Antonio Morilla González
Transferencia de Tecnología a Distancia en
Control de Enfermedades de los cerdos INIFAP
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Los animales vacunados sólo resisten el desafío de cierta concentración de gérmenes patógenos
Un animal vacunado está protegido contra el desafío de sólo cierta concentración del germen patógeno. Por ejemplo, un cerdo vacunado contra la Enfermedad de Aujeszky es capaz de resistir una concentración de 103 (1,000) virus pero no 106 (1’000,000 de virus). O sea que, para que la vacunación sea efectiva los animales deben mantenerse sanos en ambientes muy limpios para que la dosis de gérmenes que reciben del ambiente sea baja. La vacunación no debe ser utilizada para proteger animales en ambientes muy sucios pues la dosis de gérmenes patógenos que reciben llega a ser muy elevada y muchos de los animales a pesar de la vacunación se infectan.
Las vacunas inactivadas necesitan un adyuvante
Adyuvante es una sustancia que adicionada al antígeno estimula el sistema inmune debido a que lo aglutina, libera lentamente e induce una repuesta inflamatoria. Generalmente como adyuvantes se utiliza el hidróxido de aluminio o los oleosos que son más potentes, aunque cada laboratorio comercial ha desarrollado su propio adyuvante.
En la figura 1 se puede observar la concentración de anticuerpos después de la inoculación de un antígeno a un animal sin el adyuvante, y cuando se usa el adyuvante la respuesta es mayor.
Las vacunas con gérmenes vivos atenuados no necesitan adyuvante pues el germen se multiplica en el organismo incrementando la masa antigénica e inducen una buena inmunidad.
Figura 2. Respuesta primaria y secundaria serológica en la parte superior y esquema de la multiplicación de los linfocitos con receptores específicos, en la parte inferior. En la parte superior se presenta la recíproca del título de anticuerpos en base 2 de animales vacunados por primera vez (tiempo 0) y revacunados 21 días después. Los títulos positivos son a partir de 1:80. En la parte inferior se presenta como en la respuesta primaria existe sólo un linfocito con receptor específico el cual cuando reconoce al antígeno de la vacuna por primera vez, se multiplica y unos linfocitos van a ayudar a la respuesta inmune y otros quedan de memoria con el mismo receptor, en espera de encontrar nuevamente al antígeno. En la respuesta secundaria hay una gran cantidad de linfocitos con el mismo receptor o de memoria y cuando se ponen en contacto con el antígeno la respuesta de los linfocitos es inmediata, la magnitud y protección es mayor y específica para el germen. La estimulación de los linfocitos de memoria es la base de la inmunización y la protección inducida por vacunas.
Respuesta inmune a las vacunas monovalentes y polivalentes
Las vacunas o bacterinas cuando se aplican por primera vez inducen en el animal una respuesta inmune primaria. Quiere decir que los antígenos que se inocularon fueron reconocidos por unos cuantos linfocitos que tenían los receptores específicos. Los linfocitos se multiplican para que ayuden a la respuesta inmune protectora pero a la vez quedan otros linfocitos de memoria con los mismos receptores en espera de volver a reconocer el antígeno. Para la segunda ocasión en que el animal se pone en contacto con los antígenos del germen patógeno por una infección, van a ser reconocidos por el gran número de linfocitos de memoria que se formaron en la respuesta primaria, por lo que la secundaria va a ser más rápida y de mayor magnitud. La respuesta secundaria es la protectora pues la vacunación sólo estimuló la producción de un gran número de linfocitos de memoria (figura 2).
Las vacunas monovalentes son las que contienen un sólo antígeno del germen patógeno y las polivalentes son las que contienen varios antígenos de los gérmenes contra diferentes enfermedades. La tendencia de los laboratorios comerciales es producir vacunas polivalentes para reducir el manejo de los animales pues con una sola aplicación se protege al animal de varias enfermedades.
Si se aplica una vacuna polivalente a un animal, la segunda debe ser la misma polivalente para obtener una buena respuesta anamnésica contra todos los antígenos (figura 3). Se debe evitar la aplicación de una vacuna monovalente (antígeno B) la primera vez y aplicar posteriormente una polivalente (antígenos A, B, C), pues la respuesta anamnésica o de memoria a la primera vacuna (B), bloquea a los otros antígenos (A, C) de la vacuna polivalente (figura 4). La conclusión es que si se aplica una vacuna monovalente se debe continuar con monovalente y si se empieza con una polivalente se debe continuar con la misma.
Conclusión
La vacunación sólo evita que no haya signos clínicos pero no evita que haya infección en el animal. Existen vacunas monovalentes y polivalentes que contienen varios antígenos. Se debe utilizar monovalente la primera y la segunda o más veces; y de manera semejante se debe utilizar polivalente la primera y la segunda o más veces
Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno