Enfermedades más comunes en cunicultura.II

Toni Roca (conejólogo)
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www.conejos-info.com
Angel Mateo (veterinario)
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Patologías específicas de los reproductores

El síndrome respiratorio es, a nuestro criterio técnico, uno de los más graves problemas que existe en las granjas de conejos. Todas las patologías específicas, a excepción de las sarnas, presentan una conexión u otra con dos gérmenes principales causantes o desencadenantes como: Pasteurelllas y Bordetellas. A partir de estos agentes etiológicos, existe una legión de bacterias fácilmente exaltables o complicantes que causaran patologías específicas como veremos a continuación.

El cunicultor tiene en sus manos el poder realizar toda una serie de atenciones en su granja para evitar la exaltación de estas bacterias y, así, minimizar sus efectos. Evitar corrientes de aire, exceso de amoníaco, hacinamientos, polución, control de humedades y temperaturas excesivas, falta de higiene, manejos deficientes, parasitosis internas, etc.

Síndrome respiratorio (rinitis, neumonía, abscesos, septicemia, etc.)

Etiología

Enfermedad respiratoria muy común que se caracteriza en una primera fase por su rápida difusión y por los repetidos estornudos y la mucosidad nasal. Se le considera como una localización de ataque de Pasteurella spp, desde la cual se extiende a otros órganos y localizaciones del animal, y que se debe tratar inmediatamente por ser muy contagiosa, poder atacar a todos los conejos y ocasionar bastante mortalidad si permitimos su extensión y desarrollo. Se suelen encontrar asociados a las Pasteurellas varios agentes causantes y desencadenantes: Bordetella bronchiseptica, Staphilococcus aureus, Haemophilus influenzae, Pseudomonas, Klebsiellas y Micoplasmas.

Los factores ambientales son los grandes predisponentes al problema: corrientes de aire, calor y frío excesivos, variaciones bruscas de temperatura, baja humedad, nivel alto de amoniaco, alimento polvoriento, polución del medio,… además de la densidad de animales en la granja, las parasitosis internas, cantidad de pelo quemado, estrés.

Síntomas y lesiones

Los conejos atacados estornudan, resuellan sordamente y presentan los hocicos mojados y sucios de una secreción serosa, glerosa o viscosa que se seca y que tratan de quitarse frotando con las manos y extendiéndola por el hocico. Se observa la cara interna de las patas anteriores con los pelos aglomerados y húmedos al frotarse con ellos la nariz.

Tienen fiebre, abatimiento, el pelo erizado, sed e inapetencia. A veces faltan las secreciones, la mucosa tumefacta dificulta la respiración y se oye un ronquido característico acompañado de una dificultad respiratoria. La evolución nasal (rinitis), neumónica o septicémica depende del grado de virulencia de los agentes implicados, del tipo de pasteurella que se presente y de la receptividad del conejo, condicionado todo ello por situaciones ambientales y el estado de sus defensas naturales.

La rinitis puede evolucionar según los órganos que resulten afectados:

  • Rinitis crónica: Se produce en animales mayores con estornudos muy persistentes, obstrucción nasal y habitual presencia de secreción mucopurulenta tanto en fosas nasales como en patas delanteras.
  • Otitis: Corresponde a una infección colateral de la rinitis, por extensión de la infección a la trompa de Eustaquio, con una afección purulenta en el oído medio, con destrucción del nervio vestibular y conductos semicirculares. La cabeza aparece ladeada hacia el lado afectado. A veces afecta al oído interno y cerebro. El animal puede llegar a arrastrar la cabeza por el piso de la jaula. Debe diferenciarse de la encefalitozoonosis (en este caso hay lesión renal pero no pulmonar)
  • Abscesos: Fríos, de contenido blanco y cremoso, de irregular tamaño y lenta evolución, son otra forma crónica de manifestación pasteurelosica si se sitúan en zonas cercanas a la cabeza; en caso de localizaciones más distales el agente implicado suele ser un estafilococo.
  • Bronconeumonía: Es la evolución más frecuente. Afecta a todas las edades y se localiza en el tejido pulmonar con alteraciones inflamatorias catarrales o fibrinopurulentas (en pleuras), con marcadas áreas de hepatización pulmonar (aguda o crónica) en lóbulos, inicialmente en los apicales, y posterior extensión al resto. En algunos casos pueden aparecer abscesos pulmonares localizados. Causa descarga nasal, estornudos, fiebre, decaimiento, disnea, cianosis y muerte.
  • Pasteurelosis septicémica: Enfermedad de desarrollo muy rápido (de unos a dos días) con muerte del animal que se presenta estirado en la jaula. Los pulmones, corazón, hígado y riñones aparecen congestionados con puntos hemorrágicos. La sangre de los vasos, de color negro, sin coagular. Tejido conjuntivo subcutáneo con petequias. Ganglios linfáticos inflamados. Las mucosas respiratorias y digestivas presentan asimismo petequias.

