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La industria cárnica de Estados Unidos está invirtiendo miles de millones de dólares para automatizar trabajos notoriamente difíciles.
Ing. Jesús Morales Barbosa.
Director de BAZE CONSULTING.
Consultoría de Mercados.
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En un Reporte de mercado emitido el día 23 de junio de 2024, el Ing. Jesús Morales Barbosa, Director de BAZE CONSULTING, indica que, la industria cárnica estadounidense, con más de 200 mil millones de dólares en ventas anuales, está bajo presión para funcionar de manera más eficiente. Los márgenes de ganancias en los tres principales segmentos de proteínas (pollo, carne de res y cerdo) se vieron complicados durante el año pasado a medida que aumentaron los costos operativos y los precios del pollo y la carne de cerdo cayeron.
Tyson, la empresa cárnica más grande de Estados Unidos por ventas, perdió 648 millones de dólares en su año fiscal 2023. Su rival JBS, el mayor frigorífico del mundo, perdió casi 200 millones de dólares el año pasado. WH Group, la matriz de Smithfield con sede en China, informó el año pasado una pérdida operativa de 624 millones de dólares por sus operaciones de carne de cerdo en Estados Unidos y México, mientras generó una ganancia operativa de 1,000 millones de dólares en su negocio de carnes envasadas en Estados Unidos.
La automatización ha sido una ambición de la industria durante algún tiempo, especialmente entre los procesadores de pollos, que tienden a ser más pequeños, de tamaño más uniforme y más fáciles de manejar para una máquina.
Los procesadores de carne estadounidenses gastaron alrededor del 5% de sus inversiones de capital en automatización avanzada en 2023, una cantidad mayor que en el pasado, según Boston Consulting Group. Decker Walker, consultor de la firma, dijo en una entrevista que esas inversiones probablemente seguirán creciendo.
Las plantas con poco personal que no pueden procesar el ganado de los productores pueden obstaculizar las ventas de las empresas cárnicas y limitar su capacidad de expansión. Aumentar los salarios u ofrecer bonificaciones por firmar para atraer trabajadores de la planta afecta la rentabilidad de los procesadores. Las empresas cárnicas están gastando colectivamente miles de millones de dólares en la automatización de algunas de las funciones más difíciles de la planta, lo que, según afirman, puede mejorar la dotación de personal y la seguridad al tiempo que reduce los costos.
Los procesadores de carne opinan que la automatización no reemplace a los trabajadores o conduzca a despidos, en parte porque la rotación en las plantas ya es alta y el objetivo es trasladar a los trabajadores a roles más calificados y difíciles de cubrir.
Retirar a los trabajadores por horas de la línea de procesamiento y capacitarlos para trabajar con robots que requieren más habilidades técnicas puede ser un desafío para las empresas cárnicas y los empleados, según funcionarios de la industria.
Caso Smithfield.
En Denison, Iowa, un robot pasa ocho horas al día cortando canales de cerdo en una planta propiedad de Smithfield Foods. Tiene un doble propósito: producir más cortes de carne de cerdo para los procesadores y al mismo tiempo ayudar a aliviar la prolongada escasez de mano de obra en la industria cárnica estadounidense.
Las plantas de procesamiento de carnes recurren cada vez más a los robots en busca de ayuda. Smithfield, el procesador de carne de cerdo más grande de Estados Unidos comenzó a implementar removedores de costillas automatizados en sus plantas de carne de cerdo hace varios años, lo que, según funcionarios de la compañía, ayuda a dejar menos carne desperdiciada en el hueso y libera a los trabajadores de algunos de los trabajos más exigentes físicamente de la industria, lo que les permite ser reasignados a otras funciones.
En una entrevista realizada a Keller Watts, director comercial de Smithfield, refirió que la compañía, que tiene aproximadamente 35,000 empleados en Estados Unidos, pretende utilizar la automatización para ayudar a reasignar a unas 500 personas al año. “Podemos reasignar a las personas“, dijo. “Es un punto clave para nosotros“, afirmó.
Los trabajos de envasado de carne pueden ser algunos de los más duros, exigentes y peligrosos que existen, y empresas como Smithfield, Tyson Foods y Cargill han luchado durante mucho tiempo para proveer de personal completo a plantas de procesamiento para sus áreas de sacrificio, deshuese y embarques. En estas instalaciones los trabajadores tengan que permanecer de pie durante horas al día, a menudo en temperaturas frías, cortando repetidamente canales de cerdo en líneas de procesamiento de rápido movimiento o moviendo pesadas cajas de carne congelada.
Caso Tyson
Una planta procesadora de pollo Tyson de última generación valorada en 300 millones de dólares y que se inauguró a finales de 2023 en Danville, Virginia, está diseñada para maximizar la eficiencia operativa de la instalación. Puede producir entre un 20% y un 30% más de nuggets, tiras y alitas de pollo con 250 personas menos en comparación con una planta similar más antigua en Arkansas. Esta inversión es parte del plan de 1.300 millones de dólares de la compañía para automatizar más operaciones, desde la recepción de materia prima, procesamiento y envasado.
Las nuevas instalaciones de Tyson en Virginia tienen capacidad para producir aproximadamente 4 millones de libras de productos de pollo por semana. Las bolsas de producto manufacturados avanzan por la línea donde los robots las clasifican y empaquetan en cajas, luego las levantan sobre tarimas. Los trabajadores del almacén, que en otras plantas podrían empacar y apilar cajas manualmente, supervisan el software que hace funcionar las máquinas.
Unos transportadores automatizados trasladan las tarimas de cajas a las cámaras de congelación de 36 metros de altura de la planta. En una entrevista realizada a Andrew Boyles, el gerente del complejo local refirió que su sistema automatizado de almacenamiento permite a los trabajadores evitar pasar más tiempo del necesario en el frío.