la clara de huevo, lo que acelera el deterioro de la calidad en el albumen, disminuyendo las unidades de Haugh en análisis de la calidad del huevo[18].

Todos los efectos de salud mencionados influyen de manera negativa en la ganancia de peso, de suma importancia para los pollos de engorda, así como en la calidad y producción del huevo. A manera de resumen, se enlistan los efectos acumulativos de la exposición al amoniaco en las aves:

1) Al estar expuestas al amoniaco, las aves sufren un deterioro en los cilios que recubren el tracto respiratorio, lo que retira una protección mecánica ante contaminantes externos.

2) Luego, el amoniaco sobreestimula las células caliciformes, ocasionando sobreproducción de moco, lo que favorece la colonización de los microorganismos inhalados que, por ausencia o deterioro de los cilios, llegan más fácilmente al tracto respiratorio.

3) La mayor presencia de colonias microbianas en el tracto respiratorio ocasiona una respuesta inmune, sin embargo, el amoniaco afecta a los principales órganos linfoides como el timo y la bolsa de Fabricio, por lo que esta respuesta inmune no es suficiente.

4) El efecto combinado de la colonización microbiana con la formación de hidróxido de amonio en los pulmones disminuye la tasa de respiración, con lo que el requerimiento energético se ve afectado ocasionando que las aves pierdan apetito.

5) La pérdida de apetito, así como el stress sistémico ocasionado por el amoniaco ocasiona aumentos en la tasa de mortalidad, así como parámetros productivos menores.

Es por estas razones que la industria avícola debe preocuparse por la salud y el bienestar de las aves, ya que las concentraciones elevadas de amoniaco influyen de manera negativa en la salud y por ende en el rendimiento productivo a través de la reducción del consumo de alimento y el crecimiento, afectando tanto a la ganancia de peso, como a la producción y calidad del huevo.

Afortunadamente, existen en el mercado tecnologías biológicas capaces de transformar el amoniaco en compuestos de alto valor para la industria agrícola, como la tecnología patentada de Geolife utilizada en el producto Kopros C.

El tratamiento con Kopros C®, haciendo uso de su tecnología patentada Geolife®, ayuda a transformar los gases tóxicos en compuestos inocuos. La tecnología Geolife® aprovecha el metabolismo de microorganismos completamente seguros para oxidar el amoniaco hasta nitratos (NO3-), a través del metabolismo de las bacterias Nitrosomonas eutropha y Nitrobacter winogradskyi, y posteriormente remover el exceso para transformarlo en nitrógeno atmosférico (N2), trabajo realizado por la bacteria Thiobacillus denitrificans. Por otro lado, Kopros C®, gracias a su complejo de enzimas, ayuda a degradar la materia orgánica de forma acelerada, auxiliando al proceso de nitrificación para obtener una composta con mejor valor nutricional para su uso agrícola o para su venta como composta orgánica.

Adicionalmente Kopros C® ayudan a mejorar las condiciones de bioseguridad y biocontrol a través de dos mecanismos de acción:

1.Al transformar los compuestos volátiles reduce la presencia de moscas, insectos y roedores que pueden actuar como vectores de transmisión de enfermedades.

2.Los bacilos presentes en el producto (B. subtilis, B. megaterium, B. licheniformism B. amyloliquefaciens y Paenibacillus polymyxa) excretan bacteriocinas como mersacidina, lichenicidina, subtilosina A, subtilosina A1 que ayudan a inhibir el desarrollo de patógenos como Campylobacter jejuni, Clostridium perfingensis, E. coli. Salmonella spp., entre otros.

Ahora que conocemos mucho mejor los efectos del amoniaco en la salud de las aves, mejorar los parámetros productivos, así como el confort animal, está a nuestro alcance a través de la reducción de este gas nocivo utilizando los avances de la biotecnología.

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Bibliografía

  1. Schefferle, H. (1965). The Decomposition of Uric Acid in Built Up Poultry Litter. Journal Of Applied Bacteriology 28:412.
  2. Dennis, C., Gee, J. (1973). The microbial flora of broiler house litter and dust. Journal of General Microbiology 18:101.
  3. Vogels, G., Van der Drift, C. (1976). Degradation of Purines and Pyrimidines by Microorganisms. Bacteriological Reviews 40:2, p. 403-468.
  4. Reece, F., Lott, B., Deaton, J. (1980). Ammonia In The Atmosphere During Brooding Affects Performance Of Broiler Chicks, Poultry Science 59:486.
  5. Li, D., Tong, Q., Shi Z., et al. (2020). Productive performance and Egg quality Traits of Laying Hens. Animals 10(12): 2252.
  6. Braissant, O. Mclin, V., Cudalbu, C. (2013). Ammonia Toxicity: From Head To Toe? J Inherit Metab Dis 36(4):595-612.
  7. Anderson, D.P.; Beard, C.W. And Hanson, R.P. (1964). The Adverse Effects of Ammonia on Chickens Including Resistance to Infection with Newcastle Disease Virus. Avian Disease. 8: 369-379.
  8. Kling, H., Quarles. C. (1974). Effect of atmospheric ammonia and the stress of infectious bronchitis vaccination on Leghorn males. Poultry Science 53:1161.
  9. Charles, D.R. And Payne, C.G.(1966a). Influence of graded levels of atmospheric on chickens. The effects on respiration and on the performance of broilers and replacement growing stock. British Poultry Science. 7: 177-187.
  10. Miles DM, Branton SL, Lott BD (2004) Atmospheric ammonia is detrimental to the performance of modern commercial broilers. Poult Sci 83:1650–1654.
  11. Wang, Y., Meng Q., Guo Y., Wang Y., Wang Z., Yao Z., Shan, T. (2010) Effect of atmospheric ammonia on growth performance and immunological response of broiler chickens. J Anim Vet Adv 9:2802–2806.
  12. Al-mashhdani, E. And Beck M. (1985). Effect of atmospheric ammonia on the surface ultrastructure of the lung and trachea of broiler chicks. Poultry Science. 64:2056-2061.
  13. Syed, A., Ishfaq, M., Nasrullah, M., et al. (2020). Ammonia Inhalation-induced Inflammation And Structural Impairment In The Bursa Of Fabricius And Thymus Of Broilers Through Nk-kb Signaling Pathway. Environ Sci Pollut Res 27, 11596–11607 (2020).
  14. . Nagaraja, K.V. (1992). Influencia del Amoníaco sobre el sistema de defensa de las aves. Avicultura Profesional. 9(3):132-134.
  15. Calnek, B.W. (2000). Enfermedades de las Aves. 2o Edición. Editorial El Manual Moderno. México, D.F.- Sta Fé De Bogota: 967-968.
  16. Moum, S., Seltzer, W., Goldhaft, T. (1969). A Simple Method Of Determining Concentrations Of Ammonia In Animal Quarters. Poultry Science 48:3467.
  17. Caveny, D., Quarles, C., Greathouse, G. (1981). Atmospheric Ammonia and Broiler Cockerel Performance. Poultry Science 60:513.
  18. Cotterill, O., Nordskog, A. (1954). Influence of ammonia on Egg White Quality. Department of Poultry Husbandry, Iowa state College.
  19. Lott, B. Y Donald, J. (2003a). El Amoníaco puede causar pérdidas importantes. Industria Avícola. 50 (10): 8-10.
  20. Lott, B. Y Donald, J. (2003b). Amônia. Grandes perdas mesmo quando você não percebe. Catálogo Oficial Da Ave Sui. Rev Avicultura Industrial. 94 (4): 34-35.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Abril- Mayo 2021

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