Finalmente la mortalidad es el desenlace que estos cuadros más graves pueden tener en los animales, en caso de no acometer ninguna medida preventiva ni terapéutica.

Prevención

Revisar las condiciones ambientales del conejar y corregir los niveles alterados. Las medidas higiénicas (limpieza) y los controles ambientales (ventilación), unidos a la máxima de: “no oler a conejo y evitar corrientes de aire”, son medidas principales. La vacunación con bacterinas polivalentes, aplicadas por vía subcutánea a las hembras en la mitad de su gestación, mejoran el estado defensivo de los animales. En casos difíciles, en que las condiciones de hábitat no pueden ser mejoradas, el recurrir a las autovacunas puede paliar los efectos que, guste o no, seguirán siendo negativos.

Eliminar o someter a cuarentena a los animales sospechosos y tratar sistemáticamente a los reproductores que inicien la sintomatología (tos y moco).

Los tratamientos preventivos antiestrés (antibiótico de amplio espectro vitaminado) al prever condiciones predisponentes al problema, suelen ser muy eficaces.

Tratamiento

Resulta imprescindible el control ambiental, evitar tufo a conejo, las corrientes de aire, humedad excesiva, variaciones bruscas de temperatura, sequedad, suciedad y pelo; deberá desinfectarse como mínimo dos veces a la semana el ambiente, mediante un producto químico de alta acción germicida.

Se realizará un tratamiento oral (en agua de bebida o en alimento balanceado) a todos los animales usando preferentemente: Cloranfenicol (en países donde esté autorizado), Tilmicosina, Tilosina, Espiramicina, Trimetoprim-Sulfamida, Oxitetraciclina, Clortetraciclina, Doxiciclina o Enrofloxacina. También puede aplicarse un tratamiento por vía parenteral (inyectable) con: Gentamicina, Penicilina, Oxitetraciclina, Trimetoprim-Sulfamida, Espiramicina o Tilmicosina, a los conejos que manifiesten síntomas graves y que no deban ser eliminados. La vía de aplicación dependerá de lo agudo y grave que sea el proceso, eligiéndose la vía parenteral para los casos más graves o agudos.

La aplicación de una vacuna especifica, o una autovacuna, puede proteger a los que no estén aun afectados y deberá ser recomendada por un veterinario especialista.

Metritis y Piometra

Etiología

Es una infección local del útero o matriz de la coneja, suele estar provocada principalmente por estafilococos, y en menor medida por pasteurellas que producen una clínica y lesiones variables.

Síntomas y lesiones

La infección del útero se denomina metritis, la cual puede ser aguda o crónica, pero en este caso no hay presencia de material purulento, que solo se presenta en las piómetras. En cunicultura son más frecuentes las segundas que se caracterizan por la producción de un líquido mucopurulento localizado en el útero, el cual se halla dilatado, engrosado y tumefacto. Puede apreciarse flujo vaginal, aunque son más frecuentes las metritis cerradas (sin salida de flujo) que sin embargo en un determinado momento pueden llegar a descargarse un material pastoso con aspecto de yogur. Las consecuencias para las hembras son esterilidad y abortos. Una hembra enferma puede contagiar a los machos durante la cubrición.

Prevención

Las medidas higiénicas básicas, especialmente en el entorno de la jaula de la hembra, así como el control sanitario de los machos (que actúan como transmisores) son las herramientas básicas de control.

Tratamiento

Animales afectados clínicamente de este proceso deben ser eliminados de forma inmediata. Para evitar la extensión del proceso se aplicará un tratamiento antibiótico a los reproductores, preferiblemente por vía parenteral.

Mastitis o Mamitis

Etiología

Proceso inflamatorio de las glándulas mamarias, que aparece en hembras lactantes. Infección bacteriana en la que pueden estar implicadas: Staphylococcus spp (principalmente aureus), Streptococcus spp, Pasteurella spp, y en menor medida Klebsiellas, Enterobacterias y Pseudomonas.

La infección suele afectar una o dos mamas, lo que permite a la coneja seguir criando a sus gazapos, pero puede progresar al resto. Las lesiones de los pezones debidas al tipo de nidal, suelo de jaula, mordeduras de los gazapos al mamar, material punzante en el nido, etc., pueden producir la infección que se contagia fácilmente a través de lesiones cutáneas, internas y penetrando por el canal del pezón.

Síntomas y lesiones

Las mamas se inflaman, están duras, calientes y generan dolor en el animal. Los gazapos están desnutridos. Las conejas afectadas están inquietas, pierden el apetito, rechazan a los gazapos y presentan las mamas calientes, turgentes, enrojecidas y dolorosas. La secreción láctea se convierte en un líquido cremoso, purulento y que enferma a sus hijos.

Prevención

Al realizar la cubrición la coneja suele estar lactante y en el momento de la palpación deberían observarse las mamas de las hembras como medida rutinaria.

La limpieza y desinfección de los nidales es primordial, así como la del suelo de la jaula de los machos, receptor de varias hembras y posible fuente de contagio; en caso de realizarse inseminación artificial deberá tenerse especial cuidado tanto con los machos como con el material de inseminación y el manejo que sobre él se realice.

No trasladar gazapos de una coneja enferma a otra sana. Evitar el contagio a través de las diferentes acciones de manejo (cubriciones, palpaciones) Debe observarse especial cuidado con la posible transmisión a través de la aplicación de inyectables a los animales (vacunas, antibióticos, hormonas, etc.) Por tanto siempre debe utilizarse una aguja por animal para cualquier inyección que se administre a un animal.

Tratamiento

La eliminación cuando el animal está afectado es una medida necesaria.

Aunque el conocimiento del germen causal mediante análisis y su antibiograma pueden ser de gran ayuda, el tratamiento general debería consistir en:

  • Vigilar las fuentes de contagio: Machos y hembras portadores, material sucio y contaminado.
  • Desinfectar a fondo el suelo de la jaula.
  • Inyectar, por vía subcutánea un antibiótico, preferiblemente de acción retardada. Se pueden emplear Penicilina-Estreptomicina, Espiramicina, Tilmicosina, Sulfamidas-Trimetroprim u Oxitetraciclina. La elección de uno de ellos y su momento de aplicación dependerá de la clínica y sensibilidades del germen implicado.

Toxemia de gestación o Cetosis

Etiología

Se trata sin duda del proceso metabólico más frecuente en cunicultura. Aunque puede darse todo el año, viene asociado normalmente a épocas de calor. Afecta principalmente a hembras de 1ª y 2ª gestación. El cuadro se presenta con muerte súbita de hembras gestantes, no lactantes. Mueren las hembras mas hermosas y gordas, en los días alrededor del parto y normalmente previos a él.

Debido a las elevadas necesidades energéticas de las conejas en el último tercio de gestación, estas requieren ingerir una notable cantidad de alimento; sin embargo el calor, la propia gravidez de la hembra, así como un exceso de peso en ella reducen drásticamente su ingesta con lo que se genera un déficit energético de la hembra que desencadena una utilización masiva de su grasa de reserva. El hígado es incapaz de metabolizar esta gran cantidad de grasas, lo que provoca una intoxicación endógena por cuerpos cetónicos, con muerte del animal.

Síntomas y lesiones

La presencia de hembras jóvenes gestantes y obesas debe prevenirnos de su posible aparición. Es característica la aparición de hembras muertas dentro del nido, o al menos parte dentro de él. No presentan ningún síntoma externo. En las lesiones se observa un engrasamiento generalizado, especialmente en cavidad abdominal, con presencia de grandes cantidades de grasa. A esto se acompaña un aumento del tamaño de hígado, presentando un color aclarado (aspecto de hígado cocido) y se rompe con facilidad, lo que comporta una degeneración grasa hepática.

Prevención

Pasa por un racionamiento adecuado y evitar la obesidad de los animales administrando en esta época un alimento equilibrado y bajo en energía.

Tratamiento

Administrar en agua al final de gestación soluciones energéticas (glucosa, propilenglicol, etc.) o bien inyectar en caso necesario soluciones energéticas y hepatoprotectoras en casos más avanzados.

Distocias (torsión de útero, prolapsos, etc.)

Etiología

Distocia es todo aquel parto que no sucede de forma normal o que no termina con el nacimiento de gazapos vivos y sanos. En cunicultura los problemas distócicos suelen terminar en partos con todos o parte de los gazapos muertos, si es que llega a finalizar el parto, y en la muerte de coneja y gazapos si este parto no se llega a producir. El origen de la torsión radica en un giro del útero, que puede ser de 180o o superior, en su sentido longitudinal. Este hecho imposibilita la salida de los fetos por la estenosis que se forma, lo que lleva a la muerte de hembra y gazapos. El prolapso de útero es una evaginación de este órgano, con su salida al exterior, no es mortal en primera instancia pero es necesario eliminar el animal afectado pues no resulta útil para la producción.

Prevención y tratamiento

La prevención de ambos procesos es difícil; en el caso de la torsión de útero resulta eficaz la inducción del parto con prostaglandinas el día 29 de gestación. Una vez desencadenado el proceso no existe ningún tratamiento eficaz para estas dos patologías.

Necrosis plantar (mal de patas)

Etiología

Son varias las causas que al final dan lugar a estas afecciones, siendo los gérmenes mas frecuentes los Gram+. El Staphilococcus aureus es el mas aislado aunque el anaerobio no esporulado Sphaerophorus necróphorus aumenta la gravedad de la necrosis.

Actúan como factores favorecedores el peso de los animales, el suelo inadecuado de las jaulas, la humedad, la suciedad y el frío en la explotación. La evolución de la enfermedad es en general crónica, apareciendo en los tarsos de las patas posteriores para, en función de la gravedad, producir ulceraciones y abscesos en todas las patas, y más raramente en boca y parte posterior del cuerpo.

Síntomas y lesiones

La inmovilidad, adelgazamiento y reacciones dolorosas indican la presencia del mal de patas. En las hembras la pérdida de fertilidad, mortalidad de las camadas e irritación, pueden alertar al cunicultor.

La observación de las patas nos diferenciara una sintomatología que puede ser local a base de costras secas y frías (asépticas o no infectadas), que no revisten complicaciones graves o de carácter más general, con costras tumefactas y húmedas (sépticas) agrietadas con exudado y abscesos.

Prevención

Al tener un componente hereditario es conveniente evitar la descendencia de los animales afectados y controlar el trofismo y la cantidad y calidad del pelo que recubre las plantas de las patas traseras de los mismos.

Evitar la humedad y asegurar una buena ventilación, así como la limpieza y desinfección de los suelos de las jaulas son atenciones principales. En caso de duda o en animales pesados, colocar un reposapatas en la jaula reducirá el problema.

Tratamiento

En las formas asépticas, mediante la colocación de reposapatas y aplicación local de una tintura desinfectante, puede desaparecer la costra con el tiempo. Cada quince días debe realizarse una limpieza y desinfección.

En las formas sépticas cicatrizar la herida mediante la aplicación con un spray de una solución antibiótica, antifúngica y cicatrizante. Puede asimismo ser necesario un tratamiento antibiótico vía parenteral. El tratamiento puede durar unos 15 días. No se descarta la eliminación de los animales muy afectados.

Sarna psoróptica (mal de orejas)

Etiología

El parásito causante es el acaro Psoroptes cuniculi que succiona la linfa, jugo tisular y sangre, para lo cual pican con sus quilíferos en forma de estilete en el estrato corneo de la piel. Los huevos suelen ser depositados en los bordes de las porciones cutáneas afectadas. Se desarrollan rápidamente, por lo común en una o dos semanas.

Síntomas y lesiones

La infestación se inicia por un ligero enrojecimiento de la piel del fondo de saco de la pared interna del pabellón de la oreja, al principio del conducto auditivo, y con el desarrollo de la parasitosis sobreviene irritación, prurito, inflamación, tumefacción, dolor y una secreción escamoso-ceruminosa, con acumulación de esta, que desborda al exterior. La enfermedad puede propagarse hacia el oído interno y ocasionar la muerte. Es una infección de desarrollo lento en la que el animal enflaquece. Los infestados, al principio, sacuden la cabeza débilmente, y más adelante con ruido de golpeteo de orejas; con las patas posteriores se rascan la cuenca auricular. Si tienen más atacada una oreja, inclinan la cabeza de este lado, aunque suelen tener afectación bilateral.

Prevención

Se vigilará el fondo de saco de la pared interna del pabellón de la oreja. Esta enfermedad, muy extendida, se debe a la falta de higiene y se puede evitar fácilmente observando de cuando en cuando (en la cubrición o en la palpación), y siempre al ingresar un ejemplar, el fondo del pabellón de la oreja en los individuos que se guardan para futuros reproductores, y aunque no se aprecien costras se debe aplicar  una pomada o emulsión antisárnica en el punto citado.

Tratamiento

Se procederá a la aplicación de pomada o emulsión antisárnica a todos los reproductores, complementándolo con la pulverización de productos antisárnicos sobre fosas, paredes, y material de cría. En general los productos más empleados son los organofosforados y las piretrinas. También puede ser necesario, en caso de infestación masiva de la explotación el tratamiento parenteral o en el alimento compuesto con una avermectina.

Sarna sarcóptica o de la piel

Etiología

El acaro Sarcoptes scabiei, variedad cuniculi, actúa en los estratos profundos de la piel causando intenso prurito, alopecia y aparición de costras blanco-grisáceas. Sus localizaciones más importantes son patas delanteras, hocico, orejas, pudiendo llegar a extenderse al resto del cuerpo. La poca sanidad e higiene en el conejar facilita la proliferación de estos ácaros cuyas hembras excavan galerías en la epidermis y depositan sus huevos mezclados con materia orgánica.

Síntomas y lesiones

Es una enfermedad parasitaria transmisible al hombre. Empieza en el extremo del hocico y se va extendiendo por labios, mentón, base de las uñas… El animal se rasca y las excoriaciones escamosas se recubren de costras grisáceas que van engrosándose hasta formar proliferaciones epidérmicas.

Prevención

Priman las medidas higiénicas y una buena alimentación. Se deben inspeccionar con regularidad a los animales, realizar cuarentena a los dudosos y de nueva adquisición y tratar de forma persistente y sistemática a los enfermos. Una desinfectación periódica a base de insecticidas-acaricidas en el ambiente del conejar previene este tipo de infestaciones así como evitar ratas y ratones junto a los animales domésticos: perros y gatos.

Enfermedades de todas las edades

Citaremos en esta sesión, las dos enfermedades víricas más temibles en la actualidad a pesar de que su incidencia es mínima en México. Es importante tener conocimiento de estas dos enfermedades para un diagnóstico temprano y total erradicación.

Otra enfermedad importante es la Dermatomicosis o Tiña, que se manifiesta en la piel de los conejos y está causada por hongos. Se caracteriza por su facilidad de contagio, incluso a las personas.

Sin duda, el mayor interés de este tercer acto son las enfermedades del tracto digestivo. Las diarreas de los conejos es uno de los fenómenos de más fácil y frecuente observación por parte de los cunicultores. Sea cual fuere su origen, estas diarreas pueden presentar un aspecto diverso: líquidas, semilíquidas, amarillo-claras, marronosas, oscuras, negruzcas, espesas, con mucosidad, con sangre, amarillo-verdosas, fétidas, pastosas, etc. Su evolución también es muy variada por oscilar de una presentación sobreaguda y mortal hasta crónica. Por la edad de su presentación.

Se puede dar tanto en los animales jóvenes como en los adultos, aunque en los primeros reviste mayor gravedad. En definitiva, el síndrome diarreico es sumamente variado tanto en su presentación como en su ulterior evolución.

El cunicultor tiene en sus manos un primer control del proceso evitando el estrés que pueden motivar el ambiente y el alimento. El suministro de agua limpia y sin contaminación y las conejas reproductoras sanas disminuyen en grado sumo los procesos diarreicos en los gazapos lactantes y de engorda.

La presencia de parasitismo interno o externo en los animales, los estados carenciales, los vicios de tirar el balanceado o comer el pelo, la presencia de cecotrofos en la fosa y la falta de crecimiento nos están indicando que la granja no anda bien y se puede originar un proceso diarreico en los animales.

Es importante no confundir un desequilibrio digestivo con una problemática infecciosa para evitar tratamientos erróneos, costosos y de consecuencias nefastas.

Mixomatosis

Etiología

El virus de Sanarelli, causante de la mixomatosis, es un Pox-virus que se puede propagar tanto por vía aerógena, por contacto directo entre los animales (exudados, acoplamientos,…) como por la acción de insectos picadores y chupadores cuya presencia depende de la estación del año y de las condiciones atmosféricas e higiénicas previas.

Sumamente contagiosa y mortal, ataca tanto a los conejos salvajes como a los domésticos. La incubación dura de tres a cinco días y la evolución de cinco a doce, por termino medio. Existen cuatro formas clínicas (aguda, subaguda, crónica y atípica)

En primavera y a finales de verano es cuando se observa mayor virulencia, especialmente en zonas húmedas y calurosas. La densidad de población favorece la expansión y desarrollo de esta enfermedad.

Síntomas y lesiones

La enfermedad se manifiesta con la inflamación de la conjuntiva, ojos lacrimosos y semicerrados, párpados hinchados y secreción purulenta; el animal va perdiendo visión, no come y anda vacilante, quedando ciego y depauperado, muriendo a los pocos días. Tiene las orejas calientes, hinchadas, caídas y dolorosas; la cabeza también aparece hinchada y edematosa, principalmente el hocico, que toma un aspecto monstruoso. Los órganos genitales y el ano están inflamados, la orquitis es enorme. Bajo la piel se forman unas nudosidades (mixomas), que se perciben fácilmente al tacto, de tamaño de una avellana y que pueden producir ulceraciones. En las orejas se aprecian muy claramente.

Se pueden apreciar los ganglios linfáticos regionales inflamados, congestión pulmonar y del bazo. En fases muy avanzadas pueden observarse petequias generalizadas.

Prevención

Como conservan el oído, los conejos de campo enfermos se dirigen hacia donde oyen ruidos, buscando instintivamente refugio y van a morir cerca de los caminos y de las casas de campo completamente extenuados. Se deben matar los animales enfermos y quemar los cadáveres o enterrarlos profundamente, con una capa de cal viva.

Los conejares cerrados estarán provistos de tela anti mosquitos en todas sus aberturas y se desinsectaran los locales, nidales y deyecciones presentes. Separar los animales sospechosos, desinfectar sus jaulas e incluso el ambiente con derivados fenólicos. Evitar suministrar forraje verde en épocas de mayor desarrollo de la enfermedad.

La vacunación preventiva es muy aconsejable, existiendo dos tipos de vacunas: las que contienen el virus del fibroma de Shope, heterólogas, y las que emplean el virus de la mixomatosis (virus de Sanarelli) atenuado, que se denominan homólogas. Todas las vacunas de mixomatosis son vivas, sin embargo difieren en la eficacia, rapidez de protección y duración de esta. Dependiendo de los factores y parámetros reinantes en cada explotación se utilizará una u otra. Se realizará una vacunación de los reproductores de 2 a 4 veces al año. Se aplica por dos vías, subcutáneamente en la región del cuello o espalda o por medio del Dermojet, aparato de vacunación intradérmica. Los gazapos de engorde no se suelen vacunar si no existe peligro inmediato de contagio, en este caso, podrán vacunarse a partir de los 26 días de edad, siendo en este caso más recomendable el empleo de Dermojet, al generar una protección rápida, aunque más efímera.

Tratamiento

No existe en la actualidad ningún tratamiento curativo eficaz. En caso de padecer la enfermedad, se extremaran las medidas profilácticas de higiene, exterminando toda clase de insectos continuamente, desinfectando todo el material que haya tenido contacto con animales enfermos y el ambiente cada dos días.

Se eliminaran los animales enfermos y sospechosos, destruyéndolos con fuego, a ser posible. Esta práctica debe ser diaria, mañana y tarde.

Puede vacunarse el conejar, intentando interferir al virus virulento mediante la vacuna. La reacción, en animales en periodo de incubación, puede ser espectacular y deberán ser prontamente eliminados.

Si el trabajo es eficaz, entre 15 y 20 días, puede normalizarse la situación. Sin embargo debemos mantener este sistema hasta llevar un mes sin la aparición de ningún caso clínico.

Todo lo dicho es válido para las formas clásicas, sin embargo debemos mencionar la forma Amixomatósica o Atípica, de presentación mayoritaria en explotaciones industriales. Es una variante del proceso caracterizada por unos síntomas respiratorios. Se observan animales afectados de blefaroconjuntivitis, diseña, congestión auricular y edema ano-genital, sobretodo en el post destete, aunque puede involucrar a toda la explotación, cursando en los adultos con pseudotumores cutáneos. La evolución de la enfermedad conlleva hacia un coriza infeccioso e incluso hacia una pasteurelosis.

La profilaxis y tratamiento son similares a los citados para la mixomatosis clásica. El contagio puede producirse sin necesidad de insectos vectores y puede presentarse durante todo el año, siendo las estaciones frías las de mayor riesgo.

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